“¿Para qué balance? —me dijo alguien—, ¡si este es un año para el olvido! ¡Que se vaya pronto!”. Pero tal vez, si nos enfocamos intencionalmente en descubrir lo positivo detrás del velo del agotamiento, algo valioso surgirá.
Nunca me hice demasiadas preguntas, pero asumí que se había sentido realizada. A fin de cuentas, trabajó, formó una familia, sirvió en la iglesia y tenía a Jesús en su vida… ¿Qué otra cosa podía aspirar una mujer de fe?
Transformá tu presente en un tiempo de oportunidad para alcanzar aquello que sonás. Un año de visión y fe vale más que varios sin dirección ni sentido.
¿Alguna vez fuiste víctima de tus impulsos y quedaste fuera de lugar? ¿Acaso, por un enojo, perdiste el control en estos últimos tiempos? ¿Qué emociones, circunstancias, personas, hacen que se te “salga la cadena”?