De pequeño, me gustaba jugar a las escondidas con mis amigos. Aunque tengo que confesar que muchas veces hacía trampa, echando una miradita rápida para ver hacia donde corrían ellos. Y cuando...
Cada día son más los cristianos que, sin darse cuenta siquiera, están dejando que la pasión que avivaba sus corazones cuando conocieron a Jesús se extinga lentamente.
Hay temas que son propensos al debate, pero hay otros que, aún siendo sencillos de entender, son difíciles de ponerlos en práctica. O quizás, nos negamos a hacerlo. Dicho esto, deseo invitarte a que juntos nos demos la oportunidad de ser honestos con nosotros mismos y con aquello que está en nuestro corazón pero que nos cuesta poner sobre la mesa.