así como los discipulos en la tempestad solemos cometer el error de medir el grado de preocupación de Dios por nosotros de acuerdo a
cuán fuerte esté lloviendo.
Por las situaciones que nos preocupan, las corridas para retirar a los chicos de la escuela, las presiones de nuestros trabajos, constantemente estamos enfrentando escenarios que nos obligan a dar un poco más de nosotras.
Tener un buen ambiente laboral nos hace sentir mejor tanto en la oficina como en el lugar donde lo desarrollemos y nos genera un sentimiento muy positivo hacia el trabajo. Sin embargo, no todas las empresas fomentan este tipo de clima laboral.
La pandemia está pasando factura a muchas mujeres trabajando desde casa. Hay un desborde que linda con el colapso y en mi rol de pastora conozco el nivel de estrés de muchas de ellas
¿Alguna vez fuiste víctima de tus impulsos y quedaste fuera de lugar? ¿Acaso, por un enojo, perdiste el control en estos últimos tiempos? ¿Qué emociones, circunstancias, personas, hacen que se te “salga la cadena”?