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Jesucristo, el plan perfecto

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Jesucristo, el plan perfecto, por Lito Choda
“Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”, Isaías 9:6 NVI.
“La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel (que significa «Dios con nosotros»)”, Mateo 1:23 NVI.

¡Cuánto nos hemos emocionado con este versículo! Desde niños y como familia disfrutábamos tanto el mes de diciembre, y aún seguimos haciéndolo. Era una fecha que anhelábamos que llegara, con mucho entusiasmo, para celebrar juntos -también por los regalos-. La vorágine de la vida actual nos ha llevado a que todo sea apresurado. Honestamente, considero que antes se vivía un clima diferente en las familias, en las calles, ¡se acercaba la Navidad!, ¡se la esperaba con emoción y alegría! Más allá de mi cumpleaños, que coincide con ese día, siempre cobraban gran importancia esas semanas y las horas previas para recordar el nacimiento del Niño Jesús. 

En la iglesia preparábamos con alegría y esmero pesebres vivientes, canciones, cantatas de los niños, del coro y todo enfocado en esos versículos citados. Volvía a nacer una nueva esperanza, el nacimiento del Salvador. Mateo 1:23 era tan relevante y disfrutábamos cuando se leían los versículos hablando del tema, no cualquier tema, sino a los profetas anunciando que un niño muy especial nacería: el hijo de Dios, Emanuel, DIOS CON NOSOTROS.

Quiero invitarlos a que reflexionemos juntos sobre la importancia del Dios que se hizo hombre. 

“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).
¡Qué manera de venir a este mundo! ¿Podría haberlo hecho de otra forma? Él era Dios, pero decidió que fuese así; “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” (Filipenses 2:6).

Sin duda el amor de Dios lo excede todo, no hay palabras que lo logren explicar plenamente. Este amor inmenso demostrado al entregar a su hijo, hacerlo semejante a los hombres y vivir una vida terrenal, adaptarse a una vida cronos, a un proceso de instrucción, aunque lo sabía todo. ¿Por qué lo haría? Con un solo propósito: morir. Es que la única forma de cumplir su propósito completo en la tierra era nacer, vivir y morir para después resucitar. 

El plan era perfecto, pero había que llevarlo adelante sin interferir en nada en base al diseño. Había un único requisito: OBEDIENCIA extrema y absoluta al plan. Por eso vimos su gloria, dijo Juan: “Y aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).

Nada se hizo fuera del plan perfecto. Jesús fue cabalmente obediente al Padre absolutamente en todo. Los evangelios se encargan de relatarnos los “pequeños detalles” de su caminar en la tierra y nos refieren, por ejemplo, cuando estuvo en la tierra sanando enfermos, liberando endemoniados y luego despidiendo a la multitud para apartarse a orar. Jesús, el Hijo de Dios, también es Dios, pero lo increíble es que se hizo hombre y nos dejó una enseñanza en cada paso que dio en la tierra, para que también nosotros podamos caminar conforme a su voluntad en cada momento.

Estos versículos que hacen referencia al nacimiento de Jesús no deben leerse como una historia del “Niño Jesús”. Si así lo hacemos corremos el peligro de que, aunque sepamos que el Cristo hoy nos habita, lo mantengamos como en la historia en nuestros corazones, como un niño recién nacido y poniendo el foco en esto sin recordar todo el plan y obra redentora que se llevó a cabo a través de Él, plan que nos incluye. Recordemos lo siguiente: “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52).

Necesitamos tomar conciencia de que Cristo debe ser formado en nosotros. El apóstol Pablo dijo “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19). Para lograr llevar adelante el propósito de Dios en nuestras vidas, necesitamos crecer exactamente en lo mismo en que crecía el Señor y menguar nosotros, para que él crezca.

Es imperioso que pasemos de la historia del niño en el pesebre a la realidad de un Cristo glorioso que nos habita y cuya vida en nosotros debe aumentar. Necesitamos migrar de solo leer a aplicar lo que leemos. Estamos en un tiempo en que ya no alcanza con festejar una vez al año el nacimiento del Salvador, sino que debemos tomar conciencia de la necesidad de este incremento de su vida en nuestro ser interior para que podamos decir como dijo Pablo: “ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”.

Asombroso descubrimiento, hallaron un anillo de más de 1700 años que refiere a Jesús

La Unidad de Arqueología Marina de la Autoridad de Antigüedades de Israel descubrió tesoros de dos naufragios frente a la costa de Cesarea en Israel. Pero un objeto destacó del resto.

Los hallazgos arqueológicos que están relacionados con las Escrituras nos estuvieron acompañando a lo largo de todo el 2021, y sin dudas es una muy buena noticia que un descubrimiento de tal magnitud ocurra cuando el año está terminando y a pocos días de la Navidad.

En este caso, unos submarinos de la Unidad de Arqueología Marina de la Autoridad de Antigüedades de Israel descubrieron unos objetos de valor entre los que se encontraban cientos de monedas de plata y bronce de mediados del siglo III de nuestra era y unas 560 monedas de plata del periodo mameluco del siglo XIV. Una estatuilla de bronce con forma de águila, símbolo del dominio romano, y una estatuilla de un pantomimus romano con una máscara cómica. 

Monedas encontradas en el hallazgo

Según Jacob Sharvit, director de la Unidad de Arqueología Marina, y su adjunto Dror Planer, «los barcos probablemente estaban anclados cerca y naufragaron por una tormenta».

Resto de los objetos. De frente a la imagen una estatuilla de un pantomimus romano con una máscara cómica. 

Pero entre estos artefactos hallaron un anillo de oro grabado con la figura del que podría ser el Buen Pastor. La imagen es también una de las más antiguas utilizadas en el cristianismo para simbolizar a Jesús como el pastor compasivo de la humanidad. Este término está a lo largo de la Biblia, en el Antiguo Testamento, como en Isaías 40:11 donde dice «Él apacienta su rebaño como un pastor: toma los corderos en sus brazos y los lleva cerca de su corazón». Jesús incluso se llamó a sí mismo pastor: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas «, Juan 10:11. 

El anillo fue descubierto cerca del puerto de Cesarea, un sitio de gran importancia en la tradición ya que fue uno de los primeros centros del cristianismo y albergó una de las primeras comunidades cristianas. Al principio, solo los judíos pertenecían a esta comunidad y fue aquí donde el apóstol Pedro bautizó al centurión romano Cornelio, como se relata en Hechos 10.

El anillo de oro octogonal se considera el artefacto más exquisito del grupo. Cuenta con una piedra preciosa verde en el centro que fue tallada para representar la figura de Jesús como un joven pastor, que está vestido con una túnica con una oveja alrededor de sus hombros.

Uno de los buzos, mostrando el anillo de El Buen Pastor

«Representa a Jesús como el pastor compasivo de la humanidad, extendiendo su benevolencia a su rebaño de creyentes y a toda la humanidad», compartió IAA en un comunicado.

Imagen cercana al anillo entontrado

Si bien el cristianismo se practicaba en foros clandestinos en ese momento, el informe también señala que el Imperio romano era relativamente tolerante con las nuevas formas de adoración, incluso en torno a Jesús, por lo que era razonable que un ciudadano rico del Imperio usara ese anillo. 

Helena Sokolov, curadora del departamento de monedas de la IAA que investigó el anillo del Buen Pastor, dijo a la AFP: «Este fue un período en el que el cristianismo estaba en sus inicios, pero definitivamente estaba creciendo y desarrollándose, especialmente en ciudades mixtas como Cesarea». También dio a entender que debido a que el anillo es pequeño, probablemente perteneció a una mujer.

Imagen de cerca con el anillo hallado.

Dentro de los restos submarinos hubo otro artefacto que llamó la atención de los arqueólogos. Entre los objetos personales raros de las víctimas del naufragio había una piedra preciosa roja con la talla de una lira. Este instrumento en la tradición judía se llama Kinor David («el arpa de David»). Según 1 Samuel 16:23, el rey David tocaba su arpa para Saúl, “siempre que el espíritu de Dios venía sobre Saúl, David tomaba su lira y tocaba. Entonces llegaría el alivio a Saúl; se sentiría mejor y el espíritu maligno lo dejaría».

Piedra preciosa roja con el grabado de una lira

Según Eli Eskozido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel, “las costas de Israel son ricas en sitios y hallazgos que son activos de patrimonio cultural nacional e internacional inmensamente importantes. Son extremadamente vulnerables, razón por la cual este organismo lleva a cabo estudios submarinos para localizar, monitorear y rescatar las antigüedades».

Los científicos aseguran que el anillo representa la imagen del Buen Pastor, sin dudas queda mucho por ser estudiado y revelado para las organizaciones arqueológicas, pero este hallazgo revela que, una vez más, muchos tesoros pueden encontrarse, pero no hay tesoro más grande que el encontrar a Cristo, a nuestro buen pastor.

Celebremos a nuestro Salvador

Friends Saying Prayer Before Eating Meal Together

¿Conoces la historia de la Navidad? Imagino que has escuchado acerca del niño que nació en un pesebre, aquel que vino para salvarnos, ¿lo recuerdas, a quien llamamos Jesús? 

Probablemente sepas toda la historia acerca de los ángeles, los humildes pastores y los sabios que llegaron de Oriente buscando al bebé para adorarlo, pero la Navidad es acerca de Jesús viniendo a salvarnos para que podamos estar con Él para siempre en el cielo. Todo lo que tenemos que hacer es poner nuestra fe en Él.

De eso se trata realmente la Navidad, celebramos el día en que Jesús nació en el pesebre porque significa que Dios envió a Su Hijo a la tierra para estar con nosotros, para morir en la cruz y perdonar nuestros pecados, y además para invitarnos a tener una relación con Él que nos lleve a la vida eterna. Celebramos la Navidad porque ese día, en un pequeño pesebre de Belén, Dios nos dio el regalo más importante de todos, una nueva forma para estar otra vez con Él, como debía ser desde el principio.

Dependiendo el país donde estés leyendo este plan, puede ser que noviembre y diciembre sean meses llenos de festividades, lo cual aumenta la presión en nosotros, porque nos ponemos a pensar en buscar regalos ideales, en los ingredientes de la comida, en los gastos de la fiestas y  en muchas cosas más. Pero, ¿recordamos por un momento el nacimiento que cambió la historia?

Me gustan las películas navideñas, sean nuevas o clásicas, me gusta disfrutar las noches decembrinas viéndolas, pero entre tantas opciones que presenta la industria del entretenimiento no he visto alguna que dirija nuestra atención a ese nacimiento. 

Son tiempos llenos de locura, pero entre tantas actividades, es importante mantener la verdadera razón de nuestra celebración, la cual consiste en que un niño, de padres sencillos, trajo consigo muchos regalos, el principal de ellos, la salvación eterna. Festejamos su nacimiento cuando vivimos sus enseñanzas y conservamos su legado.

La necesidad más profunda del hombre en la Tierra no es otra cosa que la salvación de su alma, su gran problema es el pecado y por esta razón el ángel dice 

“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”, Mateo 1:21.

Hoy podemos contar con Jesús para encontrar salvación. Desde el génesis, Dios estaba con el hombre y este fue siempre su deseo, pero el pecado del hombre rompió esa unidad perfecta. Jesucristo es el plan para la humanidad, el camino de regreso a Dios para reconciliarnos con Él. 

Dios no se alejó jamás del ser humano, siempre ha permanecido en el mismo lugar; mientras muchos en estos días organizan la fiesta, qué comer, dónde hacerlo, qué regalos llevar y demás detalles, se olvidan de que Jesús es la Navidad. Muchos creen que la fiesta es por la familia o por los esfuerzos del año, pero permíteme decirte que la Navidad se centra en Jesús y su nacimiento es el que hoy celebramos, porque gracias a Él podemos volver al génesis perfecto.

Probablemente nuestra realidad actual nos impide poder celebrar estas fechas como acostumbramos, y esta Navidad sea diferente a otros años. Es comprensible, quizás hemos atravesado cambios fuertes últimamente, pero recuerda que aún cuando no veamos los rayos del sol por las circunstancias, volverá a amanecer para tu vida. Jesús es sinónimo de esperanza, una esperanza que llegó hace más de dos mil años. 

Hay algo que nunca cambia y lo que sí puedes hacer este año es darle la oportunidad a Jesús de que haga cosas maravillosas en tu vida y tu familia. Confía en que vendrán tiempos mejores, celebra hoy las bendiciones que conservas y recuerda, esta época se trata de la esperanza.

Escuché un día que nadie es demasiado pobre como para no poder dar algo y nadie es demasiado rico, como para no necesitar algo. En ocasiones la mejor manera de cambiar nuestra vida es hacer algo por otros. ¿Qué tal si esta Navidad aportas a alguna causa benéfica, participas de una actividad social o le regalas algo a quien no puede pagarte por ello?  No pienses solamente en dinero, puede ser tiempo o esfuerzo. La intención es que des aquello que tienes, para que te llenes de eso que no sabías que tanto necesitabas. 

Familia, los aliento a que en este día hagan una Navidad distinta; en vez de levantar una copa y brindar, a cambio únanse y levanten juntos una oración a Dios, agradeciéndole la vida y en voz alta declaren ¡Emanuel!

La Navidad es Jesús, su nacimiento hizo brecha para que podamos decir ¡EMANUEL! Dios con nosotros.

Una historia de amor a los niños, al circo y a Jesús

Miguel Ángel García, con su nombre artístico Rulito, desde hace diez años evangeliza en la sociedad a través de este arte.

Las presentaciones son números de equilibrio y malabares, de los cuales Rulito explica que luego de cada show relaciona el Evangelio con la dinámica. “Hablo de lo importante de tener un buen equilibrio en las distintas áreas de la vida con Cristo ya que nos permite llevar adelante distintas tareas sin que perdamos el control en el intento”, revela él.

Rulito cuenta que en esta fecha especial de Navidad organizaron un evento solidario en la puerta del canal C5N en el que vecinos, empresas, sindicatos y agrupaciones de todo el país se acercaron hasta la puerta del canal a dejar diferentes insumos y regalos para luego donarlo en comedores, merenderos y hogares de chicos. Además, la actividad “Compartimos Juntos”, evento evangelístico para toda la familia en la Plaza las Toscaneras, Villa Real, y “Por más familia”, evento solidario en el cual la entrada era un alimento no perecedero.


El artista se presenta en cada lugar con el propósito no solo de entregarles un regalo material o emocional, sino también presentarles a Cristo. “El comenzar a predicar a través del circo fue un proceso largo, ya que al trabajar en las carpas, teatros y eventos privados mis números artísticos eran visuales: equilibrio en altura sobre sillas, monociclo, malabares, es decir, entraba a la pista, realizaba distintas destrezas y me retiraba sin hablar con el público”, describe Rulito.

“Esta misma forma de trabajar la repetía cuando me invitaban a algún evento evangelístico”, destaca el artista. De todas formas él revela “había alguien que convocaba a la gente, me presentaba y salía a hacer mis números artísticos, con lo cual llamaba la atención de la gente y una vez que finalizaba venía algún líder o pastor a compartir el mensaje”.

Rulito especifica “la misión para mí era el llamar la atención de la gente y que otro luego predicara, para mí lo que yo hacía a nivel artístico circense era solo para atraer gente”. Pero recuerda “nunca imaginé que Dios tenía otros planes con dicho arte hasta que en un viaje misionero estaba por terminar mi presentación y antes del último número una de las personas que viajaba con nosotros pasó por el costadito mío y me dijo en voz baja ‘mirá que el encargado de compartir el mensaje no viene, vas a tener que darlo vos’”.

Él admite que se sorprendió luego de ese mensaje, hasta que un día en medio de un show dudó y le preguntó a Dios cómo compartir su Palabra. “De repente me baja como del cielo a la mente un mensaje evangelístico utilizando ese mismo truco, pero asociado con el mensaje de salvación, lo compartí, y terminé invitando a la gente a reconciliarse con Dios a través de Jesús”, revela Rulito.

“ME ABRIÓ UN MUNDO NUEVO, COMENCÉ A VER QUE TODO LO QUE HACÍA A NIVEL ARTÍSTICO tenía UNA TREMENDA CONEXIÓN CON EL MENSAJE DEL  EVANGELIO”

El artista cuenta que realizó una Diplomatura en Teología en el IBRP (Instituto Bíblico Río de la Plata), y expresa “el objetivo es poder hablar de Jesús de la manera más excelente que pueda”. Es por este motivo, que cuenta que todos sus shows tienen un hilo conductor y explica “que el mensaje lo empalmo con algo artístico, algunas veces noto que algunos adultos se van cuando comienzo a hablar puntualmente de Jesús, pero mi objetivo primordial es mostrar el amor de Cristo a toda la familia”.

Himnos navideños

SESSIONS LIVE NAVIDAD

Desde La Corriente te invitamos a escuchar los mejores himnos navideños, junto a una banda de lujo, con invitados especiales y la dirección musical de Jairo QueuPul. Estas canciones fueron preparadas para que disfrutes en familia y junto a los que más querés. Que cada melodía llene tu alma del Espíritu de Dios.

Cinco cosas que no debes hacer en esta Navidad

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5 cosas que no debes hacer en Navidad

¡Si eres de los que busca superarse como persona y crecer en Cristo, estos consejos son para ti!

La Navidad deja ver claramente dos tipos de personas, aquellas que la aman y quienes la odian. Ya sea que estés de un lado o del otro, si quieres celebrar la Navidad alineado a los valores de Cristo, la mejor manera de lograrlo es tomando acciones. Es por ello que te traigo cinco hábitos que debes descartar de tu vida si quieres tener una Navidad en Cristo Jesús.

  1. NO CRITIQUES:

La discusión de cada año entre los cristianos es si festejamos o no, si el arbolito sí o el arbolito no, si Papá Noel está bien o está mal, si los magos del Oriente eran 3, si eran reyes o no. Ya todos sabemos que el 25 de diciembre no es la fecha exacta en la que nació Jesús, pero no por ello debemos ponernos en contra de quienes festejan la Navidad.

Todos los días tenemos que celebrar la vida de Jesús y mucho más aún en  estas fechas en que el mundo entero se frena para conmemorar el nacimiento del líder más grande de la historia, el Rey de reyes y Señor de señores. Oponernos a todo solo nos aleja más de la gente y en verdad debemos ser luz y llevar las buenas nuevas.

Si tú no quieres festejar, no festejes. Quizá pienses que en realidad es una celebración pagana o que solo es puro márketing, y es verdad. Pero recuerda que Pablo usó el altar al dios no conocido para predicar el Evangelio. Entonces ¿qué pasaría si en lugar de oponernos redimimos estas fechas? 

Debemos tomarlo como una oportunidad para enseñar sobre Jesús y compartir su mensaje. Enseñemos con amor y no condenemos. 

  1. NO MALGASTES TU DINERO:

Diciembre es un mes que te invita a gastar. Mi consejo es que no gastes como si no hubiera un mañana. Piensa que la vida sigue y la deuda tienes que pagarla en enero. Un rey sabio llamado Salomón tuvo la oportunidad de pedirle a Dios cualquier cosa; este podría haber pedido riquezas o poder, pero lo que pidió fue sabiduría para administrar su nación. Pídele a Dios sabiduría para administrar tus finanzas y tu hogar. Dios hace milagros, pero depende de nosotros ser mejores.

No te prendas a los mandatos sociales, no quieras impresionar a los demás gastando en regalos extravagantes si vas a endeudarte. 

  1. NO PIENSES SOLO EN TI, COMPARTE:

Si hablamos de compartir Jesús es el mayor ejemplo, su paso por la tierra se trató de compartir. Nos compartió su sabiduría, su amor y hasta su propia vida. La Palabra de Dios nos enseña que la verdadera religión es ocuparse de los huérfanos y de las viudas, es decir, de nada sirve celebrar la Navidad si nos olvidamos del prójimo. Antes de pensar en lo que te falta mira a tu alrededor y fíjate si hay alguien que se encuentra en soledad, si alguien necesita un abrazo o una palabra de aliento. Te desafío a que te animes a tener un gesto especial, que hagas una buena acción. Visita un asilo, llama a esa persona que perdió algún ser querido en la pandemia, acuérdate del vecino que vive solo. 

Hagamos la diferencia y pongamos en práctica el amor de Cristo. 

  1. NO GUARDES RENCOR, PERDONA:

Así como dice la oración que nos enseñó Jesús, perdonemos, así como Dios nos perdona a nosotros. No seamos como aquel siervo malo que luego de ser perdonado se encontró con un compañero que le debía dinero y lo estranguló exigiéndole que le pague y hasta lo mandó a la cárcel (Mateo 18:21). Es importante que al recordar la gran obra que hizo Jesús en la cruz entendamos el valor del perdón. 

De nada sirve sentarse en la mesa a compartir si hay personas a las que no puedes mirar a la cara porque les guardas rencor. 

  1. NO DEJES A JESÚS AFUERA:

Arma la mesa larga, decora, ponte la mejor prenda que tengas y prepara la mejor cena que puedas, pero es importante que no te olvides de dejar el lugar esencial para Jesús. La Navidad no tiene sentido si Él no es el centro. Si quieres una Navidad diferente pon a Jesús como protagonista y tendrás las mejores fiestas que jamás tuviste.

Espero que estos consejos te hayan servido y deseo que tengas felices fiestas, que la paz de Jesús abunde en tu mesa, pero sobre todo en tu corazón.

Rodrigo Tapari se une a la batimisión más importante del año

Hoy a las 19:00 hs se realizará un evento solidario organizado por la Radio Amistad para toda la familia, en el que participarán Rodrigo Tapari, El Batman Cordobés, Jean Carlos, Claudio Toledo y muchos más.

Los organizadores invitan a la gente a formar parte de la “Bati Misión”, término que designó el Batman Cordobés, un superhéroe que se deja usar por Jesús y transmite de Su amor a los niños más vulnerables. Aquellos que quieran asistir podrán colaborar llevando un juguete para que Batman y La Misión Urbana los entreguen a los niños del Hospital Pediátrico, la ex Casa Cuna y en La Favelita de Villa Urquiza.

El Batman Cordobés con un niño en brazos

El reconocido cantante de música tropical Rodrigo Tapari también formará parte del festival. Tapari desde hace tiempo que habla públicamente de su fe en Cristo y aprovecha cada oportunidad para dar a conocer a Jesús a través de los grandes medios de difusión. Él participará con su música en el evento que se llevará a cabo en el Faro del Bicentenario (Parque Sarmiento).

También se unirán en este evento artistas de reconocida trayectoria como Jean Carlos, Ale Ceberio y Claudio Toledo.

“Vamos a juntar 3000 juguetes para quienes más lo necesitan. Navidad en Amistad, Córdoba tiene la Bati Misión del año”, expresa una publicación en las redes sociales de la radio cristiana Amistad FM 98.3.

Flyer del evento

El don de disfrutar lo simple

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El último mes del año para muchas viene con una carga emocional muy grande, además del cansancio físico típico de esta época, se suman las presiones por intentar cerrar la mayor cantidad de tareas pendientes que fueron quedando durante el año.

En lo personal, me encanta esta época del año, las fiestas, hacer cierres de balances y planificar lo nuevo que está a pocos días de comenzar. Sin embargo, muchas veces llego a este momento casi sin energías, cansada de andar corriendo de acá para allá y sintiendo que el tiempo no me alcanza para todo lo que tengo planificado en mi agenda.

El rey Salomón, en el libro de Eclesiastés, nos lleva a reflexionar sobre las cosas esenciales, esas que dan verdadera plenitud y alegría a nuestra vida; y nos advierte sobre aquellas que tienen apariencia de saciar, pero que no sacian de verdad y nos mantienen corriendo sin sentido. (Eclesiastés 3: 12-15)

No permitas que el agotamiento y el cansancio de fin de año te lleven al colapso y te roben el gozo y la alegría.

Uno de los grandes errores que cometemos es creer que la verdadera felicidad se encuentra en las cosas extraordinarias, en aquello que todavía no sucedió y está por llegar, pues muchas veces eso extraordinario que anhelamos es más fácil de conseguir y de alcanzar cuando se disfruta lo sencillo y lo cotidiano durante el proceso.

Tenemos que aprender a ver a Dios en las grandes obras, pero también en lo simple y cotidiano, en todo aquello que Él pone a nuestro alcance para poder disfrutarlo y valorarlo.

Etimológicamente, la palabra “afán” proviene del término árabe que significa, entre otras cosas, desaparecer, desvanecerse, desgastarse o estar agotado. Trabajar y esforzarnos no es lo mismo que afanarnos. Afanarse es hacer todo eso de una manera que nos termina desgastando y desvaneciéndonos. De la palabra afán viene la palabra afano, porque precisamente el afán y las preocupaciones vienen a diario para robarnos la capacidad de disfrutar y la alegría.

Pero qué bueno saber que para toda dificultad humana el cielo tiene una respuesta divina y en este caso es el don de disfrutar, que viene a darnos sabiduría, inteligencia y alegría a nuestro diario vivir.

“Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios, porque ¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios? En realidad, Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a quien es de su agrado”, ‭‭Eclesiastés‬ ‭2:24-26‬ ‭NVI.‬‬

Este don de Dios es un regalo del cielo y, como leímos recientemente, no hay nada mejor que disfrutar del fruto de nuestro esfuerzo. Y eso no es algo que podamos encontrar en nuestro interior, sino que proviene de nuestro Creador. Dios es la fuente de toda felicidad verdadera.

Poder disfrutar de las cosas que Dios nos da es parte de aprender a gestionar y administrar nuestras vidas de una manera saludable, porque sería una muy mala manera de hacerlo, dejando de lado todo aquello que nos produce disfrute y placer por el afán de vivir cumpliendo, de vivir sobreexigiéndonos, perdiendo el oxígeno por eso, desgastándonos a causa del afán.

No te olvides que en las cosas simples y esenciales de la vida es donde encontramos la verdadera plenitud. Que en este nuevo año Dios te bendiga con el don de disfrutar y celebrar la belleza de la vida.

El pastor del día cero

Caminó hacia su lugar favorito. Desde allí tenía una buena visión de su rebaño, estaba cubierto del viento y había suficiente espacio para todos.

El pasto era bueno en ese lugar, parecía que a sus ovejas también les gustaba, así que era una ganancia para todos. El atardecer era hermoso, los colores del viento se matizaban con los de los árboles del fondo y las nubes pintaban un escenario nuevo a cada segundo.

Los sonidos empiezan a cambiar, todo se vuelve más silencioso. Los insectos toman su guardia con las últimas luces del día y los tonos de rojo y naranja contrastan con el negro espolvoreado de brillantes. Esa noche pensaba en las historias de antaño, lo que los abuelos de sus abuelos les habían contado a sus padres de generación en generación. 

Hacía tiempo que no ocurría algo así, hacía generaciones que no se escuchaba de esos hombres de los que nos contaban y leíamos en los libros. Cantaron sus cantos favoritos junto al fuego, uno de ellos que había aprendido de pequeño junto a su padre, basado en el salmo 72 que hablaba del Mesías, decía así:  

Porque él librará al menesteroso que clamare,
y al afligido que no tuviere quien le socorra.
Será su nombre para siempre,
se perpetuará su nombre mientras dure el sol. 

Se preguntaba cómo sería, y si lo tuviera enfrente, las palabras que le diría. Se imaginaba diferentes posibilidades, siempre muy respetuosas, algunas más alegres, otras más serias; incluso pensó en hacer un chiste acerca de todo el tiempo que le habían esperado, luego pensó que eso podría molestarle y se golpeó la cabeza con una palabra poco elegante, también pidió perdón por la palabra; siguió intentando combinaciones, pero nada le convencía, nada le parecía lo suficientemente bueno y articulado como para que lo aceptara. Ni yo mismo me aceptaría con esas palabras de pastorzuelo, pensaba. Pero de una cosa estaba seguro, si pudiera escoger, no se perdería ese encuentro por nada. 

Ensimismado en sus pensamientos, no se había percatado de que todo estaba más silencioso de lo normal, extrañamente no escuchaba nada más que el fuego y sus pensamientos. Tocó en el hombro a su amigo que dormía a la par, y ambos analizaron el panorama. Entre tanto silencio, no sintieron miedo sino paz, una extraña paz que podía palparse al estirar la mano. 

Levantó su vista al horizonte y, viendo el cielo estrellado, lo analizó con detalle, queriendo entender lo que sucedía. De repente, quedó encandilado. Se sintió caer, pero alguien lo sostuvo por detrás. El sonido era ensordecedor, pero no lastimaba; la luz era cegadora, pero no quería parpadear. Sus sentidos estaban al extremo, pero nada le parecía exagerado para querer salir de ahí; al mismo tiempo un temor se apoderó de él, recordó las historias de los profetas que habían visto al Señor y sintió morir. En medio de la luz, vio algo parecido a un hombre que le dijo “no temas”. 

Para ese momento el resto de sus compañeros que dormían estaban más despiertos de lo que los había visto jamás. Al ver al ser que les hablaba recordó las historias de sus antepasados y supo que eso que tenía al frente eran ángeles, mensajeros de Dios para el pueblo. Todos miraban fijo al ángel que continuó diciendo “he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”.

Inmediatamente después escuchó la canción más hermosa que había podido oír; sabía que no era músico y no conocía mucho al respecto, pero esa canción superaba todo lo que había podido alguna vez imaginar. Pasó de nunca haber visto un ángel, a ver una multitud de ellos, tantos que no podía llegar a calcular cuántos eran; jamás había visto una cantidad de personas reunidas que se comparara a lo que sus ojos veían. 

La luz de su fogata había quedado mermada y parecía una sombra en comparación de lo que lo envolvía. Jamás olvidaría esa melodía, ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! 

No sé cuánto tiempo duró el suceso, parecía que hubieran sido solo segundos o días enteros. Extasiados y emocionados, llenos de alegría y lágrimas rodando por sus mejillas, se miraban unos a otros preguntándose si todos habrían visto y escuchado lo mismo. Las primeras luces del alba rayaban en el horizonte, el sol se veía diferente, le parecía un poco más brillante. 

Uno de ellos preguntó ¿Cuál es la ciudad de David? Inmediatamente recordó a su abuelo que le recitaba el libro del profeta Miqueas que decía: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. No está lejos, dijo entre emocionado, nervioso y en shock. 

Fue el recorrido más largo de su vida, repasaba los sucesos una y otra vez, no quería olvidar nada, ni una palabra, ni una melodía. Memorizó las palabras del ángel y se las repetía hasta el cansancio. Finalmente llegaron, atravesaban las puertas de la ciudad, las calles aún estaban vacías. Se preguntaba cómo lo encontrarían, y la ciudad no tenía espacio para albergar a nadie más. “Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”, recordó. Buscaron en cada establo que encontraron, mientras buscaban pensaba que él no habría puesto a su hijo en el plato de comida de sus animales, mucho menos al Mesías. Mientras pensaba sus reproches, entraron a un establo en medio de la ciudad, y allí lo vio. 

Todas las palabras que había pensado, todas las frases que había preparado ya no existían. Se habían desvanecido. Tantas veces imaginó ese momento, pero nunca lo podría haber soñado así. Pensó que podría llevarle algo para mostrar su aprecio, una espada o algo por el estilo; pero nunca consideró que una sonaja sería suficiente. Mientras tomaba al niño entre sus brazos, susurraba “y llamará su nombre Emanuel”. El mundo había cambiado, la redención de Israel estaba entre ellos, dormía entre sus brazos. Y allí, le adoró. 

“Una vez en nuestro mundo, un establo tuvo algo dentro que era más grande que todo nuestro mundo”, C.S Lewis.

Teoría de la identidad

Sin duda, estamos viviendo un momento social convulsionado. La pandemia ha puesto al mundo en estado de trauma y en nuestro amado continente el impacto se hizo sentir con fuerza.

En Teoría de la identidad, José Batista, doctor en ciencia, psicología, psiconeurología y máster en neurociencia, nos arroja luz acerca de cómo sobreponernos a esta situación tan compleja, y lo hace a través de su conocimiento del estudio profundo del ser humano desde el vientre de la madre. El autor comienza dándonos un contundente diagnóstico:

“Los eventos traumáticos, especialmente durante la infancia, tienen un efecto duradero. Probablemente estos afecten el metabolismo y el sistema nervioso central, lo mismo que el sistema inmune, siendo por eso factores de riesgo para varios trastornos psiquiátricos y adictivos”.

José Batista en Teoría de la identidad

Una madre que vive situaciones de estrés, por violencia familiar, mala alimentación o cualquier tipo de adicción, afecta el desarrollo sano del feto que está en su vientre. Un problema grave que es recurrente en los países latinos. Si un niño por nacer no tiene un cuidado adecuado tanto médico como emocional, si no recibe el amor que todo ser necesita, y sobre todo en esta etapa, tendrá dificultades después. Y no solo tendrá problemas él, sino que todo su entorno también sufrirá su mala disposición.

Esta problemática familiar genera una falta de identidad en las personas, sobre todo para poder responder con buenos recursos emocionales a las altas demandas de un mundo cada vez más cambiante en todos los aspectos.

“Se puede deducir que el deterioro de la identidad de los pueblos que ha aumentado significativamente los problemas de delincuencia en diversas formas es el producto de la pérdida de identidad dentro del marco de la familia, unidad fundamental de la sociedad”.

José Batista en Teoría de la identidad

Si no tenemos una identidad sana, podemos sucumbir a la ira, la tristeza y la amargura generadas por la falta de respuestas a los conflictos sociales que vivimos cada día. La identidad del ser humano está contenida en el ADN y esto es creación de Dios. Fuimos hechos a imagen de Dios, y esto se refleja en nuestro ADN. Todo fue creado por su palabra, así que solo podemos ser sanos regresando a la identidad que Él nos dio. 

“En otras palabras, somos porque Él está en nosotros, Ser es nuestra identidad, lo que indica que, en Él vivimos, nos movemos y somos”.

José Batista en Teoría de la identidad

Teoría de la identidad nos da ese marco de referencia espiritual y terapéutica para superar nuestros traumas emocionales y, por efecto, físicos también. Nuestra relación con Dios puede evitar y sanar las enfermedades, en conjunto con el cuidado personal. Esta lectura nos impulsa a tener capacidad interior para enfrentarnos a este contexto social de tanta incertidumbre. 

Todos los problemas que abaten a nuestro entorno: embarazos adolescentes, drogas, violencia y depresión, tienen como causa posible a la separación afectiva. Una falta total de perdón y el no desarrollo de buenos valores, estas carencias llevan a miles de vidas a la destrucción emocional, moral y espiritual. En este libro encontramos los diagnósticos, pero, sobre todas las cosas, el mejor tratamiento a estas enfermedades.

“Dios crea la vida y le provee unos valores  para que el ser humano se rija por un código interior de vida en la que todos somos partes de un mismo propósito, en la que cada persona es responsable de sus actos”. 

José Batista en Teoría de la identidad

La Palabra de Dios nos lleva a tener los pensamientos de Dios, y éstos pueden restaurar nuestro espíritu, nuestra alma y también nuestro cuerpo. Si estamos sanos, llevaremos sanidad a toda la sociedad.

Este material es un manual de estudio muy útil para unir el conocimiento de la ciencia del comportamiento humano y su relación fundamental con el conocimiento espiritual.  El mundo vive cada día más con miedos, ansiedades y sin paz, por eso atender el mensaje de arrepentimiento en el Evangelio y cambiar nuestra mentalidad, es el único camino posible.

Conocer cómo funciona nuestro cerebro, las emociones y la mirada que tenemos sobre nuestro prójimo nos dará herramientas valiosas para vivir mucho mejor. Y sobre todas las cosas, fundamentados en el amor de Dios.

“Dios es amor. El amor es la expresión de lo que Él es y es puesto en aquel que no lo puede expresar y, al mismo tiempo, genera paciencia. Por eso cuando uno sabe quién es, anda en amor”.

José Batista en Teoría de la identidad
jose batista

Autor: Dr. José Batista
Editorial: Peniel
Co-edición: Hojas del Sur
Páginas: 172

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