Creerle a Dios aun cuando lo que viene sea radicalmente nuevo o razonablemente imposible
Hebreos 11 es un pasaje único referido a la Fe; si bien viene a cerrar un tema iniciado en el 10 y tiene su clímax en el 12; en él pueden encontrarse definiciones, principios, también procesos de vida. Fe no solo es certeza de lo que se espera, sino, convicción de lo que no se ve todavía.
Hablando de los héroes que el capítulo presenta, pueden observarse sus procesos. Noé, Abram y Sarai tuvieron fe para lo inimaginable. Sus experiencias pueden ser un modelo para quienes quieren consumar destino hoy. Si algo los caracterizaba era una convicción sobre la veracidad de los dichos de Dios. El ingrediente principal, la obediencia que acompañaba a la fe, como marco para el cumplimiento de las promesas.
Noé
Cuando se lee acerca de Noé en Hebreos 11, puede observarse que era justo delante de Dios; fue elegido para un propósito y construyó el arca, para que se salvaran él, su familia y muchos animales. Su fe estuvo acompañada de una obediencia extrema.
La distancia con el texto en el tiempo invisibiliza algunos detalles; por ejemplo, que ¡nunca había llovido de manera persistente sobre la faz de la tierra! Hoy día esto se pierde ya que ha llovido mucho sobre ella. Se desvaloriza de lo que significó para Noé creerle a Dios y operar en consecuencia… el diluvio era inimaginable.
Respecto a esta realidad, no hay evidencia exacta irrebatible acerca de cómo fue el proceso entre que la tierra recibía un rocío (la palabra en hebreo es llovizna), y la lluvia como se conoce hoy. De hecho, el término lluvia es mencionado inicialmente en Génesis 7:12, cuando inicia el diluvio, pero esto no es prueba de que antes no hubiera llovido. Lo que sí podría inferirse es que jamás había ocurrido de forma continua y torrencial.
Cuando se desata el agua sobre la tierra lo hace desde dos vertientes: “son rotas las fuentes del abismo” (7:11), es decir, brota agua desde abajo, y “son abiertas las ventanas de los cielos”(7:12); una metáfora muy poética para decir “se largó a llover con todo”.
Aunque se podría seguir debatiendo el cuándo del inicio de las primeras lluvias, lo que es inobjetable es que Noé estaba frente a algo que nunca había sucedido. Así lo reconoce el autor de Hebreos 11: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca…”
«El diluvio es tanto una historia de juicio como de preservación, que se llevó a cabo con un ingrediente principal, la fe de un hombre que estuvo dispuesto a preparar un arca para un evento inimaginable».
Así es la fe que alcanza lo radicalmente nuevo. Así es la fe que obedece dejando atrás al sentido común. La fe que deja de llorar por templos viejos y construye templos nuevos, nuevas temporadas. Esa es la fe que no se frena con un “siempre se hizo así”; que de lo que no se ve hace una convicción y camina hacia eso. Noé tuvo esa fe, acompañada de obediencia, fe para lo desconocido, para lo inimaginable.
Abraham
Por su parte, Abraham, llamado el “Padre de la fe”, vivió su vida en un proceso de aprendizaje. Se llevó familia, aunque debía dejarla (al menos es lo que muchos infieren), mintió acerca de su mujer; “participó activamente en el plan de Sarai para que Agar concibiera (teniendo ya la promesa de simiente). No son datos menores; ¡si el Padre de la fe tuvo que aprender, hay esperanza!!
Ahora bien, Abraham le creyó a Dios, quien le prometió descendencia y le fue contado por justicia (Gn. 15:5; Ro. 4:3). Abraham por la fe, siendo llamado “…salió sin saber a dónde iba” (He. 11: 8). Esto nuevamente es fe para lo inimaginable. Pablo en Romanos relata que creyó en esperanza contra esperanza… no se debilitó al considerar su cuerpo… no dudó… Estaba plenamente convencido (Ro. 4: 18-21). Esta fe procesada, aprendida, enriquecida, dio lugar al milagro, al cumplimiento, a lo inimaginable.
Sara
Por último, Hebreos 11 nos relata la experiencia de Sara. Si bien podría objetarse que fue incrédula, que el milagro llegó por la fe de su esposo; lo cierto es que el texto la reconoce entre los héroes. Puede encontrarse en su historia otro detalle particular “dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido” (He. 11:11).
La fe para lo inimaginable no está atrapada por el Cronos, sino que atravesada por el Kairós. No se sostiene en lo razonable sino en lo invisible; no se detiene en las realidades, sino que sueña con aquello que Dios puede hacer “de la nada”.
Hoy es tiempo para dejar que Dios haga su propuesta… la sociedad espera una generación que se levante creyendo que sigue siendo aquel que realiza lo inimaginable.
Nos maltratamos de tal manera cuando creemos que no estamos a la altura de lo que esperábamos de nosotros mismos, y llegamos a decirnos palabras muy crueles, somos muy duros a la hora de juzgarnos.
Nos asombraríamos si observáramos con detenimiento lo que nos decimos cuando algo no nos sale como quisiéramos, o cuando nos miramos al espejo y la imagen que vemos no nos gusta, y ni qué decir de los reproches que nos hacemos por cada error.
Y es aquí donde nos conviene hacer una pausa, escucharnos y darnos cuenta de que divididos por dentro no podremos amarnos ni mucho menos dar amor a nuestro entorno. Este ejercicio de mirarnos requiere, en primer lugar, que tomemos conciencia de nuestro sufrimiento, ya que no podemos conmovernos ante nuestro propio dolor si no empezamos por reconocer que existe.
Es necesario ser amorosos con eso que nos duele, abrazarlo, reconocerlo, hacerle lugar en nosotros para ser capaces de atravesarlo con amor y compasión.
La cultura del éxito nos hace creer que siempre tenemos que estar bien y que no debemos quejarnos de las adversidades y más aún si ese dolor procede de un juicio negativo hacia nosotros mismos (por ejemplo, la autocondenación por haber hecho algo inadecuado) por eso nos resulta difícil reconocer que, en realidad, estamos sufriendo.
Normalmente no reconocemos esas sensaciones como un sufrimiento que merezca una respuesta compasiva, más bien tenemos una tendencia a pensar “metí la pata y merezco sentirme mal”.
En nuestra sociedad la inseguridad, la ansiedad y la depresión son muy comunes. Diversas investigaciones demuestran que, en gran parte, se debe a los juicios negativos hacia uno mismo, al maltrato al que nos sometemos cuando sentimos que no somos como “deberíamos” o que no somos unos “ganadores” en el juego de la vida.
La solución a un problema radical siempre será una respuesta radical. Debemos dejar de juzgarnos y autoevaluarnos, dejar de etiquetarnos como buenos o malos y aceptarnos con generosidad. Tratarnos con la misma amabilidad, cariño y compasión que mostraríamos hacia un buen amigo.
La compasión hacia los demás y hacia uno mismo es básica, entre otras cosas, porque uno tiene que cuidar de sí mismo para poder cuidar a los demás.
«Cuando una persona se juzga y se autocritica continuamente, intentando al mismo tiempo ser amable con el otro, está poniendo una barrera, que termina provocando sentimientos de separación y aislamiento».
Te comparto tres componentes necesarios para el cultivo del autocuidado amoroso:
Amor para con uno mismo
Esto implica ser cálido y comprensivo hacia nosotros mismos cuando sufrimos, nos rechazan o nos sentimos inadecuados, en lugar de ignorar nuestro dolor o flagelarnos con la autocrítica.
Reconocernos como seres humanos imperfectos nos llevará inevitablemente a experimentar dificultades en la vida, por lo que debemos ser amables con nosotros mismos cuando nos enfrentemos a experiencias dolorosas, porque no siempre vamos a poder conseguir exactamente lo que deseamos.
Cuando esta realidad se niega o cuando se lucha en su contra el sufrimiento aumenta en forma de estrés a través de la frustración y la autocrítica. Cuando esa realidad vital es aceptada con simpatía y amabilidad, se experimenta un mayor equilibrio emocional.
Humanidad común con el resto de mis hermanos
La frustración por no tener las cosas exactamente como queremos suele ir acompañada de un sentimiento irracional de aislamiento: es como si «yo» fuera la única persona que sufriera o cometiera errores; sin embargo, sabemos que todos los seres humanos sufren.
La propia definición de ser «humano» significa que uno es mortal, vulnerable e imperfecto. Por lo tanto, la autocompasión implica reconocer que el sufrimiento es parte de la humanidad: “algo que todos pasamos”, en lugar de algo que sólo me pasa a «mí».
Muchos aspectos y circunstancias personales no son de nuestra elección, sino que provienen de innumerables factores sobre los cuales no tenemos control. Por lo tanto, los fracasos y dificultades de la vida no tienen que ser tomados como algo personal, sino que se pueden reconocer y admitir sin prejuicios, con compasión y comprensión.
Llevar nuestra atención a nuestras emociones
La autocompasión también requiere un enfoque equilibrado, franco y claro sobre nuestras emociones para que los sentimientos no sean ni suprimidos ni negados ni exagerados. Nopodemos ignorar nuestro dolor y sentir compasión por ello a la vez. Al mismo tiempo, requiere no perdernos y quedar tapados por ellos, porque esto nos llevaría a una reacción negativa, la cual apunta directamente hacia nosotros mismos.
En conclusión, ejercer un autocuidado amoroso implica una convivencia en la que todo se integre en la no violencia como estilo de vida, no solo conmigo mismo sino con nuestro entorno.
El pastor de Córdoba de la iglesia Cita con La Vida cuenta cómo evangelizan en la provincia y cómo Cristo les reveló el llamado a su familia.
Belart detalla que el templo inició en 1980, con su esposa Susana, sus tres hijos y con sus hermanos, uno de los lugares que en la actualidad discípula a miles de personas. De todas formas, el pastor aclara que el deseo de ellos no es el número, sino el propósito como Iglesia, “cuando nos preguntan cuál fue el éxito, puede ser por el crecimiento numérico, pero no nos fijamos en eso, lo que importa es la visión para Cristo, una iglesia es grande cuando es grande el propósito”, revela Carlos.
El ministro afirma “Córdoba es una provincia que está activamente evangelizada, pero la Iglesia también es atacada y perseguida ideológicamente”. Belart explica “hemos sido punta de lanza en todos los movimientos provida y contra el matrimonio igualitario”, pero de todas formas aclara “la iglesia debe entrar en los ámbitos de la sociedad para predicar desde allí las buenas nuevas del Evangelio y de esa forma se podrá alcanzar las naciones del mundo”.
“FRENTE A LA PANDEMIA SIEMPRE EL SEÑOR NOS BENDIJO”
Carlos Belart, pastor principal de la iglesia Cita con La Vida
Cita con la Vida hoy tiene un templo que permite el ingreso de 2900 personas, pero por los cuidados contra el coronavirus, solo se permite ingresar 700 por los aforo permitidos. “En medio de la pandemia seguimos predicando, aun cuando no podía venir la gente a la iglesia hablamos por la radio, teníamos una guardia de emergencia de oración y la gente pasaba por la puerta a saludar a la distancia, y nos mirábamos con sonrisa a través del barbijo”, describe Carlos Belart.
El pastor describe que siempre desde el templo se siguieron todas las medidas de prevención del virus, por lo que continuaban las actividades de forma virtual. “Luego comenzamos con las reuniones generales y los grupos de crecimiento online en las plazas y/o las esquinas”, revela Belart, quien aclara “esta pandemia fue la universidad, el master de nuestro ministerio, porque aprendimos y vimos la fidelidad de Dios en todo, en pandemia presentamos a Dios a miles de personas como rey y Señor”.
“Con la pandemia se despertó un espíritu de clamor, oración, un tiempo en el que aprendimos todos”, expresa el pastor Carlos. Además, él agrega “algunos dicen ‘de esta pandemia saldremos mejores’, pero esto es posible solo con Jesús, por eso creo que la Iglesia de Cristo sí va a salir mejor de esto, porque aprendimos muchas cosas en medio del dolor”.
Carlos Belart cuenta que en 2020 se inauguró el colegio Cita Con La Vida,” un sueño de Dios puesto en nuestros corazones hace muchos años”, revela el pastor. Él detalla “nació como una necesidad de incursionar en la educación, hoy somos parte de 4 iglesias hermanas en Córdoba que proponemos esta educación cristiana bien definida y que aunque cuesta desde la parte ideológica todo Dios lo suple”.
Otra de las actividades que destaca es el trabajo misionero en el que participa la iglesia en conjunto con el Departamento Nacional de Misiones de Asamblea de Dios. “Tenemos misioneros en África e India, hace poco repatriamos un matrimonio y otra chica más para trabajar en estas causas, damos gracias a Dios porque siempre hubo recursos”, describe el pastor.
Carlos Belart explica que en el proyecto de África trabaja el pastor Sergio Belart, su hermano menor, quien lo lidera junto Gabriel Díaz,un misionero de otra iglesia radicado en Portugal. Este proyecto permitió crear un pozo de agua para beneficio de toda la comunidad, ya que detalló el ministro Sergio en sus redes sociales “Los pozos abiertos pertenecen a gente que profesa la fe musulmana, por lo tanto, la consiga es: Religión por agua”.
Proyecto misionero de Cita con la Vida en África. Créditos: Sergio Belart
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El pastor general de Cita con la Vida cuenta que en los inicios él era militar, y apenas comenzaron la iglesia surgió el conflicto de las Islas Malvinas. “A mí me destinaron a la operación en el Atlántico sur y un hermano de la unión de la asamblea colaboró con mi esposa en ese tiempo, y cuando volví me dediqué por completo al ministerio”, destacó Carlos.
“No teníamos ninguna ambición en cantidad, solo queríamos evangelizar a las personas, por eso edificamos el templo con nuestras propias manos y después de la campaña Annacondia en el año 86 agrandamos el lugar dos veces, hasta quedar un salón para 400 personas”, explica Belart. Además, él aclara que pudieron extender más el mensaje a través de los medios.
El nombre Cita con la Vida revela el pastor que surge porque “había una serie en blanco y negro en la televisión que se llamaba cita con la muerte y con esto quisimos dar a conocer que con Jesús era conocer la vida y tener un tiempo, una cita con Él”. A partir de ese nombre, el pastor cuenta que todos empezaron a hablar de eso y finalmente en 1987 comenzaron a llamarse así.
“Nuestros próximos proyectos es predicar, no sabemos hacer otra cosa, queremos seguir abriendo nuevas iglesias y seguir formando obreros para Cristo”, revela el pastor. Cita con la Vida es el templo ministrado hoy por Carlos Belart junto a sus hijos, un lugar que continúa expandiendo el amor de Cristo a la provincia y al país.
El cantante pop anunció que formará parte de un concierto con artistas de adoración, entre los que se encuentran Chandler Moore, Kari Jobe y otros integrantes de la banda Mavericks City.
En su red social de Instagram, Bieber reveló que el próximo evento lleva el nombre de su primer álbum góspel. Titulado “The Freedom Experience”, el concierto tendrá lugar el 24 de julio en el estadio SoFi, ubicado en Inglewood, California, y con capacidad para 70.000 personas.
“Freedom Experience no es solo un concierto”, compartió Chandler Moore en su historia de Instagram y agregó «veinte mil personas se están reuniendo horas antes del concierto, están sirviendo a la comunidad de Los Ángeles, alimentando a las personas sin hogar y sirviéndolas».
Además el artista remarcó “eso es lo que es Freedom Experience, ser las manos y los pies de Jesús, ser la comunidad tocable y visible en Los Ángeles».
Jobe también promocionó el evento en sus redes sociales. “Un movimiento sin precedentes unirá a 20.000 miembros del equipo para ayudar organizando proyectos de embellecimiento de la ciudad, eventos de regreso a la escuela, clínicas médicas gratuitas, asistencia para personas sin hogar y distribución de ayuda”, compartió.
Según informaron, Bieber se sintió inspirado a unirse al movimiento «debido a su firme y arraigada creencia de que entregarnos en servicio a los demás es una de las cosas más importantes que podemos hacer», detallaron en un comunicado compartido por Billaboard. “El artista está comprometido con la poderosa idea de que un movimiento por el cambio puede comenzar con personas que se ayudan entre sí y a su comunidad», finalizó el informe.
Desde la organización del evento se anima a las personas a que se registren para unirse al equipo visitando 1DayLA.com.
Bieber utiliza con frecuencia sus redes sociales para difundir la esperanza de Jesucristo entre sus millones de seguidores. En marzo, Bieber, junto con un pastor, visitaron la Prisión Estatal de California en Lancaster, una ciudad en Antelope Valley al norte de Los Ángeles, para participar en un programa basado en la fe.
Podría decir que nunca quise ser misionera, pero, para ser honesta, nunca entendí realmente el concepto de misionero cuando era niña. En mi mente, tal vez pensaba que un misionero era alguien que iba de puerta en puerta regalando biblias, alguien que pasa su vida caminando con zapatos rotos por el desierto, alguien que se para con un letrero al costado del camino gritando “arrepiéntete o vas al infierno”. Con esta mentalidad, nunca me hubiera inscrito para ser misionera.
Sin embargo, recuerdo vívidamente cuando Dios me invitó a las misiones, aunque no me di cuenta en ese momento. Aunque crecí con alguna influencia cristiana o piadosa, especialmente viniendo de los Estados Unidos, donde todos son “cristianos”, me involucré más en la iglesia cuando tenía alrededor de 10 años. Por esa época, recuerdo haber sido marcada por un video que vimos con el grupo de jóvenes sobre ser un “cambiador del mundo”, un seguidor radical de Jesús que vive su vida haciendo una diferencia en el mundo.
Y así comenzó un pequeño fuego en mi corazón y ese mismo año me bauticé. Recuerdo que a lo largo de mi infancia y adolescencia tuve un amor realmente hermoso por Dios a pesar de mis propias decisiones de vida o las dificultades dentro de mi familia.
Emociones vivas
Mi adolescencia fue una montaña rusa de diversión, felicidad y profundo dolor. Estuve muy involucrada en diferentes actividades que trajeron muchas oportunidades emocionantes: viajes, fiestas, campeonatos deportivos, conciertos de coros. Pero también estaba experimentando mucho quebrantamiento en el hogar dentro de mi familia, desde la violencia y el abuso hasta la adicción y el caos.
En mi propio corazón, esto trajo una profunda inseguridad y mucha conducta destructiva: relaciones tóxicas con los chicos, fiestas, autolesiones, trastornos alimentarios, etc. Y durante todo esto, todavía estaba en la iglesia. Asistiendo fielmente todos los domingos y miércoles, cantando canciones de adoración, pero evitando que Dios realmente trabaje en mi corazón. En muchos sentidos, estaba viviendo una doble vida.
“Parecía una niña cristiana feliz que socializaba bien en la iglesia y la escuela, pero en secreto estaba viviendo un mundo completamente diferente”.
Madison Kinzley, misionera JuCum
A los 18 años me gradué de la escuela secundaria y me fui a la universidad, donde conocí a Jesús de la manera más real. En enero de 2012, comencé a cuestionar mi fe pensando: «Si realmente creyera en Jesús y en lo que hizo en esa cruz, ¿seguiría viviendo de la manera en que estoy viviendo?»
Transformación
Nunca cuestioné la existencia de Dios, pero dudé profundamente de su amor por mí personalmente. Esta es la pregunta que provocó tanta investigación, una crisis de identidad y conversaciones honestas conmigo y con Dios.
En esta temporada de dudas llegaron profundos valles de ataques de ansiedad y tormento. No podía apagar las luces o la televisión, no podía ir a clase, no podía dormir, ni siquiera podía pensar sin tener un ataque de pánico. Recuerdo que colgué versículos de la Biblia en mis paredes y grité pidiéndole a Jesús que me salvara de la oscuridad que sentía que me ahogaba.
Un día, una iglesia local estaba organizando una famosa banda de adoración en su edificio. Mi novio en ese momento, que no era cristiano, vio mi lucha y vino a llevarme al concierto. Me senté en ese edificio, con la cabeza entre las manos llorando y pidiendo a Dios que me salvara, me sanara, me liberara de lo que estaba experimentando. Y fue allí donde abrí los ojos y vi los pies de Jesús frente a mí.
“En ese momento, silenció cada tormenta en mi corazón como un peso que lo detuvo todo. Algo en su presencia me marcó para siempre”.
Madison Kinzley, misionera JuCum
No puedo decir que mi estilo de vida después de eso cambió radicalmente, pero desde ese momento Dios comenzó una obra profunda en mi corazón. Sembró una semilla de convicción y me sentí cada vez más incómoda con la mediocridad y la hipocresía que estaba viviendo. Anhelaba algo más.
Llamado
Aproximadamente 2 años después, un amigo me habló de JUCUM y de hacer una EDE para recibir más sanidad de algunas de las cosas que había atravesado en mi vida. Tenía tantas excusas, pero Dios las derrumbó todas. Acababa de solicitar un programa de enfermería especializado en la universidad y le dije a Dios: «Si realmente quieres que vaya, haz que me rechacen del programa».
Desafortunadamente (y muy afortunadamente), me pusieron en una lista de espera. Escribí un diario sobre mi miedo a salir de casa y de mi zona de confort y Dios me habló en voz alta «Josué» donde leí «¿No te lo he mandado? Sé fuerte y valiente. No tengas miedo; no te desanimes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”.
Así que fui a Londres en 2014 para hacer mi EDE. Busqué la EDE más conveniente para mí, la más corta principalmente para poder volver a la vida que pensé que quería construir con mi novio. Pero, para la tercera semana Dios ya había deshecho mi vida.
Dentro de mi EDE tuve revelaciones de quién era Dios en realidad, más allá de lo que yo proyectaba que fuera. Me di cuenta de que es muy amable, no severo; tan cariñoso, no esperando que yo trabaje para él; tan elegante, no constantemente frustrado conmigo; tan estable, no inconsistente ni manipulador. Probé su seguridad y probé esto conociéndolo más íntimamente, pero también a través de la familia y la comunidad que me rodea.
Sanidad
Siempre tuve el deseo de ayudar a la gente, siempre quise traer luz, cambio y esperanza. Pero me tomó mucho tiempo darme cuenta de que antes de poder ayudar a los demás, necesitaba recibir ayuda para mí. Me comprometí durante 1 año después de mi EDE a profundizar más con Dios, a recibir más discipulado y asesoramiento.
Pensé que esta sanidad vendría con un dulce consuelo y cálidos abrazos, pero el proceso de curación también ha requerido un cambio radical de hábitos, procesos de pensamiento y creencias fundamentales.
“Ha sido necesario llevar las partes más sucias de mí a Jesús para que las exponga y las limpie”.
Madison Kinzley, misionera JuCum
Ha requerido un perdón que va más allá de mi justicia; límites y aprender a amar y ser amado de manera saludable. Ha requerido sacrificar mis derechos, mis planes, mi comodidad. Ha requerido la entrega de la independencia de la que estaba tan orgullosa, por la que luché tanto para poder vivir con Él y para Él.
Siete años después y todavía estoy sanando porque ese proceso lleva tiempo y es posible que no esté del todo completo hasta que esté cara a cara con Jesús en la eternidad. Pero Dios me ha permitido asociarme con él de las formas más hermosas para ayudar a otros a encontrarlo y conocerlo también.
Misiones
Mi viaje hacia las misiones no fue el más convencional, pero de alguna manera Dios siempre supo lo que necesitaba y quería incluso más que yo.
Misiones no se trata de un buen boletín, completar tareas humanitarias, satisfacer una necesidad superficial. Las misiones se tratan de invitar a las personas a un espacio para conocer el corazón del Padre. El Padre que cuida; el Padre que provee desde nuestras necesidades más básicas hasta las profundas necesidades fundamentales de nuestro corazón; el Padre que protege y cubre, sana y restaura.
“Las misiones no se tratan de hacer un buen trabajo por nuestras buenas intenciones o por una buena reputación, sino de derramar lo que hemos recibido de Él”.
Madison Kinzley, misionera JuCum
Conozco la asfixia de la inseguridad y el miedo; conozco la tensión y el fuego de la ira y el resentimiento; pero, más que nada, conozco el amor incondicional de Dios, un amor que trae paz, un amor en el que puedes confiar. Y anhelo que otros sepan de este amor. Esa es mi misión y creo que eso es lo que cambiará el mundo: los encuentros con el Padre que resultan en amantes alegres y entregados.
¡He estado en misiones, una parte de JUCUM Urban Key en Londres por casi 7 años! Como misionera, no estoy llamada a un área o ministerio, sino a servir en cualquier capacidad que sea necesaria. Sin embargo, creo que Dios me ha ungido para caminar junto a las personas en el discipulado, la consejería y el proceso de sanidad.
Aquí en la comunidad y a veces en otras bases, enseño sobre discipulado y sanidad interior para escuelas de consejería, pero veo que estos son mucho más que temas de curso. Estos son procesos que requieren quitar capas con el tiempo y aprender a caminar de una manera nueva. Me encanta caminar con la gente a través de estas cosas mientras se curan, aprenden su identidad y comienzan a caminar hacia la restauración.
Además de estas cosas, también estoy involucrada en ayudar a adolescentes y mujeres que atraviesan dificultades, tenemos un ministerio llamado Street Light donde trabajamos con personas sin hogar, adictos o víctimas de violencia o abuso. Tratamos de bendecirlos materialmente con abrigos o comida, pero también con relación, un oído atento y un recordatorio de que todavía hay esperanza para ellos.
También me he asociado con otro ministerio llamado Illuminateque participa en clubes y burdeles en Londres para alentar y asesorar a las mujeres que trabajan allí. Tengo una gran pasión por ver que las mujeres ya no sean victimizadas ni objetivadas, que ya no limiten su valor a estas cosas, sino que conozcan su valor e identidad y vivan una vida sin esa oscuridad.
Para mí, muchas veces estas actividades y el estilo de vida misionero requieren sacrificios: noches de insomnio, largas horas y poco tiempo libre. Pero Dios ha puesto este ardor en mi corazón, esta energía que me sostiene y me emociona. Es fácil apreciar la transformación de una persona después de haber pasado por las partes “difíciles” o “desordenadas”, pero estar en el barro con ellos, ser ese apoyo y reflejar el amor de Dios en los momentos más oscuros es en realidad un privilegio.
La autora:
Madison Kinzley nació en Arizona, Estados Unidos, y desde hace 7 años es misionera de Jucum en Londres con YWAM Urban Key London, integra el ministerio Illuminateque da aliento a mujeres que trabajan en clubes y burdeles en Londres y Street Light, donde trabaja con personas sin hogar, adictos y víctimas de violencia o abuso.
«Me encanta ser creativa y probar cosas nuevas. El año pasado comencé un negocio con mi amigo llamado Attic & Ivy donde hacemos fotografía, filmografía, decoración y joyería. ¡Ya hemos reservado 6 bodas este año! También me encanta ser activa, hacer deporte y trabajar. ¡Algo divertido y fuera!»
En los diferentes roles que desempeñamos como mujeres hay momentos en los que nos surgen inquietudes ante los desafíos, circunstancias o decisiones frente a los cuales nos sentimos sin herramientas o directamente sin respuestas ¿Te identificás con algunos de los siguientes interrogantes?
¿Cómo puedo vivir en equilibrio, caminar en victoria y mantenerme encendida espiritualmente en medio de tantas presiones? ¿Qué hacer para aprovechar y distribuir bien mi tiempo, establecer prioridades claras, permanecer activa en el servicio y sin colapsar frente a la cantidad de responsabilidades y demandas habituales?
¿Es posible en el contexto actual desarrollar mi mejor versión a nivel personal, familiar y profesional? ¿Qué hacer para relacionarme bien conmigo misma y con los demás? ¿Cuál es la forma de gestionar mis emociones y administrar las tensiones sin perder el eje? ¿Cómo decidir sabiamente y liderarme interiormente como una mujer proactiva, relevante, que avanza sin desistir? ¿Realmente puedo lograrlo y vivir al mismo tiempo en armonía, disfrutando de una vida plena en Cristo?
Activar la inteligencia espiritual es fundamental para dar respuesta a todo lo anteriorporque,al hacerlo, nuestro corazón y nuestro espíritu se alinean a los principios de vida que nos traen plenitud, satisfacción y paz.
Mayra Djimondian, coach ontológico
Muchas de las preguntas planteadas y otras similares nos surgen en medio de la vorágine cotidiana, al encontrarnos con el desafío de superar las excusas y ponernos en acción, o cuando nos sentimos desprovistas de recursos emocionales y espirituales para enfrentar situaciones complejas. Como me compartía hace poco una mujer: “siento que no me da la vida, no encuentro cómo ordenarme y priorizar, estoy sobrepasada, en un sube y baja emocional y noto que espiritualmente me estoy secando”.
¿Y vos, querida amiga, te sentiste así alguna vez?
Frente a éstas y otras situaciones, la inteligencia espiritual es una llave que nos abre puertas de expansión a todo nivel. Desarrollarla es necesario para “cambiar el chip” que nos mantiene funcionando en piloto automático y superar lo que nos genera insatisfacción e incertidumbre. Activarla es crucial para disfrutar de una vida plena, es clave para dejar de postergar, renovar nuestra fe y animarnos a ir por más.
En tantos años de abordar este tema, descubrí que, en nuestro entorno, “la sabiduría tiene más prensa que la inteligencia”. Muchísimo se habla de ser mujeres sabias, pero ¿mujeres inteligentes? Podemos enfocarnos en ser sabias, pero si no activamos la inteligencia espiritual para instrumentar esa sabiduría en la práctica, nos quedamos a mitad de camino:
“Con sabiduría se edifica la casa, con inteligencia se consolida”, Proverbios 24.3 PDT.
No es solo cuestión de edificar nuestra vida como mujeres sabias, sino de consolidarla como mujeres inteligentes, extendiéndonos, potenciándonos, madurando en la fe, rompiendo limites, profundizando y afirmando las raíces que sostendrán nuestro carácter, valores y acciones.
“La sabiduría viene a ser como un motor, pero la inteligencia espiritual es la llave que lo enciende. Es la puesta en marcha equilibrada y coherente sin la cual ese motor, o no arranca o se quema”.
Mayra Djimondian, coach ontológico
El siguiente ejemplo resulta útil para graficarlo: Hay mujeres que son sabias en su decisión de amar y servir a Dios con todo el corazón, pero si no activan la inteligencia espiritual, sus prioridades se ven afectadas cuando ponen en marcha esa decisión sabia. ¿Cómo? Cuando por “servir a Dios” sus familias quedan relegadas. Cuando terminan desbordadas con miles de responsabilidades imposibles de coordinar y que incluso les restan tiempo para disfrutar de la presencia del Señor cada día. Entonces la decisión sabia de servirlo, al no ir acompañada de una instrumentación inteligente, se termina volviendo una carga, diluyendo en un mar de excusas o generando culpa, enojo y frustración.
Sabiduría e inteligencia espiritual se complementan, se nutren y cooperan mutuamente para que la vida en plenitud que Cristo nos propone pueda manifestarse en lo concreto, en el día a día, en nuestras relaciones, elecciones, emociones, decisiones y situaciones cotidianas.
Es un tema muy amplio y apasionante. Hoy te comparto algunos tips para incursionar en este camino que Dios nos pone delante como mujeres de fe. Veamos uno de los textos en los que se expone el tema en las Escrituras. Allí el apóstol Pablo señala que ora sin cesar con un objetivo concreto:
“…no cesamos de orar por ustedes y de pedir que Dios los llene del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que vivan como es digno del Señor, es decir, siempre haciendo todo lo que a él le agrada, produciendo los frutos de toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; todo esto, fortalecidos con todo poder…” Colosenses 1:9-14 RVC.
La inteligencia espiritual te lleva a conocer plenamente la voluntad de Dios.
Te impulsa a vivir como es digno del Señor,
agradándole en todo,
produciendo fruto en toda buena obra,
creciendo en el conocimiento de Dios,
viviendo fortalecida con el poder del Espíritu Santo.
Activarla y profundizarla te enciende espiritualmente, te dirige a la meta, te anima a una vida proactiva, productiva y llena del Espíritu Santo. Te empodera para que ni el sistema, ni la cultura, ni el contexto socio-político-económico te asfixien, te limiten o te hagan perder la perspectiva y dimensión de tu “para qué” en este mundo. Es un recurso del cielo que te potencia, no solo para ser una mujer que conoce la voluntad de Dios, sino que elige caminar en ella.
No hay nada más rico que las golosinas, ¿a quién no le gustan? Y qué mejor excusa que la semana de la dulzura para disfrutarlas.
Seguramente que estos días son más de los tantos comerciales que hay, pero es una gran oportunidad para endulzarle el día a alguien. Y si es alguien que quizás no conocemos tanto, ¡mucho mejor! No hay nada más lindo y más efectivo que el amor desinteresado.
La propuesta de hoy son Marroc caseros, una de las golosinas más ricas. Y con solo 3 ingredientes, esta semana podemos quedar muy bien con más de uno.
Ingredientes
200 gr de chocolate con leche
100 gramos de chocolate blanco
3 cucharadas de pasta de maní.
Procedimiento
Preparamos un molde de 20 cm por 12 cm aproximadamente, y le colocamos en la base un papel film, que luego nos permitirá desmoldar nuestro chocolate Marroc.
Derretimos el chocolate con leche a baño maría o en microondas. En caso de que sea en microondas, debe ser en intervalos de 30 segundos, revolviendo en cada tanda hasta que se derrita por completo. El chocolate es súper sensible al calor, así que debemos asegurarnos de no quemarlo en ninguna de las dos opciones. Luego le agregamos las 2 cucharadas de pasta de maní e integramos bien. Colocamos la mitad de la preparación en el molde y llevamos al freezer por 5 minutos. Reservamos el resto.
Derretimos el chocolate blanco repitiendo el mismo procedimiento. Una vez derretido, agregamos 1 cucharada de pasta de maní e integramos bien. Volcamos esta preparación en el molde, sobre la base de chocolate anterior, y llevamos al freezer nuevamente por 5 minutos más.
Por último, y pasado este tiempo, volcamos en el molde la otra parte del chocolate con leche y maní que teníamos reservado y llevamos al freezer por los 5 últimos minutos.
Ahora sí, desmoldamos con la ayuda del film y cortamos en cuadraditos para poder repartir y mimar a muchos.
“Una golosina por un beso” es el slogan que se popularizó. Como los besos en este tiempo no son una opcion, se me ocurre que podemos cambiarlo por “Una golosina por una sonrisa”. Quizás este simple dulce es lo que nos ayuda a conectar con alguien que estaba esperando ese mimo con todo su corazón.
¿Y si nos animamos? Me parece un lindo objetivo para proponernos cumplir en estos dias. Es realmente gratificante cocinar con propósito.
Una de las características de Jesús y, por ende, de Dios, es la de ser “El Buen Pastor”.
Desde el reconocidísimo Salmos 23, en el Antiguo Testamento, hasta el pasaje de Juan 10, todos están referidos al oficio de pastor. Así, lo divino se relaciona con el papel del excelente cuidador de ovejas. Esta comparación, por cuestión lógica, no era algo extraño para los hebreos, debido a que este era un trabajo ancestral en la Tierra Santa. Conozcamos más acerca de esta práctica, que el mismo Jesús expresó como parte de su identidad.
Ovejas, sí. Vacas, quizás
El trabajo de pastor era uno de los más populares, como ya se dijo en la introducción. Sin embargo, parece ser que era más popular la carne de oveja que la de vaca. Por esto, tener un redil de muchas ovejas era símbolo de buena posición económica. Esto se debe a que las ovejas brindaban lana, carne, pieles rústicas para vestirse y cuero para las tiendas (Diccionario Bíblico Ilustrado Holman, 2014: 1569). Las vacas, su cuero y, por ende, su carne, parece ser que no estaban distribuidos en forma general.
Los dedicados al pastoreo, casi siempre, eran los más jóvenes de la familia, como lo demuestra el ejemplo de David. Esta experiencia le trajo inspiración para la escritura de sus salmos. Los más grandes de la familia se dedicaban a los trabajos más pesados, o que más fuerza requerían, como arar o sembrar (“Usos y costumbres de las Tierras Bíblicas”, Wight, Portavoz: 160).
Los útiles del pastor
El versículo “Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”, enSalmos 23:4, es quizás uno de los más divulgados en prédicas o devocionales.
La vara consistía en una herramienta para proteger al ganado. Tenía una bola en el extremo con clavos. Servía para proteger de animales feroces. El cayado tenía un gancho en el extremo, para atraer a las ovejas que se descarriaban (Wight, Portavoz: 161-162).
Los otros elementos que completaban los útiles del pastor consistían en un bolso, una honda y una flauta. La honda, la cual también era un arma, para lanzar proyectiles a larga distancia. David también estaba adiestrado en esa arma, por lo que pudo vencer a Goliat.
Cayado
Flauta
Honda
Algunos de los útiles del pastor
La cercanía del pastor con sus ovejas
Si el salmista tomó esta figura es porque el pastor, además de ser un oficio noble, tenía una relación cercana con cada una de sus ovejas. La primera demostración de afecto es ponerles nombre a las ovejas:
“A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca”, Juan 10:3.
Colocarle un nombre distintivo a cada una involucraba el conocimiento específico que se tenía de cada una de ellas. Por ejemplo, “Negra”, “Orejas Grises”, entre otros.
“Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz”, Juan 10:4.
Los pastores iban delante de su rebaño, para guiar a las ovejas por el camino correcto. Esto nos demuestra la protección que tenía, para que no tuvieran que atravesar ningún sitio peligroso.
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”, Isaías 53:6.
Los buenos pastores también se preocupaban por que el rebaño estuviera completo, sin que ninguna de ellas se perdiera. Si alguna lo hacía, la buscaba intensamente hasta encontrarla. Sabía que faltaba alguna, debido a la profundidad con que las conocía.
En algunas ocasiones, el pastor también juega con sus ovejas, aunque esto parezca irrisorio. Generalmente, corre una distancia y espera que éstas lo alcancen. La flauta del pastor servía también para entretenerse y tocar su instrumento a las ovejas (Wight, pág. 171).
Como podemos ver hasta ahora, esta labor es un trabajo intenso, que requiere cariño, esfuerzo y dedicación. Había algunos, como también lo dice la Escritura, que eran solamente asalariados, es decir, iban por la paga, no les interesaban las ovejas que tenían a cargo.
“Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”, Juan 10:13-15.
En la actualidad, la mayoría de los pastores que hacen esta labor “artesanal” o de manera similar a lo que se hacía antiguamente son los pastores árabes. La mayoría de los israelíes se dedica a labores industriales o de la cría en granjas más modernas.
Sin embargo, a pesar del tiempo, Jesús optó por usar la metáfora de que Él es el Buen Pastor: no sólo nos cuida, no sólo nos lleva por buen camino, además de eso, se toma el tiempo de jugar con nosotros. ¿Habías pensado eso antes? quizás es hora de revisar lo que significa ser el Buen Pastor.
La salud mental se trata del bienestar psíquico, emocional y social que permite llevar adelante la propia vida, las relaciones y la comunidad en la que vivimos.
Según la organización mundial de la salud, los padecimientos mentales están entre las cinco enfermedades más frecuentes en América, entre ellas encontramos las más reiteradas como la depresión, ansiedad y el consumo problemático de sustancias.
Debido a la pandemia y al aislamiento obligatorio, los casos de padecimiento mental han aumentado de una manera significativa, sobre todo en las ciudades grandes de nuestro país, donde hay mayor población y el aislamiento permaneció más estricto. La salud mental es sumamente importante, porque de diferentes maneras influye en nuestro vivir cotidiano, en nuestra manera de desarrollarnos y ver el mundo.
En muchas ocasiones llegan pacientes a los consultorios como última opción, después de pasar por varios médicos, análisis y especialista, llegando a la conclusión que su dificultad es emocional o psicológica.
«Muchas veces tiene que ver con prejuicios o desinformación de las dificultades mentales o aun del ejercicio de los profesionales de esta área»
En relación a la iglesia, hubo una apertura importante a la salud mental desde hace un tiempo, se permitió hablar, tratar y promover, aunque aún faltan espacios de acompañamiento para personas con dichas dificultades y para sus familiares cercanos, ya que el entorno se ve afectado.
Muchas de las personas que padecen dificultades mentales acuden a las iglesias en busca de ayuda, encuentran consejería, hay oración y cierto acompañamiento en algunas instituciones. Pero se desconoce cómo tratar o acompañar a las personas con depresión, ataques de pánico, fobias o trastorno de bipolaridad y demás. En muchos casos hay una demonización de la persona y en vez de ayudar se dificulta el proceso de sanidad, ya que el paciente se siente desplazado y sin un lugar que pertenecer en la institución.
Debemos trabajar con el prejuicio que hay en las patologías mentales, en cierto modo son los incomprendidos, despreciados de la sociedad, pero Dios también los ama y está interesado en que la iglesia pueda sembrar esperanza, misericordia y compasión.
Por como se vienen dando las estadísticas por los aumento de enfermedades mentales, debemos como iglesia considerar que hay un campo nuevo y desconocido, de personas quebrantadas, que no son así porque quieren, sino que padecen una herencia de heridas, de recuerdos, pensamientos, dificultades psicológicas, orgánicas y aún espirituales, de las cuales solos no pueden salir. Necesitan ayuda profesional, el acompañamiento de su familia y la contención de su comunidad de fe.
La iglesia debería funcionar como una red para trabajar con el que padece, la familia y la sociedad
Estarabiertos a hablar más de la salud mental en las iglesias, para poder de alguna forma brindar recursos y herramientas para prevenir las enfermedades, como también para que el que padece no lo esté negando, por temor a que dirán, sino que tenga la libertad de buscar ayuda profesional y de consejería.
Aprender a mirar y tratar a estas personas con gracia y misericordia, a todos nos puede pasar más cerca o más lejos, en momentos de crisis poder acompañar, escuchar y brindar esperanza. En muchos casos después de su proceso encuentran la sanidad, en otros deben aprender a vivir con la enfermedad, manteniéndola estable.
Poder brindar un espacio de servicio o aun de trabajo, como de ayuda profesional para poder desarrollarse en la vida de la manera más saludable que le sea posible.
Algo muy necesario es el acompañamiento a los familiares en cuanto comprensión, capacitación y ayuda emocional, como tal vez en muchos casos física o económica.
Como iglesia ¿qué estaríamos dispuestos a hacer? por esta área de la sociedad olvidada o ignorada en muchas ocasiones, pensemos que muchos de nuestros hermanos que se sientan a nuestro lado los domingos en la iglesia, podrían estar padeciendo en silencio por miedo a la culpa o el rechazo, acallan su dolor, porque no saben con quien hablar por miedo. Según la estadística del ministerio de salud de la Argentina una de cada tres personas presentó dificultades de salud mental en alguna ocasión de su vida. Podemos seguir ignorando esta problemática o pensar ¿qué haría Cristo en estos tiempos, con los que padecen mentalmente? ¿Vos qué podrías hacer? Es posible imaginarlo tomando tiempo, abrazando, amando, perdonando y dignificando a los padecientes de estos tiempos y todo a través de su Iglesia. “Les digo la verdad, cuando se negaron a ayudar al más insignificante de estos, mis hermanos, se negaron a ayudarme a mí”, Mateo 25:45 NTV.
Sobre el autor:
Soy Ruth Benitez, Lic. en psicología, coordinadora de Cru en la Provincia de Misiones. Trabajo con estudiantes, profesionales y matrimonios en su desarrollo y crecimiento personal y espiritual. Ejerzo la profesión en consultorio privado, y estoy estudiando un máster en psicología cognitiva y conductual. Soy esposa de Sergio Grube y mamá de Ezequiel de siete años. Durante siete años hemos sido pastores de jóvenes y adolescentes, en la actualidad co-pastores en la I.D.C de Posadas.
Acá te traemos la segunda entrega del artículo que el profesor de educación física y personal trainner Luciano Cancher nos comparte sobre el trabajo de fuerza, como parte de nuestra motivación para impulsarte a mejorar tu calidad de vida, en el camino a tener una vida plena.
Entrenamiento de fuerza
En elartículo anteriormencioné que los ejercicios de fuerza son una parte vital de una rutina de entrenamiento equilibrado, que además incluye actividades aeróbicas (o cardiovasculares) y ejercicios de flexibilidad.
Quiero dejarte cinco buenas razones para empezar a entrenar la fuerza hoy mismo:
Mejora tu rendimiento.
Te pone en forma y tonifica todo el cuerpo.
Mejora la fuerza y la postura.
Impulsa el metabolismo y fortalece el sistema inmunológico.
¡Y también aumenta la autoestima!
Como indiqué en el artículo anterior, en la actualidad se ha logrado impulsar el entrenamiento funcional, que busca trabajar los músculos mediante la imitación de movimientos cotidianos o gestos deportivos específicos.
“Los ejercicios funcionales consisten en movimientos multiarticulares con el propio peso del cuerpo o con elementos, dependiendo del nivel de entrenamiento o necesidad”.
No olvidés hacer ejercicios de fuerza de zona media, estos son los abdominales y espinales; fortalecer estos grupos musculares te ayudará a tener una buena postura y te evitará futuras lesiones y dolores en tu espalda.
Plancha frontal baja: apoyá tus antebrazos, dirigí tu mirada hacia las manos. Contraé el abdomen y el glúteo sin que se caiga la cadera. Mantené esta posición durante 20 segundos (si esto es demasiado, podés hacer dos repeticiones de 10 segundos por serie).
Plancha lateral: apoyá un antebrazo, dirigí tu mirada hacia el frente. Contraé el abdomen y el glúteo sin que se caiga la cadera. Mantené esta posición durante 20 segundos para cada lado (si esto es demasiado, podés hacer dos repeticiones de 10 segundos por serie).
Espinal perro de caza: desde la posición de cuadrupedia estirá brazo y pierna contraria a nivel del tronco y mantené esa posición estática durante 10 segundos de cada lado.
Flexiones de brazos: acostado boca abajo, apoyá las manos a la altura del pecho y ancho de hombros; puntas de pies o rodillas apoyadas según tu nivel de entrenamiento. Flexioná y extendé los brazos manteniendo la cadera con la fuerza abdominal y glúteo. Realizar 10 repeticiones.
Sentadillas: el ejercicio consiste en flexionar las rodillas y bajar el cuerpo manteniendo la verticalidad, para luego regresar a una posición erguida. Por lo general, mientras realiza sentadillas, la persona sostiene algún peso con sus brazos o el cuello.
Glúteo puente o elevación de cadera: acostado boca arriba con las plantas de los pies apoyadas en el piso, elevá la cadera con la fuerza del glúteo sin tensionar la espalda baja. Realizar de 10 a 15 repeticiones. Para mayor dificultad se puede realizar la elevación con la fuerza de una sola pierna.
Fondo de banco: con las manos apoyadas en un banco y pies apoyados en el piso desde los talones, flexioná los codos hacia atrás, manteniendo la cadera cerca del banco. Realizar 10 repeticiones.
Declaro que comienza una nueva etapa en tu vida, y que con la ayuda de Dios serás integralmente fuerte. ¡¡Vamos, que el cansancio se va!!
Profesor Luciano “Lucho” Cancher: Casado con Meli. Ambos son profesores de educación física UNLP. Son líderes de adolescentes en la iglesia Vida Sobrenatural. Hace un año, en medio de la crisis y la pandemia, Dios los impulsó a independizarse y actualmente caminan hacia su propio centro de entrenamiento de fuerza.