Debemos entender que en medio del crecimiento, hay cosas que en algún momento funcionaron pero que después no, porque la medida de lo que Dios tiene para nosotros es mayor.
Pensamos que el Reino de Dios ¿es para para todos, para unos pocos elegidos o para aquellos que disfrutan la fiesta de gozo, plenitud, provisión y vida eterna?
El darte cuenta de que está sucediendo es el primer paso. Es clave identificar aquellos comportamientos que te alejan de las personas o te aíslan de tus sentimientos.
El Señor conocía el final de la historia. La cena de la Pascua profetizaba su muerte, pero Él declaraba con peso de eternidad ¡una cita como ninguna otra!