Rubina, de 37 años, vivía en un pequeño pueblo en el suroeste de Bangladesh con su esposo y sus dos hijas, pero ahora no tiene adónde ir. Su familia musulmana la echó.
Del otro lado de la historia, en un contexto sociocultural en el que las mujeres eran consideradas de segunda categoría, Jesús se ocupó especialmente de abrirles camino.