La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina (ACIERA) invita a orar por la paz en la ciudad de Rosario, Santa Fe, ante la ola de violencia desatada luego de que en cuatro atentados narcos mataran a dos taxistas, un colectivero y un playero en la capital santafesina.
La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina (ACIERA) invita a orar por la paz en la ciudad de Rosario, Santa Fe, ante la ola de violencia desatada luego de que en cuatro atentados narcos mataran a dos taxistas, un colectivero y un playero en la capital santafesina.
Además, esto provocó la irrupción de las fuerzas federales en la ciudad y la convocatoria de la provincia a policías retirados, para que ayuden con la custodia de edificios públicos, escuelas y hospitales.
Ante esto, el próximo viernes 15 de marzo a las 18hs se realizará una convocatoria en el Monumento Nacional a la Bandera. Dicha iniciativa será llevada a cabo por el Consejo de Pastores de la ciudad de Rosario, junto con ACIERA.
Cabe resaltar que ante lo sucedido, el Ministerio de Justicia de la Nación anunció una serie de medidas del Gobierno enfocadas en combatir la violencia y los delitos vinculados al narcotráfico.
Según lo que se informó oficialmente, estas medidas abarcan cinco ejes centrales: la implementación del sistema acusatorio; una reforma del Código Penal; cubrir las vacantes en el sistema judicial; la “extinción de dominio”; el fortalecimiento de la delegación de la UIF (Unidad de Información Financiera de Rosario) y la creación de nuevos espacios de trabajo.
En cuanto a reformas legales, se pondrá en marcha la creación de “una comisión encargada de revisar el Código Penal”, con el objetivo de incluir “nuevas conductas punibles y aumentar las penas relacionadas con narcotráfico, crimen organizado y delitos afines”.
Desde ACIERA aseguran que el objetivo de la convocatoria será, “juntos como cuerpo de Cristo, clamar para que el reino de Dios, su justicia, paz y gozo sean establecidos en la ciudad”.
Oramos e invitamos a todos aquellos que quieran participar, acercarse el próximo viernes 15 de marzo a partir de las 18hs al Monumento Nacional a la Bandera, Rosario, Santa Fe.
Supongamos que tenemos una amiga que se llama Juanita.
A Juanita le hablaron de Jesús y ella quedó muy impactada, tanto que decidió empezar a congregarse en una iglesia. Luego formó nuevos amigos ahí y se aprendió canciones nuevas. Al poco tiempo comenzó a servir en el área de multimedia. Juanita ofrenda y diezma. Cada tanto, mira prédicas en Youtube de sus predicadores favoritos y está leyendo un libro, el cual, escribió uno de ellos. Incluso Juanita se la pasa viendo contenido cristiano en Instagram y TikTok.
Cualquiera diría que a Juanita le está yendo muy bien en su caminar con Dios… ¿Verdad?
La realidad es que a pesar de que Juanita hacía todas estas cosas, su corazón y mente no estaban siendo renovados cada día. Ella seguía tratando irrespetuosamente a su mamá, y haciendo trampa en los exámenes. También continuaba posteando fotos reveladoras, hablando mal de sus compañeros/as a sus espaldas, diciendo malas palabras y mandando chistes “negros” a su grupo de amigos a cada rato.
Hace tiempo, Dios me confrontó haciéndome saber que yo estaba teniendo algunas de las actitudes de Juanita. No se trata de que siendo cristiano haya una lista de cosas que no podemos hacer, si no que hay una lista infinita de cosas que se supone que no deberíamos anhelar hacer. Esta es la famosa “tibieza” o “doble vida” que muchos cristianos llevan.
Si lees Mateo 23 te vas a dar cuenta de que la cultura religiosa e hipócrita viene desde hace mucho tiempo. Jesús reprendió la actitud de los fariseos y los maestros de la ley religiosa, porque a pesar de que lo que enseñaban era correcto (v3), sus vidas no demostraban frutos de haber adoptado esas enseñanzas en sus corazones, solo estaban en sus bocas.
Lo que a Juanita y a mí nos faltaba es vivir diariamente en comunión e intimidad con el Padre. Mirá lo que Dios nos dice a través de Pablo en este texto:
Juanita y yo necesitamos rendir nuestras vidas como sacrificio todos los días, tener como prioridad la intimidad con el Padre cada mañana, y obligar a nuestra carne a orar y a leer la Palabra, porque es así como el Espíritu nos va transformando.
“Dios ya tomó nuestra forma a través de Jesús, para que nosotros podamos tomar Su forma a través del Espíritu”
(Frase tomada del libro “Hijos de la intimidad” de Mariano Sennewald)
Luego de haber sido redimidas, perdonadas por Su sangre gloriosa, Juanita y yo debemos ser restauradas, cambiadas por el poder de Su Espíritu. Estamos llamadas a ser como Jesús, a parecernos cada día más a Él, en santidad, en amor, en justicia, en misericordia y en fe. Literalmente, llamadas a ser perfectas como Él lo fue. (Lee Mat 5:48)
Es importantísimo que entendamos que como hijos estamos en un proceso de cambio constante, y hasta Su venida nos encontraremos siendo renovados cada día. ¡Y OJO! Para nada es mi intención caer en el errado concepto de que este proceso lo debemos generar nosotros por nuestras fuerzas. Él es el rey, nosotros los lisiados, Él es el limpio y nosotros los sucios y es correcto que tengamos la confianza de presentarnos tal y como estamos ante Él.
Por supuesto que el proceso no va a ser perfecto, seguiremos cayendo como dice 1 Juan 1:8-10, pero nuestro proceso es ascendente como dice Fil. 3:13-14.
Lo que sí debemos hacer es ser intencionales en nuestra búsqueda diariamente y trabajar junto con el Espíritu para brillar frente a las tinieblas del pecado. Tu tiempo devocional debe ser un “no negociable” en tu día. Nuestra adoración a Él no puede ser superficial. Un toque de Su Espíritu debe movernos por completo, no solo lo visible, no solo lo obvio, sino todo.
Ahora, Juanita y yo sabemos que la intimidad con el Padre es la clave para nuestro caminar con Dios y ya hemos comprobado que en verdad estamos viviendo lo que Pablo nos enseña en Filipenses:
Seguimos sirviendo, leyendo libros, consumiendo contenido cristiano, creciendo en la fe, con amigos en la iglesia pero tenemos como prioridad nuestra intimidad con Papá. Y, sorprendentemente, ambas hemos empezado a notar un cambio en nuestra manera de vestir, de hablar, de reaccionar ante las presiones y lo más hermoso es que tenemos la plena seguridad de que no viene de nosotras, sino del toque fresco que produjo el Espíritu. Se trata de un cambio sincero, honesto.
Te animo lector/a, a orar para que manifiestes los frutos de tu salvación, los frutos del Espíritu. Te animo a buscar adorar a Dios cuando obedeces a tus papás, cuando te negás a hablar mal de otra persona, a guardar silencio ante una discusión y ser un agente de paz en medio de esa situación, a revisar tus perfiles en las redes sociales y dejar de taparte los oídos cuando escuchas que el Espíritu te susurra que esa foto no es apropiada.
Él es digno de toda alabanza y honra de nuestra parte, desde las cosas pequeñitas hasta las más grandes. El buen Padre recompensa a sus hijos por su anhelo de satisfacerlo en cada área de nuestras vidas. Te aseguro que si buscas primeramente tener intimidad con Él, si fijás tus ojos en Jesús, toda tu vida experimentará Su toque glorioso y verás un cambio rotundo en tu persona siempre desde adentro hacia afuera.
La edición 2024 del Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta, celebrada en Glasgow (Escocia), culminó el pasado 3 de abril con un impresionante despliegue de talento, marcada por dos nuevos récords mundiales y una serie de grandes actuaciones.
La edición 2024 del Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta, celebrada en Glasgow (Escocia), culminó el pasado 3 de abril con un impresionante despliegue de talento, marcada por dos nuevos récords mundiales y una serie de grandes actuaciones.
Resaltó la destacada actuación de Yemisi Ogunleye, una joven lanzadora de bola de 25 años, quien se alzó con la medalla de plata en una competencia reñida, dejando atrás a otras favoritas. Al alcanzar una marca personal de 20,19 metros, se quedó a tan solo tres centímetros de asegurar el título mundial.
Durante una entrevista con la emisora alemana ARD en el estadio, Ogunleye compartió su gratitud, señalando: «Saber que Dios ha allanado un camino para mí me llena de agradecimiento». Expresó su reconocimiento hacia quienes la han respaldado, mientras hacía referencia repetida a su fe cristiana.
Ogunleye, quien es miembro activo de una iglesia y participa en un coro gospel en Karlsruhe, compartió cómo su fe la fortalece en momentos de adversidad. «Mi fe me da fuerzas, porque confío en que Dios tiene un propósito para mí», afirmó. A pesar de enfrentar desafíos, incluyendo lesiones pasadas en las rodillas, Ogunleye encuentra consuelo en la creencia de que Dios guía su camino.
Además, Ogunleye habló sobre el papel fundamental que la fe ha desempeñado en su vida, especialmente cuando ha enfrentado discriminación racial y acoso en el pasado. «La fe me ha enseñado que soy valiosa tal como soy, independientemente de mi origen o el color de mi piel», afirmó durante la entrevista.
Con la vista puesta en futuras competencias, incluidos el Campeonato de Europa y los Juegos Olímpicos de París 2024, Ogunleye se prepara para enfrentar nuevos desafíos con determinación y confianza. Con una creciente base de seguidores en Instagram, su perfil bio resume su enfoque en la fe: «No yo, sino Jesús en mí».
"Hijo, estoy construyendo mi Iglesia, pero no es la Iglesia que tú ves"
La revelación sobre los Invisibles me llegó como un río inagotable de agua de vida, en medio de lo que consideraba un desierto difícil de sobrellevar. Para compartirte parte de esta, tengo que remontarme a unos años atrás.
Hace un tiempo, todo mi ser se encontraba con la dificultad de poder discernir qué era lo que me estaba pasando. Por aquellos días un gran desánimo me invadía. Estaba en medio de una carrera por alcanzar todo tipo de logros —muchos de los cuales estaban en mi vida por default cultural—. Esa situación me sumergió en un desierto tan extenso como el mismo desánimo. En esa época entendí que, si no tenía mucho tiempo para orar, tendría que inventarlo. De algún modo, Dios tenía que hablarme. ¡El Señor tenía que decirme por qué me estaba pasando lo que me estaba pasando!
Después de haber pasado tantos desiertos importantes en mi vida y tan caros para mí, después de haber aprendido con tanta claridad que Dios ama al dador alegre, después de haber tenido el privilegio de deleitarme en Él, después de haber disfrutado paso a paso la alegría de servir y dar la vida por el Bienamado, después de haber experimentado que el gozo en Él es mi fortaleza, me preguntaba por qué, entonces, había perdido el deseo y ya nada parecía motivarme. ¿Qué me estaba pasando?, ¿qué estaba haciendo mal? A veces el equívoco opera por debajo de la conciencia: me esforzaba por ser el hijo que Él esperaba de mí, pero algo no estaba resultando, algo no estaba saliendo bien… ¡Tenía que saber de qué se trataba!
Mi comunión con Dios comenzó a intensificarse cada vez más, tal vez impulsada por esta herida que buscaba alivio. Los espacios de silencio comenzaron a ser un refugio mientras emprendía la intensa búsqueda de una respuesta. Noche tras noche, madrugada tras madrugada, una y otra vez volvía la pregunta: «¿De qué se trata todo esto? ¡Dímelo, Señor, por favor!». De pronto, en lo que parecía que sería una noche más, su voz llegó: «Hijo, estoy construyendo mi Iglesia, pero no es la Iglesia que tú ves…». «¡¡Por fin, Señor!!», pensé. Pero, ¿qué clase de respuesta era esa?, ¿qué tenía que ver con lo que yo le había estado preguntando? Si aquel era un mensaje para mí, la realidad era que no parecía venir para aliviarme. ¿Sería que yo no estaba siendo aprobado? «¿Qué pasa, Señor?, ¿no estoy haciendo lo que esperas de mí?, ¿no alegro tu corazón?, ¿en qué momento me alejé de tu propósito?», le pregunté a Dios. La palabra que luego llegó fue un poco más amplia y esclarecedora:
Estoy construyendo mi Iglesia con personas que no necesitan prosperidad, aplauso, reconocimiento, posición, ser tenidas en cuenta o recompensadas para vivir la vida que Yo diseñé para ellas. Estoy edificando mi Iglesia con gente que se da a sí misma sin esperar nada a cambio, que ofrece la otra mejilla, que perdona a quien no merece ser perdonado, que ama con el mismo amor con que yo los amé. Hijo, el deseo de realización personal es veneno para el corazón de mis hijos. Yo NO los llamé al éxito, sino a serme fieles, a dar la vida por los demás, tal como lo hizo mi Hijo por ellos, ¡para eso es el Evangelio!
En ese momento me di cuenta de que Dios me estaba devolviendo al lugar donde yo había nacido. Me estaba llevando de nuevo a los pies de la cruz, al lugar donde me había encontrado con Él por primera vez, para que, de esa manera, recuperara la eterna alegría por tan altísima salvación. Esa alegría que parecía haberse opacado por estar pasando más tiempo ocupado en la obra del Señor que en el Señor de la obra. Dios me estaba diciendo que se trataba de mí, que el problema no estaba en mi exterior, sino dentro de mí ¡Él quería mi corazón! Luego, completó su palabra diciendo: «Deseo que, cuando la gente te vea, no sea a ti a quien vean, sino que reconozcan a mi Hijo Jesús en ti». Entonces entendí que era completamente necesario morir para ser lo que Él esperaba que yo fuera: un Invisible, para que su Hijo sea visto.
Me sentí flotar sobre agitación, una inquietud y una leve sensación de mareo como si me doliera todo. De repente, todo era tan grande, tan inabarcable, y a la vez tan honesto y tan puro que la alegría se paseaba por todos mis pensamientos para decirme: «¡Claro! ¡Sí, es así! ¡Nada se ha perdido! ¡El Evangelio sigue siendo real!, ¡siempre fue real! ¡Su palabra es verdad y, aunque la Iglesia se distraiga o se extravíe de lo único que Él llama verdad, Dios sigue siendo el mismo hoy, ayer y por los siglos! Si la Iglesia le pertenece a Dios y es el cuerpo de Cristo, y Cristo es su cabeza, ella debe expresarlo completamente, ¡debe tener su ADN en TODO!».
Tuvimos un encuentro con Rabito, uno de los referentes de la música cristiana, quien marcó un antes y un después en la manera de expresar el Evangelio en el mundo hispanohablante.
Sebastián Liendo conversó con Rabito haciendo un repaso sobre su conversión y puntos clave para entender la labor de un músico cuyo objetivo es hacer música para glorificarlo a Él.
Dejarlo todo por conocer a Dios
S: Yo me pongo a pensar en el momento en el cual vos te encontrás con Cristo o Cristo te encuentra.
R: Las dos cosas, diría el chavo.
S:Vos tenías mucho en la balanza por perder, ¿no es así? Hoy en día, trabajo mucho en la congregación y hablo con mucha gente. A veces hay gente que no tiene mucho por perder, por así decirlo, y duda. ¿Y por qué? Porque no puede ver. ¿Viste como dice en las Escrituras?, que “el Evangelio es un tesoro escondido en un campo y vas a tener que venderlo todo” y te duele. Porque es todo, aunque capaz no es el todo para otra persona. En tu contexto, estando de gira en Europa, con un éxito impresionante ¿Qué fue lo que viste en Cristo? ¿Cómo fuiste capaz de decir “yo estoy dispuesto a perderlo todo por esto”?
R: Bueno, cuando decidí largar todo secularmente, empecé por la compañía EMI Capitol, cuando se lo dije al presidente de la compañía en pleno éxito de Rabito. De hecho, ese furor fue el que me llevó a grabar gratis en Inglaterra. El presidente y dueño de la compañía London, Sir Edward Louis, se enteró de que “este” muchacho en Argentina y en toda Latinoamérica vendía muchísimos millones de discos. Entonces me invitó a grabar allá todo gratis, y con mi gente fuimos allá.
Tuve que decirle al presidente de la compañía “me voy”, y me dice “¿a dónde vas? ¿te vas de vacaciones?”, y le digo, “No. Me voy. No grabo más”. Y me dijo “¡¿Cómo que no grabás más?!”, y le respondí “Sí. Creo que vi a Dios”. Él no entendía nada. “¿Eh? ¿Qué te pasa? Vení a mi oficina” y me llevó a la oficina y me dijo “A ver, ¿Qué me estás hablando?”
“Creo que vi a Dios”, le repetí, “¿cómo que viste a Dios?”,me volvió a preguntar.“Sí. El papá de uno de mis músicos tenía cáncer. Le oraron en el nombre de Jesús y a los 45 días, la misma clínica que lo desahució a morir en 30 días, lo vio salir con su propias piernas y dijeron ‘Ahí va Lázaro y no tiene más cáncer’. Y yo dije “sí eso es Dios, yo quiero eso para mí y largo todo’”.
Uno toma decisiones y dependiendo las decisiones que tomes es el precio que vas a pagar. Y yo entiendo que a veces cuando uno es joven, muchas decisiones se toman en la etapa de cuando te comes los mocos y a veces no es solamente los chiquititos. Tengo otra gente grande haciendo eso.
Yo tuve que tomar una decisión hace muchos años y me fue bien, porque comprobé que Dios existe para la persona que quiere que exista y no es una convicción mental, no es un auto-convencimiento, es darle la posibilidad de que Dios se muestre que sí existe y tenés que abrir tu mente, tu corazón y tu criterio para darle la cabida de que si es algo espiritual que existe, que se te muestre.
A mí se me mostró, yo dije “creo que hice una buena decisión en mi vida”.
Sebastián Liendo conversando con Rabito
La música es de Dios
S: Sabes, yo te escuché decir que una vez la gente venía y te hablaba de la música y vos le decías “Bueno, pero estás entendiendo el mensaje de la música, ¿no?”,“Sí, sí, pero bueno, la música, la guitarra, la voz, esto y lo otro…”, y hablabas de la importancia del Mensaje sobre la música, como si fuera el esqueleto, el espíritu de la música. Vos sos un pionero que dejó tanto para la música argentina en Latinoamérica en todo lo que es el habla hispana, pero en Argentina en particular y hoy en día, Argentina tiene una escena muy plantada por cosas que vos plantaste antes y capaz otros regaron y otros estamos cosechando hoy en día.
Yo personalmente te lo agradezco, porque muchas lágrimas tuyas yo las estoy cosechando con gozo. Y mi pregunta es: ¿Qué consejo le das a los músicos que están empezando y que están viviendo esta etapa? ¿Cómo hacer para no poner la música por encima del mensaje y seguir siendo profesionales con excelencia?.
R:La música no salva a nadie muchachos, la música no salva a nadie, solo el Cristo salva. Entonces haz música, trata de hacerlo con excelencia, entender y respetar a la gente que conoce más que vos y te dice cuando estás metiendo la pata. Y cuando otro viene y te dice “Así no te conviene hacerlo de esta manera”, en lugar de saltar, simplemente escuchá y analizá, porque lo mejor te va a ayudar a tener una mejor producción.
Pero la música no salva a nadie. Uno utiliza la música, que es un invento de Él, que también nos inventó nosotros. Uno utiliza la música para pasarla bien, para disfrutarla, algunos para hacer travesuras, otros para ser mugres. Y a mi una vez me hicieron un reportaje y me preguntaron “¿Qué opinas de la música?” porque algunos me preguntan si el rock es satánico o no. Y yo llegué a esta conclusión y creo que esto es lo que tendría que tener todo músico en la mente. Le dije “Mirá, yo creo que si la música tuviera vida y fuera una persona, creo que nos miraría a todos y nos diría y ¿por qué me echan la culpa a mí de todo eso?«
«¿Por qué me echan la culpa a mí si el que me invento, me inventó para alabarlo a Él? Satán me robó, me prostituyó, me hizo un montón de cosas. Yo soy eso, soy la música, entonces yo no tengo la culpa que me usen mal. Cuando yo fui creada, fui creada para alabar a Dios, Dios me hizo para que lo alabe a Él”.
Es raro hablar de esto en el año 2024, pero hay que entenderlo bien. La música diría “Yo no tengo la culpa muchachos, el que tiene la culpa es el que me usa y según para lo que me usa. Hay canciones que hablan de mí alabando a Dios. Hay canciones que me usan a mí para hablar de porno, hay canciones de mí que utilizan para hacer droga. Hay canciones de mí que utilizan para hacer un montón de cosas traviesas. Ya no me echen la culpa a mí. La culpa la tiene el que me usa a mí para tal propósito”.
así que cuando uno está en la fe y sobre todo, maneja un instrumento, tiene que tener en cuenta que uno no es el que maneja la situación, la maneja Él. La música no salva, Él sí. Y si sos músico, hacela bien. Y si no vas a tomarte el tiempo para ensayar para luego alabarlo largá el instrumento, porque estás ocupando un lugar que no te corresponde. Aunque te guste o que sea toda una emoción, esto no es así. Si yo fuera tu pastor te educaría para que entiendas, para beneficio tuyo de lo que significa tocar un instrumento para Dios, para que el pueblo se alimente. Eso es lo que yo le diría a la gente.
El verdadero hijo de Dios es una persona que no solo es oidora de la palabra sino también es hacedora de ella. ¿Y eso qué significa?, la respuesta es: poner en obras la palabra del Señor. Y para que esto sea posible es necesario tener una vida en santidad, es decir, tener una vida de comunión con Dios
Lejos de lo que muchos creen, esto no significa ir a la iglesia todos los días, ni vestir de pollera o camisa y corbata. O por el contrario, vestir a la moda, sonreír y subir posteos espirituales en las redes. Nada de eso está mal, pero el punto central es que no tiene que ver con el exterior, sino más bien con lo que pasa en nuestro interior. La santidad empieza de adentro hacia afuera.
Además, la santidad no es un estado de emoción, ese poder que sentimos en un culto y luego dejamos de sentir al lunes siguiente. La vida en santidad es algo que se construye día a día, veamos un ejemplo;
Imaginemos por un momento que estamos sentados a la mesa del mejor restaurante de la ciudad, esperando el mejor plato del menú, ante el mejor chef.
¿Qué pasaría si al momento de recibir el plato descubrimos que hay una mosca en él?
De seguro no nos importaría que tan costoso sea el plato, ni que tan fino sea el lugar, ¡no lo comeríamos!
El chef podría explicarnos lo mucho que costó hacer esa exquisitez, y lo caro de todo lo que contiene, pero lamentablemente tan solo una mosca lo echa a perder.
Este mismo ejemplo plantea la palabra de Dios con el perfume y la mosca, en el siguiente pasaje;
«Las moscas muertas hacen heder el frasco del fino perfume del perfumista [..]” Eclesiastés 10:1
En la antigüedad el proceso de elaboración del perfume no era tan simple, era necesario buscar un lugar apartado y limpio de toda contaminación. Ya que los aceites que usaban para su elaboración podrían atraer a las moscas y así echar a perder toda la producción.
La santidad es como un perfume, y llegar a un estado de comunión con Dios es un proceso que debemos trabajar diariamente.
«Nosotros somos el perfumista, y la santidad es el perfume que debemos elaborar y cuidar».
Emanuel Ortega
Si tan solo algo pequeño, como una mosca, se entromete en nuestra santidad, podría contaminar y echar a perder todo lo que tanto costó hacer.
Es por eso debemos tener cuidado con las moscas que merodean a nuestro alrededor, no vaya a ser que una caiga en nuestro perfume y lo arruine. A veces basta con una pequeña tentación para hacernos apestar, y algo que huele mal se nota, se siente y se percibe.
Por el contrario, quien está en santidad tiene una fragancia que es percibida por los demás. Un buen perfume hace placentero estar en un determinado lugar.
Un hijo de Dios que está en santidad brilla, huele bien, perfuma y cambia el lugar en donde está, pero por sobre todo alegra el corazón de DIOS.
¿Tu perfume está puro o se echó a perder? ¿A qué hueles? Procura oler bien, procura oler a Cristo. Pero si hay moscas en tu vida haciéndote alejar del propósito divino es hora de entrar en acción.
La santidad no es un parámetro para determinar quién está más o menos apto ante Dios (aunque sí lo era en la antigüedad antes de la llegada de Jesús), sino que es el resultado de nuestra búsqueda personal con el Señor.
La buena noticia es que, si hoy te arrepientes, y le pides perdón al Padre, puedes empezar un nuevo camino y una nueva historia. Y en el nombre de Jesús dejarás de oler mal y empezarás a brillar una vez más.
A continuación, te dejo algunos consejos que te servirán para mantener tu intimidad con Dios:
1– Apártate
Es necesario pasar tiempo en la presencia de Dios, apaga el celular por un tiempo, desinstala por un momento esa red social o juego que te tiene distraído y habla con Papá. Sin intimidad es imposible estar en santidad. Si no te apartas te merodearán las tentaciones y te harán caer.
2– Identifica las moscas
Si no sabemos qué son las cosas que nos alejan de Dios no podremos combatirlas. Las moscas pueden merodear, pero es nuestro trabajo cuidar el perfume y no darles lugar. La palabra de Dios dice que debemos resistir al enemigo y huirá de nosotros.
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Santiago 4:7
3– Confiesa tus pecados
Un ejercicio que me ha servido mucho en la vida cristiana es confesar mis pecados, no solo a Dios, sino a una persona de confianza. Confesar el pecado lo saca a luz y lo expone. Es una forma de despojarnos y liberarnos de eso que teníamos oculto. Mientras lo tengamos guardado bajo la alfombra nunca vamos a poder salir de esa tentación o esa debilidad que nos tiene cautivos.
“Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho”. Santiago 5:16
4– Deja atrás el pasado
No le recuerdes a Dios tu pasado cada vez que ores porque Él ya te perdonó a través de su hijo Jesús en la cruz del calvario. Si no dejas el pasado nunca podrás avanzar.
Enfócate en el futuro que Dios tiene preparado para tu vida y caminarás como una persona diferente. Dedícale tiempo a tu comunión con Dios y Él te recompensará en público. Dios te bendiga, Amén.
El viernes pasado, el ministerio salió a mostrar a Jesús en medio de la marcha feminista realizada en Argentina.
El viernes pasado, el ministerio salió a mostrar a Jesús en medio de la marcha feminista realizada en Argentina.
El 8 de marzo, 8 mujeres y 4 hombres salieron a las calles a ser luz. En un ambiente al que muchos no pueden acceder, debido a la fuerte influencia pro aborto que generó muchos disturbios y vandalismo en algunos puntos del país, este grupo de jóvenes oró, predicó y conversó con varias personas.
Así como también hicieron el año pasado en la misma marcha, llevaron a cabo dos evangelismos: “Toma y Deja”, y “La bandera de la Mujer”.
Por un lado, “Toma y Deja” consistía en poner una mesa con una lata con fuego adentro, un frasco con versículos enrollados para que las mujeres escribieran algo que represente un peso que quieran sacarse de encima. Luego, estos eran lanzados al fuego, al hacerlo se les entregaba un versículo, y les preguntaban si tenía que ver con lo que habían dejado en el fuego. A raíz de esto se les invitaba a conversar sobre lo que dejaron, muchas lloraban instantáneamente al momento de ver cómo lo que dejaron se prendía fuego. Otras se quebraban al leer el versículo, muchas querían hablar pero otras tantas no.
Por otro lado, “La bandera de la Mujer” se trataba de una bandera de 3 metros por 1 y medio, con la palabra MUJER en el medio, con preguntas alrededor como «¿por qué estás luchando?» «¿qué estás haciendo?» «¿qué es la justicia?» «¿qué querés gritar?». A las presentes se les entregaban marcadores para que escriban en la bandera sus respuestas a esas preguntas y a partir de las respuestas empezaba una conversación donde explicaban por qué contestaron eso, algunas lloraban mucho explicando sus respuestas.
Además hubo algunas entrevistas en audio y en video, con las mujeres contestando las preguntas de la bandera, estas conversaciones iban guiadas al evangelio y se predicaba según la persona, según el tema del que se estaba hablando y también siguiendo la guía de Dios en cada conversación
En general hubo una gran recepción en ambos evangelismos, con una concurrencia masiva, con comentarios positivos en su mayoría pero también algunos de forma negativa. Muchas muy enojadas con la iglesia y ante esto, se les explicaba cómo las mujeres tuvieron y tienen un rol importante en la Biblia, lo que empezó como conversaciones intensas terminaba en feministas reflexionando y reconociendo que nunca habían visto a Jesús de esa manera.
Desde Steiger reconocieron que “es importante estar en este tipo de marchas, porque nos encontramos con gente que normalmente no entraría en una iglesia. Creemos que es gente que tenemos que ir a buscar y llevarles a Jesús, porque por ellas mismas no lo buscarían por el mal concepto que tienen de la iglesia o de Dios mismo”.
Carlos Annacondia participó de una cruzada en Moreno
El pasado 9 de marzo finalizó la campaña “Jesús Te ama” en Plaza Buján, Ruta 7, a la que asistieron miles de familias para escuchar el mensaje de la cruz.
Durante seis días, la localidad de Moreno, provincia de Buenos Aires, Argentina, vivió una fiesta, siendo testigo de milagros, momentos de adoración y mensajes que revelaron a Cristo en medio de estos tiempos difíciles que vive el país. En el evento participaron predicadores y artistas influyentes que dejaron plasmado el Mensaje en su paso por el escenario.
Imágenes otorgadas por @belubrave y @ramacastelo
Diego Carbone, Angel Annacondia, Coty Annacondia y Carlos Annacondia fueron los evangelistas que pasaron a orar y predicar a todos los que se encontraban presentes allí. El evento también contó el último día con la participación de Rabito, el influyente músico que marcó a toda una generación con el Evangelio y que vino de visita desde Estados Unidos para transmitir a través de su música el Mensaje a su país natal.
También, acoplándose junto a la campaña, se llevó a cabo la segunda parte del Youg Fest, en la que disfrutaron de una jornada a pura música con las participaciones de Eric Bustamante, los Jesus Warriors, Matthew Hotton y Factor de Cambio. También estuvo La Rondita Radio, quienes estuvieron transmitiendo por streaming en medio del evento desde el escenario. Además, para el cierre contaron con el pastor Ale Gomez.
Imágen otorgada por @belubrave y @ramacastelo
Aproximadamente unas 14 mil personas fueron parte de estos 6 encuentros, siendo testigos de milagros, arrepentimiento y entrega al Señor. Como el caso que nos compartió Luchi Carbone, uno de los que formó parte directiva de la organización del evento: “Un hombre que sufría de artrosis, que no podía mover las piernas, asistió a la campaña, y mi abuelo Carlos Annacondia y yo oramos por él, e inmediatamente fue completamente sano. Lloraba de emoción. Además el que lo acompañaba a él mientras oramos también se sanó de un dolor intenso en la espalda”.
Moreno fue impactado por el Mensaje del Evangelio la semana pasada, pero más allá de la música, escenarios y cantidad de personas, la gloria se la llevó solamente Cristo, aquél que nos reconcilió con el Padre para darnos vida eterna y disfrutar de los beneficios de ser Hijos.
“Como la gente lo escuchaba, pasó a contarles una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a manifestarse en cualquier momento.” (Lucas 19:11)
Este pasaje de la Biblia nos cuenta cómo la gente esperaba la manifestación del Reino de Dios, pero Jesús les quiso dar una parábola para que ampliaran la visión que tenían acerca de qué implica el Reino. Porque el Reino de los Cielos no solo es Su presencia invadiéndonos, sino movilizándonos para hacer algo con aquello que nos fue otorgado.
La Parábola del Dinero muestra a Dios esperando algo de nosotros, y aun mostrándose exigente con aquello que espera. Podemos decir que Dios tiene altas expectativas sobre nuestras vidas, porque su deseo es que el Reino sea establecido a través de sus hijos y, para eso, Dios nos quiere encontrar sirviéndole con todas nuestras fuerzas.
Ahora la pregunta es: ¿qué espera Dios de nosotros?
Dios espera que reconozcamos que se nos confió algo valioso
Empezando por nuestra salvación, y siguiendo por nuestros dones, todo lo que tenemos es algo valioso que el Señor depositó en nuestras vidas. Con esto afirmamos que nuestros tesoros espirituales son un regalo de Dios.
Aún el dinero en esta parábola es un símbolo de la confianza que el Rey tiene en sus siervos. El Señor confía en nosotros, al punto de darnos sus recursos y hacernos partícipes de sus planes y de su naturaleza, para que reconozcamos que no es con nuestras fuerzas sino con las suyas, que podemos experimentar su realidad.
Pero esta confianza también se ve reflejada en que su instrucción no tuvo mucho más detalle que: «hagan negocio con este dinero». No hay más dirección que esa. En cierto sentido, acá vemos que Él confía en que conocemos su corazón, y que, por lo tanto, haremos lo correcto con aquello que Él nos entregó, poniéndolo a su servicio.
Lo que nos dio es valioso porque es una muestra de que somos partícipes de su Reino eterno. Él nos hizo colaboradores suyos al darnos ese «dinero» para que defendamos y extendamos los intereses del Reino.
Dios espera que acrecentemos lo que se nos entregó, poniéndolo en movimiento
La siguiente parte de la parábola es lo que sucede al regreso del Rey Jesús. En la rendición de cuentas de sus siervos, comprobamos qué es lo que el Señor estaba esperando que hicieran con aquello que les dio: los «negocios» implicaban movilizar el dinero, y multiplicarlo.
El Señor espera movimiento, incremento, multiplicación, y extensión de lo que nos otorgó. Si son dones, de los frutos de los dones. Si es de la salvación, de las vidas que son salvadas, y así de cada tesoro que nos dio. Todo lo que nos fue otorgado es para ser entregado, y puesto a su servicio. Al ser entregado, cada don, virtud y valor es multiplicado. De este modo, avanzamos por la vida sembrando la realidad del Reino, y a su vez, levantando una gran cosecha que lo expande a todo lugar.
Dios espera que seamos conscientes de que tendremos que dar cuenta de lo que hicimos o dejamos de hacer
Muchos cristianos viven sin conciencia de que tendremos que rendir cuentas de lo que se nos ha confiado. Pero Jesús no solo es amor, es también un Juez Justo que demanda de nosotros resultados.
Esta es una de esas parábolas que fulmina todo argumento a quienes quitan valor en el cristianismo al esfuerzo, la entrega, y por lo tanto, los resultados. Jesús ya lo ganó todo, pero por eso mismo espera que nosotros estemos dispuestos a darlo todo. ¡De esto también se trata el Reino! De una responsabilidad que nos fue confiada y por la que se nos pedirá cuentas.
Tener que dar cuentas significa que nuestro enfoque y, por lo tanto, nuestros resultados en la tarea que el Señor nos asignó, nos traerán una consecuencia: castigo o recompensa. Lo interesante es que las recompensas del Señor no implican relajamiento, sino más trabajo: los que multiplicaron más el dinero, terminaron a cargo de más ciudades, o sea, una mayor responsabilidad.
En conclusión: no podemos dejar de servir al Señor, multiplicando todo lo que puso en nuestras manos, porque una gran recompensa nos espera. ¡Esto también es el Reino!
Si tenemos un techo sobre nuestras cabezas ya tenemos algo por lo que agradecer, ya sea una casa grande con jardín, un departamento en la ciudad o una vivienda básica y modesta.
Justamente, un estudio arqueológico asegura haber encontrado la casa donde creció Jesús, en Nazaret. Se trata de una vivienda del siglo I, construida en una cueva natural, que consta de varias dependencias, una escalera y una azotea, con detalles de artesanía preciosos que sugieren que pudo haber sido construida por José, dadas sus dotes en estas artes.
Como todo lo sucedido hace muchos siglos atrás, siempre habrá dudas acerca de su veracidad y puede haber lugar a falsas interpretaciones. Sin embargo, los aportes arqueológicos pueden aclarar la situación y acercarnos al conocimiento de dónde vivió Jesús.
Las casas de esa época eran todas muy parecidas la una a la otra. Además, eran en exceso sencillas, generalmente de adobe, paja o piedras, sin ningún lujo aparente, tampoco tienen letras, escritos o grabados que indiquen quién vivió allí.
De hecho, lo relacionado al cristianismo, a la vida, ministerio y muerte de Jesucristo, no tiene todas las pruebas arqueológicas completas, y es por una simple razón: vivió y murió, pero resucitó. Entender esto requiere fe, en eso se basa el cristianismo; por lo tanto, celebro estos descubrimientos y anhelo que se logren muchos más, pero estos nunca podrán opacar la fe, que es fundamental para tener una vida cristiana.
Excavación que muestra los cimientos que habrían sido del siglo Primero. Fuente: Diario El Nacional.
Barrios privados, residenciales y casas humildes del antiguo Israel
Este título, por supuesto, no es exacto. Pero sí sirve para aproximarnos a cómo eran las viviendas en el primer siglo de la era cristiana. Las casas mejor conservadas son aquellas que fueron hechas con los materiales de más calidad, es decir, las de las personas más pudientes, entre los que se encuentran romanos y algunos judíos.
¿Cómo distinguir una casa romana de una judía? Por lo que hablamos antes: los judíos tenían símbolos que hacían referencia a su religión, como la menorá; y las casas romanas tenían mosaicos con dioses, figuras o inscripciones que hacían referencia a sus dioses o creencias. Los materiales de estas casas eran piedras y otros objetos perdurables.
Otras casas con menor suntuosidad han sido encontradas bajo una gran capa de hollín o cenizas que permitió su conservación; eran de materiales también durables, como la piedra caliza, pero sin tanto lujo como las anteriores.
A medida que disminuye el poder adquisitivo de los propietarios, se encuentran viviendas de materiales más rústicos, aunque predominan los pisos de piedra. Dentro también se pueden encontrar materiales que sugieren el oficio de sus habitantes, por ejemplo, herramientas para cortar madera, para tallar la piedra o cosas similares.
Una característica común de los habitantes en esta zona es que pasaban la mayor parte del tiempo en la azotea o techo. Allí pasaban casi toda la mañana para moler la harina y así hacer el pan. Además, los espacios interiores eran muy escasos y pequeños, por lo que tenían mayor comodidad en la azotea (Biblia Arqueológica NVI, 2009, pág. 1626).
Otro segmento de los cimientos de la Casa de Jesús en Nazaret. Fuente: nortedigital.mx
Volviendo a la casa de Jesús en Nazaret
Esta casa donde es posible que el Mesías haya pasado su infancia no se descubrió hace poco, se conoce desde 1880. Aunque no es posible aseverar que en verdad vivieron allí María, José, Jesús y sus hermanos, recientemente el arqueólogo británico Ken Dark asegura tener evidencias que lo comprueban, pese a tener todo un grupo de historiadores, arqueólogos y otros estudiosos que afirman lo contrario o que insisten en que faltan datos y evidencias para comprobar la veracidad de dicho hallazgo.
La primera de las evidencias de Dark es que las estructuras de esta vivienda corresponden al siglo I, que fue dejada de habitar en el mismo siglo y que es única en toda la región, además de que sobre su estructura se construyó una iglesia cuyos vestigios encajan con una descripción del siglo VII que habla de un templo erigido sobre la casa de Jesús y que se había convertido en un lugar de peregrinación.
También se encontraron objetos menores, como restos de cerámica, que hacían referencia al judaísmo que se profesaba en esa vivienda.
Resumiendo, desde la fecha en que se publicó la nota se conoce la ubicación de la casa donde posiblemente vivió en su infancia Jesús en Nazaret, por los objetos encontrados, por otros edificios construidos allí y porque la estructura es única en esa región.
Estos hallazgos son algo para festejar, sin ninguna duda, pero el foco siempre debe ser ese: no perder de vista que somos salvos gracias a que Dios entregó a su Hijo por nosotros. Por lo tanto, estos descubrimientos deben aumentar nuestra fe, mucho más en momentos tensos como los que estamos viviendo.