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Cuando el cielo invade la Tierra Teens

Este es un libro de la autoría de Bill Johnson con la colaboración de Michael Seth , adaptado a preadolescentes y adolescentes ya que hay otra edición sobre la obra. En este escrito, esta la invitación a sentir el amor del Padre y creer en su Palabra para llevar una vida en el mover de Dios y su Espíritu Santo, es notoria y el eje central de principio a fin. 

Bill Johnson comienza este libro narrando una historia que tuvo lugar en una ciudad de Kenia, África, llamada Bungoma. Y observaremos que no la eligió al azar sino por una razón específica.

En esa ciudad y en ese tiempo se creía fervientemente que Dios no podía utilizar a niños como un instrumento de su amor. Ya sea para bendecir a otros, para desatar sus gloriosas bondades y riquezas celestiales o para ejercer la autoridad dada por Cristo al haber nacido nuevamente en Él.

Sin embargo, Bill y Seth nos contarán, en detalle, cómo el Señor decidió utilizar a los niños y jóvenes grandemente no solo para traer salvación, esperanza y sanidad, sino para que los religiosos de esa época comprendieran cuánto Dios los ama y desea moverse sobrenaturalmente a través de su vida.

Sin más preámbulo, Johnson nos va a ir adentrando al plan de Dios, el mismo por el cual Jesús oró, su Espíritu intercede, nos lo recuerda a diario y busca atraernos nuevamente hacia Él: la unidad en Cristo como hijos y hermanos en la fe.

Esta unidad la vemos reflejada a través de la vida de un grupo de niños y adolescentes. Ellos, pese a las diferencias y divisiones de las iglesias locales de aquella ciudad, fomentadas por líderes y adultos, decidieron hacerlas a un lado para ser uno y salir a llevar las buenas nuevas del Evangelio para así alcanzar a los perdidos.

Bill Johnson, en esta obra, no solo nos hablará del amor de Dios por los adolescentes y jóvenes, sino que desafiará e impulsará nuestra fe hacia una dependencia plena del Padre. Nos dejará en claro la posición que Jesús ganó en la cruz para sus hijos, entendiendo que somos llamados a vivir como Él vivió, no en nuestras fuerzas o capacidades sino en las suyas.

“El mundo que no puedes ver con tus ojos es más real y más poderoso que el que sí puedes ver”

Esto lo declara Bill. Pero no concluye ahí, plantea algo fundamental: nos es imposible ver el mundo invisible que Dios desea mostrarnos, si realmente no estamos dispuestos a que sea Él quien transforme nuestro modo de pensar, vivir y ver las cosas.

Si Jesús crecía en gracia y conocimiento al igual que en estatura, ¿por qué nosotros no deberíamos hacerlo? Lo cierto es que estamos en medio de un mundo espiritual, y Dios desea con todo su corazón el nuestro, para que lo amemos y establezcamos de una vez su Reino en la Tierra.

En este libro Bill Johnson y Michael Seth nos van a traer luz capítulo a capítulo y nos invitarán a una vida radical en Jesús, quien por medio del Espíritu Santo obró milagros, trajo libertad a los cautivos y sanidad a los enfermos. Pero también nos van a dejar preguntas y puntos de reflexión íntimos y personales para seguir aprendiendo de Aquel que resucitó de entre los muertos y hoy está entre nosotros.

Las llaves de poder y autoridad ya nos fueron entregadas, la presencia de Dios no nos abandona y su Espíritu Santo es nuestra guía y amigo en todo tiempo. Sin más que agregar, prepárate para iniciar una lectura que encenderá la chispa de la fe y llevará a experimentar y sentir aún más de cerca la presencia y Reino de Dios. “El cielo está listo para aparecer y mostrarse”. ¿Estás listo para descubrirlo?

El valor de la interpretación bíblica

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“¿Entiendes lo que lees?”. ¡Qué pregunta! Es que la simple reproducción de fonemas no es lo mismo que leer. ¿Tienes una correcta interpretación de aquello que lees? Leer no necesariamente implica llegar a la instancia de comprensión lectora.

Claro, algunas veces, el conocimiento que adquiriríamos al leer ciertas cosas no tiene mayor relevancia para nuestra vida. Comprender la física cuántica es interesante pero no modifica la existencia de la mayoría de los mortales. ¡Cuidado! No pretendo decir que está mal tener una mente curiosa y buscar satisfacer esas curiosidades. “El saber no ocupa lugar”, al contrario, amplía nuestro mundo interior.

Lo que trato de decir es que la información no siempre tiene la misma relevancia para nuestra vida. Pensemos en la importancia de entender una prescripción médica. ¡Hay gente que se tomó a cucharadas una loción de uso externo!

Por eso pongamos en contexto la pregunta con la que comienza este artículo: “¿Entiendes lo que lees?”. Ella alude a una historia relatada en el libro de los Hechos 8:26-40. Felipe, uno de los siete diáconos, fue escogido para servir las mesas de las viudas y darles espacio a los discípulos para dedicarse a la predicación del Evangelio.

Sin embargo, a pesar de ser escogido para una labor administrativa en Jerusalén, un capítulo después lo encontramos llevando un avivamiento a Samaria. Bajo su predicación se convertían multitudes y muchas señales ocurrían bajo su ministerio. ¡Una campaña exitosa!

Y en medio del éxito, un ángel le pide que vaya a caminar a un camino desierto. ¿Para qué? No parece que se le haya dado un motivo, pero Felipe fue y en el camino encontró a un funcionario etíope que leía el libro del profeta Isaías. Entonces, caminando a la par del carro, formuló la pregunta: “¿Entiendes lo que lees?” (RVC). Lamentablemente, el hombre no entendía nada y pide a Felipe que se lo explique.

¡Volvemos al mismo punto! Este hombre leía, pero no entendía. Luego de recibir la explicación del predicador, recibió a Cristo como Salvador y pidió ser bautizado. ¡Vaya que era trascendente la comprensión lectora! La vida eterna dependía de ello.

Jesús alude a este concepto en Juan 5:39-40 (RVR1960): “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. La palabra griega que nuestra Biblia traduce escudriñar puede traducirse también como preguntar, buscar, investigar.

Entender es interpretar e interpretar es un trabajo. Cuando debemos hacer una labor en particular, se nos hace necesario tener acceso a las herramientas adecuadas. Esto no es diferente con las Escrituras. Tenemos la posibilidad de apelar al Espíritu Santo en la interpretación, pero eso no nos exime de nuestras responsabilidades. El Gran Ayudador hace su parte cuando nosotros hacemos la nuestra.

Bien, entonces, a qué nos referimos cuando hablamos de herramientas para la interpretación bíblica… Pues hablamos de hermenéutica que no es otra cosa que la ciencia que rige la correcta interpretación de los textos.

Me gusta mucho relacionar la Palabra de Dios con el alimento. Bueno, la Biblia se relaciona a sí misma con el alimento (Hebreos 5:12-14) ¡Todos sabemos cuánta relación existe entre la salud y la alimentación!

Pero en los últimos tiempos se ha descubierto que no solo es importante la calidad del alimento en sí. Igualmente importante es la forma en la que se lo manipula. La contaminación cruzada, la interrupción de la cadena de frío y la cocción inadecuada pueden hacer que un alimento deseable se convierta en un arma letal.

Juzgar la calidad propia de las Escrituras es innecesario. La Biblia es el famoso superalimento. El riesgo de toxicidad no está dado de ningún modo por la esencia de la Palabra misma. Nuestra manera de tratar con ella es lo peligroso. ¡Sabias palabras del apóstol Pablo a Timoteo, su hijo en la fe!: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15, RVR1960).

Repito en mente muchas veces esas palabras: “que usa bien” “que usa bien”. Las repito porque han sido el fundamento de mi ministerio, pero mucho más de mi vida. Manipulamos un instrumento sagrado. Manipulamos un instrumento poderoso. Nos volvemos en la voz del Señor cuando la leemos o predicamos a otros sin asumir la trascendencia de lo que estamos haciendo.

Una interpretación correcta es decir exactamente lo que Dios quiso decir. Ahora vuelvo a preguntarte: “¿Entiendes lo que lees?”. Espero que así sea, porque de eso depende tu salvación y la de los que te oyen.

Preparate para emprender

Woman tailor working on leather fabric

Comenzar a emprender es como iniciar un nuevo viaje cuyo destino puede ser más o menos conocido, pero siempre implicará salir del lugar actual. Desde hace doce años acompañamos a emprendedores en la etapa inicial de sus proyectos, y en el 2012 fundamos una incubadora de negocios, y es por esta experiencia que quisiera compartirles algunos fundamentos.

Según la Real Academia Española emprender significa ‘Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro’. Como toda travesía, empieza con los primeros pasos, por el hacer y acometer, que implica salir del lugar de pensar. Claro que la etapa de ideación es importante y necesaria, pero es necesario ponerle fecha de caducidad para pasar a la acción.

Demorar esa decisión suele ser uno de los principales peligros que atentan en contra del emprendedor. ¡En algún momento deberemos comprar ese ticket o reservar la estadía del lugar donde queremos ir! Si dejamos que el tiempo pase, en vez de avanzar es muy probable que lo que crezcan sean los miedos por lo que vendrá, la culpa de lo que no fue… La frustración por estar estancados y no progresar, así como tantos otros factores limitantes que nuestra mente se encargará de traernos a diario.

Es un error no lanzarse por aspirar a tener todo resuelto y preparado antes de la partida. Pretender controlarlo todo y buscar la perfección es muy característico de las mujeres (¡a veces parece que nos jugamos todo en cada tarea!). Estamos pendientes de cuidar hasta el último detalle y eso tiende a demorarnos y estancarnos.

El Señor puso en nosotras el sueño de crear algo nuevo. La Biblia nos enseña que no se nos ha dado un espíritu de temor sino de adopción como hijos de Dios (Romanos 8:15), y nuestro Padre es creador y hacedor. Él nos va a equipar durante el viaje para que tengamos la capacidad de ir resolviendo los obstáculos que se presenten. Es importante saber que siempre enfrentaremos dificultades y que es parte del proceso natural de todo emprendimiento.

Es por ello por lo que fallar es no emprender, no es equivocarnos haciéndolo. Es clave ver al error como una oportunidad de crecimiento, tanto en lo personal como para el proyecto; algo que la inacción nunca traerá. Errar no es fracasar.

¡Vayamos por partes! 

Planifiquemos ir de lo simple a lo complejo, sin acelerar decisiones que, aunque tuviéramos los recursos y la claridad, no son aconsejables al inicio. Por ejemplo, si el emprendimiento consiste en ejercer de manera independiente una profesión o vender productos, no necesariamente tenemos que empezar alquilando un espacio, contratando asistentes, comprando mobiliario, etc. Hoy podemos comenzar digitalmente, lo que nos da la oportunidad de hacerlo rápido y evitar realizar costosas inversiones.

Seamos flexibles para ganar experiencia, para ir sorteando las barreras que todo emprendimiento tiene y que muchas veces desde la teoría no conocemos. La adaptabilidad debería ir de la mano con la capacitación y la observación, porque siempre tendremos más que aprender. No enamorarse con la primera idea es un buen consejo para ser receptivas. Conviene ir probando lo que funciona o lo que no, investigar qué hacen otros que están creciendo, escuchar a los clientes, los proveedores e incluso buscar mentores que nos acompañen.

Comuniquemos y acordemos

Esto es importante porque los comienzos demandan gran esfuerzo (especialmente de tiempo y dinero) del emprendedor y sus allegados. Este es un tema crucial para las mujeres emprendedoras, es vital para avanzar contar con el sostén familiar, y suele ser determinante la ayuda, el consejo y el ánimo recibido.

Es buen momento para plantear la necesidad de compartir responsabilidades en el hogar, reorganizar algunos vínculos, dejando claro que todos serán beneficiados con esta nueva etapa. ¡Tantos emprendimientos se han cerrado tempranamente por no recibir apoyo de los más cercanos! Y cuántos otros negocios han desarmado familias por no haber podido hacer acuerdos.

Por último, quisiera destacar que uno de los pilares del éxito de tu emprendimiento será la determinación. Emprender es un camino de conocimiento de lo que hacemos, pero también uno de autoconocimiento, por lo tanto cuanto más rápido comencemos más oportunidades de viajar lejos tendremos. Emprender es hacer. Anímate a comenzar porque hay cosas que solo descubrirás en el trayecto.

Carly Annacondia: “Este tiempo requiere que la iglesia esté activa y en las calles”

carly dando catedra

El pastor y referente social anima a las congregaciones a cooperar con los más necesitados en este tiempo de crisis.

En el día de hoy se dio a conocer un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) que da cuenta del aumento de la pobreza en el país en tiempos de pandemia. La Corriente entrevistó al director de la fundación Más Vida Quilmes, hijo del reconocido evangelista Carlos Annacondia, quién se dedica a ayudar a las personas de bajos recursos.

LC: ¿Hace cuánto tiempo que realizan el trabajo de ayuda social?

CA: Desde el 2013 empezamos a patear la calle y comenzamos a asistir a personas en situación de vulnerabilidad y a gente sin techo. En Quilmes hay más de un millón de personas, de las cuales 280 mil viven bajo la línea de pobreza y el 30% en la marginalidad extrema. Eso nos llevó a que, en el año 2015, abriéramos nuestro cuartel central en la calle Mármol 470 para brindar jurídico primario.

LC: ¿Y qué tipo de asistencia realizan actualmente?

CA: Ahora abarcamos muchas áreas, porque entendemos que la ayuda debe ser integral e integradora. Por ejemplo, en nuestras sedes contamos con un espacio de contención emocional y espiritual, consultoría, atención a las víctimas de violencia, clínica médica y odontología. Asistimos también con comida a personas en situación de calle y dentro de los barrios más carenciados de nuestra ciudad. Además tenemos maestros que ayudan a erradicar el analfabetismo entre los más pequeños y agregamos una farmacia social en los últimos meses.

LC ¿A cuánta gente asisten y de qué manera?

CA: Estamos entregando unas 1800 raciones de alimentos procesados por día. Además, dos veces por semana entregamos mil kilos de módulos, que son bolsas completas con los suministros básicos para que una familia se pueda alimentar con verduras, lácteos, frutas y proteínas.

Esta tarea la realizamos en conjunto con el Ejército Argentino, que entrega unas 800 viandas diarias. Mientras que, en la sede, nosotros damos 400 raciones y las otras 600 las repartimos en diferentes puntos de la ciudad.

LC ¿Aumentó la cantidad de personas que piden ayuda en este año?

CA: Lamentablemente creció de manera exponencial desde que comenzó la pandemia, y sigue creciendo con el paso de los meses. Para dimensionar, estamos hablando de que, en ciertos lugares, se quintuplicó la ayuda social con respecto a otros años.

LC ¿Qué situación prevén para los próximos meses?

CA: No creo que los números vuelvan a bajar a los niveles de antes de la pandemia. Por lo que observamos junto al equipo y otros organismos, esta situación va a empeorar si no hay medidas drásticas a corto plazo. Es un escenario bastante complejo y oscuro el que se atraviesa, con un deterioro del empleo, una baja importante del poder adquisitivo y un crecimiento de la pobreza cada vez más marginal.

Las congregaciones, las ONG’s y las instituciones de voluntarios tenemos un gran desafío y debemos prepararnos para cooperar en conjunto de manera articulada. Este tiempo requiere que la iglesia esté activa y en las calles.

LC ¿Qué tipo de ayuda están necesitando para llevar adelante su misión?

CA: Los insumos que más necesitamos son los alimentos frescos como frutas, lácteos, yogurt y verduras. También precisamos proteínas, que es lo más caro de conseguir y lo más difícil de conservar.

Pedimos esto porque trabajamos con nutricionistas que nos dan consejo sobre cómo cuidar la salud de las familias para que puedan tener acceso a la canasta básica, cubriendo los valores nutricionales que un ser humano necesita para vivir de manera óptima.

El milagro de una familia del chamamé: Tupa Noy cumplió veintinueve años

Buenos Aires, 24 de noviembre del año 1991. Una familia del chamamé, oriunda de Alvear, un pueblo de la provincia de Corrientes viajaba en un auto con destino a su próxima presentación musical. A la altura de la estación de Merlo, el chofer decide cruzar el paso a nivel a pesar de que la barrera estaba baja y la campana avisaba que el gigante de hierro se aproximaba. 

Solo hubo tiempo para escuchar un desesperado grito: “¡Cuidado con el tren!”. Grito que solamente sirvió para anunciar el golpe inminente. Los vidrios estallaron, las chapas se doblaron, el aire caliente del enorme motor y el olor a quemado invadieron ese auto gasolero que cada vez se hacía más pequeño. 

El tren de la línea Sarmiento embistió a esta familia, arrastrándolos por más de sesenta metros, dejándolos muy próximos a la zona altamente electrificada. Cuando la policía y los bomberos llegaron para intentar retirar sus restos, se encontraron con la sorpresa de que las cinco personas que viajaban dentro de ese auto estaban con vida. 

Y no solamente ellos se hallaban intactos, sino que los instrumentos que iban dentro del baúl lo estaban también. El mensaje era muy claro, Dios les había dado una segunda oportunidad, Él había frenado aquel gigante de hierro justo a tiempo para evitar el trágico final, convirtiendo aquel terrible accidente en un milagro increíble.

A partir de ese día, esta familia decidió cambiar el nombre de su agrupación, que hasta esa fecha había sido el de Juan Domingo Souza, por Tupa Noy, que en guaraní significa ‘Bendición de Dios’. Y se comprometieron a aprovechar esa milagrosa segunda oportunidad para continuar haciendo la música que tanto amaban, el chamamé.

Pero ya no como antes, sino que ahora el objetivo de sus letras y melodías sería el de agradecer al Señor y contarles a todos acerca de lo que Él había hecho en sus vidas. Fue así como comenzó la historia de este grupo de chamamé, que decidió luego radicarse en Buenos Aires para así poder dedicarse a tiempo completo a esta misión encomendada.

Tupa Noy tiene grabados 16 discos hasta el día de la fecha, han tenido el privilegio de recorrer 21 provincias argentinas, además de países como Brasil, Paraguay, Uruguay, Alemania, Holanda, Bélgica y Suiza. Y en cada escenario que Dios les permitió estar, haya sido multitudinario o no, han llevado el mismo mensaje, un mensaje de salvación, que brinda esperanza y alegría a quienes se acercan a escuchar y deleitarse con su música de chamamé.

Tupa Noy, una familia de tres generaciones de músicos

La primera está formada por Juan Domingo Souza en la guitarra y Noelia Pereyra en el sapucay. La segunda, por Darío Souza en el acordeón y Mónica Souza en la voz principal, Alfredo Balmaceda en la guitarra y María Rosa Bernardi en el bajo. Y la tercera, por Genaro Souza (17) en el bandoneón y canto, Millán Souza (9) en la voz y quien tiene el placer de dirigirse a ustedes para contarles nuestra historia, Adriel Balmaceda, en el acordeón. 

Personalmente debo decir que, a pesar de no haber estado allí en aquel accidente, soy más que consciente del hecho de que si mis padres hubiesen fallecido bajo las ruedas de aquel tren, yo no habría venido a este mundo tres años más tarde. Es así como este milagro nos abraza a toda la familia.

Cada año, cuando llega el 24 de noviembre, nos juntamos para recordar aquel día, y a todos nos desborda una gratitud inconmensurable. No solo por lo que el Señor hizo en 1991, sino por todo lo que ha hecho a partir de allí. Nos ha sostenido y resguardado, nos ha levantado una y otra vez, nos ha puesto en lugares que jamás imaginamos, y nos sigue demostrando que está con nuestra familia en todo momento. Dios ha sido fiel. 

Josías García: “la dinámica de estar juntos no se puede reemplazar por la modalidad online”

Josías García

A días de reabrir las puertas de la Iglesia Cristiana para la Ciudad, el pastor Josías García nos cuenta cómo se vive la previa y cómo fueron estos meses en los que tuvieron que adaptarse a un cambio digital en sus actividades.

LC: Después de varios meses reabren la iglesia ¿cómo recibió la congregación la noticia?
JG: Con mucha alegría. Anunciamos con tan solo 6 días de anticipación el regreso a casa, para que las personas también se puedan inscribir, y ya en el primer día cubrimos casi el total de las plazas permitidas. Así que entendimos que la iglesia estaba ansiosa de poder volver a reunirse.

LC: Ante esa respuesta, la expectativa de volver al templo debe ser significativa…
JG: Por supuesto, y creo que se podría reflejar en la enseñanza de Jesús, porque después del tiempo en secreto creemos que viene una recompensa en lo público. Como congregación local tomamos el tiempo de pandemia para enfocarnos en lo que podíamos hacer y trabajar en los cimientos de nuestra creencia, que es relacionarnos con el Señor. Por eso todos los mensajes, durante el aislamiento obligatorio, se relacionaron a fortalecer la comunión personal con Dios. Que, si bien todos necesitamos tener comunión con nuestros hermanos, es la base más sólida.

Esperamos que todo lo que trabajamos en secreto se vea en público, en madurez, en milagros, en salvación y cosecha de almas. Porque creemos que la cosecha de almas comienza en lo íntimo y así lo vemos en Jesús, que antes de estar ante las multitudes pasaba tiempo con el Padre. Así que, como congregación, entendimos que este era un tiempo para estar con el Señor para que ahora él pueda hacer la obra en las personas.

LC: ¿Qué medidas del protocolo sanitario van a adoptar?
JG: Las autoridades están indicando sobre el distanciamiento social, la toma de la temperatura, la señalización del piso o pedir a las personas mayores de 60 años que puedan mirar la transmisión desde casa, entre otras medidas.

Creo que lo que nos están pidiendo desde el municipio es entendible y comprendemos que tenemos que cuidarnos ya que, en nuestra congregación, al igual que en otras, hubo quienes contrajeron el virus. Y todos hemos escuchado de gente que estuvo muy grave y es importante ser cautos.

LC: ¿Cómo fue la transición cuando tuvieron que cerrar por la cuarentena?
JG: Muy rápida e imprevista. Al principio pensamos que eran dos semanas solamente y después vimos que iba para para largo y entendimos que teníamos que prepararnos.

Gracias a Dios tenemos un muchacho que está encargado de lo que es la transmisión y, meses antes, había hecho un curso sobre la iglesia online. Al principio no lo tomé muy en serio, pero todo lo que pasó me sirvió para darme cuenta de que cada iglesia debe valorar a los que tienen dones o talentos que, en la jerga, se los conoce como los freaky. Me refiero a todos los que están metidos en la técnica, viendo lo que pasa en el mundo digital.

Los pastores y los que tomamos decisiones tenemos que decidir invertir en esa área en la que, gracias a Dios, nosotros ya habíamos invertido y teníamos herramientas guardadas. Porque mucho de esto vino a quedarse.

Por ejemplo, en las actividades de las células y el discipulado. La gente ahora se acostumbró a volver del trabajo, tomarse unos mates, bañarse y conectarse por Zoom o Google Meet. Estas plataformas facilitaron los tiempos, sobre todo para los que tienen familia. Por eso, en nuestra iglesia, lo vamos a considerar como una modalidad para quienes tengan una vida más complicada y ajetreada. No todo tiene que suceder dentro del templo.

LC: Cuando todo cambió tan de pronto ¿estaban listos para un salto tecnológico?
JG: No contábamos con todo lo necesario para hacer las cosas con excelencia a la medida que nos hubiera gustado. Teníamos recursos humanos y algunos materiales, pero no teníamos la experiencia técnica que hace falta. Por eso aprendo y digo que es importante que los pastores trabajemos en motivar para este tipo de servicio.

LC: ¿En qué aspecto no se puede reemplazar el congregarse presencialmente?
JG: No se puede reemplazar el congregarnos presencialmente, aunque se pueden optimizar algunas cosas que aprendimos a través de este cambio forzado.

Pero también es importante considerar que en las redes sociales hay una suerte de censura, y no hay que creer que ahí está la solución a todo. Aunque debemos invertir en lo digital, tenemos que saber que es muy fácil ser censurado en las redes y por eso tenemos que ser sabios y no descuidar la dinámica que se da cuando estamos juntos.

Además, la Biblia dice “no dejen de congregarse, como algunos tienen por costumbre, más cuando vez que aquel día se acerca”. Y, a medida que se acerca el día del Señor, es clave que nos juntemos. Porque la dinámica de estar juntos no se puede reemplazar por la modalidad online.

Desde que anunciamos la reapertura vemos que, en nuestra congregación, es como si volvió la vida.

Unidos en oración por el proyecto exprés de la ley del aborto

Después de un año complejo como este, atravesado por una pandemia mundial que ha dejado como resultado miles de muertes, nos encontramos siendo testigos de un debate apresurado en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Es lamentablemente ver el tratamiento que se le está dando al proyecto de ley que regula el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Porque es evidente a toda costa que no se considera prioritario cuidar su debate en la agenda política, sino que prima la idea de aprobar la ley lo antes posible.

Este es un proyecto que se presenta en un momento completamente inoportuno e imprudente, en el marco de una crisis socio sanitaria y económica como la que está viviendo nuestro país. Esto se refleja en nuestros diarios y medios nacionales, que en su edición matutina del día de hoy nos informaron que la pobreza subió a un 44,2% de la población.

La prioridad de los argentinos no es aprobar una ley como esta, la prioridad de los argentinos es llegar a fin de mes y poder sobrevivir. Por eso este proyecto, que una vez más nos divide como sociedad y nos provoca a tener que salir a las calles a manifestarnos, en un contexto sanitario sumamente delicado, es inapropiado. En estos tiempos el Gobierno debe responsabilizarse de las prioridades del pueblo argentino, y no de otros intereses.

En este escenario, los ciudadanos somos espectadores de las presiones políticas y la operación fugaz que ciertas corrientes ideológicas están imponiendo en nuestro país. Se nos propone un debate que tendrá un total de 24 horas de exposición en las que, hasta aquí, hemos visto un número de disertantes enunciando sus ideas sin fundamentos científicos, carentes de datos precisos y, como si fuera poco, declarando falacias que pretenden ser instaladas como verdad.

Pero aún más indignantes son los dichos aberrantes del Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, quien se expresó en el inicio del debate diciendo que “acá no hay dos vidas como dicen algunos, acá claramente es una sola vida y lo otro es un fenómeno”. A lo que añadió que “si no fuera así, estaríamos ante el mayor genocidio universal” ¿será un furcio?

Entendamos la gravedad de este tipo de declaraciones ominosas, ya que quien las manifiesta es quien se supone que debe dirigir la totalidad de nuestro sistema de salud y velar por el cuidado de todos los argentinos, nacidos y por nacer.

En unos días será el turno de nuestros diputados y senadores, los cuales se encargan de crear leyes en pos de los argentinos y representar a las mayorías que los han elegido su cargo público. Esperamos que, al igual que sucedió en 2018, cuando miles de ciudadanos salimos a las calles en cada punto del país, dejen completamente evidenciado el rechazo a esta ley y el espíritu federal de nuestra nación.

Somos una mayoría que se opone radicalmente a este proyecto deshumanizador, que quiere instalar el descarte de niños en el vientre materno. Somos una mayoría que se resiste al tratamiento fugaz de un tema tan delicado que requiere ser abordado con profundidad, seriedad y respeto.

Como iglesia debemos entender que este es un llamado a los hijos de Dios que han decidido ser colaboradores suyos en su misión de extender su Reino en la tierra. El Señor está atento a una iglesia que no se duerme, que vela por los temas que sacuden a la sociedad. Me refiero a una iglesia que sigue clamando para que el cielo invada la tierra, aun cuando pareciera que todo es oscuridad. Hablo de una iglesia que declara los milagros que Dios puede hacer.

Somos esos hijos que se posicionan en una fe inquebrantable, que se establecen en su corazón y en la confianza de aquel que todo lo puede y todo lo ha vencido. Sabemos que, cuando llevamos la causa de Cristo en nuestros corazones, nuestras oraciones son respondidas. Así que no dejemos de interceder por nuestro país, dispongamos nuestro corazón a clamar ante el único juez justo que puede transformar una votación en diputados o senadores, como ya lo hemos visto en 2018.

Jamás olvidare como un medio de comunicación tituló cuando nos movilizamos hace dos años: “se levantó un gigante y tenía el pañuelo celeste”. No éramos nosotros marchando, era Él yendo por delante. Y esta batalla se vencerá de rodillas, delante del rey de reyes que abre camino.

Es un tiempo en el que el llamado de Dios es emergente y nos lleva a derramar nuestro corazón por esta causa, así que busquemos las promesas en la Palabra y declarémoslas sobre nuestra nación y las generaciones que vienen.

Un maestro indio donó el dinero que ganó por el Nobel

Ranjitsinh Disale recibió la suma de un millón de dólares que repartió entre los finalistas.

En el día de ayer se realizó la sexta ceremonia del Global Teacher Prize, conocido a nivel mundial como el Nobel de Educación, donde participaron 12 mil educadores de más de 140 países y el ganador fue un docente de la Escuela Primaria Zilla Parishad, India, que decidió repartir la mitad de su premio con los nueves finalistas.

Ranjitsinh fue elegido por su historia conmovedora, quién en el 2009 llegó a la escuela primaria de esa pequeña aldea, donde se encontró con un edificio en ruinas, ubicado entre un establo y un almacén. El maestro observó que el plan de estudio no estaba en su idioma autóctono (canarés), y que esa limitación dejaba a muchos estudiantes sin la posibilidad de aprender.

El docente se mudó al pueblo y trabajó de manera ardua en incorporar todo el plan de educación al idioma nativo, el cual lo llevó a traducir los libros de textos de la clase a la lengua materna de sus alumnos. Además, innovó al incorporar códigos QR en celulares y computadoras para poder brindarles acceso a poemas, audios, conferencias en video, historias y tareas. Este proceso lo llevó a personalizar la experiencia de aprendizaje de cada alumno.

En el discurso de premiación Disale anunció “es un gran honor, y recibo este premio en nombre de los millones de maestros y estudiantes que están trabajando duro este año tan difícil por el COVID-19. Compartir es crecer, por eso me gustaría anunciar que voy a compartir el dinero del premio con el resto de los finalistas, porque creo que todos podemos hacer la diferencia”, cerró de manera emotiva.

La ceremonia se realizó virtualmente con los diez docentes finalistas que competían por el premio al mejor maestro del mundo, donde se trasmitió desde el Museo de Historia Natural, en Londres, y cuyo conductor fue el comediante británico Stephen Fry, quien condujo en el impactante hall del edificio, solo rodeado de esqueletos de dinosaurios.

Bioquímicas argentinas fueron premiadas por Google

Dos investigadoras del laboratorio de virología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez fueron las ganadoras del premio LARA.

El proyecto de Mercedes Nabaes Jodar y Mariana Viegas fue elegido entre 22 presentaciones, de las cuales cuatro de la Argentina fueron premiados por hacer uso de las tecnologías para solucionar problemáticas de la región. Dos de ellos fueron basados en proyectos genéricos y otros dos dentro de la categoría de COVID-19, todos creados este año.

Las bioquímicas comenzaron a trabajar en un programa que intenta entender las variables del coronavirus, el cual se denomina “Consorcio Interinstitucional para la Secuenciación del genoma y estudios genómicos de SARS-CoV-2 (Proyecto PAIS)”, creado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación a comienzos del año. Por la labor en este proyecto, ya se identificaron 439 genomas, y el objetivo planteado es alcanzar unos 2 mil casos por descubrir.

Investigadoras del laboratorio de virología del Hospital Ricardo Gutiérrez, nodo central del proyecto PAIS (Natalie Alcoba). Créditos: Infobae

Nabaes Jodar dijo al medio Infobae que “durante todo el año secuenciamos virus de muestras clínicas de pacientes con COVID-19 de todo el país y ahora decidimos, con el premio Lara, focalizar y profundizar en el estudio de las poblaciones vulnerables de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA)”. La investigadora también aclaró que se busca relacionar esa información con la situación epidemiológica de cada paciente contagiado.

En la tesis del proyecto se menciona la importancia de investigar en barrios marginales o asentamientos informales ya que la mayoría de los estudios realizados de la infección no los contempla.

Es por esto, que Mariana Viegas dijo que “en los barrios vulnerables quizás las condiciones de saneamiento no son las adecuadas, por un tema de dificultad de acceso a recursos, a eso se suma que las condiciones de distanciamiento social y de ventilación no se pueden dar de forma adecuada porque hay mucha densidad poblacional dentro de la vivienda. Todo esto puede afectar las características de las bacterias que hay en el tracto nasofaríngeo y eso puede estar vinculado o no a la gravedad de la enfermedad, así como a la celeridad en la transmisión”.

El proyecto premiado analiza a partir de tecnología el caso específico del coronavirus, en especifico las instrucciones están codificadas en 30 mil letras de ARN (ácido ribonucleico). El estudio investiga a partir de la tecnología el proceso de cuando una de las células es infectada con el virus y se reproducen millones de copias en el genoma original.

Lo novedoso es que a partir de este mecanismo se puede comprender cómo se dan esas alteraciones en cada persona en particular, que a veces puede cambiar en base a condiciones sociales. En relación, este proyecto premiado ayudaría a tomar decisiones con respecto a tratamientos, prevenciones y cuidados de la enfermedad.

El 44,2% de los argentinos vive en situación de pobreza

La crisis actual afecta a más de 20 millones de personas, pero si no se hubieran implementado los planes sociales de emergencia, la cifra sería superior.

Según el informe realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA) la pobreza aumentó este año un 3,4% y pasó del 40,8%, en 2019, al 44,2% en 2020. La estadística detalla que la situación de población urbana se elevó a 18 millones de pobres y 20 si se sumaran las poblaciones rurales.

También los valores de la indigencia subieron en el país del 8,9% al 10,1% eso equivale a 4.1 millones de personas en áreas urbanas. La crisis podría haberse agravado sin los planes sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o la Tarjeta Alimentar, ya que se estima que sin su aplicación la pobreza hubiera escalado al 53,1 por ciento.

El Observatorio de la Deuda Social de la UCA aportó los datos recolectados entre julio y octubre de este año, donde exhibe como se vio reducido el ingreso de los hogares, comparando los valores de la canasta familiar en la última década para saber estadísticamente cuántas personas cayeron en indigencia y cuántas en situación de pobreza.

Agustín Salvia, director del Observatorio, precisó en el informe que la pandemia agudizó la crisis social y laboral que se viene agravando hace una década.

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