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AÚN HAY ESPERANZA

Nuestra ciudad está sumergida en una oscuridad muy profunda y muy intensa. La falta de expectativa y la desorientación producen en nuestra sociedad y en cada uno de los que la componen, una gran sensación de desasosiego y falta de esperanza.

Como líderes y referentes, creo que tenemos una deuda con nuestros jóvenes y con las generaciones que emergen. No hemos sabido ofrecerles un futuro que los esperance y les haga ver las cosas de manera diferente. Desde la política, desde la justicia, desde la educación y desde la Iglesia, en mi opinión, creo que no se ha logrado tener éxito y progreso en esto.

Ese lugar que como referentes dejamos vacío, fue arrebatado por el narcotráfico, por la violencia, las alternativas que vienen de la mano de la marginalidad y la postergación. Claramente la salvación, esperanza y oportunidades que ofrece la Iglesia a través de la fe en Jesús es una necesidad imperiosa.

Mi oración diaria es poder llegar a cada rincón de mi ciudad, Quilmes, a la cual amo profundamente. El lugar donde mis bisabuelos un día llegaron desde Italia, buscando una tierra de paz y de oportunidad.

Delante de Dios, asumí y asumo cada nuevo día, al despertar, el desafío de llevar a nuestra gente a los pies de Cristo. Desde la labor de nuestro centro de asistencia “+Vida”, asistimos y llegamos a los lugares con más necesidad.

Al acercarnos diariamente, aprendimos a mirar y escuchar la realidad de primera mano. No solamente lo que nos dicen desde los diversos medios sino también de forma presencial y en primera persona. Es una realidad que como líderes nos duele y nos moviliza.

Oramos y derramamos lágrimas, clamamos al Señor el poder llegar, no solamente con lo material, que es dramáticamente necesario, sino que también y de forma más urgente, podamos impactar y llegar a los corazones del alma de cada niño, de cada joven y de cada uno de los integrantes de la familia, con el mensaje de esperanza, con el mensaje del Evangelio.

El pedido y el ruego constante que hay en mi corazón hacia el Señor es ver a las almas de mi ciudad rindiéndose bajo el amor de nuestro querido Jesús. Y como dice la palabra “El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas” (Salmo 126:6).

Nuestro objetivo es “Quilmes para Cristo” y el tuyo será la ciudad en la cual vivís. Sabemos con nuestro equipo que el alcanzarlo conlleva en sí grandes desafíos, momentos difíciles, tiempos en los que caminamos en soledad.

Pero nuestro amado Jesús nos enseñó y nos sigue enseñando que detrás del sacrificio llega la resurrección, del otro lado de la cruz está la corona, del otro lado de la derrota esta la victoria y con Él aprendimos que del otro lado de la entrega y de la muerte, está la vida.

En Él está fundamentada nuestra fe y la alegría anticipada de ver flamear en mi tierra la bandera de la Cruz, llenos de esperanza y gozo en el Señor.

Carly Annacondia
Carly Annacondia
Empresario. Desde su juventud, está abocado a trabajar en el negocio familiar. Hace más de cinco años que se dedican a la ayuda social junto a su familia. Actualmente es director del Centro de Asistencia Social Más Vida Quilmes, junto con su esposa Analía Capaldo y sus dos hijas, Juliana y Catalina Annacondia.

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