Lo primero que dijo Dios acerca del nuevo pacto es que no era como el anterior, el pacto del monte sinaí. Ese era un sistema religioso basado en la obediencia a los mandamientos escritos. No sería como ese, dijo Dios. No es que cambió las leyes duras por unas más flexibles, nada de eso.
Algunos creen que el antiguo pacto son los Diez Mandamientos y que el nuevo pacto es el Sermón del Monte. Pero no, este último es solo una interpretación del autor de los antiguos mandamientos. Jesús le estaba diciendo a su pueblo: «El Señor dice: “No cometerás adulterio”, pero yo soy el autor de la ley y les explicaré lo que realmente significa.
Lo que mi padre y yo teníamos en mente cuando dijimos que eso era incluso si miras a otra mujer… pero, por supuesto, sin un nuevo corazón no puedes cumplir con ese mandamiento, por eso solo dijimos: “No cometas adulterio”; no podemos ir más allá de eso». El Sermón del Monte no es un nuevo código de ética, es una interpretación espiritual de la ley, el verdadero espíritu que estaba detrás de ella.
¿Por qué debería haber un nuevo pacto? Porque Israel rompió el antiguo, aunque Dios fuese un esposo para ellos. El Señor dijo que debía haber un nuevo pacto porque nadie podía cumplir el anterior, nadie podía guardar la ley de Dios. Nadie puede.
Juan Carlos Ortiz
Y Dios dijo: «Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón». ¿Dónde dijo Dios que escribiría sus leyes? ¿En otro libro? ¿Uno con papel fino y tapa negra? ¡No! «La escribiré en su corazón». Él promete poner sus deseos en nosotros.
No hay ningún problema con el Libro, es muy bueno. Otras religiones basan todos sus fundamentos en un libro, hasta la cristiana, si bien la Biblia es completamente única entre ellos. Solo quienes tienen la mente de Dios en ellos son sus verdaderos hijos.
«Yo seré su Dios», prometió el Señor. Solo yo, personalmente, seré su Dios, no un conjunto de doctrinas, no un libro. Yo, en persona, habitaré en ellos y caminaré con ellos. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Esa es la restitución de una correcta relación con Dios. Luego, dijo que nadie tendría que enseñarle a su vecino o a su hermano quién era Él o o cómo actúa porque todos lo tendrían a Él dentro suyo.
No es un nuevo código de ética el que nos está dando, es la respuesta al clamor del corazón humano: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu». Dios responde que nos dará un nuevo corazón y pondrá su Espíritu en nosotros. ¡Esto es excelente! La ley es buena y justa, no debemos cambiarla, es el corazón lo que necesita ser cambiado.
El libro con papel fino solo es una copia pobre de lo que Dios escribe en nuestros corazones.
Juan Carlos Ortiz
Si estás conduciendo por la autopista y el motor explota, no repararás el coche con solo cambiar un neumático. ¡Debes cambiar el motor! Aun si Dios hubiese cambiado algunas leyes, el hombre seguiría condenado. Pienso que la ley escrita de Dios sigue siendo muy blanda y que sus verdaderos requisitos son mucho más de lo que dice el Antiguo Testamento, podemos verlo en el Sermón del Monte.
El nuevo es un corazón muy moderno con todo incluído. Dios lo creó en el laboratorio del cielo, es un corazón tierno, porque el hombre antes tenía uno duro como una piedra. La ley estaba escrita sobre piedra, así que puedes imaginar lo que genera una piedra golpeando a otra: ¡solo chispas! Sin embargo, Dios ha creado un corazón delicado con sus leyes incorporadas.
En el libro de Jeremías, Dios dice: «Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón». Tendrán mi mente en ellos, mis pensamientos para cada situación, para que, en cada circunstancia, sepan qué hacer y qué no. ¡Aleluya! Eso es lo que dice la Biblia.
«Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos». ¿Quién nos hará caminar? Él nos hará caminar en sus sendas y hará que guardemos sus ordenanzas y las obedezcamos. Ese es el único camino, esa es la gracia, Dios lo hace todo. Lo que la ley no podía hacer, Dios lo hizo (Romanos 8:3). Esa es la promesa del Padre.
En este nuevo corazón está todo incorporado, todos los deseos de Dios están en él y sus leyes también. Ahora ya no es solo un libro lo que tenemos, sino al propio Autor del libro dentro nuestro. Es algo increíble, algo muy distinto al antiguo pacto.
El antiguo pacto es la ley de mandamientos externos, pero el nuevo pacto es un nuevo corazón con su Espíritu.
Juan Carlos Ortiz
Algunos creen que el antiguo pacto es el Antiguo Testamento y el nuevo es el Nuevo Testamento, pero esto no es así. El antiguo pacto son textos, el nuevo pacto es Espíritu y vida. Incluso podemos tomar el Nuevo Testamento como parte del antiguo pacto, podemos leerlo en forma del antiguo pacto y hacerlo un sistema religioso basado en la obediencia a los mandamientos escritos.
Sin embargo, el nuevo pacto debe estar dentro nuestro. Esa es la verdadera diferencia. Es el nuevo corazón con el Espíritu de Dios el que nos hace caminar en Él, el que responde al clamor de David y sacia la sed del alma. El nuevo pacto es una vida que fluye del Espíritu. ¡Aleluya!