Una de las cosas más maravillosas que nos han acontecido en nuestro traslado a Su presencia, es que nuestra geografía ha cambiado. Ya no somos esclavos de las tinieblas, ahora somos hijos de luz.
La cuenta regresiva te acerca al sonido de largada y el mundo te observa diciendo “vos todo lo podés”. Te ves ahí, queriendo avanzar, hasta que te topas con tus incapacidades.
En los pocos años que tengo de pastorado, me esforcé mucho para presentar un evangelio de éstas características: un evangelio a la altura de las demandas de las personas
La decepción es una trampa peligrosa para aquellos que quedan pegados a ella. A medida que pasa el tiempo, si los pensamientos de desilusión se alimentan, difícilmente se logre salir de allí.