Dios nos creó con talentos y habilidades para movernos, correr, saltar, nadar, patear, lanzar, atrapar, etc. Y además el deporte se realiza en comunidad, para el beneficio de otras personas, ya sean compañeros, rivales o aficionados.
Cualquier forma de salvación que no proponga una manera de vivir en la tierra estará incompleta. El Evangelio nos anuncia vida eterna y, con ella, una propuesta a ser parte de la expresión de lo verdadero en nuestros días.
Dios nos enseña a conocer a Cristo. En esta temporada maravillosa que vivimos Dios nos está llevando a tener una completa y genuina revelación de Cristo y la Iglesia.