Toda voz enseña. Sea cual sea la voz que se lleve nuestra atención, traerá instrucción a nuestra vida. Es decir, que la voz que absorbe nuestra atención se vuelve pedagogía directa o indirecta.
Dios nos enseña a conocer a Cristo. En esta temporada maravillosa que vivimos Dios nos está llevando a tener una completa y genuina revelación de Cristo y la Iglesia.