Las elecciones personales marcan el rumbo de nuestra vida y muchas veces están absolutamente ligadas y arraigadas a la propia voluntad, decidimos lo que creemos que nos conviene.

Ahora bien, hay decisiones que son tomadas desde la mente y la razón humana, dirigidas por nuestros pensamientos, sentires e intereses personales y otras que son tomadas por el espíritu a través de la obediencia a Dios. Con el tiempo comprendí qué hay dos tipos de decisiones: las que se toman en desobediencia a Dios y las que se toman en obediencia a Dios.

Las decisiones que tomamos en desobediencia a Dios nos insertan directamente en el plan del enemigo porque la desobediencia es parte de la naturaleza caída y es la principal obra de la carne que nos alejó de Dios desde el principio.

Desterrada

Veamos y analicemos a una mujer que fue desobediente a Dios y como consecuencia fue desterrada de la tierra del propósito, el Edén. Esta mujer es nada más y nada menos que Eva.

La responsabilidad de casi toda una humanidad recae sobre ella y su poder de decisión, ella al elegir desobedecer a Dios y comer del fruto del pecado obtuvo como resultado errarle al plan de Dios y ser desterrada del paraíso. Este es un claro ejemplo de una mujer que eligió desobedecer a Dios y la consecuencia fue generacional.

“Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Génesis 3:2-6).

Por otro lado, lo que más nos debe interesar es tomar decisiones en obediencia a Dios, estas decisiones son las que nos ponen en el plan de Dios y nos hacen vivir nuestro destino eterno aquí en la tierra. La obediencia a Dios es el motor de las buenas decisiones porque ninguna decisión que se tome desobedeciendo a Dios traerá buenos resultados a nuestras vidas.

Obediente

Una mujer que fue obediente a Dios fue María, la contracara de Eva. Ella fue una mujer que decidió en obediencia a Dios portar y traer al Redentor de la humanidad al mundo, si ella hubiera decidido desobedecer, la historia se hubiera alterado y tal vez quién sabe dónde estaríamos nosotros.

“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia” (Lucas 1:35-38).

Lo que quiero decir y concientizar es que nuestras decisiones son poderosas y a través de ellas podemos entrar en el plan perfecto de Dios o por el contrario errar y caminar en frustración.

Si querés tener una vida exitosa tomando buenas decisiones, tenés que considerar que las decisiones tomadas desde la obediencia a Dios producen victoria y las decisiones tomadas en desobediencia producen derrota. Nosotras decidimos qué historia queremos vivir.

Te bendigo y oro para que seas fortalecida y guiada por el Espíritu Santo a tomar buenas decisiones en obediencia a Dios.

Cantautora argentina, estudiante en EMBA (escuela de música de Buenos Aires). Actualmente trabajando y participando activamente en la comunidad Iglesia cristiana para la ciudad. Amante de la escritura y autora del libro de poesías “El artista” . Con una carrera artística, musical en pleno proceso y crecimiento.