Cuando analizamos lo que hemos alcanzado y lo que no, obtenemos como resultado que las metas que fijamos al comienzo del año no se pudieron lograr como lo hubiéramos querido.
A veces se nos presenta un abismo entre nuestros sueños y nuestra realidad, entre las expectativas y nuestras posibilidades, es entonces cuando miramos a Jesús y encontramos su gracia y misericordia sin límites.
El 80% de las personas ya se olvidaron de sus resoluciones para el 2021, tú tienes la oportunidad de setear tu mente para un excelente tiempo por venir.