Si realmente queremos ser familias que multiplican lo eterno en las generaciones, una de las cosas que debemos tener en claro por revelación es: qué es el Evangelio.
El darte cuenta de que está sucediendo es el primer paso. Es clave identificar aquellos comportamientos que te alejan de las personas o te aíslan de tus sentimientos.
Si Dios es un ser todopoderoso y victorioso, ¿será que le afectó cuando Jesús murió? ¿Es posible que el majestuoso Rey eterno y santo sintiera tristeza y dolor?
Hasta las palabras más simples toman otro sentido cuando la experiencia con Dios se hace realidad, por eso cuando su amor se vuelve nuestro amor, solo queda disfrutar.
Pocas cosas en la vida duelen más que escuchar las palabras “ya no te amo” por parte de la persona que un tiempo atrás prometió amarnos hasta el final.