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Iglesia del centro cumplió 140 años de servicio

iglesia del centro
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La primera congregación bautista de Argentina y la segunda de Sudamérica se vistió de fiesta para honrar toda una vida dedicada a predicar el Evangelio.

Este domingo 3 de diciembre se celebró el aniversario número 140 de la Iglesia del Centro, en el histórico templo ubicado en Avenida Independencia 1555, donde aproximadamente 1600 personas se dieron cita en su reunión especial de las 10h. Sus inicios se remontan hace casi un siglo y medio atrás, en una pequeña iglesia reformada de Suiza, en la que Pablo Bessón fue nombrado pastor, quién once años más tarde sería el encargado de fundar en el barrio de Monserrat la “Iglesia del Centro”.

A los treinta tres años se radicó en Santa Fe y a finales de 1882 se trasladó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para predicar las buenas nuevas de Salvación y comenzar su lucha por la libertad religiosa, debido a las restricciones que la iglesia católica hacía sobre los registros de nacimientos, matrimonios y entierros para todos aquellos que no pertenecían a la religión oficial en Argentina.

Besson inauguró en 1883 la primera iglesia bautista del país, tan solo con un grupo de creyentes, sin contar con ningún patrocinio ni autorización. En sus comienzos, las reuniones se celebraban en el Colegio Inglés (Ministerio de Obras Públicas), pero luego pasaron a congregarse por algunos años en la Sociedad Francesa y posteriormente alquilaron una propiedad en la calle Independencia al 1300.

En 1982, en plena crisis económica, se inaugura el templo en la calle Estados Unidos 1273. Para ese tiempo, el Pastor Ignacio Loredo comparte el pastorado con Tomas Mackey.

En el año 1986 los pastores Pablo Deiros y Carlos Mraida son consagrados como nuevos pastores de la iglesia, siendo pionera nuevamente la iglesia en la conformación de un Equipo Pastoral para la conducción de la iglesia. Los nuevos pastores organizaron una campaña en el terreno aledaño al de Estados Unidos, donde en ese entonces funcionaba un estacionamiento. Fue tal la cantidad de gente que asistió, que no entraban todos en el lugar y se decidió colocar una carpa, y luego se construyó un templo, donde actualmente funciona el Centro Crecer.

En 1996, y luego de extensas negociaciones, se selló la compra del terreno de Avenida Independencia 1555, recuperando así un predio que le pertenecía a la Iglesia del Centro por herencia. Tres años más tarde, se adquiere el predio aledaño de 8.66 x 56 metros. ampliando de esta forma a casi 1.800 metros cuadrados la superficie total. Pero no fue hasta el 19 de marzo del 2016 que el nuevo santuario de la calle Independencia fue inaugurado, cumpliéndose así el sueño de su segundo pastor Santiago Canclini, 70 años más tarde. Un lugar en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, que este pasado domingo se colmó de personas para celebrar más de un siglo de historia.

Su pastor principal, Carlos Mraida, respondiendo a nuestra pregunta ¿Qué significa para ustedes celebrar casi un siglo y medio de servir a la comunidad predicando el Evangelio de Jesucristo? expresó:

“Cumplir 140 años es una enorme emoción. Nuestro corazón está lleno de gratitud por la fidelidad de Dios y de un profundo sentido de haber sido privilegiados recibiendo un legado extraordinario de las generaciones que nos precedieron».

El pastor Mraida también nos contó que la «Iglesia del Centro, es conocida en la ciudad de Buenos Aires, como La Casa del Padre. Y creo que eso resume lo que a lo largo de 140 años ha sido para la gente. Una familia espiritual en el que las personas se sienten recibidas con amor. Una comunidad terapéutica que sana a las personas de sus heridas, de sus experiencias traumáticas. Un hogar para los que se sienten solos, y a la vez entrelaza a familias de todo tipo. Una casa abierta para todos. Un ejército numeroso de voluntarios que sirve a la gente en sus necesidades de manera concreta. Una escuela de vida que le enseña a las personas a vivir bien y a crecer en todo. Un espacio donde hay grupos pequeños para todas las edades e intereses de manera que nadie se sienta aislado».

Es la Iglesia más antigua de habla hispana en el mundo en su denominación, y al mismo tiempo una comunidad en continua renovación, en donde los niños, adolescentes y jóvenes no son el futuro, sino el presente. Y en donde todos encuentran un propósito para sus vidas y ven liberado su potencial.

Respondiendo a la pregunta ¿Si tuviera que visionar de acá a 140 años más adelante, dónde cree que Dios puede llevar a la Iglesia del Centro? El pastor Carlos Mraida resaltó qué: “El desafío es a seguir construyendo ese legado maravilloso y transmitirlo a las siguientes generaciones, con un crecimiento integral, de manera tal que las nuevas generaciones alcancen niveles mayores parados sobre nuestros hombros. La manera de hacerlo es cumpliendo con la misión. Ganar muchas vidas para Cristo. En las últimas décadas hemos levantado 120 pastores pero el desafío es ir por más. Levantar líderes de influencia para reconstruir nuestra Argentina tan amada y tan necesitada. Abrir nuevas congregaciones. Una visión de Reino que bendiga también a todo el cuerpo de Cristo en la nación y el mundo, como ha sido en estos 140 años. Básicamente comprometiéndonos con una mayor entrega y servicio a Dios y a la gente apresurando la venida triunfante de nuestro Señor”.

Nada te puede separar del amor de Dios

El amor de Dios
El amor de Dios

En la actualidad es tan difícil pensar en un amor que dure para toda la vida, que permanezca frente a las adversidades, que nos elija constantemente o que simplemente no sea egoísta.

Creo que esto principalmente se debe a que, a lo largo de los años, la imagen y definición de la palabra amor ha ido deteriorándose, eso sucede sobre todo si la medimos en parámetros socioculturales.

Para algunos, el amor sigue teniendo ese tinte mágico, lleno de colores, aromas y esperanza. Pero para una gran mayoría, sigue siendo algo momentáneo que quizás hoy puede estar, pero mañana es muy probable que ya no. Teniendo en cuenta este contexto, estamos chipeados por el sistema a recibir un amor con características dañinas.

En la Biblia hay una carta escrita por Pablo a la iglesia en Roma, en la que escribe: “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Rom. 5:8)

Y es acá cuando nuestros argumentos carecen de sentido y también nos ponen en jaque, porque si nosotros conocemos únicamente este tipo de amor, ¿cómo podemos corresponder al amor de Dios por nosotros?

“Cuando todavía éramos pecadores”. La clave del amor que describe Pablo está en esto, en que Dios fue quien tomó la iniciativa y no surgió por mérito nuestro. No hay nada bueno que como seres humanos podamos hacer para que Dios sienta más amor por nosotros.

En ésta misma carta a los Romanos, unos capítulos más adelante, Pablo vuelve a referirse al amor de Dios, pero esta vez con algunas preguntas retóricas:

¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió e incluso resucitó y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación o la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro o la espada? (Rom. 8:33-35)

Volviendo a nuestro concepto erróneo del amor, cuando pensamos en Él desde nuestra humanidad, probablemente hay situaciones en la vida que sí lo condicionan y hasta pueden llegar a “apagarlo”. Pero desde la perspectiva divina, no hay situación alguna que pueda cambiar lo que Dios siente por sus hijos.

Y esta es la clave: saber que primero debemos aceptarlo como Padre, para recibir el derecho, ya ganado por Cristo en la cruz, de ser Hijos de Dios.

Pablo va a cerrar esta idea afirmando lo siguiente:

“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 8:38-39)

Ningún aspecto de la creación o escenario de la vida puede poner fin a nuestro acceso al amor ilimitado que Dios siente por nosotros.

Pero decirlo es más sencillo que asumirlo, creerlo y vivirlo. Por eso, el desafío para este tiempo es poder conocer más a Dios y así llenarnos de su amor incondicional, y que eso desencadene en una modificación del tipo de amor que nosotros decidimos dar a los demás.

Responsables de la herencia

Cuando estamos hablando de pecados que son pasados por alto o no considerados importantes, no debemos olvidarnos de los pecados de nuestros antepasados. Muchos no lo tienen en cuenta, porque lo ignoran y otros directamente lo niegan. Pero sea como sea debemos poner nuestra vida en las manos del Señor y trabajar en oración para llegar a ser libres de toda influencia extraña que nos limite como cristianos.

Cuando estamos hablando de pecados que son pasados por alto o no considerados importantes, no debemos olvidarnos de los pecados de nuestros antepasados. Muchos no lo tienen en cuenta, porque lo ignoran y otros directamente lo niegan. Pero sea como sea debemos poner nuestra vida en las manos del Señor y trabajar en oración para llegar a ser libres de toda influencia extraña que nos limite como cristianos.

Los pecados ancestrales son los pecados cometidos por los antepasados, que son tendencia en toda la familia y que traen consecuencias en las generaciones posteriores. Esta es una de las maneras como los espíritus familiares se perpetúan de generación en generación, trayendo percances, ruina, miseria, y hasta enfermedades. Nadie puede negar esto, porque desde Adán y Eva se desató una herencia, de la cual nadie puede escapar y que trajo maldición a toda la humanidad. Pero cuando vamos a la familia deberíamos analizar los errores del pasado y hacer un arrepentimiento total y verdadero.

Se suele hacer mucho hincapié en la necesidad de romper las ataduras y maldiciones que nosotros hayamos heredado de nuestros antepasados, y no está mal. Es necesario poder examinar nuestro ser interior y evaluar si hay cosas para renunciar y cortar de generaciones pasadas. Pero también se vuelve sumamente importante que nosotros, como hijos de Dios, podamos sentirnos responsables del legado que le dejamos a nuestros descendientes.

Nuestras batallas espirituales ganadas son victorias que nuestros hijos disfrutarán, pero las batallas que no ganemos, las van a tener que pelear nuestra descendencia. La herencia espiritual es una poderosa ley de la cual nadie está excluido. Todo lo que sucede espiritualmente en nuestra vida va a repercutir a la próxima generación.

Uno de los ejemplos más claros e impactantes de la Palabra de Dios lo vemos en el linaje del rey David. Cuando traspasa el reino a la próxima generación, en manos de su hijo Salomón, se observa algo sorprendente: no hay batallas que pelear, no había guerras contra pueblos enemigos que luchar, porque todas las batallas necesarias las había peleado David. De esta manera, cuando Salomón toma la posta, solo se dedicó a edificar, y expandir el reino sin requerir de muchos esfuerzos, ya que su padre le había preparado el terreno mucho tiempo atrás. Sin embargo, sucedió que la única batalla que no había vencido David era la batalla contra la lujuria. Como sabemos, Salomón no solamente fue vencido por ese demonio, sino que da la sensación que ni siquiera peleó contra él. Y fue ese demonio que llevó a dividir a Israel.

Todas las batallas que no ganamos van a tener que ser enfrentadas por nuestros hijos y ganarlas. Si nosotros tenemos en cuenta esto vamos a poder ayudarlos y vivir de forma consciente, sintiéndonos responsables del legado que le dejamos a nuestras próximas generaciones.

Cuando uno comienza a analizar lo misterioso que sucede en cada familia y en cada individuo puede darse cuenta que hay algo hereditario que sucede sin control. Solo cuando creemos en Jesús y tenemos el Espíritu Santo podemos ser ayudados a discernir las cosas espirituales que atan nuestras vidas, y ser totalmente libres de las consecuencias de los pecados de nuestros antepasados para así poder edificar una nueva herencia, enfocada y cimentada en lo eterno. 

El desgarro del alma que escondí

Hace un tiempo sufrí un desgarro del cuádriceps derecho. Al principio el dolor me abrumó, me costaba mucho caminar y no podía tener una rutina normal. Pasó el tiempo y el dolor se fue. Volví a caminar y andar normalmente, pero la herida estaba ahí adentro. Se me había ido el dolor, pero nunca lo había tratado. Muchas veces a lo largo de nuestra vida, atravesamos situaciones de “desgarro”. Nos toca vivir un duelo, un despido, el simple paso de los años o tal vez una ruptura amorosa o un enojo sin vuelta atrás. El paso del tiempo nos quita del primer lugar ese dolor, pero: ¿realmente se sanó o solo el paso del tiempo hizo “olvidar” la situación? Es desde allí que trabajamos nosotros, los psicólogos.

Hace un tiempo sufrí un desgarro del cuádriceps derecho. Al principio el dolor me abrumó, me costaba mucho caminar y no podía tener una rutina normal. Pasó el tiempo y el dolor se fue. Volví a caminar y andar normalmente, pero la herida estaba ahí adentro. Se me había ido el dolor, pero nunca lo había tratado. Muchas veces a lo largo de nuestra vida, atravesamos situaciones de “desgarro”. Nos toca vivir un duelo, un despido, el simple paso de los años o tal vez una ruptura amorosa o un enojo sin vuelta atrás. El paso del tiempo nos quita del primer lugar ese dolor, pero: ¿realmente se sanó o solo el paso del tiempo hizo “olvidar” la situación? Es desde allí que trabajamos nosotros, los psicólogos.

Me crié en una iglesia en la cual ante el saludo fraternal de los hermanos y la pregunta ¿Cómo estás? Debías (enfatizó, estabas cuasi obligado) responder “bien hermano, gracias a Dios bien”. No tenias lugar a estar mal, o por lo menos a manifestarlo, porque todos aparentábamos estar bien. Y la pregunta un poco obligada es, ¿por ser hijos de Dios, siempre nos va a ir bien? Dejame adelantarte la respuesta: No. No siempre nos va bien.

Asociamos durante años, décadas tal vez, el “estar mal” con “estar en pecado”. Entonces no nos permitimos confesar que estamos mal, no vaya a ser cosa que piensen que estamos en pecado.

Matias Blanco – Psicólogo

¿Por qué el cristiano estaría exento de dolencias psíquicas? Cuando recibimos al Espíritu Santo no nos convertimos en súper héroes, o en personas imbatibles. Es Dios el que viene a morar en nuestra vida, pero seguimos transitando este mundo, viajando en los transportes públicos, yendo y viniendo, y chocándonos con las enfermedades que están dando vueltas. Es por eso, que nuestro cuerpo se puede enfermar, nuestro estómago puede tener un mal estar, y nuestra mente puede tener angustias e inseguridades.

Pero entonces, ¿no son Dios y su Espíritu Santo suficientes? Claro que sí. Pero es Dios mismo el que permitió que los aviones volaran, que la medicina avanzara y las ciencias se crearan, fue Dios mismo el que dio herramientas a los cirujanos para curar un cáncer o una apendicitis y también a los psicólogos para reflejar y poder traer claridad a la mente.

Muchas veces me cuestiono cuál es mi labor como psicólogo. Pienso y medito mucho en esto. ¿Es el de dar consejos, el de juzgar o el de tal vez decir “ujum-ajam” y que simplemente pase el tiempo de la sesión? Y sin dudas tengo una respuesta, nuestro rol desde el consultorio es poder funcionar como un espejo. Sí, un espejo como el del baño de nuestro hogar, que nos refleja lo que pensamos. Muchas veces al escuchar su propio discurso (la palabra que se dice) los pacientes se quedan pensando “esto que estoy haciendo, no tiene lógica” o “pensar de esta forma sería mejor”.

Pero también nuestra labor es la de poner un bálsamo en la herida. En esa angustia, en ese dolor, tal vez en ese enojo, actuar desde el amor, desde la compresión y por qué no desde la empatía con el otro que sufre.

Muchos de nosotros nacimos en iglesias donde la psicología es un tabú. No quiero romper ese “prejuicio”, sino dejarte a vos que te tomaste el tiempo de leer estas líneas, la pregunta abierta: ¿Será que Dios también puede utilizar a personas para sanar mi mente?

Estanques: los lugares milagrosos de Jerusalén

Quizás es reconocida por todos, la historia de Jesús sanando al paralítico, a orillas del estanque de Betesda. Los estanques no eran simplemente pozos de donde sacar agua. Como cuenta el evangelio de Juan, eran lugares repletos de personas, algunos buscando un milagro o sanación.

Aún no se sabe a ciencia cierta por qué se creía que eran lugares milagrosos, sin embargo, en la Biblia quedó el registro fiel de que el mismo Jesús pasó por allí. 

Las rarezas del paralítico y Betesda

Lo primero que hay que notar es que esta historia se encuentra en un solo evangelio, el de Juan. Así como sucede con otras historias de Jesús, que las describe un solo evangelio —por ejemplo, los reyes magos (sabios, según la versión), descrita solo por Mateo— lo mismo sucede con esta historia. 

 “Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.  Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda (Juan 5:1-8, RVR1960).

¿Cuál es la respuesta a todo esto? Muy simple: cada uno de los apóstoles escribió lo que vio o lo que recordó. Quizás ellos mismo no vieron todo lo que hizo Jesús, sino que recolectaron la información de otras personas, o investigaron otros documentos.  

Esto no significa que la Biblia que tenemos hoy en día sea falsa o adulterada, sino que es importante verla como un todo. Los evangelios son un complemento: lo que no describió uno, lo hace el otro. Al parecer, solo uno registró lo que sucedió en aquel estanque.

Betesda, donde los enfermos se juntaban

Según la Biblia Arqueológica, Nueva Versión Internacional, los estanques eran lugares donde se recolectaba agua, ya sea para uso cotidiano, como para dar de beber a animales. 

Pero estos no eran simples pozos de agua: tenían una estructura construida en piedra de grandes dimensiones. Por ejemplo, el de Betesda, comprendía un área de 5 km2 repletos de agua. Además, contenían una serie de arcos de entrada y puertas, por donde las personas circulaban. Estos, junto con los mercados o plazas, eran los lugares de mayor concurrencia, debido a que no existía el agua corriente en las casas particulares. 

Es esta concurrencia la que podría haber permitido la sanación del ciego de nacimiento de Juan 9, debido a que una gran cantidad de judíos pudo ver el milagro en el estanque. La diferencia es que esto ocurrió en el de Siloé. 

Mapa de la antigua ciudad de Jerusalén. Como se puede ver, la ciudad estaba rodeada de estanques que abastecían de agua. El de Betesda se encontraba al noroeste. (Imagen extraída de la Biblia Arqueológica NVI).

Manantiales naturales y el dedo de los ángeles

Estos sitios de abastecimiento de agua estaban ubicados en lugares donde había manantiales naturales los cuales brotaban, por momentos, con gran fuerza. Esto podría haber coincidido con el movimiento que describe la Biblia, donde, cada cierto tiempo, se removían las aguas y el primero en entrar era completamente sanado. 

De ninguna manera esto desacredita lo escrito en las Escrituras. Al contrario, otras fuentes extrabíblicas parecen confirmar la popularidad de estos lugares de sanación, sobre todo, el de Betesda. Es por esto por lo que el lugar vivía abarrotado de habitantes, no solo para buscar agua, sino también para encontrar la sanación. 

Los romanos no eran tontos, también sabían de Betesda

Según la Biblia nombrada antes, los romanos también supieron de lo milagroso del estanque. No lo dicen las pruebas escritas sino los restos arqueológicos. Al conquistar Jerusalén, luego de la invasión romana, fue uno de los lugares más renombrados y citados. Además, no sufrió una destrucción tan grave como otros edificios ubicados en la ciudad (un caso notable es el templo).

Lugares misteriosos. ¿Dónde está la puerta de las Ovejas?

Los arqueólogos y estudiosos no logran descifrar con exactitud dónde está ubicada esta puerta, nombrada en el evangelio de Juan. Como su nombre lo indica, debió ser un lugar donde la mayoría de los pastores entraban y daban de beber a su ganado. 

Eusebio, un historiador, aseguró ver que las aguas de este lugar se tornaban rojizas. Podría haber sido debido a los sacrificios que allí se realizaban o a la naturaleza geológica donde estaba ubicado. 

Como podemos ver, los estanques eran lugares sumamente concurridos, pero, sobre todo, sumamente utilizados como manifestación divina. Lo bueno de hoy en día es que no es necesario viajar hasta Jerusalén para poder ser sanado. Simplemente, basta con creer en el mismo Jesús que caminó por esos estanques. 

Ruinas del estanque en la actualidad. Aún se siguen investigando y excavando, para encontrar todos los vestigios que nombra la Biblia. (Imagen extraída de la Biblia Arqueológica NVI).

La brújula de Dios

La brújula de Dios

Dirigida por Stephan Schultze, es un poderoso testimonio de la fuerza duradera de la fe y el impacto transformador de la guía divina. En este drama cargado de emociones, Schultze teje magistralmente una historia de descubrimiento espiritual que trasciende los límites de la narración convencional.

La película sigue la vida de Emily Turner, retratada con gracia y autenticidad por la talentosa Emma Thompson. Emily, una devota madre y maestra de escuela, se encuentra lidiando con los giros inesperados de la vida. Desde luchas personales hasta desafíos imprevistos en su vida profesional, el viaje de Emily refleja las complejidades que muchos enfrentan en su búsqueda de un propósito y significado.

En el corazón de «God’s Compass» se encuentra la exploración matizada de la fe y la creencia inquebrantable en un poder superior. La película presenta a los espectadores el personaje del pastor Daniel, interpretado con convicción por el experimentado actor Michael Roberts. El pastor Daniel se convierte en el guía espiritual de Emily y le ofrece sabiduría y consuelo durante sus momentos de duda y desesperación. La química entre Thompson y Roberts es palpable, creando una relación mentor-aprendiz genuina y sincera que sirve como ancla emocional de la narrativa.

La destreza como director de Schultze es evidente en la cinematografía de la película, que captura hábilmente la esencia tanto de lo mundano como de lo milagroso. Desde los pintorescos paisajes que simbolizan la belleza divina que rodea la vida de Emily hasta los momentos íntimos de oración y reflexión, cada fotograma es un testimonio visual de los temas subyacentes de la película.

El guión, escrito por el propio Schultze, es un delicado equilibrio entre introspección e inspiración. Evita los peligros de la moralización dura, permitiendo a los personajes lidiar con sus creencias de una manera que se siente auténtica y identificable. El diálogo es conmovedor y tiene una profundidad que resuena en el público independientemente de su origen religioso.

Mientras Emily supera los desafíos de su viaje, la película utiliza el simbolismo de manera inteligente. El título «La brújula de Dios» se convierte en más que una metáfora; representa la brújula interna que guía a los individuos a través de las tormentas de la vida. Este recurso metafórico añade capas de significado a la narrativa, invitando a los espectadores a contemplar su propia brújula espiritual y el papel que desempeña en sus vidas.

El reparto secundario, que incluye a la familia y los amigos de Emily, contribuye a la riqueza emocional de la película. Cada personaje sirve como una pieza de un rompecabezas más grande, destacando la interconexión de la fe, la comunidad y la experiencia humana. Momentos de alegría y tristeza se entrelazan de manera experta, creando un tapiz de emociones que resuena mucho después de que pasan los créditos.

«La Brújula de Dios» no es sólo una película; es un viaje espiritual que invita al público a reflexionar sobre sus propias creencias y las fuerzas rectoras que dan forma a sus destinos. Stephan Schultze ha creado una experiencia cinematográfica que trasciende los límites del cine religioso y ofrece un mensaje universal de esperanza, resiliencia y el poder duradero de la fe. En un mundo a menudo tumultuoso e impredecible, «La Brújula de Dios» es un faro de inspiración que nos recuerda que incluso en nuestros momentos más oscuros, nuestra fe puede ser la luz que nos guía a casa.

Te dejamos la película completa:

El pecado del otro siempre es peor

Jesús perdona a la mujer adultera
Jesús perdona a la mujer adultera

El apóstol Juan retrata en su evangelio una historia sorprendente. Tal vez para nuestros tiempos, y como personas de occidente, la veríamos como una especie de serie turca de esas que ponemos al horario de la cena. 

Este suceso narra cómo un grupo de hombres sorprenden a una mujer teniendo relaciones sexuales con alguien que no es su esposo, la toman a la fuerza en medio de un acto vergonzoso y la arrastran públicamente hasta llevarla a Jesús. 

Bueno, tal vez es muy conocida la historia para nosotros los cristianos. Aquí vemos de manera extraordinaria la sabiduría, gracia y misericordia de nuestro Salvador. Pero antes, quiero detenerme en algunos otros detalles. 

Si vemos cuadro por cuadro, podremos analizar comportamientos que hoy siguen sucediendo en nuestras congregaciones. A la hora de tratar con el pecado ajeno, todo religioso pide justicia, pero con el propio, ruega misericordia. ¿Por qué? Tal vez porque nos sentimos más dignos de ser amados y perdonados. Dicho de otra manera, el pecado del otro, aunque sea el mismo que el mío, siempre se oirá peor. Simplemente porque el otro no soy yo. 

1- Los religiosos tienen una obsesión con invadir la privacidad del otro.

Los maestros de la Ley le dicen a Jesús: “Maestro, a esta mujer la sorprendimos en el mismo acto de adulterio”. Pero si prestamos atención, estos personajes le tendieron una emboscada a la dama de compañía. Lo interesante es que no esperaron a que terminaran sus “asuntos”, sino que, habiendola espiado y seguido, invadieron su intimidad para que, en sí, la vergüenza de la condena sea más grande. 

La religiosidad también es pecado, porque suplanta a Dios con algo que se parece a Él pero tiene otra sustancia, condena, y dependiendo de cuán religiosos somos, es el nivel de morbosidad que maneja nuestro corazón para justificarlo en nombre de mantener el celo santo hacia las leyes sagradas a cumplir. 

Cuando estamos más pendientes de buscar, oir, enterarnos y condenar el pecado del otro, es porque la señora religiosidad ha tomado nuestro corazón por las fuerzas y ahora es un ocupa que debe ser desalojado por el Espíritu Santo. 

En Lucas 22.3 dice “Entonces Satanás entró en el corazón de Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, y le puso la idea de traicionar a Jesús”.

No ande buscando demonios ajenos, preocúpese de que Satanás no haya entrado de manera sigilosa a su corazón. No traicionemos a Jesús por la religión. 

2- La religión elige quien es el verdadero pecador

Supuestamente esta mujer era conocida por su oficio. Muchos teólogos afirman que se trataba de María Magdalena. Sin embargo, la acusan de adúltera a ella, la exponen ante el Rey de Reyes y piden que se cumpla la ley de muerte impuesta por Moisés. La pregunta acá es ¿Y el cliente? ¿No era digno de muerte, igual que la prostituta? ¿Por qué no aparece en la historia? 

Podemos manejar algunas hipótesis: Tal vez pertenecía a la casta religiosa, y por eso lo encubrieron, o quizás utilizaron a una carnada para emboscarla, o simplemente el hecho de ser mujer merecía menos misericordia que un hombre. Cualquiera sea el caso, podemos ver que la religiosidad tiene preferencias o indultos convenientes. 

Esto es visible cuando vemos hoy en día por qué son denunciables ciertos tipos de pecados en personas y en otras no. Lo que nos lleva a pensar es que alguien estableció hace mucho tiempo qué tipos de personas son repudiables y cuáles son perdonables. Sea porque nos agrade más un hermano, o tenga cierta posición de poder, dinero o status. Mientras, Jesús escribe en la arena.

 3- El tamaño de tu piedra te acusa

Esta parte, tal vez es nuestra favorita, es donde interviene Jesús y le responde “El que esté libre de pecado, lance la primera piedra”. Dice el relato, que los más viejos soltaron sus piedras primero hasta el más joven. 

A más edad, más pecados acumulados dirían por ahí. ¡Pero, qué maravillosa esta imagen! Porque cuando vamos a lapidar a alguien, esa misma crítica, juicio o condena, nos apunta a nosotros, al punto que si está Jesús presente, nos desarma. El juicio hacia el otro es el juicio hacia mí mismo que no me animo a enfrentar. 

Gracias al Padre, tenemos un abogado que puede liberarnos de seguir cascoteando a otros por eso que reprimimos dentro nuestro. Recordemos que el pecado no es un acto. Jesús clasificó al adulterio como tal simplemente con el hecho de codiciar a alguien en nuestro corazón. 

Muchas veces no llegamos a cometer un acto físico, un insulto, una piña, una estafa, un mal pensamiento, un adulterio, etc. Pero sí está boyando en nuestros pensamientos de manera seductora. Eso que queremos matar en el otro es lo que nos acecha internamente. 

Pero Jesús nos proveyó un lugar donde dejar eso. Participar de su Cruz. Allí se terminan las condenas. Jesús levanta la mirada.

4- Todos somos “la prostituta”, todos “somos los religiosos”

Este relato quedó asentado, no solamente para demostrar la misericordia que tuvo Jesús con esa pobre mujer, sino para recordarnos que todos somos esa miserable dama que prostituye lo más preciado que tiene, pero que también somos aquellos religiosos que nos olvidamos que alguna vez rogamos misericordia. 

Lo maravilloso es que Jesús sigue escribiendo en la arena, tu nombre y el mío, en el libro de la vida. 

¿Dónde están los que te condenaban? 

Ve y no peques más. 

Ciudades de Refugio, la nueva película de Rodrigo Fernández Engler ya comenzó a rodarse

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Película Ciudades Refugio

Llega una nueva superproducción argentina, basada en el libro bíblico de Josué, protagonizada por un gran elenco.

El director que trajo grandes producciones como “Soldado Argentino sólo conocido por Dios”, “Yo, traidor” y “La noche que luché contra Dios”, se encuentra rodando una nueva película de género policial con una atrapante trama, partiendo de la premisa de las “Ciudades de Refugio”, expresada en libros como Deuteronomio, Números y Josué. 

Habla a los hijos de Israel, y diles: «Designad las ciudades de refugio de las cuales os hablé por medio de Moisés, para que huya allí el homicida que haya matado a cualquier persona sin intención {y} sin premeditación; ellas os servirán de refugio contra el vengador de la sangre.” Josué 20:2-9

La producción es de Protasowicki Engler Producciones, Prisma Cine, B-Astié Films. Los productores asociados son Inspiria (Gabriel Palermo) y César Giancrisostemi.

Este filme también cuenta con el apoyo de la iglesia Cita con la Vida, El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, el Ministerio de Cultura y Turismo de la provincia de Mendoza, la Municipalidad de Córdoba, el Gobierno de la Provincia de Córdoba y el Ejercito Argentino

Rodrigo Engler con Rodrigo Abed, que interpreta a Walter Boscovich

Sinopsis de «Ciudades de Refugio»

En una noche cerrada y bajo una lluvia torrencial, el médico Walter Boscovich (Rodrigo Abed) huye desesperadamente y llega a un pequeño pueblo en busca de refugio.

Veinticinco años después, el asesinato del comisario Zenclussen conmueve al pueblo. La joven oficial de investigaciones, Domig (Stefanía Roitman) llega para intentar esclarecer el hecho y, al mismo tiempo, tomar el lugar del policía muerto. Lo que parece ser una investigación más, se convierte en el caso más complicado de su vida. Su primer objetivo es esclarecer cómo murió, así como también investigar la identidad de un desconocido hombre herido que llega al pueblo.

Domig busca a Boscovich y le pide ayuda; necesita que el médico atienda al hombre herido recientemente llegado. Reticente, el médico acepta, y quiere saber quién es la nueva oficial que llegó al pueblo.

Es que el pequeño lugar es el último reducto conocido como ciudad de refugio, un sitio donde aquellos homicidas involuntarios tienen una segunda oportunidad pero, al mismo tiempo, no pueden salir de los límites del poblado, sin quedar librados al acecho del vengador.

Con la ayuda de su asistente y la del viejo predicador, Domig intentará impedir que en el pueblo vuelva a cometerse otro asesinato, descubriendo al mismo tiempo cosas impensadas sobre su pasado.

“En mis películas hay al menos cinco cosas en común, o premisas recurrentes en todos mis relatos: historia, segundas oportunidades (por favor Iéase como si estas dos fueran una sola palabra), redención, viaje y muerte. Y Ciudades de refugio no es la excepción. Todas aquellas palabras están, una vez más, en esta historia. La joven oficial de policía Domig busca, sin imaginar los resultados de su búsqueda, el caso que catapulte su carrera más allá de un escritorio de oficina en la gran ciudad. No sabe, porque son insospechados los alcances que pueden llegar a tener sus pretensiones, cuál será el final de su camino”, dice Fernández Engler.

“Todos somos Domig. Todos buscamos cerrar heridas, descubrir piezas que faltan en un retazado pasado”, agrega el director.

“La muerte, que es de todos, también está presente como protagonista en este relato sin tiempo. Es ella, quizás, el motor que hace andar esta historia repleta de piezas que aparentemente no encajan y desvelan a la oficial de policía».

¿Cuál es el precio de la redención? ¿Qué estamos dispuestos a hacer con tal de lograrla? Domig y Boscovich la buscan sin pausa, y hasta con cierta prisa; porque, aunque pareciera que el tiempo no avanza en el pueblo, sus cuerpos se van marchitando”, comparte Rodrigo Fernández Engler.

Además, concluye con que “Ciudades de Refugio” encierra todos estos sentimientos en un género que para él es nuevo, “razón por la cual me entusiasma en sobremanera contar esta historia”.

Sólo queda esperar para poder disfrutar de esta nueva entrega que, sin dudas, nos dejará atrapados a su historia y nos hará analizar hasta el más mínimo detalle, armando así el rompecabezas y pudiendo extraer aquél mensaje edificante que traerá a nuestras vidas a través del arte cinematográfico.

Se realizó el “Congreso Somos La Voz 2023”

Con representantes de cada provincia de Argentina y países vecinos, donde miles de jóvenes estuvieron presentes y fueron ministrados a través de plenarias y talleres, para ser la voz de esta generación.

Con representantes de cada provincia de Argentina y países vecinos, donde miles de jóvenes estuvieron presentes y fueron ministrados a través de plenarias y talleres, para ser la voz de esta generación.  

Este evento fue organizado por los líderes del movimiento Somos La Voz, Guille y Milu Ledesma. Dentro de este acontecimiento, fue un momento especial donde la Cámara de Diputados del Chaco declaró de interés provincial y legislativo 1547/23 el “Congreso Somos La Voz”, y también hubo como momento importante el lanzamiento oficial del Libro “Somos la voz”, escrito para una generación que rompa el silencio. 

Las actividades se desarrollaron en el Auditorio de la Iglesia Cristiana Internacional. Se disfrutaron dos jornadas intensivas, en las cuales participaron conferencistas internacionales, como Itiel Arroyo, pastor de España, Chris Mendez, pastor de Hillsong Latinoamérica, desde Miami EEUU el líder del movimiento global Legendarios, el conferencista internacional Chepe Putzu, como también de Paraguay el pastor de la iglesia One Home, Esteban Pomata.  

Además, también fueron convocados representantes de la música de adoración como Zeki Alamo, y también desde República Dominicana el “Grupo Grace”.  

Contamos también con la participación de invitados locales; como ser el apóstol Jorge, la profeta Alicia Ledesma y Cristian Ledesma. Teniendo en cuenta la capacidad del lugar (con entradas agotadas) el evento también se transmitió en vivo por la plataforma online de Somos La Voz y Radio Sintonía de Amistad, con testimonios impactantes de cada participante, entendiendo el propósito de Dios en sus vidas de ser la voz en cada lugar que ocupan en la sociedad. 

Emocionado por todo lo vivido, Guille Ledesma decía: “Gracias a Dios por cada momento que vivimos en el congreso Somos La Voz. Su gracia nos ha permitido hacer esto posible, rodeados de personas increíbles y compartiendo experiencias que encendieron nuestros corazones”. 

El líder de Somos La Voz, agregaba: “Agradezco a mi esposa por su apoyo incondicional, a cada persona que ayudó en todas las áreas y a todos ustedes que participaron”. Remarcaba también que: “Este congreso no fue un evento más, sino el inicio de un avivamiento. Ahora es el momento de romper el silencio y dejar que nuestro rugido se escuche. De ser la voz que el mundo necesita.” Indicaba Guillermo Ledesma. 

El evangelismo ¿un mandato divino?

Evangelismo
Annacondia y Evangelismo

Uno de los fundamentos de nuestra fe cristiana, más allá de las denominaciones, grupos, congregaciones, países y edades, es el encargo de evangelizar. Nuestro señor Jesucristo nos encomendó anunciar el Evangelio del Reino hasta lo último de la tierra. 

Pero en dos mil años de iglesia, distintas culturas y épocas, debemos de preguntarnos: ¿qué es evangelismo? y ¿cómo lo podemos llevar a cabo para ser más efectivo en el campo? Es por eso que hablamos con Moisés Annacondia, quién nos ayudará a entender más este mandato divino.

La Corriente: Buen día Moisés, ¿cómo podemos entender qué es el evangelismo?   

Moisés Annacondia: Evangelizar es transmitir a nuestra sociedad un mensaje claro, basado en la persona de Jesús. Un mensaje 100% escritural, bíblico, y no meramente basado en las necesidades de las personas, que solo busque atraerlas. El mensaje evangelístico tiene que ver con reflejar la verdad del Evangelio, la hermosura y la gloria de Cristo, y esa tiene que ser la herramienta por la cual nosotros buscamos que las personas sean convencidas. No queremos convencerlas dándoles un mensaje que les dé valía a ellos o que les demuestre que en Jesús simplemente todas sus necesidades van a ser suplidas, sino que lo que buscamos es levantar la verdad de Jesucristo, y en contraste la verdad del ser humano y la profunda necesidad que tiene de la persona de Jesús.

LC: ¿Cómo podemos proclamar las buenas noticias de salvación?

MA: Evangelizar se trata de la gloria de Dios y no del hombre principalmente. Proclamar el Evangelio consiste en declarar la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre, Su Santidad y nuestro pecado, Su justicia y nuestra  justa condenación, Su ira y nuestra rebeldía. Luego, para demostrar la gloria de su gracia, Dios decide manifestar misericordia y gracia a favor del hombre a través de la obra que hizo por medio de su hijo. Creó el mundo para su honra, e incluso nos afirma en su Palabra una y otra vez que Él perdona los pecados del hombre para su propia gloria y por amor a su propio nombre.

Él contiene su ira por amor a sí mismo y se ha dignado realizar una obra en este mundo por causa de Su santo nombre. Ahora bien, esto no significa que Dios no ame al hombre, pero significa que lo ama solo por gracia, y que la motivación que ha encontrado para enviar a Su hijo ha sido primariamente restaurar la adoración de su gran nombre en la tierra.

LC: ¿Para vos existen varias maneras de evangelizar? 

MA: Muchas formas de evangelismo que vemos hoy en día son completamente erróneas, ya que se centran en el hombre y hacen ver a Dios pequeño y dependiente de nosotros. Debemos entender que nuestro mandato es otro. Pedro nos dice que tenemos que predicar las virtudes de Jesús y debemos hacer esto hasta que los hombres caigan postrados como el apóstol, diciendo: «Apártate de mí, que soy un hombre pecador».

Debemos predicar la gloria de Cristo hasta que los hombres puedan decir, como el apóstol Pablo: «Por amor del cual lo he perdido todo en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien todo lo tengo por basura». Necesitamos recuperar este Evangelio que se centra en Dios y en su obra a favor de Jesús, y dejar atrás el evangelio de las ofertas, que ofrece a Cristo simplemente como un mozo que satisface los ídolos que los hombres han creado y que los mantienen lejos de Dios. 

LC: ¿A qué te referís con recuperar este Evangelio?

MA: Mirá, el Evangelio bíblico es todo lo que el ser humano necesita. Este es la fe en quién es Dios realmente, y en qué lugar está el hombre, para que el ser humano realmente reciba lo que el Señor quiere darle. En este sentido, es confiar en que no me necesitan a mí, sino simplemente la verdad del Evangelio. Aquí reside el poder de Dios. Pablo afirma que el Evangelio es poder de Dios y para eso tenemos que empezar diciendo: ¿Quién es Dios? para que luego el hombre entienda quién es él mismo.

Luego de esto, es necesario explicar qué ha hecho el hombre en contra de Dios, para poder pasar a demostrar la reacción del Señor en indignación, tristeza, ira, juicio, pero también en amor, misericordia y gracia. Escribir la obra de Cristo en nuestro favor y finalmente llamar al hombre a arrepentirse de no haber amado a Dios con toda su mente, corazón y fuerzas, y poner su confianza solamente en Dios, de tal manera que el hombre crea en Sus palabras y obedezca todos sus mandamientos.

LC: ¿Vos creés que se evangeliza según lo que enseña la Biblia?

MA: Te lo voy a decir de esta manera, podría considerarse que Argentina necesita ser re-evangelizada. Esto puede sonar chocante, pero es necesario que así lo sea. Tenemos que chocarnos con la verdad y la realidad de que en muchos casos, nuestras iglesias no manifiestan la realidad del poder de Dios porque nuestro evangelismo ha estado mal. Si una iglesia no se ve como columna y baluarte de la verdad, si sus miembros no están llenos del Espíritu Santo y no reflejan el carácter de Jesús sino que más bien se mueven en libertinaje e hipocresía, trayendo deshonra, blasfemia y descrédito al nombre del Señor, se debe a que hemos evangelizado mal.

Si la Iglesia no experimenta poder, no se debe a que la palabra de Dios haya perdido autoridad, sino a que hemos reemplazado este mensaje por métodos humanos.

Nos hemos convertido en mercaderes evangélicos que comercian la fe, que ofrecen a los hombres los ídolos que Dios quiere destruir, en vez de predicar la ley y la gracia.

Moisés Annacondia

Hemos ofrecido a un Dios humanista que se inclina ante el hombre, que está a su merced y al cual podemos tratar como queremos. Hemos ofrecido al Jesús popular, al de los panes y los peces, en vez de mostrar que Jesús huye de esa falsa corona.

LC: ¿Qué consejo le darías a los predicadores y evangelista de esta generación?

MA: Debemos predicar la ley hasta que los hombres, al ver la santidad de Dios, digan: «¡Ay de mí, que estoy muerto porque soy un hombre pecador!». Debemos entender que Cristo nunca será dulce hasta que el pecado sea amargo. Por esto, debemos proclamar la belleza de la gran obra de Cristo, quien vivió en nuestro lugar la vida de perfecta obediencia a la ley de Dios que nosotros deberíamos haber vivido. El mismo que murió bajo la ira de Dios que nosotros despertamos, siendo hijos de ira e hijos del diablo.

Mostremos cómo Jesús resucitó victorioso de entre los muertos, habiendo clavado en la cruz el acta de los decretos que nos era contraria y habiendo despojado las huestes de maldad de toda autoridad, destruyendo por medio de su muerte el imperio de la muerte. Como Él entonces ascendió a los cielos y fue exaltado, coronado como Señor de los señores y Rey de los reyes. Demostremos que todos aquellos que no se arrepientan perecerán igualmente, que Cristo pronto volverá y cuando Él vuelva pagará a cada uno conforme a sus obras. 

Nuestra tarea es proclamar la ira del Cordero, que llevará a los hombres a clamar a las montañas que los escondan para escapar de Él. Mostrar que Jesús sólo reconocerá como escogidos a aquellos que hayan permanecido velando hasta el fin. Entonces y sólo entonces, podremos dar a luz verdaderos discípulos de Jesús, que conformen iglesias locales genuinas, que cumplan con la gran comisión y restauren la adoración del nombre de Dios en la tierra.

Este ciertamente no será un evangelio popular. Sin embargo, esta es la única esperanza que el mundo tiene, porque agradó a los hombres salvar a los creyentes por la locura de la predicación, la cual es tropiezo para los gentiles e insensato para los judíos. Pero para los que creen, Cristo es el poder y la sabiduría de Dios.

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