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Lo de Davi: uno de los youtubers cristianos con más seguidores

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Con solo 25 años, David Dimarco se convirtió en uno de los influencers cristianos más conocidos de habla hispana. Con sus videos supera los trecientos mil suscriptores en YouTube y veintisiete mil en Instagram.
Su contenido se basa en reaccionar a canciones dentro y fuera del ámbito cristiano. Y, en una entrevista exclusiva para La Corriente, cuenta qué lo motivó a realizar estos videos y por qué generan repercusión.


LC: En tus videos logro identificar tres miradas, una desde una perspectiva de realizador en cuanto a cuestiones estéticas, otra más teológica en la que transmites un mensaje y, por último, una de corte narrativa, en la que analizas la letra de las canciones. ¿Dónde podría decirse que encontramos tu especialización para hacer estas devoluciones?


D: Me gusta estudiar muchas cosas, pero la verdad es que no tengo título de nada —dice sonriendo—. Estoy por recibirme de administrador de empresas y ese conocimiento me dio una mirada más de marketing, de tener un plan definido, de proponerme metas.


Todo eso me sirvió para darle vida a mi canal de YouTube. También hice algún seminario bíblico, pero por gusto. Y, en cuanto a lo técnico, con mis hermanos habíamos aprendido a crear animaciones y contar historias así.
Me gusta una frase que dijo Steve Jobs que dice “Cuando miras hacia atrás, y unes todos los puntos, entiendes por qué te llevaron hacia donde estás”. En mi caso, puedo decir que fueron solo cosas que me gustaron. Perdón, ¡hablo mucho!


Pero incluso cuando hablo de rap, a mí me encanta desde chiquito; bailo hip-hop y fue natural, para mí, hablar de cosas que me gustan. Hay un montón de géneros que están de moda y sé que si reacciono tendría muchísimas visitas, pero no son cosas que me gusten. Me siento cómodo en ser genuino con lo que estoy reaccionando.

LC: ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué reaccionar a música específicamente?
D: Yo comienzo el canal en 2017 sin saber muy bien qué iba a hacer. No sabía si serían sketch, prédicas o qué. Así que, durante un año y medio, empecé a subir videos todos los viernes ¡No me veía nadie, eh! Pero yo era constante.


En ese proceso fui probando cosas que me gustaban a mí, al estilo Juan de Montreal, Daniel Habif. ¡Copié a todo el mundo! Hasta que reaccioné a una canción de Redimi2 y se convirtió en el más visto de todos mis videos, y entendí que iba por ahí. Me di cuenta de que no había nadie cristiano haciendo eso y, al mes de subir reacciones, aumenté a 30 mil suscriptores.


Según explica David, desde el principio su intención fue que el contenido que generaba no solo llegara a los cristianos, sino que sus reacciones pueden ampliarse a otros géneros musicales.
Para lograrlo, se inspiró en otro youtuber, un sacerdote español que tomaba canciones que insultaban literalmente la fe cristiana y las comentaba sin generar un debate agresivo, incluso reconociendo algunas falencias de la Iglesia católica. Esto lo llevó a pensar en ofrecer una reacción que también fuera una especie de mea culpa.


D: Entendí que, si reaccionaba a música no cristiana los fans de las bandas llegarían a mi video y ahí tendría la oportunidad de dejar también mi mensaje sobre Jesús y que, de esa manera, ellos pudieran conocer la fe cristiana desde otro lugar. Eso fue bisagra porque generó que el canal sea lo que es hoy.

LC: Uno de tus videos tuvo muchas repercusiones, el de la seguidilla de “Mi amiga Atea reacciona a música cristiana”. Y, en uno de sus comentarios, ella expresa que la música está buena, pero le resulta chocante la letra. ¿Crees que esa es la grieta? ¿La música nos une, pero la letra nos separa?

D: El tema es que el arte tiene que decir en palabras algo que nos pasa a todos. Eso es lo interesante de una canción, un libro o una película. Y muchas veces se hace difícil identificarse con el relato, incluso siendo cristiano. Ni hablar si no lo eres.


Por ejemplo, ¿escucharías música musulmana?, ¿himnos católicos a la virgen? Seguramente no, porque no conectas de ninguna manera con esa experiencia. Por eso pienso que, desde hace veinte años, bandas como Rescate y Kyosko trascendieron fuera del ámbito evangélico, porque, aunque mencionaban a Dios en sus canciones, hablaban de sensaciones, circunstancias que un loco recontra colocado en el Pepsi Music se podía identificar.

En calidad no hay diferencias, la música cristiana es una industria excelente y muchas veces es mejor que la secular. Pero si en la letra solo habla de la vida cristiana solamente afectará al cristiano.

LC: ¿Crees que la misma industria los lleva a eso? Porque el sueño de todo artista cristiano es afectar al que no conoce a Dios. Pero, cuando llega a un lugar de reconocimiento, termina afectando a todos menos a esos que quería influenciar.

D: Creo que el cristianismo no es una secta, pero tiene algunos mambos raros que todavía están vigentes como: “¡Ey, no puedes tener amigos que no sean de la iglesia!”. Ahí pasa que si tu círculo es cristiano va a querer apoyarte solo si transmites algo que encaje con ellos. Entonces terminas haciendo eso y, sumado a que hoy en día la industria de la música cristiana es tan grande, se terminan de decidir por ese camino en el que les va a ir bien, pero van a resignar su objetivo inicial.

LC: ¿Te han pedido artistas que reacciones a sus canciones?
D: Usualmente si me lo piden no lo hago, pero sí me pasó que me lleguen comentarios por ejemplo de Evan Craft o Juan de Montreal. Lo más lindo fue conocer a Redimi2. Después de haber reaccionado a varios de sus temas, él me invitó a uno de sus shows para conocerme y me dijo que le gustaba mucho lo que yo hacía.

LC: ¿Por qué crees que se hizo tan relevante tu opinión?
D: No tengo ni idea, es un fenómeno de esta generación que no entiendo. El querer saber de manera constante qué es lo que el otro opina sobre ellos. El otro día reaccioné a una canción de trap de una chica argentina, stremeando en vivo por Twitch.

Comenté que la canción me parecía buena, pero que la sentía aniñada, y no por ella, sino porque expliqué que el trap viene de Atlanta, de los sectores de la sociedad más oscuros, es la música de los drogadictos, que cantan de la vida horrible que llevan y quieren salir de eso. De pronto escuchar trap que no me lleva a eso, lo noto raro. La chica me escribió por privado agradeciéndome, y diciendo que haría cambios en su composición a futuro; a ese nivel.

Al margen de este nivel de influencia que generó en el ambiente, David se conmueve y asombra hoy en día de que sus videos lo ven familias enteras, que luego le escriben y se lo hacen saber. Cayó en la dimensión de lo que estaba provocando cuando, haciendo una fila para ingresar a un recital, lo reconocieron alrededor de cien personas. Incluso cuenta, de una manera muy jocosa, que en ese momento una nena de unos 7 años, junto a su mamá, lo fueron a abrazar y le dijeron: “¡Gracias pastor!”.

D: ¡La misma nena me pidió que le firmara el guardapolvo! ¡Yo me fui de ahí pensando que todo esto era demencial! Te cuento una más, y con esta cerramos el tema. Fui a un bar cerca de casa y cuando salía de ahí un hombre que parecía estar un poco ebrio me dijo: “Tú eres lo de Davi”, terrible, ¡a siete cuadras de mi casa!

LC: ¡Ya si un borracho te reconoce es porque eres masivo! —risas—. ¿Qué crees que debería cambiar en la música cristiana para resurgir, achicar la grieta y ser, precisamente, más masiva?


D: Mientras más cristiano vuelvas tu contenido, más vas a crecer y mejor te va a ir, pero como decía antes, va a cerrar en un círculo que no tiene salida. Para mí el modelo es irse al under de las bandas, fuera del círculo cristiano, a las plazas, los bares. Y en las letras, si me estás contando en una canción que estabas mal y Jesús te salvó, otro se va a identificar cuando digas que estabas mal y conocer a Dios te salvó.


Pero, en general, creo que lo que llega al corazón es aquello que se percibe auténtico, una situación común y real que nos pasa a todos. Lamentablemente nuestra vida como cristianos cada día es menos común. Hace cincuenta años todo el mundo se casaba, hoy lo raro es que lo hagas. Entonces, si yo hago una canción que habla del matrimonio, no va a trascender jamás. Por fuera de la Iglesia nadie se está casando.


Tal vez nuestra música siempre gira en resolver o responder a un problema que nadie se está preguntando. Si quieres hablar del aborto o el LGBT, nadie va a escucharlo porque ya todos por fuera lo aceptaron, nadie se hace preguntas sobre eso. Pero sí se preguntan esas mismas personas para qué están vivas, cuál es su propósito, si existe el amor o si realmente alguien los va a amar tal como son, eso quizás genere otro impacto.

LC: ¿Hasta qué punto crees que llegará tu credibilidad en cuanto a la crítica sin que las personas supongan que estás influenciado económicamente?


D: Muchísimas veces me han preguntado cuánto cobraba por reaccionar a una canción. La verdad es que no lo hago. Lo tengo muy en cuenta y no solo por la credibilidad, sino por la construcción de la audiencia.
Que ellos siempre en mí encuentren honestidad, reacciono solo a aquellos que me gustaron, o que quiero y los conozco. En este camino de influencer tienes que estar atado a la autenticidad. El público sabe si estás haciendo algo de careta o no, y eso sería exponerse demasiado.

LC: ¿Crees que cumpliste tu meta con el canal? ¿Dónde encuentras tu satisfacción?

D: Mira, Jesús dijo que Él era el camino, la verdad y la vida, y para mí la verdad y la vida son objetivos finales, es a dónde llegas, pero no puedes tener el camino. Todos estamos en el camino transitándolo, y yo disfruto todo este trayecto más allá de la finalidad, y lo veo a Dios en cada paso.

Cuando la gente responde diciendo que un mensaje le llegó, o lo hizo acercarse a Jesús, me llena el corazón y entiendo que mi meta es unir y no marcar lo que nos separa, ya nos separan muchas cosas. Hoy es este camino y más adelante tal vez sea otro. No lo sé, pero me encanta todo lo que pasa hoy.

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Hace unos días llegó la placa de los 100.000 suscriptores 🔥 – Esta es la parte linda de lo que hago en Youtube, la instagrameable, la que garpa 😎 – Pero es solamente la punta del iceberg ❄️ – Detrás de ese premio hay 3 años de trabajo y sacrificio, de errores y aciertos, de alegrías y frustraciones, de oraciones y consejos, de «fans» y haters 🤷 – Es lindo el reconocimiento, claro que sí. Pero la placa está hecha de plástico, es desechable y no me la voy a poder llevar al cielo 😵 – Lo único que puedo llevarme al cielo son las historias y testimonios de gente que fue impactada por Dios a través de una pieza de contenido que hice en mí habitación. Lo demás, es todo vanidad 😄 – Eclesiastés 12:8 – Foto de @nadiasoldiaz_

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¿Cómo enfrentar los miedos en tiempos de pandemia?

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El miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Es un sentimiento de desconfianza que nos impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. Sin ningún lugar a duda, todos hemos experimentado miedos en algún aspecto. Sin ir más lejos, actualmente nos encontramos en un momento histórico, donde una pandemia provocó la presencia de un peligro para la salud y eso generó una enorme desconfianza.


El observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la UBA midió las distintas variables desde los primeros días de confinamiento. En base a una encuesta online de 2490 casos con personas de los principales centros urbanos: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, interior de Buenos Aires, Córdoba,Rosario, Mendoza, Neuquén, Tucumán, Jujuy, Corrientes y Tierra del Fuego.


Compararon los datos obtenidos el 2 de junio con los que relevaron desde el 2 de abril, en relación a estas variables: ansiedad, depresión, pérdida del sentido de la vida, pánico, incertidumbre, preocupación y miedo. La primera medición fue a los 12 días de
cuarentena, la segunda a los 31 días, la tercera a los 50 y, la más reciente, a los 70 días.


“De la primera a la segunda medición hubo un aumento significativo en la intensidad para todas las emociones/cogniciones relevadas”, expresa el estudio.

A partir de la segunda medición, observaron: “La intensidad del conjunto de emociones y cogniciones se mantiene estable en los valores altos alcanzados a los 31 días”.


En esa línea, exponen que los mayores niveles de intensidad siguen correspondiendo a la preocupación, la incertidumbre y la ansiedad. Y agregan: “Proporcionalmente, lo que más se ha incrementado es miedo y depresión”. Respecto de los niveles de ansiedad, angustia y, sobre todo, depresión y pérdida del sentido de la vida, al igual que en las mediciones anteriores, se da en mayor medida en el segmento de los más jóvenes, de entre 18 y 29 años. (Fuente www.perfil.com).

«Yo experimenté el miedo, mejor dicho, fui esclavo de él durante años».

A mis 8 años se presentó como la muerte, que acabaría con mis padres, luego con las tormentas que arrasarían con mi casa, empezando por las paredes de madera y siguiendo por el techo de chapa, siguió por la oscuridad, la violencia física, la soledad y otras innumerables situaciones. El miedo se esconde detrás de miles de sensaciones, pero un día lo encontré y paradójicamente estaba dentro de mí.


Es por eso por lo que me gustaría que pienses y con sinceridad le confieses a Dios cuáles son tus miedos. Él ya los conoce y está esperando que los expreses para juntos enfrentarlos.
Hay un pasaje bíblico que me ayudó mucho en eso y me gustaría que reflexionemos juntos acerca de lo que Jesús y los discípulos vivieron.

35 Ese día al anochecer, les dijo a sus discípulos: —Crucemos al otro lado. 36 Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas. 37 Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse. 38 Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron. —¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos? 39 Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: —¡Silencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.
40 —¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Todavía[a] no tienen fe?
41 Ellos estaban espantados y se decían unos a otros: —¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?

Marcos 4:35-41

Es fácil criticar a los discípulos y decir: ¡Qué incrédulos que eran, cómo pudieron sentir tal miedo estando con Jesús! En mi opinión pensar así es como opinar del domingo con el diario del lunes. Esa actitud no habla de nuestra fe. Porque la fe se ve cuando estamos frente a ese tipo de pruebas y actuamos como decimos que deberían haber actuado los discípulos. Pienso que estos pasajes nos fueron dados para enseñarnos por medio de las vivencias de Jesús y de los discípulos, desarrollando las habilidades necesarias para enfrentar situaciones similares.

Algunos consejos prácticos para enfrentar los miedos

Primero, te animo a que cuando se presente una situación de intenso miedo, puedas recordar todo lo que Jesús hizo por vos, desde venir a la Tierra a vivir en obediencia a Dios y morir por nuestros pecados para reconciliarnos con Él. Los diferentes milagros que hizo en tu vida desde el perdón de pecados y la salvación personal, siguiendo por los testimonios de tus hermanos y seres queridos. Esto hará que tu fe se fortalezca en medio de la dificultad que estás atravesando.

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Créditos: Freepik

Segundo, presta mucha atención a las palabras que Dios te fue dando a lo largo del camino. Recuerda esas promesas que Él declaró sobre tu vida y tenlas presente en tu mente. Si es necesario decláralas en ese momento y, si tomas valor, decláraselas a la situación que te está queriendo intimidar.


Tercero, es muy importante que tengas presente esta verdad. Aunque no estemos en la misma barca con Jesús, desde el día que mediante la fe depositamos nuestra confianza en Él, declarándolo como nuestro único y suficiente salvador, sucedió algo mucho más extraordinario que navegar con Cristo en la misma barca. Desde ese día Él vive en nuestro corazón y nos acompaña en cada momento que nos toca vivir. Asi que no dudes en pedirle ayuda, contarle tu situación y activar tu fe.

Cuarto, recuerda que Jesús nos dio autoridad para que por medio de la fe en su nombre, le ordenemos a la naturaleza, a los espíritus, a las enfermedades, hasta a la misma muerte y se sujeten a la obediencia de Aquel cuyo nombre es sobre todo nombre. Es por eso por lo que te desafío a que de ahora en adelante, identifiques esas tormentas que te quieren atormentar y en el nombre de Jesús les ordenes que enmudezcan.


Por último, asi como Jesús intercedió por sus amigos, te desafío a que tengas presente las tormentas que atormentan la vida de tus seres queridos, quienes quizás están llenos de miedos y paralizados por la situación actual: el riesgo de contagio por la pandemia, la economía, el proyecto de vida o la misma muerte.

Creo firmemente que podemos pararnos en el nombre de Jesús y transformarnos en cazadores de tormentas y animar en la fe a nuestra familia y amigos a continuar por el camino que Cristo ya declaró.Te dejo un video que resume esta reflexión y te animo a que compartas esta nota con tus seres queridos.

Música que une generaciones

Facundo Dening y Martín Ontivero

A lo largo de mi carrera musical ha sido, y es, normal que se me relacione con géneros como el rock o el punk, y esto se debe a que no solamente es el estilo que más consumí en mi adolescencia, muy común en las últimas generaciones, sino que es aquello que desde el año 2006 venimos haciendo con Corto Plazo.

Pero hay una faceta que solamente los más cercanos conocen de mí, y es esa parte de mi corazón que es fanática de las canciones eclesiásticas “viejitas” o himnos antiguos. Mi amor por ese estilo de música se debe a que crecí escuchándolo por años, desde mi niñez a mi adolescencia, tanto en la iglesia, como en mi casa o inclusive en el auto de mis padres, viajando hacia alguna parte.

Corría el año 2013, y mientras nos tomábamos un pequeño descanso, en medio de una sesión de grabación para Corto Plazo, Martín Ontivero (productor musical de la banda) tomó su guitarra y comenzamos a recordar algunas canciones e himnos antiguos. Fue increíble lo que ocurrió en ese momento. Sentimos que Dios nos había visitado de una forma tan real y cercana que no podíamos parar de lagrimear.

Instantáneamente decidimos que teníamos que hacer algo con esas canciones. Revivirlas, reversionarlas y “ponerlas de moda” nuevamente. Muchas de ellas se habían dejado de cantar, y las nuevas generaciones ni siquiera tenían conocimiento de estas.

Fue ahí donde nació este proyecto que denominamos “Facundo Dening y Martín Ontivero” y que recién pudimos materializar en el año 2017, cuando lanzamos el primer medley llamado Hoy y siempre, que entre otras canciones incluye “Vine a alabar a Dios” y “Bendito sea el Señor”.

A partir de allí comenzó un proceso de trabajo intenso, tanto en lo musical como en lo visual. Grabamos un video tras otro. Definimos juntos que este proyecto musical tendría el fin de acompañar a las personas en sus momentos a solas con Dios y de unir, por medio de las canciones, a dos generaciones distintas (adolescentes/jóvenes y adultos).

El impacto fue tan grande, que a los pocos meses de lanzar el segundo medley, este ya había alcanzado el millón de reproducciones en YouTube, y los comentarios o testimonios que recibíamos, tanto de jóvenes como de adultos, eran maravillosos.

Lo más lindo de esto es que las personas definitivamente reproducían nuestras canciones en sus momentos de oración o devocional. Es increíble ver cómo funciona y da fruto algo que, pensamos, nació en el corazón de Dios, no tenemos duda de esto.

Nos llena el corazón cada vez que escuchamos a los adultos mayores agradecernos por “revivir” estas canciones, y por otro ver a los más jóvenes emocionarse y cantar estas hermosas letras y melodías que sin dudas han sido inspiradas por el Señor.

La lista de himnos y canciones a grabar es muy larga, y tenemos el deseo de seguir trabajando en este proyecto por muchos años más. Esperamos en algún momento poder “revivirlas” a cada una, deseando que Dios siga hablando a través de ellas y que muchas personas alrededor del mundo puedan encontrarse con Dios, con algún medley de “Facu y Martín” sonando de fondo.

¿Cómo ser un influencer espiritual?

influencer cristiano
influencer

La definición de influencer no es más ni menos que ser alguien que ejerza una gran influencia sobre las personas que lo conocen. Pero ¿qué hago? ¿Cómo hago para perder la vergüenza? ¿Qué digo? ¿Cómo les hablo a mis amigos de Jesús?

No tienes que hablarles de Jesús…

Es una buena noticia, ¿no? No sé si alguna vez lo pensaste, pero la mayoría de tus amigos al menos una vez escucharon la historia de Jesús o vieron alguna película que contaba la historia del hijo de Dios. ¿Pero si ya lo saben, por qué no creen o no intentan experimentarlo?


Creo que la respuesta es que tus amigos están totalmente influenciados por una idea de Dios basada en lo que escucharon y/o les enseñaron de las diferentes posturas religiosas. Y la consecuencia de esto es que formaron una idea errada de quién es Él.


Pensamientos tales como Dios no existe, Dios castiga, Dios está enojado son las consecuencias de que solo escucharon de Dios pero nunca lo vieron. Por eso para ser un influencer espiritual no tienes que hablarles de Jesús sino… tienes que ser Jesús para ellos. ¿Quéeeeee? Sí, sí, como lo estas leyendo…

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significado de la palabra REACCION: Acción provocada por otra de sentido o efectos contrarios a ésta… siempre pensé que el mundo estaba en contra mio, y que las REACCIONES de los demás eran personales, hasta que un día me tocó ir a ponerle el vidrio templado a un celular. La chica que me atendió estaba de muy mal humor, me atendió sin ganas, me hizo sentir tan mal que estuve al borde de enojarme, pero en ese mismo momento Dios me dijo «cuando termine de colocar el vidriecito decile que lo hizo muy bien y felicitala» yo le dije a Dios Queeeeee??? … la cuestión es que cuando terminó de colocarlo, la mire a los ojos y le dije «QUE BIEN QUE PUSISTE EL VIDRIECITO»… No les puedo explicar lo que espiritualmente paso en esos segundos, pero la chica se puso a llorar y me conto lo mal que la pasaba en ese lugar y parte de un problema personal que estaba pasando… estamos acostumbrados a MIRAR PERO NO VER. Juzgamos a las personas por el último acto o por lo que tan solo pueden mirar nuestros ojos pero acordate «DETRAS DE UNA REACCION SIEMPRE HAY UAN HISTORIA» y en estas espero que puedas ver 5 historias y no a personas en situación de calle pensando que se lo merecen o se lo buscaron. #bastademirarnuestroombligo #elmundonosnecesita …»El Señor no ve las cosas de la manera en que vos las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón»… ( La biblia )

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Tú puedes ser Jesús…

Creer que esta opción es imposible es otra de las tantas mentiras que nos instalaron, pero estás totalmente en capacidad de ser Jesús en medio de los que te rodean. ¿Cómo? Sé un buen amigo, una buena amiga, escúchalos y dales consejos que vengan del cielo. Sé el primero en interesarte cómo están, en preguntarles si necesitan algo. Sé el primero, la primera en marcar la diferencia en el trato hacia ellos con lo que dices o haces.


Actúa como un buen amigo, amiga. Ayúdalos en alguna materia del colegio o con alguna tarea en especial que a ellos les cueste, ayúdalos en alguna situación difícil que estén pasando, ya sea con tus alimentos, con tu dinero, con tu casa, con tu auto, etc. Este tipo de acciones yo lo llamo “evangelismo vincular” y es una de las formas que Jesús eligió para ser el mayor influencer entre las personas que lo rodeaban y luego a toda la humanidad.

¿Cuáles serán los resultados?

Cuando menos te lo esperes, van a ver algo diferente en vos y ellos mismos te van a pedir que les hables de Jesús. ¿Sabes cuál va a ser la diferencia en ese momento? Que cuando vos les hables ya no va a ser una
historia contada sino que Jesús va a ser una persona real por que pudieron ver al Hijo de Dios en vos.
#Elfindelaspalabras #eltiempodelaaccion #+ser-hacer
Te dejo una ideíta práctica de cómo compartirles a Jesús a personas desconocidas desde tu celular.

Productor creativo: Un rol cada vez más indispensable en la iglesia

productor creativo
iglesia online

Iremos viendo por qué decimos que es necesario un productor creativo. Las nuevas tecnologías van creando un mundo de posibilidades de conectividad antes impensados, y las iglesias pueden llegar a personas de todo el mundo, sin importar distancia, tiempo y cultura. Esto las ha llevado a plantearse o mejor dicho adaptarse a los cambios para ser más efectivas.


Hoy no se trata solo de “qué dice”, que cabe destacar que es fundamental, sino también “cómo lo dice”, cómo se proyecta ese mensaje. Es así como la formación de un equipo profesional en medios digitales, audiovisuales y creativos que trabaje cohesionado con la visión para generar una real influencia en las nuevas generaciones es una necesidad.

Todos estos cambios acelerados han permitido el surgimiento de nuevos roles dentro de la iglesia. Tal es el caso en los últimos años de la figura de un productor creativo o del rol producción creativa. Puede tener muchos nombres dependiendo del país y de cada iglesia en particular.

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En líneas generales, un productor creativo es aquella persona que se encarga de planificar, coordinar y liderar todo lo que pasa en una reunión de iglesia cada semana. Esto va desde la creación del programa del servicio, la coordinación de quienes sirven en cada reunión en las diversas áreas del equipo creativo, hasta cuidar todos los aspectos técnicos para garantizar que la experiencia dentro de esa reunión sea memorable.

Una figura que llegó para quedarse

Ya el pastor no debe pensar en el volumen o la iluminación, sino en si ¿se tildó una pantalla o se está transmitiendo la reunión? Es allí cuando hay un productor, junto con un equipo detrás, cuidando estos detalles. Este rol surgió por necesidad de manera espontánea. Al principio lo cumplía un ujier, un líder o incluso hasta el mismo pastor. Pero, a medida que comenzaron a crecer los desafíos de tecnología y la forma de hacer iglesia, fue resultando casi obligatorio que dichas tareas estén en manos profesionales.

El productor no solo coordina lo que sucede en la plataforma, escenario o púlpito, sino que sus labores se extienden hacia la producción de otros momentos previos y posteriores que forman parte de la iglesia. Ejemplo de estos son: la previa, el montaje, la recepción de las personas, el momento de conexión y el desmontaje de equipos después de la reunión.

Sus labores permiten optimizar los tiempos de la reunión, tener orden y crear atmósferas propicias a cada espacio dentro de la iglesia.

Les aconsejamos desde nuestra experiencia a los pastores invertir tiempo en encontrar una o varias personas con las cualidades necesarias para ocupar este rol, que conozca la visión, sea responsable y muy organizado. Los cambios que producen trabajar de esta manera se perciben de inmediato y generan excelencia dentro de la congregación.

El equipo creativo debe mantenerse actualizado, con entrenamiento constante y el productor debe ser eje central que mantenga al equipo enfocado en cada una de sus tareas diarias. Solo podemos soñar en los desafíos que enfrentará la Iglesia en los próximos años, en las formas en las que podremos transmitir el mensaje y alcanzar personas. Pero lo que sabemos es que la figura del productor es cada vez más indispensable y llegó para quedarse. ¿Tienes un productor en tu iglesia?

Vivir en la presencia de Dios

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Dios está en el “negocio” de restaurar todas las cosas y llevarlas a un nuevo y glorioso orden que la Biblia llama “nuevos cielos y nueva tierra”. La historia registra numerosos ejemplos de hombres y mujeres que vivieron en la presencia de Dios y que han dejado una profunda huella y contribuido a su “negocio”.

Esto lo vemos tanto en la educación, como en la ciencia, las luchas sociales, la salud, la industria, la innovación tecnológica, los negocios, la política y también en profundas reformas en el ámbito eclesiástico. En todo lo bueno y digno de admiración, nosotros, nuestras sociedades, nuestras iglesias y nuestro mundo, somos el fruto de esta imparable intención del Señor.

Personas cuyas vocaciones y profesiones estuvieron unidas a esa intención y fueron, en un sentido real, una expresión concreta de ella.

Estoy seguro de que muchos deseamos que en nuestra generación y las que nos sucedan abunden nuevos e innumerables ejemplos de estos encuentros entre “lo divino y lo humano”, que queden también registrados en la historia. Más, me atrevo a decir que muchos de nosotros deseamos que eso mismo suceda con nuestra vida.

Dios está listo, él permanece coherente en su carácter y propósitos para su Iglesia y su mundo. Él es el mismo hoy, ayer y por los siglos. Sin duda alguna, las preguntas, la introspección y la mirada crítica debe estar de nuestro lado. ¿Estamos nosotros listos? ¿Qué debe suceder a nivel de los cimientos mismos de nuestra vida y en el silencio del corazón? ¿Qué pasos concretos necesitamos dar para que nuestras vocaciones y profesiones entren en intersección con lo divino y realmente cuenten?

No quisiera caer en lo que tanto detesto dando “fórmulas mágicas” o “los tres simples pasos” para el éxito. Soy un convencido de los procesos providenciales, de los acercamientos multidisciplinarios y de las miradas multidimensionales que hacen mayor justicia a la grandeza de nuestro Dios y a la complejidad de la vida.

El principio unificador

Por ello, hay mucho más que no mencionaré y quedará afuera. Tal vez en futuras oportunidades podremos pensar juntos acerca de ello. Sí quiero dejarles una verdad que puede ser absolutamente transformacional, a saber, Coram Deo. Este término latín que significa ‘rostro de Dios’ ha sido usado a lo largo de los siglos para comunicar la verdad de que vivimos la totalidad de nuestra vida en su presencia, bajo su autoridad y para su gloria.

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Es justamente en esta verdad que se encuentra el llamado supremo de todo cristiano. ¿Qué si viviéramos nuestra vida, vocación y profesión Coram Deo, delante de la presencia de Dios, bajo su autoridad y para su gloria? Tengo plena seguridad de que nuestra vida no pasaría desapercibida, que veríamos una Iglesia mucho más adulta y relevante y, definitivamente, un mundo diferente.

Pero yendo de estas afirmaciones generales a cuestiones más específicas, me gustaría proponerles algunas maneras en que vivir Coram Deo tiene el potencial progresivo de cambiar nuestra vida. Vivir en la presencia de Dios se volverá en el principio unificador de nuestra vida. Es tremendamente nocivo vivir de forma tal que la ética laboral y profesional va por un lado
y nuestra fe y valores por el otro.

Donde las motivaciones y fines que nos mueven los fines de semana hacia actividades “del Reino”, no tienen nada que ver con las que nos mueven de lunes a viernes en nuestra “vida secular”.

Donde no vemos la hora de que se terminen nuestras actividades “mundanas” para dedicarnos a las “sagradas”. No hay nada más debilitante, nada que haga la vida de una persona más inconsistente, irrelevante e intrascendente que esto. No hay peor versión de una vida cristiana que la que viene de estos dilemas.
El apóstol Pablo dijo: “Sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. En otras palabras, nuestra vida es una sola y toda sagrada. Nuestra semana es una sola y toda para el Señor.

Nuestras actividades o son todas para su Reino o para algún otro. No hay secular para el cristiano, todo es sagrado, todo es “para el Señor”.


Hace dos años movidos por esta verdad (Coram Deo) creamos NextGen Multimedia, una empresa cristiana que combina la innovación digital y la interacción bíblica. Dios en su gracia nos ha permitido crecer y gestionar varios proyectos a nivel de América Latina.

Este breve trayecto ha sido para nosotros un laboratorio donde aprender a desarrollar nuestras vocaciones administrando capacidades, personas, dinero delante de la presencia de Dios, bajo su autoridad y para su gloria. Uno de ellos que te animo a explorar es RightNow Media, la plataforma de estudios bíblicos en video más grande del mundo www.rightnowmedia.org/es

Quiero desafiarte, animarte a que te atrevas a conectar tu vida, carrera, profesión, negocio, o lo que sea con esta verdad: ¡Coram Deo! Hacelos parte de lo que Dios ha estado, está y seguirá haciendo: restaurar todas las cosas para dar lugar a una nueva creación y no vas a dejar de sorprenderte.

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Crédito: Pexels

MULTITASKING INTELIGENTE

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multitaskig

Luego de consultar con decenas de mujeres que debido a la pandemia están realizando Home Office, me animo a decir que para la mayoría existía una idea romántica acerca de las virtudes de esta modalidad en el contexto actual. Creo que no reparamos en que nos llevaría a sumergirnos en un multitasking despiadado que no nos da respiro.

Aunque muchas confiesan que tenían la fantasía de combinarlo para que el tiempo les rindiera más, estar cerca de los chicos, dejar atrás el estrés de viajar en hora pico, manejar los tiempos, no pensar en la ropa, trabajar en pantuflas y dormir más horas, en estos últimos meses la virtualidad laboral desde casa, dejó de ser una opción para pocas y pasó a transformarse en un dolor de cabeza para muchas.

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Créditos: Freepik

Pero el Home Oficce no es el problema principal por el cual miles de mujeres luego de más de seis meses de llevarlo adelante se encuentran al borde del colapso (o sumergidas en él). Probablemente coincidas conmigo, en que en otro contexto sería una modalidad muy beneficiosa y productiva.

Entonces ¿cuál es el punto? Las múltiples tareas que siempre están, ésas que vamos piloteando al mejor estilo Lewis Hamilton en las carreras de Fórmula 1, conociendo el recorrido, manejando los tiempos, acelerando en los tramos correctos y bajando un cambio cuando es preciso, pero que hoy nos llevan a volcar y estrellarnos contra el guardarrail de la realidad que nos supera.

Esas actividades cotidianas que hacíamos de taquito, que no presentaban mayores inconvenientes y estábamos acostumbradas a resolver sin sobresalto -aún si llegaban a complicarse- se convirtieron en barreras insuperables, en senderos ríspidos.

Las cuestiones sencillas del día a día se levantan como amenazantes montañas de estrés

Esto sucede donde se cortan los caminos y cuando encontramos un resquicio y por fin parece que adelantamos algo, nos encontramos observando perplejas una nueva ruta llena de baches de ansiedad y cansancio.

En definitiva, lo simple se convirtió en muy difícil. Las interrupciones constantes que se generan por diversos motivos, el universo de demandas que pretenden respuesta inmediata desde todos los flancos, la nueva normalidad de un trabajo 24/7 que nuclea ámbitos antes impensados de fusionar (y funcionar), se convierte por momentos en una trama extraña, impersonal, intermitente. Una y otra vez nos encontramos retomando la tarea, tratando de reenfocar, de no perder el hilo de nuestros pensamientos, intentando avanzar mientras descubrimos que hacerlo nos lleva el triple del tiempo habitual.

Una encuesta realizada por el Centro de Estudios de Relaciones Interpersonales de la Universidad Austral, en la sección referida a la distribución de las tareas cotidianas durante la pandemia, señala que: “en las tareas del hogar, se mantienen y reproducen estereotipos de género” y que “el cuidado de los miembros de la familia que lo requieren, tiene un protagonismo mayoritariamente femenino.

MUJER
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Son las mujeres quienes tienen a su cargo con mayor frecuencia las tareas de cuidado de los más vulnerables. Así, el cuidado de niños, adultos mayores y personas con discapacidad lo realizan 5 mujeres por cada 3 hombres. Mujeres al cuidado de niños: 46,66%; de adultos mayores: 53,13%; de personas con discapacidad 52,67%).La educación en casa está a cargo de mujeres adultas en 54,23% de los casos, mientras que 26,99% está bajo responsabilidad de los adultos varones. El 6,63% recae sobre adolescentes mujeres y 1,35% sobre las abuelas”.

¿Resultados? Más allá de los números que estamos considerando, podemos arribar a una conclusión certera sin necesidad de mucha estadística, con solo observar el panorama propio y el de la mayoría de las mujeres que nos rodean: hiperactividad, mucho estrés, poco descanso, poca paciencia (aunque teniendo en cuenta los más de doscientos días de rutina impuesta ¡tenemos un Master en Tolerancia!).

El trabajo de la casa y el externo, la familia y el jefe, los pacientes y la comida, la escuela y el ministerio, los libros y el zoom, los WhatsApp con grupos insufribles pero necesarios, las decisiones importantes y el desgano, la responsabilidad y la apatía. Se combinan en un mismo espacio y horario formando un combo inestable con la capacidad de detonar en una explosión emocional cuando escuchamos el “maaaaaaa” número mil quinientos cuarenta del día.

tareas en casa
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Y así, todo ese vértigo de la multifuncionalidad sin resto, continúa, y seguimos atascadas en la misma página en blanco, o desesperadas intentando deshacer el envío del mail que salió disparado cuando unos deditos pequeños y mágicos oprimieron el mouse mientras nos dimos vuelta para estirar las articulaciones entumecidas por horas de pantalla.

Y la ropa que quedó en el lavarropas desde ayer sin colgar. Y la heladera que pide a gritos una reorganización de tappers. Y las ganas de salir corriendo a que el sol nos pegue en la cara mientras Dios nos ministra en nuestra vulnerabilidad.

¿Y la punta del ovillo? Enmarañada del otro lado de la gestión emocional. Enredada en la profundidad de una hiperexigencia implacable, de un “deber ser y hacer” que no nos da tregua. ¿Lo bueno? Que siempre hay maneras de abrir posibilidades aún cuando las múltiples tareas nos exceden. Espero que la descripción exhaustiva te haya robado siquiera una sonrisa. Que te haya hecho sentir alivio sabiendo que nos pasa a casi todas.

Y entonces, ahora más relajadas, ensayemos juntas algunas propuestas prácticas que pueden ayudarnos aunque más no sea como un disparador y herramienta de activación para que el multitasking del que no podemos deshacernos por el momento- se ponga a nuestro favor, se convierta en el combustible que nos impulse y deje de ser el motor que nos está fundiendo.

Mejor hecho que perfecto:Tareas mínimas que no son relevantes y se inmiscuyen en lo cotidiano robando tiempo y llenándonos de peso. Identificá las tuyas.

Más, no siempre es mejor. Más horas de trabajo en un contexto de poco descanso y mínimo disfrute, no aseguran nuestra productividad, la limitan.

La agenda es amiga: Uno de los efectos negativos del multitasking, es que nos genera olvidos que casi siempre cuestan caros. Planificar y respetar horarios, aunque hoy parezca inalcanzable, es una elección revolucionaria en tiempos de pandemia, una estrategia sencilla y poderosa que nuestra mente, cuerpo y espíritu agradecerán, y que hará una enorme diferencia en positivo, especialmente, en el entorno familiar.

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Disfrutar es una decisión. Este verbo que para muchas está conjugado siempre en pasado y parece perderse entre los recovecos del multitasking, es un canal de activación en sí mismo. Podemos elegir ser intencionales en recuperar este valor del disfrute que la exigencia nos niega, pero la excelencia nos impulsa a establecer. Disfrutar no es perder tiempo, es ganar salud integral. implica, como dice su definición: “Experimentar gozo, placer o alegría con alguien o algo. Tener o poseer una cosa buena o gratificante”.

¿Qué “cosa buena” poseemos o tenemos? La primera que se me ocurre es la vida que aún respiramos, transpiramos y transitamos, con pandemia y todo. Y mientras escribo -un poco tarde hoy- con el cuerpo cansado pero la mente fresca, siento ese gozo, placer, alegría y me digo: “esta sí que es una cosa buena”, me doy permiso para disfrutarla aún en medio del cansancio, y decido que ningún multitasking amenazante me va a impedir lograrlo.

Criar a nuestro hijos con valores eternos

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¡Soy mamá! Sí, y lo pongo con signos de admiración porque sin lugar a duda es una de las cosas más significativas que me ha pasado en la vida. La gracia del Señor ha permitido que en el año 1999 llegara Luciano. Cuatro años después Florencia completó
la familia.

Gracias al Señor tuve dos embarazos muy buenos y ambos partos fueron rápidos y de recuperación óptima. Debido a esto, me he autoarrogado el título de “predicadora del buen parto”. Me agota escuchar a las mujeres mayores de la iglesia o de la familia relatando experiencias espantosas que hacen que las jovencitas se vuelvan partofóbicas.


Frente a esta realidad, he hablado muchas veces con las chicas de mi entorno tratando de traerles algo de paz al respecto. Y es que tenerle miedo al parto es normal, pero no es el eje de la cosa. Un nacimiento es un hecho por sobre todas las cosas biológico,
natural. Todos los mamíferos nacen del mismo modo.


La gran diferencia en este mundo terrenal no está dada por la forma de dar a luz sino por la manera de criar.

¡Ninguna especie animal está pendiente del bienestar de sus crías para todo el resto de la vida! El parto no es el problema. El problema comienza treinta segundos después. Alimentar, educar, fomentar buenos hábitos, escoger una buena escuela, enseñarle a
elegir buenas relaciones, disciplinar y ¡amar! Esas son las responsabilidades de los buenos padres. Sin embargo, cuando a estas obligaciones sumamos el aspecto cristiano, la apuesta se redobla. ¿Somos conscientes de que criamos para la eternidad y que nuestra responsabilidad es primeramente para con Dios?

El apóstol Pablo dice en Efesios 2:10 que somos hechura de Dios y que Él preparó buenas obras para nosotros. ¡Qué alentador fue saber que el Señor pensó en mí antes de hacer los cielos y la Tierra! Pero un día Él me dio vuelta la historia y me dijo acerca
de mis hijos:

“No son tu hechura, no son tu plan, no están hechos para andar en sus propios caminos, bajo tus perspectivas de vida. Yo los hice, y las obras por las que van a andar están preparadas por mí desde mucho antes de que siquiera estuvieran en tu mente”.

Ese día se dio vuelta mi mundo. No somos conscientes de la terrible responsabilidad que representa la tarea de criar estando en Cristo. Cada acierto y cada falla puede tener incidencia en la eternidad de nuestros hijos y los que se relacionen con ellos. Visión de Reino, espíritu de servicio, entrega son vocablos que aplicamos a la vida de nuestra congregación, pero no a nuestro hogares que es, después de todo, nuestra primera iglesia. ¿Y por dónde empezar? ¿Le compro una Biblia? ¿Lo inscribo en un colegio evangélico? ¿Le hago escuchar música cristiana? Todo eso está bien, pero arranquemos desde las definiciones, desde las bases.

¿Qué es un hijo?

Muchas veces escuché decir que un hijo es un préstamo, algo que Dios nos otorga durante un tiempo para que lo disfrutemos. Claro que disfrutamos a nuestros hijos, pero esta me parece una razón pobre para una responsabilidad tan grande. Durante un tiempo se puso de moda el concepto de mayordomía. Esta idea le sumaba un condimento extra al asunto.


En un préstamo la única responsabilidad es devolver lo prestado en las mismas condiciones en las que fue recibido. La mayordomía no solo implica posesión temporal, sino también administración responsable. El mayordomo, según el concepto bíblico, debe engrandecer y multiplicar aquello que le fue otorgado.


Recordemos las parábolas de los talentos y de las diez minas. En ambas recibe castigo aquel siervo que devuelve la moneda sin haber trabajado con ella. Si la mayordomía fuera el caso, entonces estaríamos más cerca del propósito de la paternidad en general.
Pero sabiendo para quién administramos, no podemos formar nuestros hijos según criterios propios.

El punto es llevarlos al modelo original, al del Edén. ¡A su imagen y semejanza! Nuestro máximo objetivo como padres cristianos es contribuir a la restauración de esa imagen.


Dios nos constituye e este rol para llevarlos, como también dice Efesios: “… a la plena estatura de Cristo” (Efesios 4:13). Todo lo demás, puede ser importante, pero secundario. Formar la imagen de Cristo en ellos, esa es la meta. Por eso me gusta pensar en los hijos como una franquicia, un producto que puedes disfrutar, pero respetando el formato que le dio su Creador.


¿Qué crees que verás en tus hijos cuando hayas concluido tu tarea? ¿Tus frustraciones redimidas? ¿Tu genética triunfante? ¿Un ser formado a la medida de las necesidades de este mundo? ¿Qué verán los demás al contemplar el resultado de la crianza que les has dado? Pues ahí lo tienes en los brazos como arcilla moldeable, dispuesto a que tus manos sean guiadas por las manos del Alfarero. Formarlos es la tarea, pero debemos hacerlo a su imagen, conforme a su semejanza.

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El amor en los tiempos del coronavirus

amor en coronavirus

Emulando el título de la gran obra de García Márquez (El amor en los tiempos del cólera),el amor en estos tiempos se ha visto desafiado. La tasa de solicitudes de divorcio ha llamado la atención en diferentes países. Se ha puesto a prueba la capacidad de convivir que no es otra cosa que “vivir con … otros”.

Los cambios que se nos vinieron encima llevaron a muchos al extremo de la paciencia. No todos son beneficios cuando hablamos del home working (trabajar desde casa). Esta modalidad de trabajo puede tener su encanto como su desencanto.

Está bueno poder ir a trabajar en pantuflas y pijamas, pero la realidad supera la ficción cuando la familia sabe que mamá está en casa 24/7. Hay un atractivo especial en la comodidad de saber que mamá puede hacerlo porque en realidad está trabajando, pero está en el living o en el cuarto.

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Y aunque somos mujeres todoterreno nos encontramos con muchas obligaciones que no teníamos. Charlas por Zoom que nos exigen estar al menos maquilladas y peinadas,cambiándonos, aunque sea de la cintura para arriba.
Muchas de esas clases o reuniones se ven interrumpidas por niños que lloran o hermanos adolescentes peleando entre sí. Y no dejemos de citar a los esposos que también están reinventándose en tiempos pandémicos.

Todos nos ajustamos y queremos lo mejor, pero el carácter es probado de manera diferente.

Sin lugar a duda podemos decir que es algo nuevo. Al menos desde la última pandemia mundial, llamada “gripe española”, nadie había vivido una situación como esta. Y merece que lo tengamos en cuenta cuando estemos al borde del “desborde” si me permiten la redundancia.
Más que nunca necesitamos calmarnos. Había una publicidad argentina que decía: “Me tomo cinco minutos… me tomo un té”. Aunque parezca simple, encierra una gran verdad: la necesidad de tomarnos pequeñas pausas que nos ayudan a ver las cosas desde otra perspectiva.

Sin lugar a duda podemos decir que es algo nuevo. Al menos desde la última pandemia mundial, llamada “gripe española”, nadie había vivido una situación como esta. Y merece que lo tengamos en cuenta cuando estemos al borde del “desborde” si me permiten la redundancia.

Más que nunca necesitamos calmarnos. Había una publicidad argentina que decía: “Me tomo cinco minutos… me tomo un té”. Aunque parezca simple, encierra una gran verdad: la necesidad de tomarnos pequeñas pausas que nos ayudan a ver las cosas desde otra perspectiva.

Algunos tips para tener en cuenta en este tiempo especial:

1. Recordar que todo pasa. Esto no será la excepción

Cuando estaba por casarme tenía tanta ansiedad con los preparativos previos que no podía disfrutar como quería esa bella etapa. Una compañera de estudios un día me dijo en tono de broma: “¡Todo llega y todo pasa, tranquila!”. Fue un comentario acompañado de risas, que no he olvidado jamás. Tal vez no sabe que lo sigo recordando, pero me ayuda cuando hay algo que me insume tiempo y esfuerzo. Pienso lo mismo. No debo preocuparme al extremo porque esto también pasará.

2. Valorar la bendición de las posibilidades 

Tenemos posibilidades que muchos desean. Es posible que escuchemos niños jugando o gritando porque en la casa tenemos esa bendición. Tenemos cosas que limpiar u ordenar porque tenemos muebles, utensilios, ropa, etc. Elementos de los cuales carecen muchísimas personas. 

El otro día miraba un documental sobre los refugiados climáticos quienes han tenido que dejar sus hogares ya que por diferentes razones hoy son zonas inhabitables. Recuerda que no todos hoy tienen una casa, un lugar, una familia. ¡Amiga, tenemos mucho para valorar!

3. Tendremos cosas para contar y compartir que nos permiten aprendizajes para la vida

Cuando hablamos con otras personas que necesitan un consejo o una palabra de aliento   muchas veces hacemos referencia a experiencias vividas. Y somos escuchadas por, justamente, eso que vivimos o logramos atravesar. Poder extraer enseñanzas para la vida es una oportunidad que Dios nos da de adquirir sabiduría.   

4. Redireccionar los enojos y tratar de pensar la situación desde diferentes ángulos y miradas

Es algo que aprendí con mis niños pequeños y también aplicamos con mi esposo. Hubo un tiempo particular que me enojaba al cansarme y me costaba manejar ese impulso. Pedí a Dios que me ayudara a procesar mis emociones. Me di cuenta de que cuando salía a caminar un rato, volvía más tranquila y podía hablarlo de otra forma.  El reto o corrección de los niños debe ser con firmeza, pero el enojo nunca es un buen consejero. Uno puede herir con las palabras. Lo mismo ocurre en un matrimonio. Hablando de buena manera podemos lograr más.

Sin lugar a dudas el amor puede verse probado, pero si es amor real pasará la prueba.

 “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor” (1 Corintios 13:13).

La violencia en sus distintas formas

violencia
manipulacion

Es necesario entender que, si bien las diferentes formas de violencia pueden darse de manera separada, suelen coexistir.

¿Cuántas veces hemos escuchado en el noticiero historias de mujeres que sufren violencia por parte de su pareja? Y a la mayoría, lo primero que se nos viene a la mente es “Gracias a Dios a mí no me pasa”. Y quizás tengas razón, quizás no tengas una pareja que te zamarree, o que te haga una lesión que implique ir a un hospital, pero déjame decirte algo: esas conductas son la conocida punta del iceberg.


¿A qué me refiero? Pensemos en el famoso iceberg de la película Titanic. Si nos guiamos por la parte del hielo que se dejaba ver, había una mínima posibilidad de esquivarlo, pero aun así, esa inmensa estructura de hierro se hundió, ¿Por qué? Porque la realidad es que el iceberg era mucho más grande y profundo de lo que se dejaba ver. Así mismo sucede con la violencia, lo visible (marcas, golpes, incluso la muerte) es la consecuencia de un trasfondo mucho más complejo.


La violencia hacia la mujer se define como:
“conducta, acción u omisión, que, de manera directa o indirecta, (…) afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial como así también su seguridad personal”. (Ley de protección integral a las mujeres 26.485). Implica una desigualdad de poderes en la que hay sometimiento y control. Es necesario aclarar que también puede darse en las relaciones con los otros miembros de la familia.

podemos dar cuenta que no necesariamente tiene que haber evidencias físicas, sino que la definición engloba muchos más aspectos.

Tanto en mi lugar de trabajo como en otros ámbitos me he encontrado con mujeres que expresaban “mi marido no es violento, nunca me levantó la mano”. Sin embargo, al profundizar un poco más, reconocían que en repetidas oportunidades las insultaban, descalificaban, burlaban, etc. “Ves que no servís para nada” “¿Sos tonta?” entre otras aún más hirientes. Esta degradación constante lleva a una pérdida de autoestima y respeto por una misma lo que termina logrando un mayor sometimiento. A esto se le llama violencia psicológica o emocional. Es la más tolerable y menos visible, sin embargo, es una de las más frecuentes y dañinas.

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Existe otra manifestación de violencia que sucede con frecuencia pero de la cual mucho no se habla. Algunas no se animan por vergüenza, o simplemente no se lo cuestionan, lo acatan. Estoy hablando de la violencia sexual. El ser presionadas (aunque sea nuestro marido de hace 20 años) a mantener relaciones sexuales, o practicar ciertas acciones con las cuales una se siente incómoda también es violencia.

Puede suceder que algunas tengan miedo de que, si se niegan, podrían “conducir” a sus maridos a la infidelidad, pero considero que cada uno es responsable de sus actos y que la Biblia es clara en relación al amor y al respeto entre la esposa y su esposo.

“Ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto (…)” (1 Pedro 3:7). “…cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo”. (Efesios 5:33)

Existen otros tipos de violencia en las que sus manifestaciones se dan de manera sutil y pueden no generarnos ningún tipo de alerta. Así sucede con la violencia económica y la violencia social. En el primer caso, lo que puede comenzar siendo un acuerdo en la organización familiar puede terminar en un abuso de poder.


Es muy común que, dentro de un grupo familiar, haya división de roles en la que uno se ocupe de los quehaceres de la casa y de los niños, mientras que el otro trabaje fuera del hogar para generar ingresos económicos. Cada familia se organiza de acuerdo a los recursos (económicos, humanos, etc) con los que cuenta y eso permite su funcionalidad.


Pero puede suceder que aquel que genera el dinero comience a tomar decisiones financieras de manera independiente o a controlar gastos y restringir el uso del dinero del otro.

Tengamos cuidado de no pensar que nuestra pareja tiene ese “derecho” por ser el proveedor de la casa.

Y en el caso de la violencia social, el agresor busca debilitar la red de apoyo psicosocial de la mujer (familia, amigos). Si bien existe el extremo de prohibir ir a trabajar, o asistir actividades sociales, como dije antes, inicia con conductas sutiles en las que ese debilitamiento de lazos es progresivo. Frases como: “tus amigos no me caen bien”, “mejor no vayamos, sabes que no me llevo bien con tu hermano” suelen aparecer. Es muy importante que podamos tener relaciones fuera del ámbito de nuestra familia en las cuales apoyarnos y fortalecernos.


Si bien existen otras formas de violencia hacia la mujer, quise centrarme en aquellas que son más frecuentes en una pareja. Aunque esta información puede resultar un tanto abrumadora, dejame decirte que conocer nos empodera, nos permite pararnos desde otro lugar y darnos cuenta que no estamos solas en esto. Te invito a que puedas tomarte un tiempo y pensar cómo es la relación con tu pareja, o si te sentís identificada con algo o quizás con todo de lo que leíste.

El primer paso hacia la restauración es reconocer que algo no “anda bien” y es necesario modificarlo.

Creo en un Dios que tiene el poder para transformar familias y revestirlas con su amor. Pedí ayuda y buscá su guía para abrir posibilidades de transformación.

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