Estos datos fueron recolectados por una ONG en base a estadísticas de la Organización Mundial de la Salud.
La entidad Worldometer recopiló en su sitio web estadísticas sobre salud, población mundial, uso de recursos y muertes en tiempo real. El organismo sacó un informe el 31 de diciembre del año pasado, en el que analiza como los abortos superaron con creces las principales causas de muerte en todo el mundo.
En vísperas de año nuevo la página web publicó las cifras de los abortos realizados de manera legal pero se estima que la mitad de ellos se practican en clandestinidad en todo el mundo. La cifra preocupa a los expertos en salud porque la cifra crece cada año consecutivamente.
En comparación, más de 1.8 millones de personas murieron por coronavirus en todo el mundo, según la Universidad Johns Hopkins. De enfermedades transmisibles mataron a más de 13 millones, 8.2 millones fallecieron por cáncer, 5.1 millones a causa del tabaco y 2.5 millones por la adicción al alcohol. Otras causas principales de muerte en 2020 incluyeron las muertes por accidentes de tráfico, de las cuales hubo casi 1,4 millones. Además, los suicidios son responsables de casi 1,1 millones de muertes en todo el mundo.
Aunque los abortos no son contabilizados como una causa de muerte, sino como parte de alguna estadística de salud a parte, el número a nivel global superó la cantidad de personas que sucumbieron por otras causas. Hablamos de que 39 millones de personas sufrieron un deceso por algún problema de salud mientras que a 42 millones de bebés les prohibieron nacer.
Cally Magalhães es una exitosa artista de Inglaterra que ya lleva más de quince años en Sao Paulo, lugar donde fundó la Asociación Águila.
La actriz trabajó en teatros británicos y en 1998 fue cuando decidió viajar a Brasil por un tiempo para ayudar a niños de la calle. Sin embargo, afirmó al diario Christian Today «sabía que estaría sirviendo a Dios en algún lugar del mundo, pero no sabía dónde ni por qué». En consecuencia, hoy dirige un ministerio de psicodrama donde una de sus acciones es realizar obras y talleres teatrales en cárceles para hablar de Dios.
El proyecto Águila comenzó en 1999 con la misión de rescatar niños y jóvenes de las calles de Sao Paulo. De todas formas, la asociación sumó colaboradores y hoy además de predicar en prisiones, ayudan a adolescentes de quince a diecinueve años que viven en situaciones de pobreza extrema, abuso, drogas, analfabetismo y violencia, y realizan talleres de actuación.
Magalhães explicó al diario sobre los talleres en las cárceles, “con el psicodrama, salen diciendo ‘Dios mío, nunca pensé en mi víctima y ahora no puedo dejar de pensar en mi víctima’”. Un recurso que utilizan para que el delincuente se visualice en el lugar de las personas a las que quieren agredir, de esta manera, pueden empezar a reflexionar sobre sus actos y hablar del perdón de Dios por su pasado.
El trabajo que realiza la actriz sigue creciendo, actualmente también ofrecen asesoramiento y acompañamiento individual al adolescente y su familia para ayudarlos con cursos profesionales y laborales. Magalhães justificó sus actos en la entrevista con Christian Today «la última persona con la que habló Jesús fue un criminal en la cruz, así que al hacer el trabajo que hago, realmente no siento que sea Cally en muchos sentidos».
Además, la artista tiene un libro donde cuenta cómo fue su proceso en su acción solidaria en India y Estonia, hasta finalmente crear el proyecto Aguila en Brasil. Magalhães testificó al diario “es posible marcar la diferencia en la vida de las personas todos los días, e incluso cuando hay decepciones, recuerdo a todos los que han sido ayudados. Es realmente bueno cuando haces algo y otras personas creen en ti y te apoyan económicamente y en oración”.
El adorador y cantante de Toma Tu Lugar nos cuenta la importancia de ser proadopción en tiempos proaborto.
A días de la despenalización del aborto en Argentina, noticias como la del matrimonio Brunet, que decidió adoptar dos niños e integrarlos a su familia, se sienten como un bálsamo. La Corriente habló con Marcos para saber cómo fue su proceso y qué piensan de lo que está pasando a nivel social, con la sanción de la ley.
LC: ¿Cómo fue el proceso que los llevó a adoptar?
MB: La idea surgió en momentos de meditación en la presencia de Dios, mientras tomábamos tiempo de oración como familia. Eso hizo que el deseo de adoptar no naciera de una necesidad de auto suplirnos, sino de un anhelo del corazón del Padre.
Así que la decisión la tomamos como familia, luego de que El Señor nos llevó a orar en contra de todo espíritu de orfandad y nos guío a ayudar a hogares de niños. Pero comenzamos a sentir que una forma práctica de liberar es cambiar el destino de algunos niños. Dios nos habló muy fuerte sobre esta verdad.
el deseo de adoptar no naciÓ de una necesidad de auto suplirnos, sino de un anhelo del corazón del Padre.
Y quisiera aclarar que, si bien admiramos a las personas que adoptan luego de no lograr tener hijos, ese no fue nuestro caso. Explico esto porque, si bien ya teníamos a Sami de 13 años y a Zoe de 9, a mi esposa Fernanda le diagnosticaron cáncer de útero en 2014 y los médicos dijeron que no iba poder tener más hijos. Sin embargo, Dios la sanó con un milagro extraordinario y en 2017 tuvimos a nuestra pequeña Ana.
LC: ¿Y por qué adoptar en plena pandemia?
MB: Como congregación muchas familias empezaron a ser hogares de tránsito de niños que estaban viviendo alguna situación de vulnerabilidad. Y eso fue algo que nos inspiró muchísimo. Así que comenzamos a visitar un hogar de niños en Córdoba que se llama Sierra Dorada, en el que empezamos a ayudar y conocimos a nuestros hijos, que ahora son parte de nuestra familia.
Además, todo se dio porque gracias a la crisis del coronavirus, que sirvió para que el Estado ofrezca un programa que se llama “familia de pandemia” que no solo permite tenerlos de manera provisoria, sino que la Justicia también da la posibilidad de adoptar de manera permanente.
LC: ¿Cómo les explicaron a sus hijos que iban a tener dos nuevos hermanos?¿Cómo tomaron esta experiencia?
MB: Mis hijos tomaron este proceso de manera muy positiva desde el comienzo y con mucho ánimo, porque venían orando por ellos hace años. Dios cambió nuestros planes de hecho, ya que queríamos adoptar un bebé para ponerle nombre y arroparlo desde su niñez. Pero en Sierras Doradas conocimos estos hermanitos, de 8 y 11 años, con una historia de vida bastante difícil y decidimos tomar el desafío sabiendo que el amor todo lo puede.
LC: La noticia de la adopción tuvo un gran recibimiento, también porque la compartieron días antes de que se apruebe el aborto ¿Qué pensás de lo que pasó?
tenemos que ser una propuesta antes que una protesta
MB: En realidad, desde mucho antes de que se apruebe la ley creímos que tenemos que ser una propuesta antes que una protesta, y también preguntarnos “¿qué respuesta estamos dando los que somos provida? ¿cómo estamos cuidando de las mujeres que quieren abortar?”.
Conozco varias instituciones que se dedican a solucionar esta problemática brindando contención, esperanza y un abrazo del cielo. Estas organizaciones acompañan a las madres, incluso después de nacido ayudan a que el bebé pueda acceder a cosas tan esenciales como la educación. Hay gente que está haciendo muchas cosas, pero creo que la iglesia debe tomar la posta como dice en Santiago 1:27 -La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo-.
Creo que por eso, nuestra propuesta provida es levantar un movimiento proadopción, en vez de protestar contra el aborto. Dejo en claro que sí estamos en contra de la despenalización, porque es una ley de muerte y tiene negocios multimillonarios que se mueven detrás de bambalinas. Hay más clínicas de aborto en el mundo que McDonald’s, algo que es muy llamativo e imposible de ignorar.
Pero más allá de la política y las negociaciones debajo de la mesa, lo que quiero trasmitir como creyente es que, los que puedan, tomen el desafío de adoptar.
LC: ¿Qué le dirías a la gente que está pensando en adoptar?
MB: Lo que dice en Romanos 8:15, que no se nos dio un espíritu de esclavitud para andar en temor, sino que se nos dio un espíritu de adopción. Por lo tanto, si todavía tenemos temor al fracaso o esta ley es porque no portamos el espíritu de adopción que nos fue dado como hijos en Cristo Jesús. Porque el miedo paraliza, pero el amor moviliza.
Adoptar es morir a nuestro egoísmo y salir de nuestro propio ombligo
Así que, si nos mueve el Espíritu Santo, dejaremos de estar estáticos y empezaremos a orar por los huérfanos o a invertir nuestro servicio en un hogar de niños. Y si por alguna causa están imposibilitados de adoptar, sea por una condición social o civil, los animo a que nada de eso los detenga en ofrecerse a ayudar donando dinero, tiempo o capacidad profesional.
Adoptar es morir a nuestro egoísmo y salir de nuestro propio ombligo. La palabra adoptar viene del latín adoptare que significa vincularme con otro o asociarme a otra persona. Eso es lo que hizo Dios, nos vinculó a su vida y nos eligió para que seamos parte de su familia. Por eso de gracia recibimos y de gracia damos.
Animo a que todos puedan estar activos en esta tarea, ya sea comprometiéndose en ayudar a un niño a transformar su vida, para que en un futuro pueda ser luz en la sociedad, porque alguien lo amó y creyó en él cuándo nadie más lo hizo.
Hay que dejarse de preocupar por la Argentina que le vamos a dejar a nuestros hijos, y ocuparse en la iglesia que vamos a dejar a nuestra tierra. Por eso no hay que desanimarse por las crisis que vienen, siempre la oscuridad precede a todo avivamiento. Este momento es una oportunidad histórica para la iglesia de ser luz a las naciones, no solo en predicación sino en acciones de justicia y amor.
Cuando mi hija de 1 año toma un jugo de esos chiquitos, que vienen en envase de cartón y con un sorbete pegado, suele apretarlo de más y mojarse la cara y la ropa. Eso es porque todavía no sabe administrar la medida justa de tensión que requiere cada cosa que sujeta con sus manos. Esta realidad, que ha sido la misma para todos los que hoy somos adultos, no me lleva de ninguna manera a considerar la idea de cortar su pulgar, para que deje de salpicarse.
Perdón por la analogía tomada de una película de terror. Mi punto es que, en la vida hay tensiones que no podemos simplemente eliminar, que más bien tenemos que aprender a administrar, a calibrar cuidadosamente, tensiones que demandan recurrentes correcciones. El asunto del aborto enfrenta desde hace tiempo al mundo evangélico a un difícil pero necesario desafío de calibrar una tensión que habita entre dos extremos: el odio visceral hacia las personas que están a favor del aborto y/o que abortan, por un lado, y una teología de vida que no halla ninguna contradicción entre la fe y el aborto, incluyendo el total apoyo a que el Estado lo convierta en ley, como finalmente ha ocurrido, por el otro.
Jesús caminaba las tensiones, no las evadía. Y como sus representantes, tenemos que asumir esta realidad como propia de la vida en “este mundo”. Resolviendo la tensión por cualquier de los dos extremos, llegamos al mismo resultado: perdemos la misión, nuestra condición de sal y luz. Como seguidores de Jesús, tenemos que seguir permitiendo que la Biblia nos permee más que cualquier representante político que nos haya cautivado, o medio de comunicación que haya interpretado mejor nuestro sesgo de interés. Nunca se trató de “adaptarnos al mundo” sino más bien de comprender y practicar lo que Jesús sintetizó en el Padre Nuestro al pedir que “Venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. ¿Más simple? Cómo ser Jesús, hoy, acá.
Una parte de la comunidad evangélica necesita volver, o ir por primera vez, a la Biblia, para tener en claro que nadie nace por error, que Dios tiene un plan para cada persona que pisa este mundo, y que la vida es tal desde su estado embrionario. Y esto es dicho en la misma Biblia cuyo personaje central ha sido pionero en ofrecer respeto y destacar la dignidad de la mujer en una cultura inmensamente más patriarcal que la nuestra. En la agenda de Dios está el amor a todos, incluidos quienes predican, defienden y practican o practicarán un aborto, pero sin perder nosotros de vista que estamos hablando de eso, una “vida”.
Escribo estas líneas a horas de que la ley de despenalización del aborto haya sido aprobada en el Senado. Mucho se ha dicho desde ambos lados. A favor de la postura celeste ya han sido claros los genetistas, juristas, médicos y todo tipo de profesionales que han intentado apegarse a los datos reales, a los debates en un terreno en común con quienes no comparten la misma fe, sin apelar a códigos propios como versículos o axiomas que repetimos al interior de nuestras comunidades del tipo “a Dios no le gusta”. El discurso verde varias veces ha aplicado la falacia del hombre de paja o espantapájaros a todos los interlocutores celestes, al responderles por religiosos y moralistas, cuando no eran esas las cartas que éstos estaban jugando. El lado celeste ha defendido, no desde la Biblia, sino desde la biología y la genética, que la vida comienza desde la concepción, que no hay semana 5, 10 14 o 22. Y que si hay vida, hay alguien sin voz que tiene que ser defendido. Un lado pensó que primero, o sólo, está la mujer para ser defendida, otro lado pensó que se podía defender a los dos, a la mujer pobre, sin educación, o la víctima de una violación, y también al niño por nacer, a la vez.
Pero perdimos
¿Cómo vamos a seguir defendiendo a todas las voces de acá en más? Estuve estos meses conversando con amigos y hermanos de países de la región que hace tiempo perdieron esta batalla, escuchando cómo se enfocaron en ser una alternativa. Escuché la noche del debate en Diputados al pastor Osvaldo Carníval compartir en un reportaje a La Corriente que desde 2018 se crearon más de 200 organizaciones que asisten a mujeres en embarazos vulnerables. Me consta el crecimiento de las organizaciones que promueven los hogares de tránsito, y se está trabajando por leyes y mecanismos de adopción superadores. Crece la cantidad de mujeres que, aunque en otro tiempo se hubieran sentido solas y desesperadas, hoy encuentran ayuda real de la iglesia y otras organizaciones. Que lo digan los de afuera, pero no los de la casa: la iglesia no respondió sólo con protestas, también lo hizo con propuestas.
A mi forma de verlo, al día de hoy, no tenemos un gobierno evolucionado. Pero sí tenemos una iglesia evolucionada. Muchas más personas involucradas. Muchos y muchas que están respondiendo al llamado de Dios a servir en esto con un “acá estoy”, y muchas personas que abrazan hoy caminar las tensiones del asunto sin callar o perder sus convicciones.
Tenemos que seguir levantando la voz. Esta ley se frenó una vez por esas voces. Esas mismas voces fueron y seguirán tomando formas de proyectos, de ministerios, de instituciones. Se seguirán levantando educando, enseñando, pastoreando, hablando con los niños, adolescentes, mujeres, generando espacios de contención, de información, de cuidados. Tenemos que seguir preguntándonos como aplicar el Gran Mandamiento de Jesús a cada uno en este tiempo. No nos tenemos que rendir en esta empresa.
Duele, pero seguirá habiendo muchas vidas que no podremos salvar.
Salvemos todas las que podamos.
Termino citando algunas frases de una canción del fallecido artista Gustavo Cerati que no deja de emocionarme cada vez que la escucho, y que enfoca mi corazón hoy, como cada vez que las cosas fuera de mi alcance no resultan como yo espero.
“Todavía queda tanto por decir Tanto por decir No me voy Me quedo aquí”
“Besos santos”… Qué difícil fue escuchar esta expresión de María, contándome que durante años había sufrido abuso por parte de su pastor.
Recién después de veinte años María podía poner en palabras su calvario:
Él me decía que íbamos a orar, pero en cada encuentro sucedían cosas que me paralizaban… Yo era inocente, no sabía, era solo una adolescente. En mi casa no se hablaba de sexualidad… Él era mi pastor, mi mentor… ¿Cómo iba a desconfiar? Fueron muchos años hasta que dejé la iglesia. Pero no había sido la única… Cinco, diez, quince, no sé cuántas chicas más de la congregación pasaron por lo mismo. Todas durante años en silencio, creyéndonos culpables, sucias, justificando su accionar. Después de todo algo parecido le había pasado a él y supuestamente lo hacía desde el amor, como a él le habían enseñado. Algo definitivamente estaba mal.
Esta historia es una más dentro de otras muchas que, lamentablemente, suceden día a día. Según UNICEF, alrededor 120 millones de niños y jóvenes han sufrido abuso sexual. Este informe, presentado en Nueva York en el año 2014, afirma que los niños en todo el mundo son víctimas de niveles «impactantes» de violencia física, sexual y emocional.
Este es el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre violencia infantil. Recopila datos de 190 países y señala que los abusos ocurren, principalmente, en las propias comunidades donde los niños y adolescentes se desenvuelven: casas, escuelas, etc. Peor aún, este comportamiento suele considerarse socialmente aceptable dentro de esos círculos.
Geeta Rao Gupta, vicedirector ejecutivo de UNICEF, indicó que no conocían hasta aquel entonces la magnitud del problema: “Demasiadas víctimas, perpetradores y espectadores lo ven como normal, y cuando la violencia pasa desapercibida y no es denunciada, alimentamos la creencia entre los niños de que es normal”. Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cinco mujeres y uno de cada trece hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en su infancia.
Cuando hablamos de abuso podemos pensar en el secreto mejor guardado, ya que muchísimas víctimas no hablan de lo que les pasó. En su libro La iglesia al desnudo los pastores Cinalli, de Chaco, Argentina, señalan que cuatro de cada diez personas abusadas no cuentan su experiencia, ya que esto implica un mayor trauma, revivir el dolor, la vejación, la vergüenza.
Desde mi experiencia en la pastoral y como psicóloga, alrededor del 80% de las personas que atiendo han sufrido algún tipo de abuso, ya sea en su infancia o en su adolescencia. La mayoría me lo confiesa a mí por primera vez, y en algunos casos transcurridos más de treinta o cuarenta años del hecho.
Comportamiento que no podemos callar
Quiero decirte que nadie, ningún familiar, conocido, amigo, persona en autoridad, líder religioso o quien sea, absolutamente nadie tiene derecho a abusar de vos, ya sea física, verbal o psicológicamente. Nadie debería tocarte ni insinuarte que hagas algo incorrecto. Muchísimo menos decirte que eso viene de parte de Dios. ¡Eso es mentira! Es algo totalmente perverso, depravado.
Denuncia esos comportamientos, no te calles. Busca ayuda hasta que alguien te crea, no te avergüences. Si alguien te dijo que era un secreto o si te amenazaron para que no hables, sé libre del temor que te paraliza. Ese miedo nos mantiene detenidos en el tiempo, sin poder escapar del hecho traumático, creyendo que no merecemos nada bueno, que ser felices y avanzar en la vida es para otros.
Te animo a que se lo cuentes a la persona adecuada, ya sea un terapeuta o consejero confidente, preferentemente de algún ministerio que se dedique puntualmente a este tipo de problemáticas. Si te pasó o te está pasando, háblalo, busca ayuda. Si no te creen busca a otra persona, pero no te desamines hasta que alguien te escuche.
Isaías 61 nos recuerda lo que el Espíritu de Dios puede hacer en nosotros. Pero me quiero detener en el versículo 4, que dice: “Reconstruirán las ruinas antiguas, y restaurarán los escombros de antaño; repararán las ciudades en ruinas, y los escombros de muchas generaciones”.
Puede ser que hoy te sientas en ruinas, que haya escombros de abuso de muchas generaciones sobre tus hombros, o que pienses que ya no hay manera de reconstruir tu vida. Quiero darte una buena noticia: ¡Dios sí quiere y puede sanarte, obrando a través de su Espíritu Santo!
No importa los años que hayan pasado o si lo estás viviendo en este preciso momento, es tiempo de sanar. El Señor quiere hacerte libre y que empieces a vivir la historia gloriosa que él soñó para vos.
María pudo ser libre… Su risa contagiosa, esos ojos que destilaban emoción… Finalmente podía ver y vivir la verdadera libertad que hay en Jesús. Conocer al Dios sanador resultó algo extraordinario para ella. Como ella, vos también podés ser libre de cualquier abuso y experimentar al Dios sanador, en el que hay esperanza de restauración para tu vida. ¡No te calles!
En la vida, y especialmente en el trabajo, hay una ley que no podemos evitar: la de las prioridades. Donde ponemos nuestro tiempo, es lo que consideramos importante. La confusión que podemos llegar a tener es que por pensar de que estamos ocupados, estamos produciendo. Y no necesariamente es así.
Así como estar ocupados no quiere decir estar produciendo, tener actividades no significa estar logrando algo. Llegamos al final de un año, o comenzamos uno nuevo, y la sensación de haber tenido de todo y no haber logrado nada, aparece más seguido en la vida laboral. ¿Por qué será?
Probablemente por no establecer prioridades. Siempre que crezcamos, vamos a chocar con la necesidad de establecer orden. El diccionario define la palabra prioridad como una “cosa que se considera más importante que otra”. ¿Consideramos entre todo lo que hacemos qué cosas son las importantes?
Hay algo que hoy podemos aprender de nuestro Dios: Él siempre se enfoca en nosotros. Nos valoró, nos dio importancia. Y ahora nosotros nos enfocamos en él. Nos amó tanto (y lo hizo primero) que hoy lo amamos también. La Biblia dice:
Efesios 1:4-5 (RVR1960) «según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad«
Ese es el poder del enfoque. Lo importante, lo ponemos primero. Porque poner prioridades requiere pensar con anticipación. Revisar para ver si lo que estamos haciendo merece nuestra atención. Porque si no es así, perdemos tiempo. Y el tiempo vale mucho, es nuestro bien más preciado. Cuando no valoramos el tiempo, buscamos descanso, pero no lo encontramos. Hacemos, pero no lo que realmente amamos, con el sentimiento de que ya no estamos apasionados.
Hoy podemos revisar nuestras actividades, ocupaciones, y establecer prioridades. Entonces tendremos la posibilidad de descansar en Dios, como Jesús lo dijo:
Mateo 11:28 (RVR1960) «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.«
Si trabajamos en conjunto con él, el Señor se lleva nuestras cargas. Porque somos equipo. Entonces nos enfocamos en lo prioritario. Y encontramos descanso. Debemos entender que cuando pongamos prioridades, muchas veces tendremos que hacer algo que será incómodo, e incluso doloroso.
Te comparto preguntas prácticas que podrías hacerte:
¿Qué es lo que sólo yo y nadie más puede hacer?
¿Qué es lo que me ha dado más resultados este año?
¿Hago lo que amo?
Te invito a que pienses en tus prioridades. Que analices tu lugar, tu posición en el equipo. Que juegues de aquello que sabes jugar. Que, como un buen director técnico, pongas a las personas a jugar donde cada uno mejor sabe jugar. Que te concentres en lo importante. Que pongas lo primero en primer lugar. Y así encontrarás descanso.
Naturalmente debemos compartir un análisis en virtud de la reciente sanción de la ley que permitirá el aborto en Argentina. Lo primero que me gustaría señalar es lo siguiente: evitemos caer como iglesia en el juego político que nos presentan. Desde nuestra posición hemos hecho todo el esfuerzo práctico para evitar que argentinos designados por el voto popular no legalizaran la muerte. Esos argentinos (los legisladores que debieran representarnos), fueron elegidos por listas sábanas, que es lo que históricamente de un modo arcaico rige en nuestro país (un atraso que conviene a los mercaderes de la política).
Además, los “elegidos” que votan, en su inmensa mayoría están lejos de los principios y valores que vivimos y predicamos y que nos esforzamos por defender, “desde afuera”, como quién grita detrás de un alambrado, frente a lo que está ocurriendo “adentro de la cancha”.
Lo doloroso es que, a pesar de estar en un país donde vive una población que por inmensa mayoría no aprueba el aborto, el juego político hace que lejos de los argumentos científicos, sociales, religiosos, y de todo tipo, los que deciden, juegan “otro partido”, el partido de ellos, el de los puestos, las conveniencias, las ideologías partidarias, las presiones de interés, de modo de desnaturalizar el verdadero tema en discusión.
Escuchar ayer esas largas e interminables exposiciones, haciendo ver que ejercen la democracia, cuando todo está sellado de antemano… porque para eso la prensa dijo una y otra vez que se demoraban en presentar el proyecto hasta tener la certeza de los votos comprometidos para ganar. Y así fue. Independientemente de todos los discursos de uno y otro lado. Los discursos son para la fachada democrática. Pero de ninguna manera para darle lugar a la razón y menos para representar el sentir popular.
Estamos en un laberinto peligroso donde para jugar a este juego “democrático” la única salida es tener legisladores que sean fieles a aquellos principios y valores de vida e integridad indispensables para que democracia, los términos República, federalismo, libertad y derechos, sean conceptos que cobren sentido. El problema es que, “el sistema democrático”, en cuanto al poder legislativo, está constituido de tal manera (listas sábanas que obedecen a los intereses del partido y no del pueblo), que a nosotros, quiénes deberíamos ser representados, nos resulta imposible elegir a los legisladores que tengan convicciones éticas y morales; y no me refiero sólo a evangélicos, sino a todo ciudadano que esgrime esos fundamentos esenciales.
Argentina está constituida fundamentalmente por gente buena, que cree y tiene sanas convicciones. El 80% ha manifestado en diversas encuestas serias, creer en Dios. Pero a Dios no se lo tiene en cuenta, simplemente porque Dios no entra en el juego político que caracteriza a esta “estructura democrática”. Ahora bien, también debemos asumir que, si Dios no está en la vida pública del país, no sólo en el Parlamento, sino tampoco en el Gobierno, los medios, los negocios, las universidades o las aulas escolares, esto se debe a que como Iglesia, somos los encargados de llevar la vida de Cristo a esos ámbitos, pero no lo hemos hecho bien, y en tal sentido tendremos que cambiar, para ser luz, sal e influencia del Reino en todas aquellas esferas.
Por lo tanto, admitamos que no todos los elegidos (Diputados o Senadores), compartan principios y valores, porque estamos en un país plural donde cada uno es dueño de creer en lo que quiere y de no creer también.
Pero de ahí, a que el sistema político juegue a ser “serio”, con convicciones, es otra cosa. Y hablamos de hipocresía e incoherencia. Porque luego nos toca tener que ver a los legisladores, que dicen identificarse con esos valores, votar por razones espúreas, leyes contrarias a lo que dicen creer y ser… eso es grave. Y sólo se debe a que son fachadas y no identidades reales.
Lo cierto es que, a esta altura, nuestra clase política ya no sabe moverse y decidir en base a convicciones, sino que lo hacen en base a circunstancias, intereses y oportunidades, en su mayoría, de índole inmoral y a espaldas del pueblo.
Y si no, miren al Presidente, cuya palabra hace tiempo ya, perdió todo peso. Decir que como católico, para él, el aborto no es pecado… o cuando ofende a la mayoría de los argentinos diciendo que es hipócrita por oponerse o no reconocer el aborto…
Por lo tanto, no dramaticemos este resultado, mucho menos habiendo hecho el gran esfuerzo que se hizo como iglesia y no sólo como evangélicos, sino en conjunto con los otros credos. Porque no se trató ni de convicciones, ni de creencias firmes, ni de principios y valores, sólo se trató de juego político local, independientemente de las exigencias internacionales.
Son nuestros gobernantes, los que desoyen y avasallan la Constitución Nacional, los que no le dan valor a la vida, y lo peor, los que legislan la cultura de la muerte. Ya veremos, las leyes que proseguirán a ésta. Si quieren una muestra, vean España y varios países europeos. Es una cadena anti vida que supera con creces los estragos del Covid.
Pero ánimo. La prédica del evangelio no depende de las leyes de turno, y menos cuando éstas están concebidas en la oscuridad. Con mayor ahínco debemos predicar el evangelio. El único que ofrece perdón para el más miserable de los pecadores. El único que trae paz en medio de tanta turbulencia e incertidumbre. El único que brinda poder para vivir en un mundo hostil. El único que da una razón trascendente para vivir. El único que asegura vida eterna a todos los mortales que creen y confiesan a Jesucristo.
Predicar el evangelio y vivirlo cada día, comprendiendo que, como la levadura, debemos mezclarnos en medio de la sociedad para transformarla. Siendo luz, iluminar los destinos de la sociedad; siendo sal, combatir los estragos de la corrupción, y reconciliando todo con Jesús, conforme a un Espíritu superior de amor, poder y dominio propio en cada cristiano que habita en Argentina. Debemos prepararnos más. Comprometernos más. Y participar más, para alcanzar más influencia de vida en nuestra comunidad.
No bajemos los brazos, renovemos nuestras fuerzas en el Poder Dios (Efe. 6:10), para continuar extendiendo el bendito evangelio y luchar esforzadamente en favor de la vida en todos sus órdenes, en unidad, fe y templanza.
“Los envío como ovejas en medio de lobos” …afirmó Jesús. (Mat. 10:16) “Iremos andando y llorando los que llevamos la preciosa semilla”. (Sal. 126:6).
La Palabra nos interpela: ”¿Y cómo creerán en Aquel de quién no han oído y ¿cómo oirán sin haber quien les predique?” (Rom. 10:14) Esos debemos ser nosotros, hoy más que nunca. “Cuán hermosos son los pies de los que anuncian las buenas nuevas.” (Isa. 52:7).
Ánimo iglesia de Cristo. Nuestro Señor y Salvador nos sigue desafiando: “Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida”. (Apo. 2:20).
Pastor Rubén Proietti, presidente de ACIERA. Buenos Aires, 31 de Diciembre de 2020
01/01/2021; Ciudad de Buenos Aires: Se realizaron testeos para minimizar el contagio de coronavirus en la Terminal Dellepiane, para aquellos turistas nacionales e internacionales y residentes que regresan a la Ciudad en ómnibus.
Foto: Raúl Ferrari/Télam/AA
El presidente anunció que, después de las fiestas de fin de año, se hará un especial seguimiento semanal de los contagios del virus en todo el país para las evaluar nuevas medidas y evitar un fuerte rebrote.
El Gobierno permanece en estado de alerta luego de que la semana pasada se registraron más de veinte mil contagios en el término de 72 horas. La preocupación oficial se expresó en palabras del presidente Alberto Fernández, quien aseguró “todos estamos preocupados, y la idea es encontrar una solución al rebrote de casos”. Por lo que se prevé, que entre el martes y miércoles, se reúna con a Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta para definir nuevas medidas que podrían incluir hasta toques de queda.
Pese a las nuevas reglas del Distanciamiento Social (DISPO), dispuestas en el Boletín Oficial hasta el 31 de enero 2021 , Kicillof confirmó que «diciembre fue un mes de mucho relajamiento con reuniones sociales y marchas en Buenos Aires «. Por tal motivo, esperan que las fechas de restricciones que se preveían para febrero o marzo se adelanten.
La conducta social vuelve a estar en las primeras planas y preocupar al Gobierno, luego de que el fin de semana se registraron diferentes fiestas clandestinas, entre ellas un encuentro en la playa de Pinamar en la que participaron alrededor de 600 jóvenes. Mientras que, en Buenos Aires, en los parques Chacabuco y Saavedra, se observó una gran concurrencia de personas sin tapabocas. Además, en distintas provincias como Córdoba, Santa Fe, Neuquén y Formosa también se denunció grandes aglomeraciones..
Una de las fiestas en la playa de Pinamar. Crédito: Tomas Cuesta
El asesor de Axel Kicillof, Enio José García, reconoció “estamos viendo que los casos crecen de una manera muy rápida, no como en la primera parte de la pandemia”, y aseguró que podrían decretar un toque de queda sanitario para frenar el rebrote. Y, en relación a los aglutinamientos en la Costa Atlántica declaró que “no queremos que la temporada se cancele, pero hay que tomar algunas medidas para disminuir los contagios”.
Desde presidencia, Alberto Fernández advirtió “estamos en un punto de inflexión, no tenemos nada definido, pero si hay que disuadir con la fuerza pública así lo haremos”. Pese a las declaraciones, aún se espera el encuentro oficial para comunicar cuáles serán las nuevas medidas que se tomarán en todo el país para reducir en ascenso en la curva de contagios.
El cantante publicó en sus redes que todo se trató de una fake new.
Por estos días se difundió en varios portales internacionales la falsa noticia en que que la mega estrella de pop se prepararía para ser un ministro ordenado en la iglesia Hillsong New York, el próximo año.
Justin Bieber publicó en las historias de su Instagram oficial “no estoy estudiando para ser ministro ni nada parecido, no tengo ningún deseo por esta vocación, esto es una fake news» ,también amplió diciendo «Hillsong no es mi iglesia, pertenezco a una iglesia en el hogar»
El joven de 26 años logró acercarse al evangelio y a Jesús, luego atravesar un período en el que se lo vio envuelto en crisis personales y problemas con las autoridades. En la actualidad, su perfil es considerablemente distinto y profesa su fe abiertamente.
El cantante pop además dejó en sus redes un mensaje de esperanza para todos su seguidores en el que reza «»Dios está donde quiera que nosotros estemos«, y añadió «El creador de los océanos y las montañas también te creó a ti, eres parte del plan. Tu vida importa, Él te ve. Dios ha sido paciente con usted, mientras tratabas de huir de su presencia, Él está esperando que regreses. No está enojado contigo, ¿comprendes?».
En septiembre del 2020 lanzó un nuevo single titulado Holy junto al cantante Chance The Rapper. La letra del tema refiere a un joven despedido de la fábrica que le canta a Dios sobre su situación. El video tuvo un total de 100 millones de reproducciones, siendo este la primera canción cristiana que promueve en el ámbito de la música secular.
Años atrás le pregunté a mi mamá qué decía que deseaba ser cuando era chiquita. Me dijo que médica o misionera porque quería contar a la gente de Jesús y ayudarlos. Yo me había olvidado de eso. Parece que Dios ya había puesto en mi corazón desde temprana edad este deseo, y pude cumplir aquella decisión que tenía de niña: hoy celebro diez años como misionera a tiempo completo en Mendoza, Argentina.
Basé mi decisión de dedicar mi vida a las misiones a tiempo completo comprendiendo los últimos versículos de Lucas 9, donde Jesús les pide a varias personas que lo sigan, pero todas tienen alguna excusa, alguna cosa más importante para hacer.
Y cuando uno toma la decisión de seguirlo, pero mira hacia atrás, no es apto para el Reino de Dios. Algo que tanto aplicaba a mí, creciendo en la iglesia pero siempre con un pie adentro y un pie afuera. El domingo en la iglesia, pero durante la semana andando “flojo”, tomando decisiones egoístas.
Cuando finalicé mis estudios, me tomé un tiempo. Lo que iba a ser dos meses de voluntariado, se convirtieron en cinco meses haciendo la Escuela de Discipulado y Entrenamiento (EDE) en Jucum Mendoza, donde realmente conocí al Señor y el significado de seguirlo. Ahora estamos a diez años de esta decisión y nunca me he arrepentido.
Después de mi tiempo en Argentina, la idea era volver a los Países Bajos, terminar mi maestría y empezar mi carrera. Tenía mi departamento, mi vida planificada y buena posición económica. Lo dejé todo atrás, porque sentí que eso era lo que el Señor me estaba pidiendo. Es fácil decirlo así, no tan fácil era realmente hacerlo.
Siempre digo que ha sido la mejor y, al mismo tiempo, la decisión más difícil de mi vida.
Vivir por fe, en completa dependencia del Señor es algo que hasta el día de hoy me sigue costando. Siendo holandesa, crecí con la independencia como un valor muy importante, el “hacer la vida para uno”. En este sentido Dios ha tenido que trabajar, y sigue trabajando, mucho en mi vida.
Creo que nunca antes he llorado tanto en mi vida como en los últimos años. De enojo, de frustración, tristeza, soledad… pero más que nada porque el Señor proveyó en mi necesidad y se encontró conmigo en medio de estas situaciones.
Cuando me faltaba pasta dental y algunas cosas para comer, no lo pude creer. “Eso en Holanda nunca me hubiera pasado, con un trabajo normal”, lloré, me enojé, reclamé al Señor. A los cinco minutos vino una vecina con una caja, me compró unas cosas en el supermercado. Era todo lo que necesitaba. Lloré otra vez, pero ahora de gratitud y de arrepentimiento porque había dudado.
“Cuando Dios te llama el provee”
Esto lo creo de todo corazón. Pero es mucho más fácil decirlo cuando tienes todo y no tanto cuando te falta. Sin embargo, tengo tantas experiencias de la provisión milagrosa del Señor que puedo llenar muchas páginas más. En lo pequeño y en lo grande. Cuando era soltera tenía suficiente para mí, después me casé y para los dos había suficiente. Ahora somos cuatro y Dios nos sigue sosteniendo y proveyendo día a día.
En este último tiempo de pandemia nos vemos todos afectados. Acá con nuestra comunidad misionera estamos muy enfocados en todo lo que es el desarrollo comunitario y los trabajos de misericordia.
A solo diez minutos tenemos a una villa, donde la mayoría de las personas trabajan en el basural. Esto viene con todos los problemas asociados: salud, niños que no van a la escuela pero que van a trabajar ahí, problemas de adicción, violencia, delincuencia, etc.
En el tiempo de pandemia hemos visto la necesidad de apoyar a varios comedores en la zona y también cada sábado hemos estado cocinando para unos 500 personas. Entendemos que no es solamente ayudarlas con una buena comida sino también poder escucharlos, tomar pedidos de oración y distribuir Biblias. Muchos han expresado un interés en recibir una Biblia y piden poder hace algunos estudios bíblicos. Vemos cómo Dios, aun en medio de un tiempo tan incierto y tan difícil, atrae la gente a su corazón.
El versículo en Lucas 9:62 con que empecé tiene como encabezado “Lo que cuesta seguir a Jesús” y aunque no soy fan de los encabezados puestos por los editores, creo que este en particular expresa bien de lo que se trata. Sí el costo es alto, pero la recompensa de vivir una vida en dependencia del Señor y extender su Reino es tanto mayor y vale la pena.
Anniek van den Berge, holandesa, 32 años, es misionera a tiempo completo con Juventud con una Misión en Mendoza desde hace diez años. Junto con su esposo Marlon, de Perú, están involucrados en diferentes áreas de liderazgo y desarrollo de proyectos. Juntos tienen dos hijos, Zoe (5) y Alexander (2).