Fuimos misioneros en África en los años 1998 a 1999. Salimos con un llamado misionero hacia un campo de refugiados en Ruanda, en plena guerra étnica.
Soy Verónica, mi esposo es Leonardo y nuestro hijo Ezequiel Arribas. Un día yo leí una noticia en la calle y empiezo a llorar al ver las personas que morían en Ruanda. Cuando regreso a casa mi esposo me comenta …“Vero fuimos llamados” y mi primer respuesta fue “Bueno fuiste llamado tú”. Y entre risas, pensé, “Dios me tiene que hablar a mí”. El Señor habló a mi corazón a las dos semanas, terminé llorando por esa tierra, así que comenzamos a prepararnos, a sembrar misiones en Argentina a promoverlas.
Nuestro hijo Ezequiel tenía dos años, preparamos nuestro corazón, vendimos todas las cosas, sacamos el pasaje, tuvimos un contacto allá: una familia misionera de EUA que nos recibió en un instituto bíblico con mucho amor.
«Estuvimos un año en Togo, un país muy pequeño. Fuimos allí primero para estudiar el idioma el francés, para luego bajar a Ruanda, ex Congo»
Famiilia Arrribas, misioneros de DNM Argentina
Además de estudiar, fuimos a las aldeas para predicar la Palabra, a 100 kilómetros fundamos una iglesia allí y pudimos comprarnos un terreno. Por cuestiones de salud tuvimos que tomar la decisión de volver. Leo, en el mes de mayo, después de estar aproximadamente cuatro o cinco meses, comenzó a enfermar de malaria y el 2 de mayo de 1999, cayó muy grave con un paludismo cerebral, que le afectó todo el sistema nervioso quedando en coma tres días.
Oramos, le pedimos al Señor y nos dio una palabra, una promesa. Al tercer día Leo se despertó y comenzó un periodo de convalecencia. Él tenía que recuperarse porque había perdido muchos kilos, creo que la mitad de su peso. Llegó a pesar 37 kilos a causa de la malaria. Mientras tanto seguíamos estudiando, predicábamos en aldeas y la iglesia allí.
Como veíamos que la salud de Leo empeoraba y no teníamos allí los recursos, médico o un hospital —en el lugar no hay recursos en ese sentido—, tuvimos que volver para Argentina. Él estuvo internado en una clínica dos o tres meses donde fue recuperándose, pero África fue una tierra que atravesó nuestro corazón.
Tiempo de potenciar llamados
África es un lugar que quien la pisa no vuelve igual, es una tierra preciosa, una tierra que amo, que amamos y tenemos la oportunidad en este tiempo de volver. Dios puso en nuestro corazón una carga muy especial. Él le habló al corazón de Leo diciendo que teníamos que potenciar llamados. Como pastores de la iglesia, ya con ocho iglesias hija que hemos levantado, creemos ya es el tiempo de potenciar los llamados misioneros.
Dios le habló a un matrimonio de la iglesia hace tres años, cuando aún eran novios. Pero Él les había hablado por separado y les dijo que tenían que volver al lugar donde nosotros habíamos plantado y sembrado para continuar lo que nosotros habíamos empezado. Eso llenó nuestro corazón.Por otro lado, el Señor le dijo a Leo que tenía que potenciar llamados y la manera de hacerlo era acompañar todo este proceso, así que nos pusimos en marcha.
«Este 5 de junio regresaremos a África»
Famiilia Arrribas, misioneros de DNM Argentina
Primero iremos a Mali, donde está la familia Pedrozo, también la idea es que este matrimonio que viaja con nosotros pueda conocer, observar, pisar suelo africano y acompañarlo en este tiempo para ver si ellos vuelven a ese lugar o a alguna otra parte de ese continente. Al acompañar en este proceso podemos ver cómo se cumple la palabra que Dios nos dio de potenciar los llamados misioneros. Si quieres ser parte con tu colaboración en este nuevo tiempo te dejamos aquí la cuenta de DNM Argentina para que te cuenten los pasos a seguir : click aquí
Verónica de Arribas junto a su esposo Leonardo y su hijo Ezequiel estuvieron como misioneros en África. Hoy son pastores con un fuerte ministerio evangelístico y formador de obreros y plantación de iglesias.
En el marco de la segunda ola de coronavirus y frente a los récords de contagios, de camas ocupadas y muertes que esto genera en nuestra nación, ACIERA extendió una solicitud a cada creyente de nuestro territorio a unirse en oración el día de mañana a las doce del mediodía para el cese de la pandemia y para que Dios intervenga de manera poderosa en nuestra nación.
El pastor Rubén Proietti, presidente de ACIERA, explica «esta pandemia sorprendió al mundo en general pero como argentinos nos toca vivir en este tiempo los días más difíciles, y como pueblo del Señor, como creyente, como Hijo de Dios y seguidores de Jesucristo es nuestro deber clamar al Padre que todo lo ve y que todo lo sabe y que está esperando nuestro clamor, porque en 2 Crónicas dice que aunque la peste viniera, si su pueblo se humilla e invocare su rostro y confesare, El sanará la tierra».
«Este 25 de mayo a las 12 del mediodía, cada creyente cumple su ministerio sacerdotal, esté donde esté, elevaremos nuestra oración a Dios en consonancia con todo el pueblo del Señor».
Rubén Proietti, presidente de ACIERA.
Desde este viernes el Gobierno Nacional decretó el confinamiento durante nueve días para frenar la curva de contagios y la ocupación de camas en los hospitales. El pastor Proietti afirma » no nos toca a nosotros decidir si es asertivo o no una medida de esta índole, pero lo cierto es que cuando se toma una determinación como esta en carácter de ley, hay que tener en cuenta el peso de la autoridad que la representa y en este caso lamentablemente la figura de autoridad está un poco desdibujada, porque hay muchas idas y venidas».
Además, aseveró “una de ellas son las promesas incumplidas con las vacunas, nunca llegaron la cantidad que habían pautado o comunicado y lo cierto es que nuestra población tiene un índice de inoculados muy bajo, es decir que estamos desprotegidos contra el virus, porque esa es la función de las dosis, entonces en estas condiciones no queda otra solución que aislarnos, porque al salir corremos el peligro de contagiarnos».
Otra vez como sociedad atravesamos un confinamiento riguroso, y tenemos la experiencia del año pasado que trajo muchas situaciones contraproducentes. Rubén Proietti reflexiona «encerrarse tiene una serie de connotaciones negativas en lo laboral, en lo personal, en lo físico, en lo psíquico, en lo económico, entre otras cosas, es algo muy serio. Si lo tuviera que definir en un pensamiento, diría que eligieron el mal menor. Por eso con más razón tenemos que clamar a Dios para que les de sabiduría a las autoridades. A pesar de que los gobernantes tengan el corazón apartado de El, la biblia nos enseña que Dios puede inclinar el alma de los reyes para que entiendan que la sabiduría de lo alto es la mejor medida que podemos tomar».
Sin embargo, Rubén Proietti aconseja «seguir al pie de la letra todas las normas sanitarias que fueron establecidas por las autoridades, porque nos hace bien, con pandemia o sin pandemia». También expresó, a «no imitar lo malo, porque hemos visto tanto a nivel de gobierno como de funcionarios de diferentes tipos y también en el orden social, el descuido de respetar las condiciones mínimas de seguridad frente a la pandemia. Entonces, partamos que tenemos que ser ejemplo haciendo lo que corresponde«.
«es la búsqueda del Señor que renovará la fuerza de su pueblo y en donde encontraremos la dirección para recorrer un camino nunca antes transitado».
Rubén Proietti, presidente de ACIERA.
Desde ACIERA, se extendió una invitación a nivel nacional para que mañana a las doce del mediodía, todos los creyentes se unan en oración e intercesión para clamar por el cese de la pandemia, por el consuelo a las familias que perdieron a un ser querido, por aquellos que están cursando la enfermedad y por nuestros gobernantes.
El día comienza temprano. Suena el despertador. Nuestros pensamientos parecen no haber descansado. Ellos emergen como el sonido de los pájaros que anuncian la salida del sol, o como el sonido de la estridente bocina del colectivo que tiene su parada en la puerta de casa.
Porque si hay algo que es cierto y de lo que todas podemos dar fe, es que hay días… ¡y días! Los hay de aquellos que comienzan entre sueños con una hermosa canción de adoración, pero también los hay de los otros, en donde pareciera que las preocupaciones y los “ruidos mentales” se despiertan antes que nosotras.
Sin embargo, vemos que el Salmista tiene una forma diferente de comenzar sus mañanas, en el Salmo 57:8nos dice “Despiértate, alma mía, despiértense arpa y lira. Con mi canto despertaré al amanecer”.
En primer lugar, podemos ver que David le da una orden a su alma, le indica que debe despertar, no es sólo su cuerpo físico el que despierta, sino que intencionalmente le habla a su alma para que despierte y tenga un encuentro con Dios.
Pero si prestamos atención, él también nos está diciendo que es su canto, es su voz, la que hace que el nuevo día amanezca. Es su adoración la que hace salir el sol sobre su jornada y sobre sus circunstancias. Es su oración de dependencia la que alinea su vida con el cielo.
Podemos decir entonces que los Salmos nos están dando un sabio consejo para encarar nuestro día a día, aún por difíciles que sean. David escribe este salmo en un contexto nada alentador, él estaba escondido en una cueva evitando su muerte en manos del rey Saúl.
Hay un acto espiritual central en las palabras de David, es algo obvio que muchas veces olvidamos y en lo cual ni siquiera nos detenemos a pensar. Antes de cada acto espiritual, algo sucede. Antes de adorar, antes de orar… simplemente ¡elegimos hacerlo!
Una cuestión de decisión
Cada una de nosotras tomamos millones de decisiones al día, la gran mayoría de las veces estas decisiones son automáticas. Incluso no elegir es también una forma de hacerlo. Como hijas, hechas a su imagen y semejanza, compartimos con la naturaleza de Dios, la capacidad de elegir. El libre albedrío es el centro de la esencia de Dios, incluso Él nos da la capacidad de elegirlo, esta iniciativa de Dios está basada en el amor, porque sabemos que el verdadero amor sólo sucede en un contexto de libertad.
Por eso hoy te invito a que seamos intencionales a la hora de enfrentar este tiempo tan difícil que nos toca vivir. No hay forma en que podamos pasar esta temporada de oscuridad si frente a nuestros ojos no sale la “estrella de la mañana”.
No hay posibilidades de no sentirnos abrumadas por la incertidumbre si no decidimos cada mañana despertar con nuestra voz al “sol de justicia”. Hay poder sobrenatural en tu voz y en mi voz, cuando nos levantamos en adoración. El enemigo quiere que callemos porque sabe la autoridad que infunden nuestras palabras y como pueden transformar el ambiente en el cual nos movemos.
Hace un tiempo escuché una comparación que te quiero compartir: “estar en la presencia de Dios es como tomar sol. No nos esforzamos por broncearnos, simplemente eso sucede por estar expuestas a los rayos del sol, de hecho, no lo notamos inmediatamente. Puede ser que unas horas más tarde nosotras mismas y los demás notemos que tomamos sol porque el color de nuestra piel cambia. En nuestros tiempos de búsqueda de su presencia, de adoración, de oración, estamos absorbiendo por la fe los rayos de su unción. Más adelante notaremos en nuestras decisiones que estuvimos allí”.
Cuando decidimos apartar un tiempo en su presencia, estamos decidiendo que es lo que queremos que suceda aun en nuestro futuro. Es allí donde nos posicionamos con Cristo en los lugares celestiales y nuestra mirada se enfoca en lo verdaderamente importante. En su presencia recibimos la vida del Espíritu Santo.
Muchas veces queremos una vida abundante pero no estamos dispuestas a ir a su vertiente a tomar esa agua de vida.
Cuando vamos a Él en adoración, Dios irrumpe, nos invade y nos llena.
Miriam Bloise.
No sé vos… pero yo puedo escuchar la voz del Rey que te dice, que me dice: “Te estaba esperando para que despertemos al nuevo día, necesito tu voz para desplegar mis propósitos en tu hogar, familia, trabajo, iglesia, ciudad, nación y hasta lo último de la tierra. Vení a mi encuentro, mis oídos están atentos a tus oraciones. Ya tenés mi favor, ya extendí mi cetro de justicia sobre vos. Te elegí para este tiempo, sos parte de mi propósito para este tiempo«.
En su última noche antes de ser arrestado, Jesús vivió momentos de gran cercanía e intimidad con sus discípulos. Lavó sus pies, compartió la última cena, anunció la traición y les dio instrucciones de cómo harían avanzar el Reino de los cielos de una manera abrumadora durante las próximas décadas con la ayuda del Espíritu Santo. Juan relata cómo culminó esa velada: con un clamor al Padre. En esta oración su énfasis fue “… que todos sean uno (…) para que el mundo crea…” (Juan 17:21).
Jesús no oró para que sean grandes evangelistas o predicadores, ni para que realicen tremendos milagros o largas jornadas de ayuno y oración como requisito para alcanzar a los perdidos. Sabemos que estas cosas son vitales para el Cuerpo de Cristo, son importantes. Sin embargo, Él oró por lo que sería más difícil de lograr.
Lleno de fe, le pidió al Padre que podamos alcanzar la “perfecta unidad” y sabemos que el Padre le responde las oraciones al Hijo. Sin embargo, no dejó allí el ruego, sino que agregó la clave para poder lograrlo: “… que sean uno, así como nosotros somos uno” (v. 23). Varias veces en la oración enfatizó: “así como nosotros”. Se refería a la Trinidad.
Jesús reveló el modelo para alcanzar esa unidad. La dinámica entre el Padre, Hijo y Espíritu Santo es nuestro modelo de unidad.
Mariano Sennewald, director general del Instituto MiSion.
He pasado algunos años estudiando esta dinámica en la Biblia. Y descubrí tres principios clave que desarrolla la Trinidad en su relación, y que nos dan un modelo práctico para aplicar hoy en el Cuerpo de Cristo:
Operan juntos
Si bien cada integrante de la Trinidad tiene roles específicos, cada vez que algo glorioso va a suceder en la tierra, los vemos a los tres operando juntos.
“Y Dios (…) dijo: Hagamosalser humano a nuestra imagen y semejanza…”(Génesis 1:25-26).
“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”(Lucas 1:35, RVR1960).
“Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo, y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: ‘Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo’”(Lucas 3:21-22).
Hay muchos ejemplos bíblicos donde vemos a la Trinidad haciendo juntos las cosas. Más allá de la función específica de cada uno, no hay competencia, sino complemento. Y Jesús ora: “Sean uno, ASÍ COMO NOSOTROS”. En la Iglesia hay diversidad de dones, operaciones y ministerios. Sin embargo, el Cuerpo de Cristo no es uno dividido en muchas partes, sino unido por muchos miembros.
Actualmente hay más de 50 000 denominaciones evangélicas en el mundo. El problema no es la diversidad de expresiones, ya que Dios nos hizo distintos a cada uno, y hay una gloria en esto (al igual que la Trinidad). El inconveniente es la división. Es la falta de entendimiento de que debemos operar juntos, siendo distintos. «…Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y una casa dividida contra sí misma se derrumbará”(Lucas 11:17).
Aquellos que son diferentes en el Reino, están para potenciarte. Es más fácil hacer las cosas solos, pero es más duradero hacerlas juntos.
Mariano Sennewald, director general del Instituto MiSion.
Según la matemática del Reino, “uno puede con mil, pero dos con diez mil”(Dt. 32:30). Es decir que cuando te unes a otro, logras diez veces más (no dos veces más). Cuando una iglesia se une a otra, pueden diez veces más en esa ciudad. Dos ministerios, que tienen énfasis y expresiones diferentes, si aprenden a operar juntos, logran mucho más. Para ser uno, así como en la Trinidad son uno, tenemos que aprender a operar juntos.
Operan en honra
La segunda característica que descubrí en la dinámica de la Trinidad es que constantemente se están honrando, celebrando y bendiciendo. Déjame mostrarte algunos ejemplos de esta dinámica:
“Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13-15).
“Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así: ‘Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti”(Juan 17:1).
“Yo te he glorificado en la tierra; y he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera”(Juan 17:4-5).
Todo lo que hacen en la Trinidad es para que el otro sea glorificado. Se celebran y promueven. No operan para su propia gloria sino para honrar al otro.
Y Jesús ora: “Sean uno, ASÍ COMO NOSOTROS”. Cuando vemos esto, comenzamos a hacer lo mismo. Debemos honrar a otros. Todo lo que honramos, lo activamos. Honrar es definir a otros por su identidad celestial y no por su realidad temporal. Jesús lo vio a Pedro, y lo promovió. Lo llamó “pescador de hombres”. A la mujer pecadora, le dijo “ni yo te condeno”. Él vivía para promover a otros. En Nazaret no pudo hacer milagros, porque dijo, “aquí no hay honra”. Donde no la hay, no hay milagros.
Si anhelamos ver el Reino manifestándose en Argentina y en las naciones, tenemos que aprender a honrarnos unos a otros.
Mariano Sennewald, director general del Instituto MiSion.
¿Cuánto hace que no tomas tiempo para bendecir, honrar y celebrar a hermanos de otros ministerios o congregaciones? ¿O personas, dentro de tu congregación, que son distintas a ti?
A siete iglesias llenas de debilidades, Jesús las llama “candeleros de oro”. ¿Por qué? Porque Él nunca nos define por nuestra condición actual sino por nuestro destino de gloria. Y así nos transforma. ¿Cómo defines a una iglesia débil? ¿La ves como candelero de oro o como vasija de barro? La honra sana y transforma. Así lo hizo Cristo con nosotros, y así debemos hacerlo con otros. Debemos cambiar las piedras por toallas. Para seruno, así como en la Trinidad son uno, debemos aprender a honrarnos.
Operan en amor
Por último, en la Trinidad se aman y expresan amor constantemente.
“Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor (…) Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado”(Juan 15:9,12).
“…que los has amado a ellos tal como me has amado a mí”(Juan 17:23b).
Cada vez que nos amamos, manifestamos a Dios, porque Él es amor. Dios no dice: “Entiéndanse unos a otros”, ni “Piensen igual unos a otros”. Él dice “ámense unos a otros”.
Para amar tendrás que estar dispuesto a sufrir por otros (el amor es sufrido). Para amar tendrás que estar dispuesto a no compararte con otros (el amor no tiene envidia). Para amar tendrás que relacionarte con humildad con otros (el amor no es jactancioso). Para amar tendrás que aprender a dejar tus argumentos personales (el amor no busca lo suyo, ni se envanece). Para amar tendrás que aprender a perdonar (el amor no guarda rencor). Para amar tendrás que aprender a esperar (el amor todo lo espera).Es mejor tener amor que tener razón. Todo lo que amas lo transformas. Amar es más poderoso que juzgar, cuando queremos transformar. La Trinidad es un modelo de amor. Y Jesús sigue orando: “Sean uno, ASÍ COMO NOSOTROS”.
El Espíritu Santo descendía sobre algunos de vez en cuando en el Antiguo Testamento (Sansón, Saúl, Gedeón, Josué…) y se puede ver cómo recibían fuerza sobrenatural, profetizaban, convocaban a ejércitos, recibían sabiduría de lo alto y mucho más. Que podamos orar como oró David en el Salmo 51:10-12:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu.Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga”.
Jesús nos prometió: “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38) Es mi oración que en este Pentecostés podamos experimentar esto y muchísimo más de parte de Dios y su Espíritu en nuestra vida.
En un Aposento Alto:
Por varios días los discípulos, y los que con ellos estaban, se congregaron esperando la promesa del Padre. Estaban, como lo estamos ahora en esta cuarentena, unánimes, alojados en un aposento, juntos, en un mismo sentir, en un mismo corazón perseverando en oraciones y levantando un clamor delante del Trono de la Gracia.
A los discípulos se les había ido Jesús que ascendió al cielo, a muchos de nosotros se nos fueron seres queridos que ya no están ni veremos más.
Omar Cabrera, pastor de la iglesia Visión de Futuro.
Hoy nosotros estamos alojados en nuestros hogares, muchos sin poder salir, algunos sin poder trabajar, luchando con la incertidumbre, otros peleando con los pensamientos de temor, con los síntomas que sienten, aún con el vacío que quedó. El Espíritu Consolador nos acompañará, se cumplirá la promesa de Jesús que no quedaremos huérfanos, sino que el Consolador estará con nosotros para siempre (Juan 14:15-18).
¿Qué pasa cuando viene el Espíritu Santo a nuestra vida?
–Nace Cristo en nuestro interior
Que como sucedió con María, el Espíritu Santo descienda sobre nosotros y el Poder del Altísimo nos cubra con su sombra. Es mi oración: «que habite Cristo por la fe en vuestros corazones» (como dice Efesios 3:17a) y que todovacío interior sea lleno por la presencia interior del Espíritu.
–Nos convertimos en testigos
Jesús dijo en Hechos 1:8 “Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Esa palabra “testigo” es la palabra martus (gr.), y de ahí viene la palabra mártir. Un testigo tiene que estar dispuesto a dar su vida por su fe, por lo que cree. Me pregunto: “¿Estoy dispuesto a pagar el precio más alto, el precio supremo?”. Yo creo que el poder del Espíritu de Dios nos va a dar la capacidad para rendir nuestra vida por el Evangelio y de servir al Señor con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente y de todo corazón.
–Recibimos poder para enfrentar la persecución
Tremendo lo que dice el Apóstol en 1 Pedro 4:14: “Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes”. Pedro nos dice en el siguiente capítulo:
“Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables”(1 Pedro 5:8-10).
Muchas veces le tenemos miedo a las pruebas, a los problemas, nos queremos escapar, esquivarlos, pero el Señor usa esas pruebas, justamente, para perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos.
¡De esta prueba vamos a salir mejores!
Omar Cabrera, pastor de la iglesia Visión de Futuro.
Yo creo que:
Dios te va a usar con poder. La clave está en no separarnos de la Fuente. Permaneciendo firmes veremos que el poder de Dios sigue fluyendo a través de nosotros. Vas a ser un instrumento poderoso en las manos de Dios y vas a ser testigo a todos.
Sobre ti declaro:
Dios te va a usar con poder, te llenará hoy para que seas usado. Que puedas sentir que la unción comienza a descender sobre tu vida, que el poder de Dios comienza a fluir.
Ora conmigo:
Gracia Señor por lo que me das, porque me tocas, porque me vas a usar como un instrumento útil en tus manos. Me rindo a Ti, me consagro a Ti. Me comprometo a seguirte y a servirte. Hazme tu instrumento para tocar a mi familia, para traer sanidad a mi alrededor; me rindo a tus propósitos y te pido que me uses para tu gloria. Hazme sensible a la voz de tu Espíritu Santo. Tu Espíritu Santo me empodera, me llena de poder para ser testigo tuyo. Guíame Señor a cada paso, en el nombre de Jesús, Amén.
Israel es, desde sus orígenes como Estado, una zona de conflicto. En realidad, todo el Medio Oriente lo es. Ciertamente no es un problema contra una religión específica (el Islam) sino una lucha por obtener los recursos. Pero, en el caso de Israel, es una historia predicha por la Biblia de todo lo que ocurriría con ese territorio pero, sobre todo, con su pueblo: los judíos.
Isaac e Ismael: El comienzo del conflicto
Como todos bien sabemos, Abraham tuvo dos hijos: Isaac con Sara, e Ismael con Agar, la sierva. Debido a que Sara era grande de edad, y no podía darle hijos a su esposo, accedió a que tomara a Agar para lograr tener descendencia. Sin embargo, no eran los planes de Dios. Cuando Sara finalmente tuvo a Isaac, pidió que la sierva e Ismael fueran expulsados al desierto.
Riña de Isaac e Ismael, de Luca Giordano. Fuente: Sitio Web Museo del Prado.
Aquí comenzó el conflicto entre los descendientes de Isaac (el pueblo israelí, hebreo o judío) y los descendientes de Ismael (los pueblos árabes y, luego, musulmanes). Es necesario aclarar algo: los musulmanes no son antisemitas ¡tienen el mismo origen! Sería estar en contra de sus mismas raíces.
“Será un hombre indómito como asno salvaje. Luchará contra todos, y todos lucharán contra él; y vivirá en conflicto con todos sus hermanos” (Génesis 16:12). Esta es la promesa hecha por el ángel a Agar y a su descendencia. El tener conflictos a futuro, estaba escrito y predicho. Además, que habitaría junto a sus hermanos, quizás los judíos, es parte de lo que vemos hoy con Israel, Gaza y Palestina.
Los judíos lejos de casa. Sufrimiento y persecución
No es sencillo simplificar la cantidad de pueblos que sometieron al territorio actual de Israel y a su pueblo. Por nombrar algunos podemos decir: asirios, babilonios, romanos, persas, otomanos, hititas, árabes, seléucidas e ingleses, solo por decir los más importantes.
El año 70 d.C. es decisivo, debido a que la invasión romana, mandada por el emperador Tito, produjo que se destruyera el templo de Jerusalén y la expulsión de los judíos de esa tierra. La escritura tampoco falló aquí, debido a que en Deuteronomio estaba previsto que así ocurriera:
“El Señor te dispersará entre todas las naciones, de uno al otro extremo de la tierra. Allí adorarás a otros dioses, dioses de madera y de piedra, que ni tú ni tus antepasados conocieron”(Deuteronomio 28:64). Tampoco es resumir cuánto se cumplió esto. Desde el siglo I hasta el siglo XX, los judíos habitaron diversas zonas del mundo, como personas apátridas. ¿Lugares? España, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Argentina, Rusia, Brasil, Polonia, Turquía y algunos países del Norte de África, como Egipto.
Expulsión de los judíos de España. Fuente: Historia de Aragón.
Pero lo dicho en Deuteronomio no era lo único. Tenía una parte más difícil:
“En esas naciones no hallarás paz ni descanso. El Señor mantendrá angustiado tu corazón; tus ojos se cansarán de anhelar, y tu corazón perderá toda esperanza. Noche y día vivirás en constante zozobra, lleno de terror y nunca seguro de tu vida” (Deuteronomio 28: 65-66).
Que sus pies no tuvieran descanso, no es ninguna novedad. Desde la antigüedad en los países que habitaron tuvieron conflictos. Un poco cercano a nuestra historia hispánica es la expulsión de los judíos en 1492 de España, por los Reyes Católicos. España, no fue la única que tomó esta política, sino que previamente lo habían hecho Francia, Inglaterra o Portugal. Vivir emigrando, sin llegar a arraigarse, parece que era lo común en el pueblo judío.
La prueba más difícil para los semitas fue el Holocausto en manos de los nazis, hecho que muestra el extremo de una política de discriminación. Paradójicamente, los que más sufrieron fueron los judíos de Polonia y Europa del Este, lugar donde habían emigrado los expulsados por los Reyes Católicos antes.
Homenaje a los judíos muertos durante el Holocausto, en un museo de Cracovia. Fuente: BBC News
La creación del Estado de Israel: Una promesa de restauración
Lo nefasto del Holocausto, produjo que los judíos tuvieran una tierra segura para habitar, tal como dice Jeremías: “Voy a reunirlos de todos los países adonde en mi ira, furor y terrible enojo los dispersé, y los haré volver a este lugar para que vivan seguros” (Jeremías 32:37).
En 1948, Inglaterra decide terminar con su mandato sobre la región de Palestina. El 14 de mayo, los judíos por fin lograron aquello que no podían desde hacía mucho tiempo: tener nación propia, donde habitar seguros, sin temor del mal. Por lo menos, acá podían tener tierras y ejercer su religión libremente, sin ser perseguidos, aunque, lógicamente se originó un conflicto con los palestinos musulmanes que vivían allí desde la época del Imperio otomano o, quizás, antes.
¿Quiere Dios más a unos que a otros?, ¿le importan más los judíos por ser “el pueblo elegido de Dios”? De ninguna manera. ¿Cómo concluir esta primera parte? Pues con una sugerencia de Salmos 122: 6:
“Pidamos por la paz de Jerusalén: ‘Que vivan en paz los que te aman’”.
Muchos son los desafíos que surgen al relacionarnos con otras personas y, como mujeres, es muy importante que fomentemos vínculos sanos, esos que ven el oro en polvo en otros y no les exigen ser el producto final, es decir, tratar como queremos que nos traten.
Ya sea que seas parte de una relación de amistad, amorosa o de un vínculo filial, trabajar los aspectos desarrollados a continuación ayudará a que te vincules de manera sana y detectes a tiempo cuando una relación no es edificante.
Escuchar activamente
Escuchar activamente es invertir tiempo en prestarle el oído al otro, sin interrumpir, sin aconsejar a menos que se nos pida, sin filtrar su experiencia a través de nuestras vivencias, repreguntando para entender mejor, escuchando también el lenguaje corporal (no solo el verbal) y empatizando con las emociones transmitidas en su mensaje. ¿Cuántas veces estamos tan subsumidas en nuestros quehaceres y pensamientos que escuchar a otros se convierte en “una tarea más” de todo lo que tenemos que hacer?
«Entender que el foco está en el bienestar del otro y no en mi sabiduría para aconsejar «
Constanza Martínez, escritora y project manager en una empresa de interpretación remota
Esta una de las claves de aprender a escuchar activamente y también nos ayuda a distinguir quién nos escucha de esa manera. “Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse”, (Santiago 1:19).
Expresarse sin miedo a ser juzgada
Es muy importante que encuentres el espacio para expresar absolutamente todo lo que piensas sin temor a ser juzgada por lo que dices y también que generes habitación para que otros encuentren en ti ese refugio a donde pueden ser ellos sin miedo a ser señalados. Si tienes que pensar las cosas demasiado antes de decirlas porque la otra persona suele “atacar” lo que expresas, esa relación terminará silenciándote si no deciden trabajar sobre eso buscando ayuda externa.
“En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios”, (1 Juan 4:18). Procuremos rodearnos de personas en las que encontramos libertad y seamos mujeres en las que otros encuentren libertad: de eso se trata el verdadero amor que Dios nos enseña.
Tener una identidad sana
Cómo tratamos a otros está en estrecha vinculación con la construcción de nuestra identidad. Para poder ser parte de relaciones sanas, nuestra visión de nosotras mismas debe estar a la altura de quiénes fuimos creadas a ser.
«2 sin pensar que somos, tenemos o sabemos más que otros, y sin sentirnos menos que otros tampoco»
Constanza Martínez, escritora y project manager en una empresa de interpretación remota
“Ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado,” (Romanos 12:3). Encontramos el balance al leer la Biblia y sumergirnos completamente en quienes Dios dice que somos, mientras nos aferramos a ese futuro de bien y esperanza que diseñó para cada una de nosotras (Jeremías 29:11).
Expandir el entorno social
¿Alguna vez estuviste en una relación en la que sentías que no había apertura para conocer a más personas? Ese tipo de actitudes que comienzan de manera sutil al principio pueden convertirse en un monstruo si no se trabajan y no se pide ayuda.
Ninguna relación es sana cuando se encierra en ella misma y no comparte con otros. Tener una actitud enseñable ayuda a que podamos abrir nuestro círculo a personas de las que podemos aprender y con quienes podemos crecer hacia un destino todavía más glorioso.
Pedir consejo
A veces, solemos asociar el pedir consejo con falta de independencia como mujeres, pero, por el contrario, la que sabe elegir buenos consejeros dará pasos con más firmeza y seguridad hacia la construcción de relaciones duraderas y sanas.“Los necios creen que su propio camino es el correcto, pero los sabios prestan atención a otros”, (Proverbios 15:12).
Callarse y esperar que el tiempo mejore la manera en la que te relacionas con otros no es una solución efectiva. Si hay algo que tienes que trabajar o que te gustaría que la otra parte trabaje, anímate a dar el paso de buscar ayuda de terceros que sean objetivos y que puedan brindarles apoyo en el proceso de cambio.
Desde los 14 años venían pasando cosas en mi cuerpo que no tenían sentido, hasta que a los 17, después de que una neuróloga pidiera hacerme una resonancia magnética, me diagnosticaron esclerosis múltiple.
Por fin los hormigueos en los pies, la falta de sensibilidad en la mano derecha y la debilidad en mis miembros inferiores tenían un motivo, y un nombre. Le dije a la doctora que no me preocupaba porque Dios me iba a sanar, y ella se rio. Aun así me dio esperanzas porque era joven y la enfermedad poco avanzada. Entonces comenzaron los tratamientos, las inyecciones, los medicamentos y las cadenas de oración.
«Lo diferente que tenía de mis pares era que en vez de ir al boliche el sábado a la noche, iba a la reunión de jóvenes de mi iglesia»
Laura “Lalu” Fernández, fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica de 35 años que sirve en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó
De niña aprendí de Jesús, de adolescente lo anhelé y a los 18 años se reveló a mi vida.Esto revolucionó completamente mi espíritu y mi corazón. Poco antes de mis 19 años decidí hacer una Escuela de Discipulado y Entrenamiento (EDE) en JUCUM con el objetivo oculto de que el Señor me revelara por qué me enfermé, para poder ser libre y sanada.
Tenía todas las fichas puestas en la semana de sanidad interior, donde esperaba que Dios mostrara algo en el pasado que haya sido gatillo para el nacimiento de la enfermedad, como algo no perdonado o algún suceso malo suprimido por mi subconsciente. Lo que Él le reveló a quienes me ministraban fue que había incredulidad en mi vida. ¿Incredulidad? Pero ¡si yo creo en Dios! Ustedes no saben nada.
Así que creo que ese fue mi primer intento frustrado de convencer al Señor de que estaba lista, abierta y digna de recibir mi milagro. Esa escuela fue, de todos modos, un antes y un después en mi caminar con Él.
La sensación fue como si alguien estuviera abriendo mi cráneo, retocando mi cerebro y poniendo un millón de ideas nuevas. Ideas de transformación, revolución, identidad. Me vi de a ratos con una espada en la mano en plena batalla espiritual por algún recóndito lugar del mundo y poco después en brazos de Papá, tratando de comprender la inmensa magnitud de su amor hacia mí.
Laura “Lalu” Fernández realizando fotografías para el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó.
El Señor comenzó a sanar mi autoestima
No me había dado cuenta hasta ese momento, pero odiaba todo de mí. Mi personalidad, mi forma de hablar, de pensar, de relacionarme, mi cara, mi cuerpo. Entonces todo lo que hacía y decía era en el fondo un intento desesperado de recibir validez, aceptación y amor de los demás. Era inteligente, hacía el comentario gracioso en el momento justo y hacía reír, y esa era mi arma más poderosa para sentir que a la gente le agradaba. Pero en el fondo, mucho autodesprecio.
Pero Dios comenzaba a mostrarme cuánto me amaba y me di cuenta de que cuanto más amada me sentía por Jesús, más me amaba a mí misma, y por consiguiente, amaba a los demás. “Amen a su prójimo como a ustedes mismos” tiene mucho sentido.
Para la fase de viaje misionero de la EDE, fui con un equipo a Córdoba. Un día estaba sola frente a un lago rodeada de cerros hermosos y le dije al Señor “Qué hermoso todo lo que creaste” y Él me respondió: “Sin embargo tú eres lo más lindo del paisaje”. Si estuviera escribiendo esto en WhatsApp pondría el gif de la mujer desmayándose, porque, ¿cómo no morirse de amor después de ese piropo?Ahí me di cuenta, realmente somos la corona de su creación.
«Los paisajes más bellos del mundo no se comparan con sus hijos en cuestión de diseño, complejidad, y sí, de belleza»
Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó
Así y todo, ese viaje fue muy desafiante para mi salud. Mis piernas estaban muy débiles, y aunque descubría los dones de discernimiento y profecía que Dios había puesto en mí cuando caminábamos por la ciudad y Él me mostraba lo que pasaba en el reino espiritual. La poderosa caminata de intercesión se tornaba en tortura en medio de un brote de esclerosis múltiple.
Es muy difícil explicar lo que pasa en el cuerpo durante uno de esos brotes. Porque usé la palabra “débiles” pero no es tan así. Las piernas (o lo que le toque a cada persona que sufre de esta enfermedad) se ponen como adormecidas, entumecidas, a veces electrizadas. Siempre me costó mucho explicar los síntomas.
La cosa es que volví a Buenos Aires rengueando. Y después de la EDE las cosas no mejoraron. Por un lado mis tiempos con Dios eran puro fuego. Por el otro mi cuerpo desfallecía. Cada paso era levantar peso pesado, y cada cuadra una maratón. Sumado a eso, empecé a hacerme pis encima. Otro síntoma de la enfermedad. Y para fin de ese año, no tenía equilibrio y ya no podía sostenerme en pie por mí misma.
Después de rendir los exámenes finales del primer año de la carrera que estaba cursando, decidí dejar todo, quedarme en casa y hacer rehabilitación física. Mis tiempos con Dios no cesaron pero comenzaron a apagarse, las lágrimas aumentaron junto con las dudas y los “¿Hasta cuándo?”. Vinieron las muletas, el andador hasta que llegó la silla de ruedas.
Sí, confío en mi sanidad completa
Y ocho años después de mi EDE, Dios me llevó de vuelta a JUCUM Ituzaingó, donde todavía estoy. Recibí muchas palabras, profecías. Desde el primer momento el Señor me mostró que mi sanidad era un hecho.
También, años después de mi ministración de sanidad interior, me mostró que sí había incredulidad en mi corazón. Quizás la misma que no permitía a Jesús hacer milagros en ciertos pueblos.
«Dios me viene diciendo de miles de maneras que voy a volver a caminar»
Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó
Aún antes de dejar de hacerlo, y que si ese es el caso, si la enfermedad fue vencida en la cruz junto con la incredulidad, también lo es en mi vida.Pero debo decir que antes de llegar a ese entendimiento seguí intentando ganarme la sanidad. Seguí tratando de convencer a Dios de que ya era tiempo. Seguí rogando a gritos. Ayuné, declaré, reprendí, pero nada. Recién hace poco tiempo comprendí que ya fue hecho, no es algo que Él tiene que hacer ahora, porque ya lo hizo hace cientos de años, y le costó todo.
Volviendo a mi servicio en JUCUM, esta comunidad misionera me recibió con brazos abiertos, con silla de ruedas y todo. Aún con mis crisis, mis dolores y frustraciones, sabía algo bien: Dios me había elegido para llevar a cabo su comisión, para mostrarle al mundo el camino al Padre: Jesús.
Porque aún con todos los problemas de la vida y la salud, mi espíritu está lleno y mi alma salvada,
Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó
Aunque muchos viven en un abismo y mueren sin esperanza. Así que me puse en manos del Dueño de la salvación del mundo, y aunque todo parecía ser imposible para mí por mi limitación física, le escuché decir “El cielo es el límite para vos”. Traducción: No hay límite.
Entonces, mientras caminaba en conocer al Jesús sanador, hice lo que pude: estudié fotografía, aprendí diseño gráfico. Dios me habló de ser luz en los medios de comunicación, y me permitió participar en campañas de concientización contra tráfico humano, violencia de género, abuso sexual infantil, aborto y más.
También realicé salidas fotográficas para poder conectar con otros fotógrafos que no conocen a Jesús. Viajé a otras comunidades misioneras de JUCUM e iglesias del país para enseñar a usar las redes sociales a favor del Reino. Hice sesiones de fotos a personas que necesitaban confirmación de quienes son en Dios. Traduje en español e inglés a pastores, oradores y maestros en diferentes escuelas, congresos y conferencias.
Cuando estuve internada en un hospital le hablé de Jesús a otros enfermos y discapacitados y oré por ellos. Me entrené para comunicar su mensaje de la mejor manera. Crecí en el Espíritu, crecí en la fe.
Sé que soy sana (aunque no lo veamos) y que la enfermedad no es un impedimento. La falta de dinero no es un impedimento. La falta de confianza no es un impedimento. Solo me basta su gracia y su poder se perfecciona en mi debilidad.
Sigo creciendo, sigo esperando, consciente de que en la cruz, Jesús se hizo cargo de todo. Y aunque hoy esté peor que al principio, nada me detiene porque entiendo que lo que se ve es pasajero y que yo sirvo, amo y trabajo para el Invisible y Eterno.
Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica de 35 años que sirve en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó desde el 2011.
Las palabras poderosas que pueden transformar relaciones y cambiar vidas son perdón y gracias. Valiosas como el oro, porque no siempre abundan. De eso se trata la película que te presentamos hoy, del poder del perdón y de la gratitud.
Una jornada de perdón es una historia que combina dos parábolas bíblicas: el hijo pródigo y el buen samaritano. ¿Cómo lo hace? Presenta a dos hermanos que tomaron rumbos distintos y que tienen dificultades para relacionarse. El mayor es un hombre de fe, responsable y padre de familia, mientras que el menor, deseando triunfar como músico, se va lejos de la casa de los padres, a otra ciudad en la que no encuentra el éxito que busca.
Sinopsis
Luego de la muerte de sus padres, George y Allen tienen que cumplir con un desafío para poder acceder a la herencia que les dejaron. Deben hacer el mismo recorrido que sus progenitores realizaron en su luna de miel. Cuando regresaban de su viaje de recién casados, perdieron sus pertenencias. Volvieron a casa gracias a la amabilidad de aquellos que los auxiliaron.
Su padre conservó los nombres y las direcciones de esos “buenos samaritanos” y, tiempo después, les envió dinero en agradecimiento. Sin embargo, nunca pudo volver para dar las agradecer personalmente. Por esa razón, convocó a sus hijos a esta “misión”. A pesar de los roces, aceptan la voluntad de sus padres y emprenden el viaje que se convertirá en un tiempo de reconciliación para ellos.
Esta película nos recuerda cuán positivo y sanador es practicar el perdón. A través de ella, vemos relaciones restauradas, familias unidas y corazones que regresan a su Creador. Es un film para toda la familia, especialmente para aquellos que fueron lastimados y deben sanar heridas. Perdonar es el mejor antídoto para un corazón dolido. La encuentras disponible en la plataforma de streaming, Amazon Prime. ¿Te la vas a perder?
Ficha técnica
. Género: Drama
. Lanzamiento: 2018
. País: Estado Unidos
. Duración: 1h 21 minutos
. Clasificación: ATP
. Reparto: Nathan Todaro, Jeff Prater, Meredith Frankie Crutcher, Kearney Ackermann, Lou Pizarro, John Lina.
Hacía mucho que tenía ganas de hacer este bizcochuelo en taza, tan famoso por su cocción en microondas. Y como yo no tengo este electrodoméstico, siempre me quedé con las ganas, pensando que no estaba dentro de mis posibilidades. Hasta ahora, que ¡llegó el gran día! Me enteré, a través de @mica.bronga, una pastelera genial que sigo en Instagram, que podía utilizar horno.
Resulta que ella tampoco tiene microondas, y me sentí muy acompañada en el sentimiento. Así que no lo dudé más, y lo quise intentar. Acá va la receta, para los que tienen y los que no tienen microondas también. ¡Qué bueno que todos los días se aprende algo nuevo!
Ingredientes
1 huevo
3 cucharadas soperas de azúcar
3 cucharadas soperas de aceite
1 cucharadita de esencia de vainilla
4 cucharadas soperas de harina 0000
1 cucharadita de polvo para hornear.
1 cucharada sopera de dulce de leche repostero (opcional)
Preparación
En una taza, mezclamos el huevo, el azúcar y el aceite con un tenedor. Agregamos la esencia de vainilla e integramos.
Incorporamos la harina junto con el polvo de hornear, y volvemos a integrar hasta que no quede ningún grumo.
Por último, y la mejor parte, agregamos una cucharada generosa de dulce de leche en el centro de la preparación.
Llevamos a horno moderado por 20 minutos aproximadamente, o hasta que, al pincharlo con un tenedor, salga bien sequito. Dejamos enfriar y espolvoreamos con azúcar impalpable.
Esta opción de bizcochuelo en taza es muy versátil, y acá van algunos tips:
Es importante que la taza que usemos sea apta para horno, caso contrario, se puede utilizar microondas.
El dulce de leche es opcional, podríamos no agregarlo a la preparación y optar por chips de chocolate o frutos secos. Ojo, es importante espolvorearlos con un poco de harina, para que no se vayan al fondo de la preparación al momento de la cocción.
Podemos saborizar con otras opciones, por ejemplo, ralladura de limón, de naranja, esencia de coco, etc.
Una vez frio y listo para disfrutar, podemos sumarle lo que más nos guste. Yo espolvoree con azúcar impalpable, pero podemos agregarle un glaseado, ralladura de chocolate, ganache, etc.
No dejen de intentarlo, ¡sale buenísimo!
Y no quiero pasar por alto el hecho de que todos los días se aprende algo nuevo, realmente es así. Estemos expectantes y disfrutemos de esto, porque Dios conoce cada una de nuestras necesidades, desde las que parecen más simples, hasta aquellas que nos pueden abrir una gran puerta.