El ser humano ha sido diseñado para ser la expresión del Padre aquí en la Tierra. Lo maravilloso es que todo empieza en el tamaño de un niño.
En Dios mismo vemos cómo se hizo carne, en Isaías 9:6 leemos “porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo«. Hemos aprendido que los hijos son la muestra de que nada termina con nosotros, sino que a través de ellos Él seguirá perfeccionando su plan. Tener un niño en medio de nosotros es saber que se nos entrega un privilegio con alta responsabilidad.
Si tenés hijos, o si no los tenés, pero hay en tu entorno niños que te rodean como una asignación divina, entonces aférrate a la dependencia de la sabiduría de quien da la existencia a estos pequeños para que sus vidas sean formadas y no deformadas por todos los mensajes contradictorios lo que les rodean en este mundo.
En medio de la crianza, viví con la meta de ser absolutamente intencional en dejar huellas de amor en su niñez. Recordá que esta etapa pasa rápido y es breve pero las marcas que podemos dejar tienen el poder de ser recordadas por toda la vida. Por eso, entrégales el regalo más valioso de la manera en que tus niños, tus hijos, lo entienden, lo necesitan y lo piden: TIEMPO.
¿Qué puedo regalarle a un niño?
Regalale la mirada directa a sus ojos y sin prisa. La mirada que le haga saber cuán amado es, que le demuestre que lo escuchás, lo comprendés y te interesa lo que a él le importa.
Regalale tiempo para compartir sus juegos, sus experiencias, sus historias.
Regalale el ejemplo de una vida de fe genuina y constante.
Regalale la instrucción responsable del conocimiento de la vida de Cristo. Esto viene envuelto en un paquete donde brilla la humildad por ser nosotros primero quienes dejamos viejas maneras de entender.
Regalale el perdón por los errores y pide perdón cuando el Espíritu te llame la atención.
Regalate a vos mismo y entregales a ellos la claridad de saber que sus vidas son el tesoro más valioso en este mundo porque desde la eternidad se les ha dado un nombre, que tiene el propósito de que Dios mismo sea conocido a través del diseño que tienen. Cada día debemos recordar que los niños que Dios mismo ha entregado son SUS niños que debemos cuidar para que sea una realidad que crecen en estatura y en sabiduría.
Oramos para que todo el bien hecho en nuestras casas alcance a los niños que necesitan experimentar la realidad del amor de Dios.
¡Podemos hacerlo por la vida que nos ha sido dada!
Todos los años celebramos el Día del Niño, en reivindicación y apego a la nueva generación de niños que nacen, crecen y se desarrollan en nuestro país. Éste, sin duda, es el capital más preciado en nuestras manos, ¡y el que no queremos hipotecar! En este artículo quisiera invitarte a reflexionar sobre ello.
Como educador y como padre, una y otra vez me pregunto, qué es lo que hago hoy a favor de ellos para que su futuro sea más cierto, seguro y prometedor. La Ley Nacional 26.061 sobre Derechos de niños, niñas y adolescentes expresa: cada niño, niña y adolescente tiene derecho “a hacer deporte, a jugar y disfrutar de un ambiente sano”.
Cuando vemos a Jesús, desde una mirada adulta a su infancia, se resalta: “Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en el favor de Dios y de toda la gente”, Lucas 2.52 (NTV).
Sobre estos dos principios, tanto el derecho de los niños, como la vida de Jesús, podemos ser desafiados en este mes de agosto donde celebramos la infancia, para que sea un tiempo para tomar conciencia y generar cuanto más podamos ambientes sanos, de disfrute, juegos significativos y oportunidades de crecimiento y desarrollo integral.
Un ambiente sano contempla varias esferas de la vida humana. De acuerdo aLucas 2:52 Jesús crecía en la esfera física, en la esfera espiritual y en la esfera del alma. Estas tres esferas en equilibrio y mismo valor de importancia permitirán que los niños, niñas y adolescentes puedan no solo tener un tiempo de celebración, sino que una vida desarrollada en integridad.
Desde esta mirada, el juego y el deporte, como antes mencionamos, se transforman en catalizadores y no solamente un fin en sí mismos, y son lugares oportunos para:
Un encuentro en común. Más allá del resultado del mismo juego o actividad deportiva, se valora que los niños en interacción con los adultos tengan esa oportunidad de conectarse, relacionarse y conocerse. Los niños tienen tan naturalizado este aspecto que la primera invitación que hacen al ver a otro niño es “¿quieres jugar conmigo?”.
Desarrollar acciones para mejorar la calidad de vida. Hay estadísticas que revelan que aquellas comunidades que se ejercitan físicamente, practican alguna disciplina deportiva o juegan regularmente, son comunidades donde bajan considerablemente los índices de estrés y ansiedad.
Sacar lo mejor de uno mismo. Dependiendo el grado de dificultad y las características del juego, por ejemplo, juegos con una fuerte centralidad en lo físico, o lo lógico matemático, o lo musical, o lo lingüístico, etc., puede uno identificar facetas del otro, o de uno mismo, que pueden potencializarse en el mismo juego. Sin duda alguna, ¡cada uno puede sacar su mejor versión!
Para sorprendernos. Poder darnos la plena libertad de ser creativos y reír juntos hará que podamos crear ese ambiente que transforma la atmósfera y posibilitará crear memorias placenteras que aún pasados los años servirán como estandartes inolvidables de momentos compartidos con otros.
¿A qué jugar o qué hacer? Te recomiendo tres vías para tener ideas:
1- En artículos anteriores hemos desarrollado temas de actividad física (www.family.fit) que te pueden ayudar. Busca en “otros artículos del autor” al pie de esta nota.
2- Navegar por buscadores. De una manera práctica puedes colocar “juegos entre amigos”, “juegos para escribir”, “juegos matemáticos”, etc. ¡En la Web hay millones de ideas, juegos, y deportes novedosos que están esperándote!!
3- Buscar en los recuerdos. Aunque parezca obvio, el poder ir al estante de los juegos de mesa o simplemente hacer una lista de aquellos juegos que hace tiempo que no jugamos, te dará una ventana de oportunidades de volver a jugar y/o enseñar a otros aquellos juegos que hicieron historia en tu vida, ¡no sabes cuánto te sorprenderás con todo lo que obtendrás!
Que en este tiempo de celebración de la infancia, más allá del objeto que se pueda regalar, podamos crear una cultura de compartir con otros, donde el juego, la actividad física o deportiva nos conecte, mejore la calidad de vida, donde podamos sacar lo mejor de nosotros mismos y creemos momentos sorprendentemente inolvidables. ¡Vamos a jugar!
El día del niño es un día de fiesta. Ellos disfrutan y esperan mucho este día. Los que tenemos niños en casa o niños cerca quizás nos mareamos pensando en el mejor regalo.
Pero descubrí que el regalo más lindo para ellos es que podamos dedicarles tiempo. Cuando digo tiempo, me refiero a tiempo de calidad, tiempo de juego, tiempo divertido. Ese tiempo que reemplaza al mejor juguete, ese tiempo que suele quedar grabado a fuego en sus corazoncitos.
¡Y qué casualidad! Para nosotros los grandes, envueltos en tantas responsabilidades y rutinas, ese tiempo tambien suele ser el más preciado. Porque al volvernos como niños, nos sentimos más sueltos y nos reímos más.
Hoy me gustaría generar este momento entre niños y adultos, romper la barrera de “experiencia” que nos separa, y permitirnos disfrutar. Este día es una fiesta para ellos, así que dejemos que se transforme en fiesta para nosotros también. A ellos les encanta formar parte de nuestras preparaciones en la cocina, entonces, ¡a divertirse en familia!
Hoy vamos a preparar gomitas dulces caseras
Ingredientes
20 gr de gelatina sin sabor
50 gr de gelatina de frutillas
300 gr de azúcar
200 ml de agua.
Procedimiento:
En una olla o cacerola no tan grande colocamos el agua y espolvoreamos por encima la gelatina sin sabor en forma de lluvia. Dejamos reposar unos minutos.
Encendemos el fuego a temperatura media/baja, agregamos el resto de los ingredientes (gelatina de frutillas y azúcar) y revolvemos para integrar.
Dejamos calentar, removiendo cada tanto para que nada se pegue en el fondo, hasta que rompa hervor. Dejamos hervir por unos minutos hasta que veamos que el azúcar esté completamente disuelta.
Colamos la preparación para quitar la espuma que se le forma en la superficie y listo para volcar en molde y formar nuestras gomitas.
¡Atenti acá! Debemos tener en cuenta algunos tips:
Si no contamos con ningún molde con formas pequeñas, podemos volcar la mezcla en un molde cuadrado, por ejemplo. Y luego, una vez frío y bien sólido, podemos cortar en cuadraditos.
Si contamos con moldes de silicona, nos resultará mucho más fácil el desmolde.
Es recomendable esparcir en los moldes una gotita de aceite. Esto nos facilitará el desmolde también.
Por último, debemos llevar a heladera por 2 horas al menos para que solidifique bien.
Espolvorearlas en azúcar hará que queden más bonitas, brillantes y bien dulces.
Podemos usar el sabor de gelatina que más nos guste.
Por último, no olvidemos que Dios nos llama a ser como niños. Él busca corazones sencillos, espontáneos, alegres y agradecidos. Tenemos suficientes razones para que este día sea un Gran día. Los invito a tomarse unos minutos para poder sumergirse en la siguiente canción: “Juego” de JW Worship.
Cuando comencé a escribir este artículo, me encontraba en la sala de obstetricia del hospital, a unos minutos de ver nacer a mi hermosa hija Juliette.
Nuestro corazón está lleno de alegría y emoción al verla, tal como en el momento que vi a mi hijo Otniel nacer; el primer pensamiento que vino a mi mente mientras sostenía su manito fue: «creo que ahora entiendo cómo Dios me ve», y también en la mucha alegría hay preguntas que vienen a nuestra mente.
¿Cómo será la dinámica familiar ahora? ¿Las finanzas? ¿Cómo viviremos esta nueva adaptación? ¿Quiénes nos están ayudando? ¿Soy el papá que necesita? ¿Será suficiente?; ser padres nos recuerda más sobre Dios, su fidelidad y amor para con nosotros, por el privilegio y responsabilidad que recibimos para amar, criar, educar y liderar bien a nuestros hijos (ya sean propios, adoptados o espirituales) en su identidad, relación e influencia.
“Los hijos son un regalo y hermosa herencia de Dios, que nos han confiado en nuestro paso por esta vida, un privilegio y responsabilidad en el amar, criar, educar y liderar bien”.
Luego de 9 meses de una dura y dulce espera, con visitas constantes al médico para controles, noches sin dormir por fuertes dolores o ir de emergencia a la guardia, nuevamente este pensamiento al verla cruzó mi cabeza: «creo que ahora entiendo cómo Dios me ve», y totalmente, Dios como nuestro Padre y creador conoce todo de nosotros, nuestras fortalezas, debilidades por mejorar, Él sabe cada detalle de mi ser.
Una herencia a la cual guiar
Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud, Salmo 127:3-4.
El pasaje en Salmos 127 hace énfasis en que los hijos son herencia de Dios, Él mismo nos los entregó, y describiendo luego que son como flechas en las manos de un guerrero, nosotros somos los encargados de lanzar la flecha; esta referencia la vi junto a mi esposa en un recurso llamado «El Arte de ser padres», del ministerio de Cru Vida en Familia, el cual nos ha dado una guía para dar esos pasos de fe que nos ayudarán a preparar las flechas y lanzarlas al propósito de Dios para con ellos a la sociedad, donde serán quienes tomarán las decisiones e impactarán a la siguiente generación.
¿Qué tipo de padres necesitan nuestros hijos? Es una pregunta que me he hecho y muchos de ustedes también. Hay innumerables libros sobre la paternidad y la maternidad, la crianza, etc., y en tantas lecturas he aprendido que no se trata de intentar ser el padre ideal, ya que no somos perfectos, pero estamos en camino a eso, sino de ser aquel que Dios sabe que ellos necesitan, para ser instruidos, amados y guiados en su Palabra.
Reconozco que aún estamos en ese proceso, fallando, mejorando, aprendiendo, entendiendo más cómo nos ve Dios, por eso me he encontrado repitiendo patrones de vida de mi familia, aunque una vez me dije que «no seré así con mis hijos»; para mí ha sido un importante proceso entender mi identidad en Cristo, porque de ella decanta el resto de las áreas de mi vida y mi respuesta.
Afirmar la identidad y cultivar la relación
Hay cuatro puntos importantes que he estado aprendiendo sobre liderar y guiar a mis hijos:
Nuestra identidad como hijos de Dios y padres viene solo de Cristo: hay que prestar mucha atención al buscar reafirmar mi identidad a través de mi hijo, ya que han sido creados únicos en Dios y nosotros también. Esto se ve reflejado, por ejemplo, cuando tratamos de vivir nuestros sueños fallidos a través de ellos (siempre pienso en Mateo 22:37-40, sobre el gran mandamiento).
Cultivar la relación fuerte con tu hijo/a: Josh McDowell lo resume así, «Reglas sin una relación, trae rebelión”. Nuestros hijos no nos comprenderán, y nosotros a ellos, si no cultivamos una relación. Cuando mi hijo Otniel me pide jugar con sus autitos, ese momento es clave para cultivar la relación, ya que hablamos, sigo su juego con los autos y disfrutamos de un momento de padre e hijo, y eso le dice que cuenta conmigo, que estoy allí.
Como padres somos su primera fuente de influencia: El primer ejemplo de vida, hábitos, acciones, etc., somos nosotros. Verán lo que nosotros hacemos y lo repetirán, ellos verán a Cristo en la medida que lo veamos nosotros a Él. No se trata de vivir una vida cristiana en un lado y una vida secular en el otro, sino de un estilo de vida cristocéntrico en ambos. Nuestros hijos son nuestro espejo.
Necesitamos rodearnos de personas que puedan influir en forma cristocéntrica y positiva en sus vidas: las amistades que elegiremos tener cerca son las que influirán en cierta medida en sus vidas. ¿Qué personas te gustaría que influyeran en tus hijos? ¿Qué cualidades has visto en ellos que te gustaría que tus hijos vean? Haz una lista de al menos cinco personas. Habrá cierta edad en la que tus hijos no querrán compartirte lo que viven, por lo que allí entra esa amistad que influye en él/ella.
Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.Proverbios 22:6.
Como padres, tenemos este enorme privilegio y responsabilidad de acompañar a nuestros hijos en el camino de su vida, y afilar su flecha para lanzarla en el propósito de Dios para con ellos. Afirmar su identidad en Cristo y cultivar una relación fuerte con ellos es clave para producir influencia y confianza. Que este día del niño podamos reflexionar en cómo invertimos nuestra vida en ellos.
Manuel A. Samaniego Lao: Panameño. Seguidor de Jesús desde 2010. Esposo de Elsa, papá de Otniel y Juliette. Estudiante de la Maestría en Divinidades de la Facultad de Teología Integral de Buenos Aires, Ingeniero de Sistemas y Computación, juntos somos misioneros de tiempo completo Liderando Estrategias Digitales para Cru en Argentina, donde creamos experiencias digitales para conectar a las personas con Jesús, acompañar su proceso de edificación y enviarlos para que sean embajadores de Cristo de por vida. Disfruto pasar tiempo con mi familia, ver programas juntos, escribir historias, dibujar cómics y programar.
En este día del niño, te invito a compartir y disfrutar con los peques de la casa uno de los clásicos de la literatura infantil, el cual nos dejará varias enseñanzas. ¿Quién no recuerda las aventuras de esta famosa marioneta de madera que ansiaba convertirse en un niño de verdad y que cada vez que mentía le crecía la nariz?
Un viejo y solitario carpintero italiano llamado Geppetto vivía en una humilde casa de una pequeña aldea. La falta de trabajo permanente lo obligó a tomar pequeñas labores ocasionales para subsistir. Una mañana, mientras recorría las calles de su aldea, el anciano observó a un grupo de personas anunciar con bombos y platillos la llegada del “Gran Circo de las Marionetas”.
Geppetto quedó fascinado cuando pudo acercarse a una de las carretas y ver por primera vez a estos fantásticos títeres. Entusiasmando, el carpintero decidió recoger un tronco y tallar en él a la marioneta más hermosa de la historia. Sorprendentemente, luego de construirla, el muñeco cobró vida y fue bautizado con el nombre de “Pinocho”.
El pequeño títere, un tanto desobediente, en lugar de seguir las indicaciones que le daba su padre Geppetto, decidió escapar de su hogar y dejar la escuela en busca de aventuras y diversión. Sin tomar en cuenta los peligros, el muñeco conocerá a personajes mágicos, misteriosos y hasta malvados que en más de una ocasión pondrán en peligro su vida.
¿Qué nos dejará como moraleja esta historia? Lo importante que es rodearnos de buenas compañías. Obedecer y respetar a nuestros padres. Que las mentiras no conducen a nada bueno, nos hacen daño y hacen sufrir a quienes más queremos. Que cada acto tiene sus propias consecuencias. En fin, una película con varias lecciones para aprender.
El film está basado en un cuento de 1883, escrito por el autor italiano Carlo Lorenzin, más conocido como Carlo Collodi. Esta fantástica y dramática historia llegó por primera vez al cine con la animación de Disney en los años 40. En esta nueva adaptación de 2019 se destacan las actuaciones de Federico Ielapi (Pinocho), Roberto Benigni (Geppetto), Rocco Papaleo (el gato) y Massimo Ceccherini (el zorro).
La película fue dirigida por el italiano Matteo Garrone y es una coproducción de Italia-Francia-Reino Unido. Tiene una duración de 125 minutos y está disponible en Disney Plus y en plataformas alternativas en la web. ¡No dejen de verla!
En este mes que festejamos el día del niño, no puedo dejar de pensar en muchas historias que viví en diferentes tiempos de mi vida. Todos fuimos niños algún día, pero no todos fuimos niños felices capaces de nacer, decidir, jugar, estudiar, comer, soñar y amar.
Muchos nacemos y nos encontramos con estas frases: “solo eres un niño, tú no lo entenderías”, “solo eres un niño, no puedes hacer nada”, frases que en algunas ocasiones nos quitan el significado de nuestro valor como persona, desde muy pequeños crecemos con esa voz que retumba en nuestra cabeza “solo eres un niño”.
En los años de trabajo en el ministerio nos encontramos con diferentes historias de vida que nos han llevado a plantearnos y pensar: ¿cómo veo a los niños?, ¿Sobre qué fundamento estamos parados cuando nos relacionamos con ellos?, ¿Sigo condicionado por las experiencias de mi infancia?
Mimi era una niña de 4 años con ojos negros y su pelo con rulos, al acercarme a ella apenas podía escuchar su voz de enojo y su incomodidad al hablar, rápidamente le pregunté: ¿qué pasa, Mimi?, con sus ojos brillosos y su rotundo silencio me hizo entender que estaba incómoda con algo, cada vez que la llamábamos como “Mimi” su rostro mostraba enojo.
Hasta que nos dimos cuenta de que su nombre era María, nuestra estructura se cayó y nuestros ojos se abrieron cuando entendimos que “Mimi” quería que la llamaran por su nombre “María, ése es mi nombre», nos dijo. Ésta fue una lección profunda para nosotros, no sólo saber que los niños entienden, sino que tienen un valor, una identidad definida, una autoimagen, sentido de pertenencia y son conscientes de todo esto.
En la actualidad, cuando se acercan estas fechas escuchamos por diferentes medios de comunicación frases como: “el día de las infancias, infancia trans, niñeces, etc.”. Todas estas frases a lo largo del tiempo van cambiando de forma o estructura pero al final siguen teniendo el mismo resultado, quitan el valor y la libertad que tienen todos los niños para poder crecer libres de toda amenaza social o cultural que nos impide visualizar que “eres más que un niño”.
“Nosotros abordamos la niñez sabiendo que todos los niños tienen derecho a vivir cada etapa de su desarrollo libres de ataques ideológicos que afecten su identidad”.
Leidy Mendoza de Caro, Jucum
Como familia, iglesia, escuela y sociedad, tenemos que proteger al niño de toda distorsión en esta etapa de su vida, conscientes de la magnitud de cómo las experiencias de su niñez influyen en su identidad de por vida; defenderlos de toda injerencia externa a su desarrollo natural y biológico cultivando en ellos raíces profundas en valores y principios eternos.
¡No robemos a los niños!
No les arranquemos los espacios para jugar sin temor a que puedan ser lastimados o corran peligro. No robemos a los niños la oportunidad de disfrutar espacios de contención libres de confusiones o pensamientos de sectores con poder que pueden influir y desdibujar su valor como sujeto de derechos.
“No robemos a los niños la capacidad de desarrollarse sanamente sin adoctrinamientos que perjudican su convivencia con el mundo externo”.
Leidy Mendoza de Caro, Jucum.
No robemos a los niños la libertad de crecer con valores, como dice Proverbios 22:6, “dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará. Como organización Juventud con una Misión Ituzaingó, durante más de 15 años festejamos este día tan importante, abrazamos el presente y el futuro de esta generación porque creemos firmemente que ellos son el corazón de la cosecha, una cosecha que la vemos en parte porque no sabemos cuándo dará todo su fruto, invirtiendo no solo en los niños sino también en su familia y contexto.
Para celebrar este día trabajamos con los diferentes ministerios que ya conocen a las familias del barrio alcanzando aproximadamente a 300 niños, nuestros invitados especiales de ese día. Contamos con el CDF (Centro de Desarrollo Familiar), brindando clases de apoyo escolar, prevención de abuso sexual infantil y violencia familiar, construyendo una relación con estas familias y estando a disposición ante cada circunstancia.
La escuela de futbol “ALUMINÉ”, que cada semana comparte una actividad recreativa y deportiva, contiene a los niños y sus familias brindando una opción de aprender y desarrollar su potencial con valores en su carácter y habilidades individuales y grupales. El comedor “El Refugio de Dios”, donde cada día se prepara almuerzo para 60 familias del barrio, llegando aproximadamente a unas 260 personas.
En nuestra comunidad misionera preparamos diferentes actividades: juegos, canciones, música, teatro, dinámicas, buscamos a Dios para elegir un nombre de la temática que trabajaremos en ese día especial, vemos su mano en cada detalle, nos sorprenden los milagros en cada cosa que necesitamos para poder hacer de ese día un día diferente y divertido.
Algunos de los temas con los que hemos trabajado son:
Prevención de violencia
Cómo puedo cuidar mi cuerpo
Prevención de abuso sexual
Identidad
Las emociones
Conociendo las naciones
Paternidad de Dios.
Estamos tan agradecidos con Dios y con todas aquellas personas que son parte con donaciones y apoyo, como también las iglesias (católicas, evangélicas y otras), que cada año nos sorprenden con la ayuda y sobre todo queremos agradecer a nuestra gran familia jucumera por su corazón de servicio y generosidad.
Hoy más que nunca, en este siglo XXI, celebremos el Día del niño mirándolos con fe y esperanza en el futuro que Dios ya tiene preparado para cada uno de estos pequeños, sé parte de esta gran cosecha que está siendo amenazada; si queremos ver frutos en el futuro, el desafío lo tenemos hoy, porque son mucho más que niños.
Autora:
Leidy Mendoza de Caro. Ecuatoriana, tiene 37 años, casada con José Miguel Caro, licenciado en Educación Física, Mexicano, con quien tiene dos hijos: Josué (4) y Noah (2), junto a su familia sirve por más de 12 años en Juventud Con una Misión Ituzaingó Argentina (JUCUM), en el ministerio de King’s Kids, ministerio cristiano de alcance mundial de JUCUM que provee a niños, adolescentes, jóvenes y familias de todas las naciones una oportunidad para crecer en conocimiento comprobado de Dios a través de su participación y compromiso con la evangelización mundial. En su niñez fue parte de Compassion Internacional como niña ex beneficiaria y años después fue parte del personal como maestra de niños de 3-6 años. Forma parte de EPASI, Equipo de prevención contra el abuso sexual infantil. Psicopedagoga y acompañante terapéutica.
El Congreso de la provincia sancionó una iniciativa de ley que establece el 31 de octubre como día festivo para las congregaciones protestantes.
El bloque de Frentes de Todos ayer presentó el proyecto que propone rememorar la fecha en que se celebra el día de la Reforma Protestante, que sucedió el 31 de octubre de 1517, ocasión en la que el teólogo y fraile Agustino Martín Lutero clavó sus tesis en las puertas de la iglesia de Wittenberg (Alemania) para debatir la doctrina católica y sus prácticas ritualistas.
Por eso, y en ese marco, el diputado Darío Peralta expresó “creemos que era importante darle un reconocimiento y un apoyo público a las iglesias evangélicas que están haciendo un trabajo esencial en nuestra provincia y nuestro país, por eso estamos contentos de poder destacar su trabajo y hacerlo visible reconociéndolas y declarando el 31 de octubre como el día de las iglesias evangélicas en nuestra provincia”.
Según los funcionarios del bloque de Frente de Todos, es una manera de reconocer la labor incansable que hacen las iglesias evangélicas en Neuquén; en estos últimos años, las congregaciones ayudaron a cientos de familias en situaciones de riesgo debido a la pandemia y por los incendios ocurridos en la región. Sin embargo, la asistencia social es uno de los pilares de todas las iglesias evangélicas desde siempre, solo que en este último tiempo se multiplicó la ayuda a los que más necesitan.
PROYECTO DE LEY
Señor presidente:
Según la Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina, realizada por el CONICET y publicada en noviembre del año 2019, la República Argentina cuenta con un 15.3% de habitantes pertenecientes a la religión evangélica. Se entiende como evangélicos a todos los fieles pertenecientes a las iglesias cristianas no católicas.
Teniendo en cuenta el Art. 14 de nuestra Constitución Nacional gozamos el derecho de profesar libremente el culto y, luego de la reforma de 1994, se incorpora con jerarquía constitucional al Art. 75 Inc. 22:
– La Declaración Universal de Derechos Humanos (Art. 18: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”);
– El Convenio Americano de Derechos Humanos (Art. 12: Libertad de Conciencia y de Religión);
– Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Art. 2: “Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos”).
Asimismo, y de conformidad con esta norma se eliminaron de la Constitución Nacional disposiciones que restringían irrazonablemente la igualdad religiosa.
En la actualidad, la estructura organizacional de las iglesias evangélicas protestantes en Argentina se establece por medio de asociaciones, federaciones y confederaciones. Las organizaciones que nuclean a las iglesias son la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) y la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (FECEP) que se encuentran adheridas al Consejo Nacional Cristiano Evangélico y, conforme surge del sitio web de la Secretaría de Culto Nacional, se encuentran debidamente inscriptas y reconocidas ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto tal como lo indica la Ley 21.745.
La elección de la fecha obedece a una cuestión fáctica y de profunda importancia para los fieles de dicha religión, pues el 31 de octubre de 1517 el monje Martín Lutero dio a conocer las 95 tesis que iniciaron La Reforma Protestante. Dentro de la comunidad evangélica se sostiene la necesidad de declarar esta fecha como día festivo dada la especial connotación que implica para los fieles.
Por lo antes señalado, ese mismo día ha sido elegido como celebración en otros países del mundo como Chile (Ley 20.299 del año 2008) y Perú (Ley 30.678 del año 2017), e incluso en algunas provincias de Argentina, como por ejemplo, Entre Ríos (Ley 10.224 del año 2013) y Buenos Aires (Ley 14.974 del año 2017).
Esta declaración busca profundizar la igualdad religiosa que debe existir entre los diversos cultos que se profesan libremente en nuestra Nación y así reconocer a la población practicante poniendo en valor su fe y la labor de dichas Iglesias a la contribución al desarrollo integral y la paz social de nuestra Nación.
Por lo expuesto y fundamentado solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de declaración.
El proyecto fue presentado el 23 de marzo y contó con la firma de los legisladores Gonzalo Bertoldi, Lorena Parrilli, Carina Riccomini y Darío Peralta.
Un tema que preocupa y fundamentalmente ocupa a los padres en este tiempo, y luego de haber atravesado un largo aislamiento, es el tema del uso de la tecnología en casa.
Una de las preguntas más recurrentes en consultorio es cómo manejar y administrar en nuestro hogar el tiempo que nuestros niños están en contacto con la tecnología, porque desde que llegó a nuestras vidas es evidente que muchas cosas se modificaron, incluso podemos ver que cambió hasta la forma de relacionarnos con nuestros amigos, familia, parejas, compañeros de trabajo y demás.
«Debemos entender que, para nosotros, los adultos de hoy, la tecnología un día apareció, pero no fue así para los niños, nuestros hijos, sobrinos, alumnos y pacientes; para ellos la tecnología siempre estuvo».
Ellos nacieron con un celular bajo el brazo. Es asombroso ver cómo niños que aún no han aprendido a caminar son capaces de operar con gran agilidad artículos electrónicos que nadie les ha enseñado a usar. Manejar aparatos electrónicos es algo natural en ellos. Su idioma es el digital.
Entonces sabiendo esto, los adultos tenemos la tarea de encontrar la manera de aprender a relacionarnos con ellos, los nativos digitales, desde estas diferencias y buscar esos lugares de encuentro en los que podamos hablar el mismo idioma, lo cual significará poder acortar la famosa brecha generacional, que a veces nos separa de los menores.
¿Cómo podemos lograrlo?
El primer paso es interesarnos, involucrarnos. Intentar conocer qué es lo que les gusta y les interesa a ellos, qué les apasiona y ocupa su mente como para dedicarle tanta atención. Debemos saber qué es aquello a lo que les gusta jugar, con quién y de qué maneras se relacionan mediante estas plataformas, y también cuáles son los juegos y los aparatos que están en tendencia, porque esto genera temas de conversación.
Ahora bien, de aquí se desprende una cuestión sumamente importante y es cómo hacemos para marcar un límite en el uso de la tecnología en los chicos, siendo que en este tiempo hemos tenido que adaptarnos e involucrar las herramientas de la tecnología en todas las áreas de nuestra vida.
Los chicos incluso han tenido que asistir al colegio de forma remota. Han pasado largas horas frente a una pantalla, lo cual ha sido y es una lucha sin cuartel para los padres. En el tiempo de aislamiento todos hemos tenido que utilizar la tecnología, no solo para un momento de recreación, sino que se ha convertido en la herramienta de trabajo y de estudio fundamental. Incluso hasta hemos festejado cumpleaños y reuniones mediante ellos.
«El mundo sin duda cambió y nos debemos adaptar. La tecnología puede sernos muy útil para facilitarnos muchas tareas de nuestra vida cotidiana, pero, como todo en exceso, se puede volver perjudicial».
El uso indiscriminado de ella puede producir aislamiento social, síntomas de ansiedad y depresión, entre otros. Entonces la pregunta sería cómo ayudamos a nuestros hijos a aprender a administrar el tiempo de uso de la tecnología, cuando estamos, obligatoriamente, ante un doble mensaje, mientras fomentamos que los chicos pasen poco tiempo utilizando estos aparatos, pero, por otro lado, los hemos expuesto intencionalmente para que continúen con su vida escolar y relacional cotidiana.
A partir de esto quiero dejarte algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para ayudar a que los chicos puedan graduar el tiempo de uso de los aparatos y combinarlo con otras actividades que también aporten herramientas para su desarrollo.
Organizarse: un primer paso es poner límites al uso de tecnología, poder realizar juntos una grilla en donde se puedan establecer los horarios y tiempo límite para poder usarlos.
Llegar a acuerdos: poder consensuar y escucharse unos a otros para que la iniciativa sea exitosa.
Fomentar las actividades al aire libre: ayudándolos a que puedan relacionarse con otros, ya sean sus hermanos, amigos del barrio o algún compañero de escuela.
Otra buena herramienta es delegarles tareas del hogar. El hogar se construye entre todos, y así como es bueno tener una dieta equilibrada en alimentos, es muy importante tener una vida equilibrada en actividades, y eso comienza desde una temprana edad en el seno familiar. Sin duda, este cambio va a llevar tiempo, enojos y desacuerdos. Algo aprendido e instalado durante un tiempo es difícil erradicarlo de la noche a la mañana. Pero con paciencia, tiempo y convicción de nuestra parte, se podrá lograr.
La escritora y oradora cristiana publicó una serie de tweets el martes rogando a los cristianos no politizar el virus COVID-19 y considerar las vidas y necesidades de los demás antes que las propias.
Ahora también a través de Twitter, la oradora se dirigió a todos aquellos cristianos que politizan la vacuna en Estados Unidos. Moore publicó los comentarios mientras varios estados luchan contra máximos históricos en casos y hospitalizaciones, mientras el debate se intensifica sobre la vacuna y las máscaras.
«Si estamos en Cristo, es inconcebible que politicemos este virus de alguna manera», escribió Moore. «¿Qué demonios estamos haciendo? Nuestros lados no son más importantes que las vidas. Somos personas de Jesús llamadas a servir con sacrificio. Por el amor de Dios, tenemos que amar a nuestro prójimo. ¡Incluso a nuestros enemigos!».
If we are in Christ, it is unconscionable for us to in any way politicize this virus. What on earth are we doing??? Our sides are not more important than lives. We are Jesus people called to serve sacrificially. For the love of God, we gotta love our neighbors. Even our enemies!
El tweet recibió 2,000 retweets y más de 12.000 me gusta. Moore, sin embargo, no había finalizado y continuó expresándose. «A pesar de toda nuestra charla de Jesús, ¿en qué lugar de la tierra eternamente amorosa está nuestro caminar de Jesús? Si no eres cristiano, no te estoy hablando. Pero si lo eres, Jesús no estaba jugando cuando nos llamó a una ética completamente diferente a la del mundo», escribió. «No somos jactanciosos. Somos sirvientes. SERVIMOS».
For all our Jesus-talk, where on the ever loving earth is our Jesus-walk? If you are not a Christian, I’m not talking to you. But if you are, Jesus wasn’t playing when he called us to a whole different ethic from the world. We’re not loud mouth boasters. We’re servants. We SERVE.
«Si no te vas a vacunar, por el amor de Dios, PONTE UNA MÁSCARA EN LUGARES PÚBLICOS CON PERSONAS VULNERABLES. Adelante, deja de seguirme. No me importa. SIGUE A JESÚS», escribió Moore siendo totalmente directa.
Gran parte de evangélicos de los Estados Unidos están en contra de la vacunación y del uso de las mascarillas y a pesar de que con el transcurrir del tiempo muchos cambiaron su opinión, hay un sector grande de cristianos que sigue sin tomar conciencia y responsabilidad ante este virus que recorre el mundo.
Una persona que ha experimentado la salvación da muestras de al menos estos cuatro instintos espirituales, que no son aprendidos, sino que forman parte inmanente del ser.
La vida espiritual tiene instintos. Los instintos son aquellas acciones no aprendidas por instrucción externa, sino que nos conducen al crecimiento en la Luz. Si ellos no están, entonces, debería haber una acción de verdadera humillación a Dios y clamor, para regresar a la vida y clamar para que la fe no sea abortada.
1- Hambre de la palabra de Dios
Lucas 4:4 dice: “Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios”.
Anhelar oír la voz de Dios. Tener hambre de Él. Buscar Su palabra y Su dirección. Esto significa separar tiempo cada día para recibir de Dios Su Palabra. Es abrir espacio en nuestras decisiones y desafíos para recibir los criterios del Padre sobre cada asunto.
Es saber que, si no le oímos, no podemos vivir. Así como dependemos del comer y beber en el cuerpo, dependemos de Dios. No podemos dejar la vida espiritual relegada a pocos momentos y espacios, dándole poca prioridad y quitándole espacio para ocuparnos una y otra vez de cosas materiales y humanas.
“La vida espiritual no está separada de nuestra cotidianeidad, forma parte de todo lo que hacemos”.
Pastor Abel Ballistreri
2- Fe
Romanos 12:3 dice: “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.
Efesios 1:15-16 dice: “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones”.
Es la fe la que contiene la genética de Dios inseminada en nuestro espíritu para vida y transformación. Esa fe debe ser guardada y resguardada día a día, hasta que su fortaleza produzca victorias poderosas en nuestros días.
“La fe es un don de Dios y es un instinto espiritual”.
Pastor Abel Ballistreri
3- Amor a los santos. Congregabilidad
Colosenses 1:3-6 dice: “Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad”.
Hebreos 10:24-25 dice: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; (25) no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.
4- Ser testigos y testificar
Hechos 1:8 dice: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Hechos 20:24 dice: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”.
1 Corintios 2:1-2 dice: “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado”.
1 Juan 5:6-12 dice: “Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”.
Cualquier forma de salvación que no proponga una manera de vivir en la tierra, estará incompleta. El Evangelio nos anuncia vida eterna y, con ella, una propuesta a ser parte de la expresión de lo verdadero en nuestros días.
La expresión eterna de la salvación es la vida eterna que nos fue otorgada por la fe en Jesucristo En la próxima entrega veremos en qué fijarnos para distinguir la salvación del espíritu de la salvación del alma.