Un tema que preocupa y fundamentalmente ocupa a los padres en este tiempo, y luego de haber atravesado un largo aislamiento, es el tema del uso de la tecnología en casa.

Una de las preguntas más recurrentes en consultorio es cómo manejar y administrar en nuestro hogar el tiempo que nuestros niños están en contacto con la tecnología, porque desde que llegó a nuestras vidas es evidente que muchas cosas se modificaron, incluso podemos ver que cambió hasta la forma de relacionarnos con nuestros amigos, familia, parejas, compañeros de trabajo y demás.

«Debemos entender que, para nosotros, los adultos de hoy, la tecnología un día apareció, pero no fue así para los niños, nuestros hijos, sobrinos, alumnos y pacientes; para ellos la tecnología siempre estuvo».

Ellos nacieron con un celular bajo el brazo. Es asombroso ver cómo niños que aún no han aprendido a caminar son capaces de operar con gran agilidad artículos electrónicos que nadie les ha enseñado a usar. Manejar aparatos electrónicos es algo natural en ellos. Su idioma es el digital.

Entonces sabiendo esto, los adultos tenemos la tarea de encontrar la manera de aprender a relacionarnos con ellos, los nativos digitales, desde estas diferencias y buscar esos lugares de encuentro en los que podamos hablar el mismo idioma, lo cual significará poder acortar la famosa brecha generacional, que a veces nos separa de los menores.

¿Cómo podemos lograrlo?

El primer paso es interesarnos, involucrarnos. Intentar conocer qué es lo que les gusta y les interesa a ellos, qué les apasiona y ocupa su mente como para dedicarle tanta atención. Debemos saber qué es aquello a lo que les gusta jugar, con quién y de qué maneras se relacionan mediante estas plataformas, y también cuáles son los juegos y los aparatos que están en tendencia, porque esto genera temas de conversación.

Ahora bien, de aquí se desprende una cuestión sumamente importante y es cómo hacemos para marcar un límite en el uso de la tecnología en los chicos, siendo que en este tiempo hemos tenido que adaptarnos e involucrar las herramientas de la tecnología en todas las áreas de nuestra vida.

Los chicos incluso han tenido que asistir al colegio de forma remota. Han pasado largas horas frente a una pantalla, lo cual ha sido y es una lucha sin cuartel para los padres. En el tiempo de aislamiento todos hemos tenido que utilizar la tecnología, no solo para un momento de recreación, sino que se ha convertido en la herramienta de trabajo y de estudio fundamental. Incluso hasta hemos festejado cumpleaños y reuniones mediante ellos.

«El mundo sin duda cambió y nos debemos adaptar. La tecnología puede sernos muy útil para facilitarnos muchas tareas de nuestra vida cotidiana, pero, como todo en exceso, se puede volver perjudicial».

El uso indiscriminado de ella puede producir aislamiento social, síntomas de ansiedad y depresión, entre otros. Entonces la pregunta sería cómo ayudamos a nuestros hijos a aprender a administrar el tiempo de uso de la tecnología, cuando estamos, obligatoriamente, ante un doble mensaje, mientras fomentamos que los chicos pasen poco tiempo utilizando estos aparatos, pero, por otro lado, los hemos expuesto intencionalmente para que continúen con su vida escolar y relacional cotidiana.

A partir de esto quiero dejarte algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para ayudar a que los chicos puedan graduar el tiempo de uso de los aparatos y combinarlo con otras actividades que también aporten herramientas para su desarrollo.

  • Organizarse: un primer paso es poner límites al uso de tecnología, poder realizar juntos una grilla en donde se puedan establecer los horarios y tiempo límite para poder usarlos.
  • Llegar a acuerdos: poder consensuar y escucharse unos a otros para que la iniciativa sea exitosa.
  • Fomentar las actividades al aire libre: ayudándolos a que puedan relacionarse con otros, ya sean sus hermanos, amigos del barrio o algún compañero de escuela.

Otra buena herramienta es delegarles tareas del hogar. El hogar se construye entre todos, y así como es bueno tener una dieta equilibrada en alimentos, es muy importante tener una vida equilibrada en actividades, y eso comienza desde una temprana edad en el seno familiar. Sin duda, este cambio va a llevar tiempo, enojos y desacuerdos. Algo aprendido e instalado durante un tiempo es difícil erradicarlo de la noche a la mañana. Pero con paciencia, tiempo y convicción de nuestra parte, se podrá lograr.