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Iglesias de Rosario marcharon por la paz

La movilización fue convocada por el Consejo de Pastores. Hermanos de distintas congregaciones caminaron el lunes desde el Parque España hacia el Monumento Nacional a la Bandera, para pedir por la tranquilidad de la ciudad.

El evento pacífico “Rosario Ora por La Paz” contó con la presencia del intendente Pablo Javkin, quien estuvo acompañado de concejales, diputados y senadores. El orador de la apertura fue Norberto Carlini, pastor y evangelista de la congregación Santuario de Fe, quien compartió una palabra de Dios inspiradora y desafiante y exhortó a los que participaban en la marcha a buscar al Señor Jesucristo. 

Los presentes oraron por las autoridades locales, provinciales y nacionales, por la familia, por la educación, por la niñez, adolescencia y juventud. También se oró por una iglesia influyente, por la economía, la apertura de fuentes de trabajo y, por supuesto, por el cese de toda violencia.

En el Monumento a La Bandera, lugar emblemático e histórico de la ciudad, los hermanos compartieron un tiempo de intercesión, también compartieron un tiempo de adoración con música en vivo. “La comunión de los santos trae bendición y estamos seguros de que traerá bendición para nuestra ciudad y para nuestra nación”, compartió la pastora Mabel de Silvestri para el canal Luz.

“Con este encuentro queremos glorificar al Señor porque sabemos que en fe avanzamos y nos afirmamos en esperanza para alcanzar la victoria de nuestra ciudad”, añadió la pastora de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina.

El cristiano, ¿un ciudadano de segunda?

El cristiano un ciudadano de segunda
Cristianos son discriminado

Este título proviene de una nota de opinión publicada por Infobae en la que se hace una crítica a la adaptación de una obra de teatro pero que abre el debate a la percepción de ciertos sectores a nuestra fe.

El pasado domingo, el abogado y profesor de Derecho en UCASAL José Durand Mendioroz desarrolló una crítica sobre Theodora, un oratorio creado por el compositor alemán Georg Friedrich Händel y recreado en el Teatro Colón. El letrado comienza su columna expresando “esta adaptación resultó una ocasión superlativa para insultar de manera escandalosa los símbolos más sagrados del cristianismo, por extensión fue un insulto a los cristianos”.

Con esta declaración se abre el espacio a reflexionar bajo qué valores se está “deconstruyendo» esta sociedad y, a decir verdad, esta era postmoderna levanta el estandarte de la libertad de expresión y tolerancia hacia las distintas ideologías que van surgiendo como olas, pero no demuestra tener ese mismo respeto que exige.

Mercedez Morán protagoniza «Theodora», obra que está siendo objeto de análisis y crítica por muchos intelectuales.

Durand, de manera acertada, escribió “si se hubiera agraviado a cualquier expresión religiosa minoritaria en la Argentina, sin duda los autores serían tachados de intolerantes, pero como se agravió a la religión estadísticamente mayoritaria, los intolerantes son los ofendidos”.

Este tipo de descalificación lo podemos observar desde los asuntos macro de interés social y público hasta las pequeñas conversaciones cotidianas, en el lugar de trabajo, estudio, con amigos o la propia familia. Durand plantea, “¿acaso una persona debe pasar por un control de descristianización para ser aceptable como interlocutor?”. Y el profesor de Derecho pone el claro ejemplo de lo que sucedió en las sesiones informativas en el debate sobre el aborto realizadas en el Congreso de la Nación, en las que “esta forma de descalificación se convirtió en un caballito de batalla”.

Este tipo de situaciones se suelen ver cada vez más seguido y de manera recurrente en debates mediáticos y en las mesas familiares, con expresiones recurrentes, como “mejor no opines, vos sos cristiano”, menospreciando la opinión por el mero hecho de profesar una creencia con determinados valores morales y éticos en las que se construyeron las sociedades modernas y que trajeron culturas más equitativas, justas y democráticas. Muy por el contrario de aquellos países que optaron por una ideología de izquierda en donde se persigue a todo aquel que se opongan a la ideología oficial que impone cierto régimen, sin importar las minorías o mayorías.  

Sin embargo, la hipocresía de la sociedad occidental se ve descubierta una vez más cuando, en nombre de la libertad y del progresismo, se quieren imponer prohibiciones, desprestigiar y ridiculizar los ideales cristianos. Y Durand lo expone muy bien en su artículo, “desde la Modernidad surgieron en la historia ideologías que buscaron contestar preguntas cuyas respuestas estaban a cargo de las creencias religiosas. Por eso se las llamó ideologías totalitarias, o ideologías de la muerte de Dios, al decir de Eric Voegelin”.

José reflexiona y expresa “de allí, me parece, que debemos ampliar el concepto de creencias religiosas incluyendo a estas ideologías que si bien, en apariencia, niegan las religiones, en la realidad pretenden sustituirlas proporcionando las respuestas alternativas a los interrogantes fundamentales del ser humano. En definitiva, nadie deja de manejarse en base a determinadas creencias básicas sobre el sentido último de las cosas. Aunque se trate de ‘religiones a la carta’, de sincretismos religiosos, y en la mayoría de los casos se mantengan en la esfera de la intimidad. El mismo que hoy descalifica a un cristiano para opinar en asuntos políticos, posiblemente profese la creencia de que el espíritu es una forma sutil de la materia, si es marxista; o que peregrine al cerro Uritorco allá por Traslasierra en busca de energía cósmica o se abrace al árbol más cercano a su domicilio. O pensará que el cuerpo es la cárcel del alma, si es que adhiere a cualquier religiosidad de tipo gnóstico”.

Pero algo que no podemos dejar pasar por alto es que en nuestro país, según cifras del INDEC, somos una sociedad en la que más del 80% se identifica con la fe cristiana, sea católica, evangélica o protestante. Aún así, pareciera haber una marcada agenda, muchas veces mediática, cultural y hasta política en callar la voz de esa mayoría, en nombre de la lógica y la razón, subestimando la inteligencia y la capacidad de criterio que pueda llegar a tener una persona que profesa el cristianismo como fe.

Durand aconseja “por tales motivos, las ofensas a la religión no deben tolerarse, ni la descalificación de los creyentes, aunque al principio pudiere parecer algo inofensivo”, y concluye: “Y aunque en ocasiones se debata sobre ciertos aspectos puntuales dejando de lado los argumentos religiosos; se trata de una decisión prudencial; pero no debe ser a costa de ocultar nuestra identidad cristiana”.

Así como nadie se atrevería a poner en duda los aportes significativos que trajeron científicos, filósofos y escritores cristianos como Luis Pasteur, Blas Pascal, René Descartes, Nicolás Copérnico, C.S Lewis, Raoul Bott, Richard Smalley, Arthur Peacocke, C. F. von Weizsäcker, Stanley Jaki, Allan Sandage, Ian Barbour, Charles Hard Townes, Richard Bube, J.R.R Tolkien, Chesterton, entre cientos que quedan fuera de esta pequeña lista. De la misma manera, sea que nos toque ser alguien que deje una huella en la historia o no, tenemos el mismo derecho de vivir nuestra sacralidad de manera real, digna y poder expresar toda nuestra facultad de raciocinio, lógica, ética y moral sin esconder la evidencia de una vida que manifiesta nuestra creencia y valores.

Iglesia en Cuba: “El evangelio nos devolvió la dignidad”

pastor-cuba
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“La verdad nos hace libres”, expresión tan conocida y que decora varios hogares cristianos e incluso encontramos impresa en llaveros o remeras. Esta misma expresión se hizo vida en la iglesia en Cuba, donde en el último tiempo han experimentado un crecimiento sin igual, incluso por encima de las limitaciones de su país. La iglesia del Señor no se detiene y sobre este incremento de Dios podemos conocer más, a partir de la entrevista que tuvimos con el pastor Yoel Álvarez, de ciudad de Las Tunas, conocida como el balcón del oriente cubano.

LC: ¿Cómo ha sido la experiencia de la vida de Cristo en la iglesia en Cuba?

Yoel Álvarez: La iglesia en Cuba está y ha estado, por lo menos los últimos 20 años, en una reforma muy profunda que comenzó cuando lo que conocemos como lo apostólico llegó a nuestro país, alrededor del año 2000. Los primeros 10 o 15 años, me atrevería a decir, la iglesia en Cuba tenía un entendimiento de la realidad de la que quería escapar, porque estábamos convencidos que no tenía nada que ver con los diseños eternos del Señor. Pero al no tener revelado el hacia dónde ir, todo lo que hacíamos y lo que se comenzó a gestar en esos primeros años parecía más una manifestación de rebeldía contra la manera y contra la institucionalidad que había tenido la iglesia hasta ese momento, porque no nos presentábamos a la generación con un destino revelado y por eso perdíamos autoridad frente al cuerpo de Cristo en Cuba.

En los últimos 7 u 8 años, hemos ido cobrando entendimiento por revelación de la naturaleza, del carácter y del propósito de la Iglesia, con Cristo como fundamento, ya no somos una generación que está escapando de algo, sino una generación cuya reforma se va tratando de hacia dónde ir, hay un destino revelado que no es un lugar en el futuro, sino que es Cristo, en esa dirección estamos yendo y hacia allá estamos construyendo todo.

LC: ​Las escrituras dicen que la verdad nos hace libres y ha sido notoria esa libertad entre ustedes, pese a las adversidades del sistema ¿Cómo fue ese proceso? ¿De qué manera han experimentado esa libertad?

Y.Á: Cuando se vive en un sistema como Cuba, sistema totalitario que priva al hombre de absolutamente todos sus derechos y de toda la constitucionalidad, ese privarte de todos tus derechos y libertades tiene por propósito producir en el hombre una mentalidad de delincuente y de delincuencia, es decir, cuando en Cuba te levantas a la mañana y no tienes una manera legal de conseguir alimento, y tienes que meterte dentro del sistema negro para conseguirlo, eso genera en la psiquis del cubano una mentalidad de delincuencia, la creencia de que se es un delincuente.

Esto no es algo que podamos menospreciar porque la intención del gobierno es ésa, privarte de las libertades y de la dignidad. Entonces la manera como hemos experimentado y expresado la libertad que el evangelio glorioso de Jesucristo produce es porque cuando el evangelio se revela lo primero que te devuelve es la dignidad. Ningún hombre puede servir al Señor desde una mente esclava porque siempre se verá como indigno.

El evangelio te hizo coheredero juntamente con Cristo de grandes y gloriosas promesas, trajo un nuevo sistema operativo y lo estableció en tu vida a través de la naturaleza de Cristo, por lo tanto no puede coexistir con pensamientos de esclavitud.

La manera en que hemos podido experimentar esa libertad es porque el evangelio nos ha devuelto la dignidad, no la que los hombres puedan otorgar, no la que un sistema pueda respetar sino la dignidad que el nuevo nacimiento nos dio como criaturas de Dios y ese ha sido el efecto más contundente en términos de libertad.

«Hoy seguimos teniendo la misma escasez, el mismo desabastecimiento, las mismas presiones, pero ya la mente de la iglesia se va configurando en función de esa libertad gloriosa»

Pr. Yoel Álvarez

Es como que te sales del sistema y pierde la jurisdicción sobre tu vida. Hemos entendido que ese es el traslado de Reino del que las escrituras hablan: salir de un reino con una sustancia de mentira y poder venir a un Reino con una sustancia de verdad y de libertad en Cristo Jesús.

LC: ​¿En qué momento o por cuál palabra hubo un «click» en la manera de ser iglesia?

Y.Á: Diría que fue en el año 2010, cuando por primera vez escuchamos un mensaje del Ap. Juan Ballistreri, cuyo título era “Descubriendo las verdaderas intenciones de Dios con la iglesia”. A partir de esta palabra comenzamos a entender lo que significaba la iglesia en términos eternos, por primera vez teníamos a un apóstol que nos hablaba de que la realidad gloriosa de Cristo es una realidad que se tiene que construir por el ministerio de la Palabra. Eso vino a redimensionar nuestra vida y el entendimiento de lo que era la iglesia y de la responsabilidad que teníamos como ministros del evangelio, de la función del ministerio de la Palabra.

Ya no se trata de ver a la Palabra sólo como la que viene a exhortar, a consolar, a traer recursos, sino de ver el ministerio de la Palabra como la construcción de estructuras de pensamiento que puedan sostener la fe de los santos. Hasta ese momento habíamos tenido en Cuba un evangelio muy emocional, basado en manifestaciones, señales, prodigios, milagros pero un evangelio sin fundamento escritural, sin revelación de lo que había sido Cristo, sin el entendimiento de la cruz como escenario de manifestación del propósito eterno.

Esa palabra puntual fue la que detonó y despertó en nosotros el hambre y anhelo por escuchar más a las voces apostólicas. Decían que había una iglesia que tenía toda la manifestación pero que necesitaba recuperar el elemento pedagógico a la hora de construir a Cristo en la mente de una generación.

LC: ​A nivel general, ¿cuál es el concepto o costumbre cultural que ha sido más difícil de erradicar de la mente? Por causa del evangelio, claro.

YA: Las tinieblas son imitadores de aquello que van identificando en el Señor. Carlos Marx, fundador de las bases del socialismo y del comunismo, hablaba de la necesidad de formar a un hombre nuevo y no como individuo, sino como un parámetro para la humanidad; hoy, los sistemas buscan uniformar la humanidad dentro de un parámetro preconcebido, Pablo lo identificó como el mayor nivel de guerra espiritual y no se refería a Cuba contra todas las deidades, sino que el mayor nivel de guerra espiritual es contra los principados y potestades, la palabra allí es arquetipos, es decir los arquitectos de una construcción mental.

El sistema que tenemos hoy en Cuba es altamente humanista y el peligro es que saca a Dios de la ecuación y coloca al hombre en el trono, intenta formar a un hombre altamente egoísta y autosuficiente para que el hombre crea que en sí mismo tiene todo el poder y toda la capacidad.

Tenemos a una generación que ha vivido por más de 60 años bajo este sistema muy humanista que entre sus valores más elevados tiene lo equitativo, continuamente habla de que todos los hombres tienen que ser iguales, pero no en cuanto a capacidad u oportunidades para prosperar sino que el gobierno termina poniendo un techo bajito, limitando la capacidad del hombre y haciéndole creer que su trabajo y esfuerzo tiene que servir y tributar para que todos tengan el mismo nivel de disfrute. Eso priva al ciudadano de la capacidad de prosperar, de ensancharse, de engrandecerse dentro de una generación, ¿por qué? porque la manifestación de ensanchamiento termina despertando anhelos en el resto de los hombres.

«Yo creo que la construcción más difícil de derrotar y el desafío que tenemos como iglesia es poder vencer esos altísimos niveles de humanismo en esta generación»

Pastor Yoel Álvarez

Esto no fue un accidente filosófico ni humanístico, la generación que tenemos hoy es el resultado de gente que pensó, que diagramó en mesas de trabajo y montó un sistema pedagógico que lo estamos padeciendo todavía, creo que el desafío más grande que tenemos es ese.

LC: ¿Por qué fue tan importante el entendimiento de la identidad de Cristo en ustedes?

Y.Á: Esto está conectado con lo anterior, cuando hablaba de cómo los sistemas buscan uniformar al hombre. Es imposible que se produzca la identidad en Cristo sin una vida espiritual y de revelación, si no hay una vida de inquirir y de profundizar, como decía el apóstol Pablo, porque Cristo no es un concepto, no es ni siquiera una doctrina, Cristo es una persona, con un carácter, con atributos que se imparten en la medida que por la intimidad y por el escudriñar las escrituras vamos adquiriendo.

La identidad en Cristo es fundamental porque es la que habilita al hombre nacido de nuevo, con la tecnología que le permite funcionar en términos de propósito. Creemos que ahí estaba el anhelo o el énfasis ministerial del apóstol Pablo cuando decía “yo trabajo a fin de presentar en Cristo Jesús a todo hombre”, si a esa expresión la pudiéramos sustituir por alguna frase pudiera ser “trabajo para que la identidad de Cristo se forme en cada hombre”.

LC: ​Hay una realidad espiritual a la que muchos aspiramos y es la que nos hace reunir porque el Espíritu nos mueve, como se relata en las escrituras, no por anuncios ni por whatsapp recordándonos que hay reunión. Supe que entre ustedes eso sucede. Que de un momento al otro se encuentran en las casas, sin previo aviso, y ese encuentro fue provocado porque el Espíritu tenía algo que comunicarles, ¿Qué nos podrías contar al respecto?

Y.Á: Creo que en la medida en que el Señor va espiritualizando a la iglesia, como hablan las Escrituras, a través del lavamiento que es por el Espíritu y la Palabra, el resultado es una iglesia cada vez más espiritual, suministrada por la verdad de Cristo y el resultado va siendo una generación mucho más espiritual y sensible, con los sentidos espirituales ejercitados por el uso.

Esa capacidad de discernir los momentos y las temporadas, de poder entender los movimientos del Espíritu y, de manera puntual, cuál está siendo la manifestación del Señor en nuestros días, en el contexto de cada nación, es una capacidad que la va teniendo la iglesia espiritual.

«una iglesia es espiritual por la medida de obediencia que va teniendo al Señor».

La iglesia no es espiritual por las lenguas que habla ni por la cantidad de versículos que podamos recitar de memoria, ni por las canciones que canta, es la medida de obediencia la que va definiendo la espiritualidad de una generación y eso tiene que ver también con el estar congregados en Cristo, y ésta es la realidad que, testifico, nos sostuvo como iglesia del Señor todo el tiempo que nos fue prohibido por las autoridades gubernamentales y sanitarias el congregarnos.

Hoy te puedo decir con todo gozo y con mucha alegría que este tiempo no causó mellas en los santos acá, porque ese proceso del Señor espiritualizando la iglesia nos tomó con una autoridad y con un entendimiento de algunas verdades eternas fundamentales, a otras estamos en el proceso todavía de asimilarlas, pero la realidad es que consideramos que tenemos en Cuba, por lo menos en lo que vamos construyendo como casa Manantial de Vida, una generación mucho más espiritual, sí lo creo.

LC: ​Las iglesias en Latinoamérica estamos llenas de actividades en la agenda pero ¿cómo mudamos nuestra mente del «hacer cosas para Dios» a que «Dios produzca en la iglesia su Hacer»?

Y.Á: Esta transición creo que depende del proceso de revelación y entendimiento. Entre las cosas más radicales que cambiaron a partir de la cruz de Cristo, es que el escenario de manifestación de Dios cambió. Cuando miras el Antiguo Testamento, tenemos a un Dios que se manifestó en lugares y elementos: Dios se manifestaba en una habitación llamada lugar santísimo, tomó la forma de una vara en la mano de un libertador, tomó la forma de un arca construida por un hombre de fe y en ese pacto fue la habitación en la cual Dios introdujo todo aquello que quería salvar.

Hoy el Señor no necesita lugares físicos ni grandes catedrales para manifestarse porque la manifestación vigente de Dios en este nuevo pacto es la iglesia, alguien dijo que “la iglesia es el guante que Dios se pone hoy, para manifestar toda su voluntad en la tierra”. Es el elemento de expresión de toda la gloria, de toda la gracia, de toda la justicia y misericordia del Padre porque la iglesia tiene por propósito de manifestar y expresar a Cristo, al hijo.

Creo que eso nos libera del yugo de tener actividades, de tener que “hacer cosas para el Señor” y le devuelve a Dios el protagonismo en el sentido de que ahora el “lugar santísimo” ya no es un lugar físico sino que es el hombre mismo, ese hombre nacido de nuevo que porta la naturaleza divina y tiene la vida del Espíritu instalada adentro, entonces ya no me gobiernan las actividades que se me orientan sino que ahora me gobierna una naturaleza que desde mi interior me da testimonio de qué es lo que agrada al Señor.

Entonces las cosas que hacemos no nacen desde un programa frío, todo lo que la iglesia hace en este pacto nace del testimonio de una vida que se encarnó en nosotros.

Evaluna y Camilo anuncian que están embarazados

Las redes sociales explotaron ayer cuando la joven pareja reveló por medio del lanzamiento su nuevo sencillo, Índigo, que van a ser papás.

Ya tienen un año casados y ayer anunciaron a sus seguidores la noticia de la pronta llegada de un nuevo integrante de la familia. “Dios nos escogió para ser los papás de Índigo ¡y nos sentimos muy afortunados de verlo llegar y florecer!”, escribieron los dos en las publicaciones de sus cuentas de Instagram.

“Porque llegó a mi vida el amor de mi vida, yo se lo pedí al De Arriba pero contigo se le fue la mano”, dice el coro de esta nueva canción de los artistas Evaluna Montaner y Camilo Echeverry. Ellos son un matrimonio que continuamente expresa de manera abierta su fe en Cristo, y a través de su unión dan testimonio del modelo de vida que Dios quiere para sus hijos.

Los demás integrantes de la familia Montaner no tardaron en publicar en sus cuentas personales sus reacciones de emoción por la novedad. “Nos explota el corazón de felicidad”, escribió el futuro abuelo Ricardo Montaner en su última publicación. Esta noticia generó una explosión en las redes sociales, ya que la pareja no había hecho evidente algún indicio que adelantara el feliz acontecimiento, por eso la revelación tomó por sorpresa a su público.

“Gloria a Dios”, comentó Camilo en su propio video. Los jóvenes cantantes no dejan pasar esta oportunidad para hablar de Dios, dándole el primer lugar a Él. Los fans de ellos dos pueden ver constantemente cómo estos artistas llevan una vida con un corazón entregado a Dios, y en un mundo en donde ser matrimonio ya no es tan común, ellos son luz y muestran el modelo original que Cristo quiere para los que lo siguen.

México, evangelizar a pesar de la persecución

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Un testimonio de vida del pastor Rafael, de Oaxaca, México. Él es un hombre que en muchas oportunidades fue perseguido por predicar el Evangelio, encarcelado, pero hoy, pese a las dificultades, se encuentra en un refugio en el que con cautela todos los días predica de Cristo.

La corresponsal Chely visitó la ciudad y realizó una entrevista con el ministro, quien le contó que en 1960 fue a México y un año después comenzó a predicar. Actualmente, se encuentra en esa ciudad, pero él afirma que Dios lo llamó a trabajar en la costa, en la sierra sur y en los valles de este lugar.

Puertas Abiertas: ¿Cómo conoció usted ese llamado?

Rafael: Ocho días después que acepté a nuestro Señor Jesucristo, asistí a una pequeña misión en la colonia Postal, en México, donde predicó un anciano, quien al final de su prédica dijo estas palabras: “ustedes, jóvenes que están hasta allá atrás, vamos, levántense y lleven la palabra a sus comunidades”, el anciano seguía hablando, mientras tanto yo recibía una visión de parte de Dios, era como una pantalla, como una película, y vi toda esta región (la costa de Oaxaca). Entonces, me dije “tiene razón, en mi pueblo, en toda esta región de la costa y la sierra, no se oye de un Cristo vivo, un Cristo que salva, que sana, que restaura”, y sentí en mi corazón regresar con esa finalidad de hablar de Jesucristo.

En esa noche allí sentí algo especial, entonces, eso creo que es el llamado de Dios, un llamado a las comunidades rurales; no fui llamado a la ciudad, fui llamado a las comunidades rurales.

Para ese tiempo Pluma Hidalgo era un centro comercial y aquí se concentraba mucha gente, sobre todo en los meses de octubre y noviembre, por la cosecha de café, venían de muchos pueblos: de la sierra, del valle, de aquí mismo de la costa.

Esa noche, después del culto, les dije a mis familiares que iba a regresar a Pluma, a ellos les sorprendió porque realmente no tenía a qué regresar al pueblo; mi mamá había muerto y mi papá ya vivía con otra mujer. Pero esa noche Dios cambió mi forma de pensar y decidí regresar con un solo fin, predicar las buenas nuevas de nuestro Señor Jesucristo.

Mis familiares temían que a tan poco tiempo de haber aceptado a Jesucristo corría el riesgo de alejarme y volver al mundo, con los amigos, a las cantinas. Les dije que no, que yo siento que debo de ir ya. Al siguiente día, con mi tío Daniel, nos levantamos tempranito a orar y luego fuimos casa por casa; no sabía ni como dar mi testimonio, pero les fui diciendo lo que Dios hizo en mi vida. Tres días ayunamos y recorrimos llevando mi testimonio casa por casa. 

PA: Pastor, usted fue encarcelado por predicar a Jesucristo, ¿nos podría decir cómo vivió ese tiempo en la cárcel? ¿pudo hablar de Cristo en la cárcel? ¿Podría contarnos un testimonio de ese tiempo?

R: En 1963 fui encarcelado en un lugar llamado Lachidoblas, en Oaxaca. Nuestra estrategia al entrar en un lugar era siempre encontrar “un hijo de paz” San Lucas 10:6. En ese pueblo ya lo habíamos encontrado, teníamos dónde llegar, pero buscábamos hablarles de Cristo a las demás personas e invitarlas a esa casa y fue ahí donde una discusión sobre la idolatría se les escapó de las manos a unos hermanos, los metieron a la cárcel y nos buscaron a nosotros; cuando nos encontraron ya nos iban a pegar, pero intervino una hermana, Honoria se llamaba, en lugar de golpearnos a nosotros, la golpearon a ella.

También ella fue con nosotros a la agencia municipal, y estando ahí, yo di mi testimonio y pedí disculpas, pedí que perdonaran a los hermanos que habían hablado en contra de sus ídolos; les dije que nosotros no estábamos en contra de su religión, que solo predicábamos a Cristo, del amor de Cristo, de la paz que viene de Dios; pedí perdón y así fue como se aplacaron, porque tenían ganas de lincharnos.

«Nos prohibieron estrictamente que permaneciéramos ahí. Como a los dos meses después que sucedió esto volvimos otra vez, pero esta vez nos dispararon, fueron muchos balazos».

Íbamos caminando de ese pueblo hacia otro y las balas destrozaban las ramas de los árboles de ocote que había ahí. Creo que su intención no era matarnos, pero sí asustarnos; nos pasaron las balas muy cerquita. Nos persiguieron un buen tramo con el fin de que no volviéramos a Lachidoblas. Ese fue uno de nuestros lugares estratégicos, nuestra base para de ahí distribuirnos a evangelizar a otros pueblos.

Otro lugar donde estuve detenido fue en San Agustín Loxicha, pese a lo sucedido le predicamos a una persona que estaba ahí detenida, le hablamos de Cristo. Duramos como 5 horas en la cárcel.

PA: ¿Cómo fue que los encarcelaron?

R: Llegamos como a las 2.00 de la tarde a San Agustín, enseguida empezaron a repicar las campanas y se empiezan a escuchar los anuncios en altavoz, uno de los que nos acompañaba entendía bien el zapoteco y fue quien nos avisó que el sacerdote católico junto con las autoridades estaban llamando a la población a reunirse porque había llegado gente que traía propagandas protestantes y que pretendían dividir al pueblo, y pues esos éramos nosotros.

Nos dividimos en dos partes, dos hermanos se fueron a evangelizar en la parte de abajo del pueblo y otros dos nos fuimos por la parte de arriba; mientras uno se quedó a cuidar la camioneta. La encomienda era predicarle a la gente y encontrar a los que les interesara conocer al señor, pero si encontraran gente que no quiera oírlos, que no les insistieran, sino que fueran con otros. Si a alguien le interesara, pídanle su nombre para en una próxima visita llegar directamente con ellos.

Así empezamos a evangelizar casa por casa. Llevábamos como dos horas y encontramos a un hombre que se empezó a interesar, saqué una Biblia y cuando le estábamos explicando cómo está integrada vienen por nosotros los policías. Nos quisieron golpear, pero les dijimos que no estábamos haciendo nada malo; que podíamos ir a donde nos llevaran, pero no había necesidad de que nos golpearan.

Nos llevaron, pasamos por el centro del pueblo, había como doscientas personas y seguía hablando el cura por micrófono. En la plaza había un hombre que estaba borracho y nos dijo “¡no se rajen, muchachos!” y esa palabra nos fortaleció, ahí nadie más que Dios estaba con nosotros; todo el pueblo estaba en nuestra contra, pero Dios usó a uno para fortalecernos.

El síndico nos dijo “¿no están escuchando que aquí está prohibido traer propagandas religiosas?, aquí no aceptamos absolutamente nada de otra religión; aquí somos católicos”. Entonces le dije “nuestra visita es de paz, traemos un mensaje de paz, de amor, de unidad. No estamos hablando mal de ninguna religión”.

Empecé a hablarles de Dios, y en ese momento aquél que nos dijo “no se rajen” (era un maestro jubilado) les dijo a los que estaban ahí “qué lastima que aquí en mi pueblo quieran hacer lo mismo que les hicieron a otros jóvenes en otro lugar, que quisieron quemarlos por hablar de Jesucristo”, después habló otro y luego otro, así empezaron a discutir entre ellos.

La policía nos llevó a la cárcel para rescatarnos, porque ya nos iban a linchar.

Cuando nos liberaron, unos vecinos nos recibieron en su casa, aun cuando temían la reacción de los demás, nos colaboraron y escucharon de la Palabra. Estos vecinos terminaron recibiendo a Cristo en su corazón y nos dieron apoyo ante las autoridades para evitar que nos echaran del pueblo. Así fue como se comenzó la obra en San Agustín Loxicha. Ya hoy hay varias congregaciones ahí y hay un espacio dentro del palacio municipal exclusivo para oración.

Otro dato importante. Don Melitón, quien nos apoyó frente a las autoridades y nos brindó su casa, tenía un horno de pan, y uno de los muchachos que iba conmigo era panadero de oficio. Platiqué con él y lo animé a quedarse para que enseñara a hacer pan a la gente, desde luego que el propósito era seguir evangelizando. Pablo se quedó casi un mes y ganó muchas almas en ese lugar. Hoy pablo es copastor de una de las iglesias grandes en México.

PA: ¿Cómo fue que usted creyó en Jesucristo? ¿qué fue lo que Él hizo en su vida?

R: Vivía en una de las vecindades más pobres de la ciudad de México, por Tepito, donde abundaban los borrachos. Yo me sentía triste, me sentía solo, no tenía familia, no tenía hermanos, hasta que los encontré a Daniel y Joel, mis familiares, que me empezaron a hablar de Cristo. Me sentí contento, pero en ese tiempo yo estaba cerrado, no quería nada con Dios, aunque yo era religioso; me acuerdo que en la Basílica de Guadalupe me iba de rodillas pidiéndole que me ayudara, había un vacío en mi corazón.

Mi tío Daniel me testificó de un milagro que Dios hizo en su vida y me habló de un Cristo de poder. Así estuve yendo con ellos por tres domingos, pero el tema era lo mismo, Jesucristo, por lo que opté por ya no frecuentarlos y me empecé a esconder de ellos, pero ellos me buscaban.

Un día estaba caminando sin rumbo; me sentía triste, tenía un vacío en mi corazón, iba por un callejón sin salida. De repente veo a mis dos familiares Daniel y Joel y quise esconderme de ellos; pero ellos ya me habían visto.

Me invitaron unos tacos, me volvieron a hablar de Jesucristo y me invitaron a un servicio. Como siempre, me negaba a ir con ellos; pero Dios pudo más que mi orgullo, y esa tarde, por primera vez, fui a una reunión cristiana. El predicador habló sobre la parábola del hijo pródigo y fue a través de ese mensaje que yo tuve un encuentro con Cristo.

Todo lo que decía me pegaba a mí, incluso llegué a pensar que mis primos ya le habían hablado de mí al predicador. Cuando él dijo “hoy ese Padre está aquí, no lo vemos, pero está aquí presente, acérquense a reconciliarse con Él, Él les va a dar paz y gozo, alegría”; yo no pasé, pasaron otros, pero allá en mi banca me senté y dije estas palabras: “Dios, si tú existes, cambia mi vida, tú sabes cómo vengo”.

«Sentí ganas de llorar; no lo hice porque había mucha gente y me aguanté, pero sentía algo aquí adentro, porque lo que le hablé a Dios desde mi corazón».

Terminaron la reunión y cuando salí del templo sentí que algo se me había desprendido, me sentí libre, sentí una paz en mi corazón. Esa fue la noche más feliz de mi vida; al otro día cuando amaneció y todo era hermoso, todo era bonito para mí, quería saludar a toda la gente, quería contarles a todos que era el hombre más feliz porque la salvación había llegado a mi corazón; más tarde, en lugar de irme a trabajar, fui a buscar a mis familiares, quería estar con ellos y seguir hablando de Jesucristo.

PA:  Predicó en más de 100 pueblos y sufrió persecución, ¿cómo persistió en la Palabra ante esas circunstancias?

R: Después de recibir a Cristo, apasionarme de la Palabra memorizándome capítulos de la Biblia, epístolas completas y salmos. Con oración y ayuno, en la montaña o en el campo donde fui bautizado en el Espíritu Santo. Leí libros de misioneros del siglo XVIII que oraron en la montaña.

PA: ¿Qué bendiciones Dios les mostró en ese tiempo pese a las circunstancias que fueron difíciles?

En varias ocasiones Dios me envió provisiones económicas a través de ángeles. En otra ocasión me envió ayuda económica por telégrafo, nunca supe quién me dio ayuda económica para el ministerio.

PA: ¿Cuál es su experiencia en expandir la palabra de Cristo en medio de la pandemia?

Las autoridades nos mandaron un oficio para cerrar la iglesia, pero nosotros podemos reunirnos de casa en casa. Hoy ya no soy perseguido por las personas, pero sí tenemos otras luchas espirituales, problemas en las iglesias donde le han dividido dos veces su movimiento por eso ya no son muchos. Para este tiempo tengo esta Palabra: Efesios 5:15-16 “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.

Seguir predicando de Jesucristo, tomar sus promesas y depender de Dios en todo tiempo.

Encuentro de gloria

maxi-gianfelici
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“Mi corazón es engañoso,
ahí, no todo es luz,
no todo siempre está en orden.

Mis ojos ni siquiera son
dignos de verte,
mis labios no deberían
ni pronunciar tu nombre.

Pero al mirarte a vos
tus ojos son tiernos conmigo
tu luz en mí es como un prisma
que me traspasa y te refleja”.

Poema por Yamila A.

Nos paramos en Isaías 6 y hablamos de la santidad, no viéndola como una obligación, sino como un deleite, como parte de la naturaleza que absorbemos de la Presencia de Dios. El libro de Isaías es complejo pero es completo y leyendo la palabra nos damos cuenta de que es el diario de mañana que traza el camino nuevo.

El profeta no trae palabra de condenación sino que traza el rumbo, marca el camino y el horizonte. Cuando la iglesia es madura en leer la Palabra, la voz profética no trae confusión, sino que hace que podamos avanzar más rápido.

Isaías 6:1-13 (NTV) lo que parece una declaración de destrucción termina siendo una señal de esperanza. Ese año donde murió el rey Uzías, quien fue un restaurador y renovador, había sido muy triste para Isaías porque él formaba parte de su familia de sangre. Entonces no solo había perdido un rey, sino que también un ser amado que había trazado un cambio, pero en vez de estar embargado por el dolor tuvo esa visión donde se encontró con el trono de Dios.

Cuando adoramos al Señor nuestro cuerpo está en el lugar pero nuestro espíritu se encuentra conectado con la eternidad y la gloria nos invade por completo. Isaías en el tiempo de dolor y pérdida se encontró con el cielo, delante del trono de Dios, viendo a ángeles serafines (que son autoridades espirituales pero que están destinados a servir al hombre porque son mensajeros de Dios). Estos serafines habitan en la Presencia de Dios donde es tan fuerte la gloria del Padre que no pueden contenerla, por eso se cubren con sus alas mientras declaran la santidad de Dios.

Lo que se le revela a Isaías es la gloria de Dios y trata de describir con palabras lo que ocurre en ese momento. Esa gloria que lo llena todo, pero a la vez siente miedo porque sabe que es impuro de labios. Quizás algunas veces hemos estado en esa situación porque cuando Jesús viene a nuestras vidas por primera vez toda esa gloria se manifiesta.

«Podemos vivir escondiéndonos de la gloria de Dios, tratando de vivir para nosotros mismos y cargándonos de pecados o hacer como Isaías, que sintió que moría si no entraba en la gloria».

Maxi Gianfelici

Carbón encendido

El día que Jesús golpeó por primera vez la puerta de nuestro corazón esta escena se repitió, el Padre Celestial en el trono, los ángeles expectantes, la santidad de Dios invadiéndonos y nosotros exclamando que nos moríamos. La única diferencia es que Isaías en ese momento no conoce al Salvador, reconoce que es inmundo de labios pero Dios le dice que se tranquilice porque la braza encendida purificará sus labios y será limpio para vivir en esa gloria, ese carbón encendido es Jesús.

Juan el bautista dijo que él bautizaba en agua pero que vendría alguien después de él que bautizaría en Espíritu Santo y fuego. 

No solo Jesús nos limpia con su sangre sino que es fuego consumidor que quema lo impuro para convertirlo en santo con un propósito. Cuando nos exponemos a la Presencia de Dios hacemos que su fuego queme nuestro corazón, el fuego que encendió Jesús en la cruz para redención tiene como destino hacernos partícipes de su gloria, una gloria tan poderosa que lo consume todo, una gloria tan profunda que transforme lo impuro en puro.

No podemos menospreciar aquello que es santo, divino y maravilloso, por eso cuando adoramos lo que sucede es extraordinario porque Jesús se hace presente y su gloria se revela. Debemos morir a nosotros mismos para no vivir una vida mediocre sobreviviendo, si Jesús derramó su sangre y su vida, debemos anhelar estar en el centro de su fuego siendo quemados.

Debemos tener temor de perder esa reverencia, esa pasión por su presencia; porque si no hay gloria, no hay sanidad, ni vidas transformadas, ni cambios. Cuando la iglesia carece de santidad la manifestación de su gloria se detiene. No hablamos solo de pecados escondidos, sino de ausencia de propósito. Dios no nos da santidad para que vivamos felices y limpios solamente, sino que viene porque hay un propósito sobre nuestras vidas. La palabra santo significa separado, apartado con propósito.

Un avivamiento no es otra cosa que santos evangelizando, es gente encendida pues, como menciona su Palabra, sin santidad nadie verá a Dios. Cuando perdemos el enfoque y la pasión pasa por lo que hacemos, entonces nos desviamos del propósito. El enemigo siempre nos va a hacer caer con lo mismo, no tiene muchas herramientas. No darle lugar al pecado en nuestras vidas es establecer una lucha permanente.

Podemos vivir una vida en santidad donde el fuego se enciende una y otra vez cuando estamos enfocados en el propósito.

El mensaje que Dios le da a Isaías es que el pueblo sería desbastado, que no quedaría nada, les vendría un tiempo de juicio a causa de sus errores pero aun así quedaría un retoño, un toque de esperanza, un tocón que será la semilla santa. El pueblo había sido perseguido, Israel sería sacudido todavía un poco más pero ese tocón (corte al ras del árbol) sería el remanente que Dios separó para vivir en santidad.

El reino de los cielos se asemeja a una semilla de las más pequeñas, como la de mostaza, que crece y produce un árbol gigante, en cuya sombra los pájaros se cobijan. Somos esa esperanza; quizás perdiendo tiempo en religión y el pecado, hoy el Espíritu Santo no nos hace ver la pérdida, sino ver lo que ha permanecido, lo que ha quedado, lo que Dios ha establecido como nuevo principio: la semilla de santidad.

No podemos vivir la misma vida de antes, ni el mismo Evangelio porque ahora hay una semilla santa, un brote de esperanza. Cada vez que vamos a las reuniones nos exponemos al fuego del Espíritu Santo, quien quema toda impureza trayendo santidad.

“Es un tiempo de incomodidades, es un tiempo de santidad para exponernos al fuego que nos purifica. No miramos la desolación, sino que vemos el renuevo entendiendo que para nosotros y nuestras familias hay un destino profético. El renuevo que viene rompe con todos los límitesel Espíritu Santo convence de pecado y el fuego vivo del cielo, que es Jesús, nos limpia y renueva por completo. Fuimos hechos para arderfuimos llamados a la santidad para deleitarnos en la Presencia de Dios. Rawson necesita una generación de hogares antorchas que guíen el cielo a la tierra revelando la gloria de Dios”.

Resignificación (segunda parte)

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No podemos permitirnos la inexactitud en estos días. La efectividad es el fruto de nuestra precisión, y la ésta nace de un real significado de los asuntos de Dios.

Ahora bien, una misma situación puede tener varios significados; y esto depende del punto de conexión que me haya influenciado. La cruz es una realidad constante en nosotros. Nos recuerda el sacrificio de Cristo y nuestra unión en aquella muerte. Fue aquella cruz que nos permitió acceder a la vida mediante la muerte.

La cruz es la puerta de ingreso a la realidad de Dios, a su presencia, a su ámbito, a su persona.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20 RV60

Decido todo lo que viviré en mi vida, cuando decido primeramente el lugar de mi permanencia. Estar en Cristo es haber sido crucificados, sepultados y resucitados juntamente con él. Ahora nuestra posición es: “sentados juntamente con él”.

Todo lo que vivimos en la carne debe ser el fruto de nuestra permanencia en Cristo. Permanecer en Él es permanecer en un constante vacío de nosotros mismos, para que seamos llenos de su fe. Sin cruz no hay cambios. Los cambios que deseamos ver en nuestra vida nacen de un real significado que solo da la cruz. 

Cuando decimos que la cruz nos sumerge en una resignificación, decimos que todo lo que ahora vivimos en la carne carece de significado humano, pero está atiborrado de un significado eterno. El significado de la vida, de la justicia, del placer, del disfrute, del querer, de las circunstancias, etc., toman otra dirección cuando hemos sido traspasados por la cruz.

Veamos algunos ejemplos:

La aprobación de ustedes no significa nada para mí. Juan 5:41 NTV

Jesús enfrentado con los fariseos, quienes desacreditaban su identidad. La desaprobación de los fariseos carecía de valor para Jesús. Su verdadero significado venía del Padre. La gloria que los hombres le daban a Jesús no tenía valor alguno para Él. La única gloria que lo llenaba era aquella que el Padre le había dado.

La cruz resignifica la aprobación

Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado! 2 Corintios 5:17 NTV

Pablo viene hablando de cómo antes él juzgaba y evaluaba a las personas. Esto ahora tomaba otro significado, desde el momento en que la persona experimentaba un nuevo nacimiento. El significado de alguien que pertenece a Cristo es que no tiene pasado.

La cruz resignifica nuestro juicio y evaluación

Llamó a aquel lugar Bethel (que significa “casa de Dios”), aunque antes se llamaba Luz. Génesis 28:18 NTV

El encuentro que Jacob tuvo con Dios le dio otro significado al lugar en que él estaba. Es imposible ver y entender el propósito eterno sin que éste produzca en nosotros una resignificación del lugar en donde estamos. Lo que era luz se transformó en un lugar de permanencia. La luz nos habilita a ver y entender, pero nosotros decidimos hacer de aquel lugar nuestra morada eterna.

La cruz resignifica nuestro llamado y posición

El significado que podemos tener de personas, cosas, lugares, etc. no debe estar sujeto a parámetros y realidades naturales, sino a una realidad eterna y espiritual. Tanto José como Daniel fueron personas destacadas por interpretar sueños con el significado correcto. Esto nos demuestra que el significado real de todas las cosas nunca habita en el hombre, sino en aquel que es el verdadero significado.

“La Palabra es el significado real que necesitamos para analizar todo lo que vivimos y poseemos”.

La carencia de un real significado de la cruz es la evidencia de estar vivos. Nosotros vivimos según el primer Adán o según el postrer Adán. Conforme a la naturaleza que vivamos será el significado que tendremos de todas las cosas, aun del Evangelio. Yo puedo ver cómo Dios nos está conectando con la realidad de la cruz para apropiarnos de una real óptica.

La cruz toma relevancia y significado en nosotros, no cuando la observamos de lejos para describirla, sino cuando hacemos memoria de que allí estábamos nosotros también, muriendo juntamente con Cristo.

El Evangelio de nuestro Señor Jesucristo nos sumerge en una experiencia de muerte, para luego introducirnos a una experiencia de vida eterna. Así sucedió en el antiguo pacto, que, al mirar, podemos ver aquellas sombras como algo que Dios estaba señalando que sucedería con nosotros. Israel no podía entrar a la tierra prometida sin antes sumergirse en el Jordán.

Ese río que se abrió para que el pueblo cruce en seco es Cristo mismo muriendo por nosotros, para que nosotros, al pasar por allí, tengamos mediante la muerte entrada a la vida.

La cruz no significa recibir algún beneficio aislado. La cruz es la muerte completa del viejo hombre, para poder ingresar por gracia a la nueva vida y naturaleza que tenemos en Cristo.

No quiero ser repetitivo, pero debo remarcar lo siguiente: el significado que tengo de las cosas habla del lugar en donde estoy. Nuestra posición define el significado de las cosas.

Últimos ejemplos:

Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos. Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento. Clama por inteligencia y pide entendimiento. Búscalos como si fueran plata, como si fueran tesoros escondidos. Entonces comprenderás lo que significa temer al Señor y obtendrás conocimiento de Dios. Proverbios 2:1-5 NTV

El temor a Dios no es algo que podamos aprender y comprender en un estudio bíblico. El significado del temor a Dios solo se halla aprendiendo a inclinar el oído a la voz correcta. 

Temer a la gente es una trampa peligrosa, pero confiar en el Señor significa seguridad. Proverbios 29:25 NTV

Confiar en Dios significa mil cosas para el mundo y para el sistema religioso. Sin embargo, la cruz nos recuerda que nuestra seguridad no depende de los elementos naturales que podemos o no tener. Nuestra seguridad es haber aprendido a canalizar nuestros temores y colocarlos en la confianza absoluta a Su Palabra. El salmista dijo: “en el día que temo, en ti confío”.

Pues, para mí, vivir significa vivir para Cristo y morir es aún mejor. Filipenses 1:21 NTV

Pablo le pone significado a la vida. Y le aseguro que es un significado incorrecto para el mundo. ¿Cuántas definiciones de vida encontramos allí afuera? Sé que muchísimas, pero ninguna de ellas te conduce al propósito supremo: “dedicar todas las horas, días, meses y años de existencia a la expresión de Su vida”.

Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos. 1 Juan 5:3 NTV

¿Amás a Dios desde tu propio significado de amor, o desde el significado real y eterno de su amor? Amor sin obediencia no es amor. En la próxima entrega profundizaremos en que hay una resignificación a la que estamos siendo conectados por Gracia.

La supremacía de Cristo

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Resultaría ingenuo negar la situación actual: dentro de la posmodernidad contextual en la que vivimos, no hay sitio para la iglesia cristocéntrica.

Ya el título plantea cierta declaración de guerra “La supremacía de Cristo en un mundo posmoderno”. ¿Cuál es la diferencia entre una relación de coexistencia y una de supremacía? Abismal. Sin embargo, en ocasiones solemos confundirnos, y los límites se disuelven. Es preciso arrancar de raíz todo aquello con pretensiones de ocupar el lugar que solo Cristo puede ocupar. Pero ¿Por dónde comenzar?

“La teología, si es fiel a su naturaleza, debe ser misionera y, por lo tanto, debe buscar entender ambas cosas: a Cristo y a la cultura, a la Palabra y al mundo”.

La supremacía de Cristo

David Wells comienza el primer capítulo trayendo a la mesa una verdad generalmente difuminada por la iglesia contemporánea: existe una necesidad de contextualizar la fe cristiana y practicarla en la variedad de culturas a las cuales estamos olvidando. Un recordatorio de la complejidad étnica y religiosa que va en aumento. ¿Es éste avance de “diversidades” algo imposible de contrarrestar? ¿Qué postura toma la iglesia en estos días de innegable persecución ideológica?

“Las espiritualidades terapéuticas que no son religiosas comienzan a parecerse bastante a la espiritualidad evangélica que es terapéutica y no doctrinal”.

La supremacía de Cristo

La denuncia planteada por los autores es inminente: la falta de compromiso espiritual nos lleva a una falta de confrontación real. El hombre posmoderno y sus invenciones que presuponen “objetividad” desintegran el mundo espiritual y le dan un significado abismalmente incompleto, desvirtuado, tergiversado que sirve a su falsa doctrina. 

¿Y qué hemos hecho al respecto? No mucho, al parecer. Pero lejos de quedarse en la oscuridad de la inacción, el libro desempolva aquellos fundamentos bíblicos que nunca debieron olvidarse: una cristología que enfrenta y se compromete en su propio contexto cultural resulta coherente a lo que hemos sido llamados a vivir. Jesús es el mayor ejemplo de esto. No hay nada en el mundo moderno que pueda equipararse con el poder de Dios, y nada en la cultura moderna que haga menguar nuestro conocimiento de la supremacía.

“La iglesia debe convertirse en aquello para lo cual fue creada concretamente: el pilar y contrafuerte de la verdad, el gozo y el amor, para mostrar la gloria de Dios y la supremacía de Cristo en todas las cosas”.

La supremacía de Cristo

Avanzando hacia el segundo capítulo, el pastor Voddie Bauchman Jr. plantea algunas de las preguntas fundamentales de la vida que como humanos nos hemos hecho alguna vez y cómo es que el cristianismo teísta debe contestar a ellas, en contraparte a la respuesta posmoderna de humanismo secular. ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué está mal en el mundo? ¿Cómo se puede solucionar? La Gracia nos da una respuesta única que no deja huecos: todo lo que nos constituye debe ser caracterizado por el propósito de la preeminencia de Cristo.

“En el periodo de las dos venidas de Cristo “esta edad” y “la edad por venir” coexisten (…) la penetración del futuro de Dios en el tiempo actual de pecado y muerte es luz fluye por una cantidad de doctrinas del Nuevo Testamento”.

La supremacía de Cristo

La supremacía de Cristo se ha convertido en un clásico dentro de la literatura cristiana y puede entenderse perfectamente por qué: una obra que en su exaltación al Hijo desafía los principados de este mundo. Está escrita en conjunto por siete renombrados autores, algunos de ellos profesores y en su mayoría teólogos, resultará un arma inminente en estos tiempos de guerra espiritual y persecución ideológica. 

“Ágape es la intromisión de la eternidad en el tejido de la vida”.

La supremacía de Cristo
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TÍTULO: La supremacía de Cristo en un mundo posmoderno

AÑO: 2007

PÁGINAS: 217

AUTORES: Voddie Bauchmann, D.A Carson, Mark Driscoll, Tim Keller, John Pipper, Justin Taylor y David Wells.

El lado oscuro de la tormenta, cuando crees que estás sola

Una madre llamó pidiéndome oración por su adolescente recién intervenida quirúrgicamente.

Fue una cirugía que duró muchas horas y que cruzaba toda su espalda. La cicatriz que mostraba la foto era muy grande. Lo que me dijo la mamá se grabó en mi mente: “Esa es la parte visible. Porque el dolor y el miedo solamente ella los conoce”.

Siempre me he puesto a pensar en esa sensación de soledad que produce el saber que por más que empaticemos con alguien que sufre, de ese lado está solo. Es relativamente fácil decir “te entiendo” cuando la otra parte sufre y llora en silencio.

Aunque fue por mis dos maravillosos motivos, recuerdo la sensación de entrar a quirófano para mis cesáreas. Todos te acompañan hasta la puerta. Recuerdo la primera vez que me quedé desnuda en una camilla y pasaban médicos y enfermeros que eran más jóvenes que yo. Le dije a la doctora: “¿No me pueden tapar un poquito?” (tu dignidad humana en juego y vos sola de ese lado). Recuerdo que largó una carcajada y dijo en voz alta: “Ah, mirá ésta, qué pudorosa. Una vez operé en bombacha por el calor que hacía”. No me conformé con su declaración, seguí sintiendo vergüenza.

Otra vez la sensación de estar sola del otro lado

Es la misma sensación que he escuchado de boca de muchas mujeres cuando te cuentan cómo se sintieron después de un tratamiento de quimioterapia, o cuando se les cayó el primer mechón de pelo, o cuando salieron de su histerectomía y aunque después se sintieron bien, pensaron que un ciclo se había cerrado para siempre.

La tormenta tiene dos caras. Y la que ven nuestros familiares o nuestras amigas o hermanas en Cristo no es la misma que se ve desde adentro de nuestra alma. La perspectiva tiene mucho peso en nuestra forma de sentirnos.

Admiro a la gente súper positiva que siempre tiende a ver el medio vaso lleno, porque sencillamente yo no soy así. Mi tendencia absoluta es a ver lo peor del vaso. Vacío y seco. Y después sí, voy procesando todo lo bueno, lo positivo y alimentando mi fe.

No puedo evitar ser realista porque llevo años (muchos) escuchando gente que me cuenta lo peor de su vida, sus miserias, sus sufrimientos y sus vergüenzas. Y aunque parezca increíble, ése es mi rol. Escuchar. Tratar de escucharlos y llevar eso que escuché al plano de las posibilidades que siempre tenemos en Dios. 

Porque Dios es el que puede cambiar lo peor de nosotros en esperanza. Puede traducir todo lo negativo en un lenguaje de fe que nos deja sorprendidos ante el milagro. Puede hacer que una historia trágica se transforme en una historia de superación.

Y cuando te sientas así, amiga querida, como conté al principio, sola, completamente sola del otro lado de la tormenta, y veas su lado más oscuro, quiero que recuerdes que el Jesús en el que crees estuvo expuesto desnudo y solo en una cruz.

Quiero que traigas a tu mente la imagen de un cordero entregado, manso y humilde sin abrir su boca. Ese Jesús del cual Isaías había profetizado que por sus llagas seríamos nosotros curados y el precio de nuestra paz iba a ser sobré El. Sometido a la humillación pública y sujeto al sufrimiento máximo, tu Salvador pasó y vio lo peor de todas las tormentas que como humanos nos pudiese tocar vivir. Y porque Él lo hizo, podremos nosotros.

Nunca estamos solas de este lado. Jamás. Ni lo dudes. Él sigue confortando, sanando, restaurando, alentando, salvando y acompañando de una manera única y especial.

Solo debemos creer. Creer con todo el corazón hasta que se abra la puerta que nos conecta a su maravillosa presencia y el mismo Espíritu que vivificó a Cristo de entre los muertos vivifique también nuestros cuerpos mortales.

Te aliento con estas palabras. Compárteselas a alguien más para que corran como un río.

Te abrazo en Cristo.

Manuel Wirzt visitó la congregación de Dante Gebel

El cantante contó públicamente como fue su encuentro con Jesús.

El artista de 58 años compartió en sus redes sociales, fotos y videos cantando en la iglesia River Church, Estados Unidos. Pero también quedó registrado el momento en el que relató de manera emotiva que a la edad de 28 años tuvo un encuentro con el Señor gracias a un nuevo testamento que le había regalado su abuela.

Manuel Wirtz al subir al escenario dijo «me siento muy agradecido, te agradezco a vos Dante, a toda tu gente y a Dios sobre todas las cosas y la verdad es que estoy muy emocionado». Gebel le preguntó ¿Hace cuanto que conociste al Señor? a lo cuál respondió «tengo 58 años y conocí a Jesús a los 28, antes no creía en nada, pero tengo el recuerdo de mi abuela que vivió hasta los 95 años, que un día en mi infancia me regaló una Biblia que casi rechacé, pero ella me dijo; ´nunca digas eso porque algún día la vas a necesitar´. Y así fue a los 28 años la necesité, abrí mi corazón y hoy estoy acá, con ustedes».

Wirzt posteó en sus redes sobre el ministerio que se desarrolla en el Arena de Anaheim “es increíble el trabajo que hacen en este fantástico lugar lleno de luz y gracia divina. Gracias, a todo el equipo por este momento inolvidable. Ojalá pronto volvamos a encontrarnos”, compartió en una publicación en su cuenta de Instagram.

El autor de los temas “Rescata mi corazón” y “Donde quiera que estés” hace tiempo que hizo pública su fe cristiana. En esta ocasión habló de la iglesia como “un lugar donde se vive una experiencia única e inexplicable”. También publicó una imagen con Dante Gebel donde decía “me vuelvo con el alma llena de alegría e ilusiones. Gracias por tu cariño y generosidad. ¡Dios te bendiga!”

El pastor también compartió una publicación con Wirzt en donde muestra el momento en el que el artista sube al púlpito y lo recibe con un gran abrazo. Desde hace ya tiempo, ambos  artistas vienen cultivando una amistad más allá de las luces y las tarimas, cimentada en la fe en Cristo Jesús. 

Biografía

Nació el 26 de marzo de 1963 en la localidad de San Nicolás, provincia de Buenos Aires. El artista recorrió un largo camino para establecerse como uno de los referentes de la música argentina. En varias ocasiones contó sus inicios y cómo sus padres le habían regalado su primera guitarra vendiendo sus alianzas para comprarla, hasta las dificultades que atravesó antes de que su carrera comience, como dormir en la plaza Retiro porque no tenía cómo pagar el alquiler.

Este año fue hospitalizado después de contraer covid-19, y su recuperación fue exitosa. Previamente a ser internado había participado en la canción «La bendición» (The Blessing) Junto a varios artistas invitados. 

Actualmente se encuentra promocionando su último disco y cada vez comparte su fe de manera abierta y genuina.

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