mail

Suscribite a nuestro boletín

Miles de personas en Adrogué presenciaron la obra teatral que representó las últimas horas de Jesús

crucifixión de Jesús
Obra teatral de la crucifixión de Jesús

Una representación teatral de la crucifixión se llevó a cabo el día viernes en la Plaza Brown en la ciudad de Adrogué, Provincia de Buenos Aires, en el marco de semana santa 

El festejo por semana santa es una oportunidad para poder mostrar al mundo la importancia del sacrificio eterno que nos devolvió el acceso al Padre. Este sentir fue el que movilizó a la congregación Iglesia Cristo Para Todos, de Adrogué que realizó de forma pública encuentros evangelísticos en la plaza central de su ciudad.

Cada año, la congregación realiza una puesta en escena integrada por los miembros de la iglesia. La convocatoria fue extendida a todos los vecinos que finalmente se sumaron a la procesión que comenzó desde la Plaza San Martín, recorriendo el centro de Adrogué, hasta llegar a la Plaza Brown. Allí se produjeron varias postas que recrearon, de manera dramática, las últimas horas de Jesús.

Evangelismo público

El día jueves la iglesia realizó una reunión de oración y la participación de la santa cena en la Plaza y el día viernes retrataron de forma artística mediante el teatro, la crucificción de Jesús. La dramatización representó el dolor y castigo que soportó Cristo al realizar la obra consumada, en la cual cargó con nuestros pecados y haciendo libre a toda la humanidad y reconciliándonos con el Padre.

La plaza Brown se vió colmada de familias que presenciaron una gran puesta en escena en donde se escenificó el juicio a Jesús, su castigo, su procesión y su crucifixión. Pero esto no terminó allí, sino que el mensaje central estuvo dado en la triunfante resurrección del Salvador, quien justificó a la humanidad mediante su sacrificio.

La versión del Vía Crucis realizada el jueves no fue una más. Las personas que pasaban por el lugar se quedaron a presenciar hasta el final del acto. Gran cantidad de vecinos manifestaron públicamente que esa había sido la primera vez que habían presenciado algo relacionado con la fe cristiana.

Luego de desarrollarse este Via Crucis, el pastor Bernardo Affranchino pasó a predicar el Evangelio a todos los presentes. Cientos de personas escucharon el mensaje más importante de todos. Muchos de los que asistieron se acercaron a los referentes de la iglesia para conocer más de Jesús, quienes los recibieron con los brazos abiertos y le dieron la bienvenida a la familia de fe.

El pastor Bernardo Affranchino predicando a los presentes

Cristianos chinos detenidos comparten el Evangelio en la cárcel

Un grupo de 63 cristianos chinos fueron arrestados por las autoridades tailandesas después de huir de la persecución de China; sin embargo, y en medio de esta adversidad, tras una semana hay reportes de alabanzas y predicación de la Palabra en sus celdas de Bangkok.

Un grupo de 63 cristianos chinos fueron arrestados por las autoridades tailandesas después de huir de la persecución de China; sin embargo, y en medio de esta adversidad, tras una semana hay reportes de alabanzas y predicación de la Palabra en sus celdas de Bangkok. 

Catorce miembros varones de la iglesia Mayflower de Shenzhen siguen bajo arresto después de que veinte policías tailandeses los sacaran de su hotel. Todo el grupo se enfrenta a la amenaza de la deportación a China, donde, según activistas de derechos humanos, corren el riesgo de ir a la cárcel y otros castigos.

Un mensaje del líder de la iglesia, el pastor Pan, enviado desde su celda, dice que los hombres ignoran la situación de las mujeres y los niños. El pastor también informa que a los hombres solo se les permite el acceso a sus teléfonos celulares durante diez minutos cada día.

“Paz a los queridos miembros en Cristo: ¡Gracias por sus oraciones urgentes por nosotros! La prisión no está abierta a nadie para visitas. Biblias y alimentos se pueden recibir diariamente desde el exterior”.

El grupo está compuesto por 28 adultos y 35 niños, y permanece en contacto con el personal de la Embajada de los EE. UU., quienes están negociando los términos de la fianza y su posible liberación.

Desde el centro de detención de inmigrantes, cerca del aeropuerto de Bangkok, donde se los retiene bajo acusación ​​de violar las condiciones de la visa a pesar de sus solicitudes de asilo, el pastor Pan declaró: “Estamos muy agradecidos por los frutos de estar en prisión”.

El líder chino describió su trabajo de divulgación: “Hoy continuamos adorando y difundiendo el Evangelio. Un joven de 24 años, estudiante de enfermería, escapó de una granja en Xinjiang, entró de contrabando en Tailandia y fue encarcelado, ahora sin un centavo”.

Además, agregó: “He estado compartiendo el Evangelio con él desde que entré en la celda y predicando la Buena Nueva todos los días sin parar. Los ancianos y yo estamos considerando hoy poder bautizarlo”.

Los requisitos de fianza bajo la ley tailandesa pueden requerir que cada miembro de la iglesia Mayflower pague £ 1.300 para asegurar la liberación, pero también se pueden imponer multas si los miembros de la iglesia no obtienen el permiso para sus visas de la embajada de China en Bangkok. 

La carta del pastor Pan desde la prisión termina con una súplica por la intervención de Dios.

“Seguimos intercediendo y orando por nuestras esposas e hijos, así como por una madre que está embarazada, pidiéndole al Señor mismo que cuide de nuestros seres queridos en nuestro lugar, ¡que sea su esposo y su padre!”.

¡Oren para que el Señor nos abra una salida! ¡Oren para que el Señor se acuerde de todos nosotros, nos guarde a todos y esté con nosotros!”.

Según fuentes cercanas al Departamento de Estado de EE. UU., los esfuerzos diplomáticos para asegurar la libertad de la iglesia siguen activos.

Todo lo que dejo la nueva edición del Congreso para jóvenes de Cita con la Vida

El último fin de semana se realizó en Córdoba la edición número 30 del Congreso Internacional de Jóvenes, organizado por la Iglesia Cita con la vida. “Cada año podemos ver la fidelidad de Dios en cada detalle, en cada altar, en cada conferencia, en cada ministración, Él siempre nos sorprende. Que bendición poder ver como miles de jóvenes toman el compromiso de ser ¡FIELES!” publicó la cuenta oficial del evento.

El último fin de semana se realizó en Córdoba la edición número 30 del Congreso Internacional de Jóvenes, organizado por la Iglesia Cita con la vida. “Cada año podemos ver la fidelidad de Dios en cada detalle, en cada altar, en cada conferencia, en cada ministración, Él siempre nos sorprende. Que bendición poder ver como miles de jóvenes toman el compromiso de ser ¡FIELES!” publicó la cuenta oficial del evento.

El reconocido congreso internacional tuvo su primera edición en 1994, año tras año miles de jóvenes de todo el mundo han sido bendecidos por Dios e inspirados para afectar su generación.

El pastor Belart afirmó “nos produce mucha alegría ver que la palabra que fue un día sembrada en los corazones ha dado frutos y como consecuencia muchos de nuestros jóvenes que han venido a nuestro congreso, se convirtieron en hombres y mujeres de fe, padres y madres, obreros en el Reino de Dios, profesionales destacados, gente que está influenciando a la comunidad en la que vive. Esa es nuestra mayor satisfacción”.

Belart explicó que uno de los puntos fundamentales de este congreso a lo largo de los 30 fue “la oración y el ayuno a la hora de llevar adelante la organización del Congreso. Reconocemos nuestra absoluta dependencia de Dios y si hemos podido lograr algo, todo ha sido por la bendición de Dios, creemos que la oración es un pilar insustituible, para llevar adelante todo lo que hagamos”.

El evento además tuvo talleres e invitados especiales, oradores y músicos llegaron desde diferentes lugares, donde pudieron compartir una palabra de parte de Dios para este tiempo. 

Los artistas invitados fueron: Andrés Corson (Colombia), Itiel Arroyo (España), Carlos Belart (Argentina), Sergio Belart (Argentina), Luis Morales (Guatemala), Josh Morales (Guatemala), Kim Richards (México), Daniel Aguilar (México), y en la música Miel San Marcos (Guatemala) y Un corazón (México).

Mientras que los Talleres contaron con un espacio de interacción, tales como Liderazgo Juvenil; Músicos; Misiones; Hijos de Pastores; Creatividad, Arte y Reino.

La cuenta oficial publicó, “¡Cuánta gratitud hay en nuestros corazones! No queremos dejar de agradecer a cada área de servicio, a cada orador, a cada músico y a VOS por haber sido parte de este 30° Congreso de Jóvenes 2023”.

Te dejamos algo de lo vivido en “FIELES” 2023:

Historia de la Iglesia: De perseguida a oficial

historia-de-la-iglesia-parte-1a
historia-de-la-iglesia-parte-1a

Algunos teólogos e historiadores suelen dividir la historia de la Iglesia en tres períodos inaugurados, sucesivamente, por la Iglesia primitiva, el Monasticismo y la Reforma protestante. Analicemos la primera.

Tras el martirio de Esteban y tal como Jesús lo había anticipado (Hechos 1.8) los cristianos fueron dispersados por todo el mundo conocido. Huyendo para salvar sus vidas, a donde llegaban fundaban iglesias locales.

Mientras los lugares de “culto” eran las casas, el evangelismo fluía en las ciudades, sobre todo en los mercados y en los talleres. El gran desafío era discipular a los miles de gentiles que se sumaban y desconocían el trasfondo hebreo del cristianismo.

Pero lo cierto es que, cuanto más crecía la Iglesia, más aumentaba la persecución hacia ella. Hacia los años 60 del primer siglo, el emperador Nerón quiso iluminar Roma, y como faltaba mucho para que Edison descubriera la electricidad, decidió “cumplir su cometido” empalando y haciendo arder en fuego a miles de cristianos, a quienes odiaba explícitamente.

Otra forma de hacerlos sufrir era tirarlos en el circo para que lucharan y fueran devorados por bestias, sirviendo de espectáculo para el público. Las paredes del Coliseo, aún hoy en pie, fueron testigos de ese tipo de masacres.

Así surgieron los mártires, hombres que estaban dispuestos a sufrir y dar la vida antes de negar la fe que profesaban. No era fácil ser cristiano en circunstancias tan severas y muchos pensaron que el movimiento fundado por Jesús podía desaparecer. 

Con la persecución, y al no poder hacerlo en las casas, surgió la costumbre de reunirse en las catacumbas, los lugares donde estaban sepultados los mártires. Ellos creían que allí la comunión les unía no solo entre ellos y con Jesucristo, sino con sus antepasados en la fe. A su vez, les permitía congregarse en secreto, resguardados de sus perseguidores.  

catacumbas-roma
Las catacumbas quedaban fuera de los muros d la ciudad

Tertuliano, uno de los más célebres apologistas, escribió cerca del año 200: Segando nos sembráis, más somos cuanto más sangre derramáis; que la sangre de los cristianos es semilla”. Los números cuentan que para el año 300, 20.000 cristianos habían sido apresados, torturados y asesinados. Pero en todo el Imperio había más de 500.000 cristianos fervorosos, dispuestos a todo.

Por momentos y en algunos lugares la violencia cesaba. Excavaciones arqueológicas han descubierto los restos del templo “más antiguo” que se conozca hasta hoy: data del año 270 y está ubicado en la ciudad de Dura Europos, en Siria. Con paredes de adobe, constaba solo de una pequeña habitación. 

Pero hacia el año 312 un hecho haría cambiar para siempre el curso de las cosas. El emperador Constantino, la noche anterior a la batalla del Puente Milvio, la más crucial de su carrera, tuvo una visión de una brillante cruz bajo la que se podía leer la frase “bajo este signo vencerás”. Y venció. Y después de conseguir la victoria se convirtió al cristianismo. También decidió, él mismo, que todo el Imperio romano hiciera lo mismo, aunque sea a la fuerza.

Miles de líderes religiosos dejaron de ser asediados para empezar a ser recibidos con aplausos y como héroes en los subsiguientes congresos y conferencias (llamados concilios) que se iban a celebrar los años subsiguientes.

Como ahora el cristianismo se había convertido en la religión legal y oficial se construyeron iglesias por todo lo largo y ancho del Imperio. 

Javier Gómez

De un día para el otro hubo que bautizar a millones de personas y como no había ni bautisterios, ni ríos, ni líderes que pudieran hacer frente a semejante demanda, surgió la idea de bautizar por aspersión: salpicando un poco de agua en la frente de los nuevos fieles, práctica que muchas iglesias mantienen hasta la fecha.

Pero la impronta que Constantino le quiso dar al cristianismo hizo que costumbres y valores seculares se filtraran y modelaron una Iglesia que cada vez se parecía más al Imperio y cada vez menos a su versión primitiva.

Los líderes cristianos empezaron a ser vestidos con ropas suntuosas, similares a las de los reyes, y tratados como personas especiales, dando origen a la aparición de una aristocracia sacerdotal que se asemejaba a la imperial.

“La distancia entre los líderes y los fieles fue aumentando cada vez más y no se correspondía con lo que Jesús y sus discípulos habían encarnado”.

Javier Gómez

Si durante la persecución las iglesias se reunían en criptas o monoambientes, a partir de ahora lo harán en basílicas y templos esplendorosos con grandes salones y columnas, inspirados en las estructuras arquitectónicas de los palacios de los reyes.

Algo empezaba a funcionar mal. Los cristianos ya no eran tan fervorosos como antes porque muchos se habían unido a una religión sin llegar a una verdadera conversión. Y como muchos eran paganos eso contribuyó aún más a llenar la Iglesia de prácticas paganas. Todos coinciden en que era una iglesia diferente a la anterior.

El Evangelio ya no corría el riesgo de ser destruido, estaba en peligro de ser cambiado.

Una de las lecciones de estos primeros 400 años de cristianismo es que el Evangelio funciona de adentro hacia afuera. Más allá de las costumbres o las apariencias que uno pueda exteriorizar, la verdadera conversión es un asunto del corazón. 
 Y cuando la iglesia se estaba diluyendo, la salvaron los monjes. Pero eso lo veremos en la próxima nota.

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

resurrección-semana-santa
Resurrección de Jesucristo

¿No te parecería absurdo salir a sembrar sin creer en la lluvia? Imagínate como sembrador, ¿sería lógico que salieras al campo a invertir tus mayores esfuerzos siendo incrédulo a la fuente esencial que podrá hacer fructificar la tierra? Pues si pensamos que Cristo no resucitó entonces la práctica de nuestra fe es absurda

El mensaje del Evangelio depende directamente de una “lluvia” que nos llevó de muerte a vida: la resurrección de Jesús es nuestra respuesta del cielo. No le dejemos “clavado en la cruz”. De ser así, estaríamos confiando en un hombre más que provocó cierto ruido social en su momento, y al que el madero finalmente le quedaría grande.

Absolutamente ninguna otra religión en el mundo depende exclusivamente de la vivencia de una “lluvia” así, de un acontecimiento. Tampoco ningún otro líder se entregó a sí mismo, haciéndose igual a nuestra condición, por un amor capaz de sostenerle en una cruz, derramando cada gota de sangre a fin de librarnos de nuestra perdición.

La resurrección es victoria sobre la muerte y vida al tercer día pese a la existencia del sepulcro. Si no creemos que sucedió entonces, como diría el apóstol Pablo, vana es nuestra fe y su predicación (1 Corintios 15:14-16). 

Para muchos discípulos y personas de la época, supuso un gran desafío. Aquellos que habían compartido momentos caminando con la Vida, es decir, siendo testigos de cómo el Salvador del mundo extendía sus manos para cumplir la voluntad del Padre, ahora se verían enfrentados a esperar el cumplimiento de una promesa que se escondía tras una tumba que olía a muerte, una prueba que les invitaba constantemente a mirar por fe y no por vista. 

A lo largo de su caminar en la tierra, Jesús ya había mostrado tanto a discípulos como a multitudes su poder sobre la muerte. Vemos por ejemplo a Lázaro, ya muerto desde hacía varios días, a quien Jesús llama a la vida. Fíjate que instantes antes de suceder este gran milagro, vemos cómo Marta le declara a Jesús lo siguiente: “Señor, ya huele muy mal, pues lleva cuatro días.” Sin embargo, el Rey de Reyes le responde: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” (Juan 11:38-40

Hoy te pregunto, ¿desde qué perspectiva estás mirando la resurrección de Cristo? Quizás vives un cristianismo de tradición como si Jesús no hubiera resucitado, ¿una fecha más, un simple evento más en la historia? Si es así, entonces necesitas experimentarlo pero, ¿cómo hacerlo? 

Primero cree en tu corazón que Él es quien dijo ser por encima de lo que este mundo dicte de su nombre (Mateo 16:15) y experimenta con fe por ti mismo cómo el mismo Dios levantó a Jesús de los muertos (Romanos 8:11), pídeselo ahí donde estás con todo tu corazón en tus propias palabras. La Biblia dice que somos dichosos por vivir la bienaventuranza de creer sin haberle visto (Juan 20:29). En segundo lugar, y aunque te pueda sonar locura, vive la resurrección hoy. Las escrituras reflejan que aquellos que le hemos conocido, aún sin haberle visto, hemos experimentado junto a Él un nuevo nacimiento, tras haber dejado atrás el estilo de vida que no le agrada y “haber crucificado” conjuntamente en la cruz también nuestros pecados y pasiones que nos esclavizaban (Gálatas 5:24). 

Puedes vivir hoy la esperanza de la resurrección, no importa lo que hayas hecho o las circunstancias que te rodeen, Jesús anhela perdonarte para traer vida a tu muerte y envolverte en un amor sobrenatural con el que sentirás que lo mejor comienza junto a Él, experimentarás esta “lluvia” del cielo y verás que realmente has nacido de nuevo, porque Él vive.

¿Qué debo saber de la resurrección? 

saber-más-sobre-la-resurrección
¿Que sabemos sobre la resurrección?

En 1 Corintios 15, el apóstol Pablo se mete de lleno en uno de los temas principales de la época respecto de Cristo: su resurrección. 

“Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras” (vv. 3-4),

Recomiendo leer el capítulo completo para entender la dimensión del debate y también la importancia del asunto en el que Pablo decidió embarcarse. El apóstol brinda argumentos desde todos los ángulos. Testifica acerca de las evidencias humanas, respalda teológicamente y nos llena de esperanza mirando el futuro desde la puerta de la tumba vacía.

Cristo resucitado es central en nuestra fe. Si no lo creemos y abrazamos en este aspecto, caminamos en una fe inservible. Así de fuerte suena, así de real es.

Por eso debo saber lo que realmente sucedió. Primero que nada: la resurrección no es una metáfora ni una figura poética. Fue algo que pasó y sigue pasando, como un presente continuo.

El Resucitado venció la muerte y la sigue venciendo. Lo hizo aquella mañana de piedra corrida y sepulcro abierto, pero lo sigue haciendo cada día, a cada momento, en la vida de miles de creyentes.

En todo el mundo sucede que personas salen de sus tumbas cuando la piedra del sepulcro es removida y el Libertador los lleva de la mano a la vida eterna. Tal hecho poderoso se convierte, al igual que ese domingo de Pascua, en un testimonio para que el mundo crea.

¡Cuánto disfruto encontrarme con personas que te cuentan acerca de cómo Dios transformó sus vidas!

Entiendo que el Resucitado sigue con su oficio y no puede parar de dar vida y sacar gente de la muerte.

Debo saber qué sucedió y sigue sucediendo

No se ha acortado su mano para salvar; Él sigue siendo el mismo, ayer, hoy y siempre.

Los terapeutas y psicólogos dicen que la raíz de todos los temores es el miedo a la muerte. Ahora, estando en Cristo, sé que puedo batallar con el mensaje de que la vida es finita y, sin embargo, por su vida vencer. Es maravilloso. Ya no pertenecemos a la finitud sino a la eternidad. 

Sé que para muchos la batalla no se torna nada fácil, pero es posible obtener la victoria, y si estás leyendo esto, en medio de luchas con el asunto, levantá la mirada y busca los ojos del Victorioso. Jesucristo te extenderá su mano, te llamará con voz fuerte y saldrás. Acércate a algún hermano, no andes como alma solitaria; ya lo dijo Dios en el principio: “No es bueno que el ser humano esté solo”.

Debo saber qué está sucediendo y sucederá:

El Rey está regresando.

La resurrección es un evento de ayer, el cual sigue sucediendo hoy y lo viviremos todos a pleno mañana. Pero el Poderoso, quien no puede ser contenido ni siquiera por los cielos, regresará victorioso y ante los ojos de todos. Y lo primero que hará es levantar gente de la mismísima muerte.

Señales, trompetas, voz de mando —y lo que quieras agregar que Jesucristo hará— apuntan a poner de pie a los hijos que en aquel día estén dormidos. Será glorioso.

Algunos de nuestros hermanos, a lo largo de los siglos, lo han dado todo y han visto muerte por el nombre de Jesús; otros fueron afectados por enfermedades o simplemente el paso del tiempo. Pero da igual, pues a todos los llamará y todos los hijos serán levantados.

Cuando me pidieron esta reflexión (si es que le cabe el título), pensé primero en hacer un poco de teología del asunto y compartir una buena enseñanza (dentro de mis posibilidades). Comencé a hacerlo, y creo que iba bien, pero salí al parque y me crucé con una nena de la iglesia que me empezó a preguntar acerca de todo lo que hacemos en Semana Santa, predicando a toda la ciudad.

Entendió bien el asunto de la última cena y me dijo que esperaba ansiosa el Vía Crucis del viernes 7. Pero ella, muy entusiasmada, de lo único que me preguntó fue de la resurrección.

¿Qué es la reunión de Resurrección?

Así me preguntó, y necesité enseñarle lo que quiere decir. Estaba preocupada por su abuelo, uno de nuestros líderes que hacía unos meses había partido a la patria celestial de nuestro Rey, y le conté que algún día lo volverá a ver.

Luego, pensé más sobre este asunto y se lo recordé a mi corazón también, y me dije, según las palabras del salmista: “No te preocupes alma mía, a veces hay luchas y a veces aun el justo cae, pero a todos los levantará el Señor”.

Adoré al Rey de reyes y al Señor de señores. De un momento a otro, se me encendió en el espíritu una esperanza inapagable y eterna. Entonces grité “¡Maranatha!” [‘Cristo, ven’], y recordé que porque Él vive hoy, lo veré plenamente mañana.

Debo saber que una gran esperanza nos habita. Mi Señor Jesucristo no pudo ser retenido por la muerte, está vivo y volverá.

No hay declaración mejor.

¿Y qué hay de la Pascua?

conejo-de-pascuas
Huevo y conejos de pascuas

Sin dudas, la Pascua es una fecha muy especial y muy esperada por todos. Muchos aprovechan para descansar y tomarse unos días; podemos ver los supermercados adornados con conejos y huevos de chocolate, y si tenemos suerte, hasta recibiremos uno de regalo. Pero… ¿qué hay detrás de esta celebración?

Originariamente, esta era una fecha en que el pueblo judío celebraba su liberación de la esclavitud de Egipto. Etimológicamente, “Pascua” es una traducción en español del término Pesaj, o, en sencillas palabras, “pasar por alto”.

Si nos remontamos a la Escritura, podemos encontrar en el libro de Éxodo que Jehová ordenó a cada familia tomar un cordero que fuera sin defecto para ser sacrificado. Y con la sangre de este tenían que pintar los postes y dinteles de sus casas. Así, quienes tuvieran esta señal grabada en sus puertas serían pasados por alto y no recibirían la condenación en sus hogares.

Esa misma noche pasaré por todo Egipto y heriré de muerte a todos los primogénitos, tanto de personas como de animales, y ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre servirá para señalar las casas donde ustedes se encuentren, pues al verla pasaré de largo. Así, cuando hiera yo de muerte a los egipcios, no los tocará a ustedes ninguna plaga destructora. 

Éxodo 12:12-13

¿Pero qué tiene que ver la Pascua con nosotros?

Tiene mucho más que ver de lo que creemos; no solo es una fecha comercial, sino que tiene para nosotros un gran significado, que descifraremos a continuación.

Así como el pueblo Israel fue liberado de la esclavitud, fuimos liberados de la esclavitud del pecado. Y así como la sangre del cordero los cubrió del ángel de la muerte, así la sangre de Jesús nos cubrió a nosotros de toda condenación.

El día que Jesús murió en la cruz, paradójicamente, se estaba celebrando el Pesaj, y al mismo tiempo, Jesús era entregado como Cordero, limpio y sin mancha, por toda la humanidad.

A las tres de la tarde Jesús gritó a voz en cuello:

—Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).

Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban cerca dijeron:

—Escuchen, está llamando a Elías.

Un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera.

—Déjenlo, a ver si viene Elías a bajarlo —dijo.

Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.

La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Y el centurión, que estaba frente a Jesús, al oír el grito y ver cómo murió, dijo:

—¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!

 Marcos 15:34-39

Además, la Palabra cuenta que el velo fue rasgado en dos, de arriba abajo, al momento del deceso de Jesús. ¿Qué era este velo? Pues del otro lado de esa tela se encontraba encapsulada la presencia de Dios. Era un lugar de poco acceso, al que hoy podemos tener libre entrada gracias al sacrificio de nuestro Cordero pascual.

En conclusión:

Punto número uno: Cuando se celebra la Pascua, se celebra liberación. No sé a qué estás atado hoy, de qué mal eres esclavo, pero el Señor quiere hacerte libre. Dios lo hizo una vez en Egipto, lo hizo otra vez en la cruz del calvario y lo quiere volver a hacer hoy en tu vida.

Punto número dos: El Señor se sacrificó por nosotros, no para que tengamos una Semana Santa, sino para que tengamos una vida santa. De nada sirve abstenernos de muchas cosas por unos días, para luego seguir cometiendo los mismos errores de siempre el resto del año. “Desháganse de la vieja levadura para que sean masa nueva, panes sin levadura, como lo son en realidad. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ya ha sido sacrificado” (1 Corintios 5:7).

Punto número tres: Cuando se celebra Pascua, se celebra a Jesucristo. Él es nuestra Pascua y nuestro Redentor. “Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: ‘¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!’” (Juan 1:29).

Punto número cuatro: En esta semana, veremos muchas películas y representaciones del camino de Jesús a la cruz, pero no nos quedamos solo con eso. También recordemos que Él resucitó al tercer día y que Jesús vive para siempre.

Cuando celebremos esta Pascua, no nos vistamos de luto, sino de celebración. ¡Somos libres y nuestro Libertador vive para siempre!

El Señor hoy quiere pasar por alto tu pasado y entregarte una nueva vida. Te desafío a que puedas experimentarlo y conocerlo en profundidad. ¿Te animás?

¡Felices Pascuas y muchas bendiciones!

El poder transformador de la resurrección

Solo es posible identificar al Jesús resucitado como aquel crucificado por las heridas de su batalla del Viernes Santo visibles en las manos, los pies y el costado. En su presente resurrección, Él permanece como el Hombre de la cruz. Por supuesto, la canción “Sobre Todo”, de Michael W. Smith, no tendría sentido, como tampoco lo tendría ningún libro que se hubiera escrito sobre Jesús si el Cristo no hubiera resucitado.

Si la Pascua no es una historia real, entonces debemos convertirnos en cínicos. O miramos la muerte de Jesús en la cruz como la derrota más grande de un buen hombre a manos de los poderes de las tinieblas o moldeamos nuestra suerte y nuestra vida con un nuevo poder que se liberó en el mundo. Si Él no regresó de la tumba, sería, como lo dijo Albert Schweitzer de manera memorable, una persona más enterrada bajo la rueda de la historia.

El apóstol Pablo escribe: “Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado (…) Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales” (1 Corintios 15:13,19). Los primeros cristianos estaban galvanizados por su convicción invencible de que Aquel que colgó del madero no estaba en la tumba sino que había sido resucitado por el Padre.

“Cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales”, Efesios 1:19-20.

Nuestro trágico error en la actualidad es minimizar “cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos” ¡el mismo poder que Él usó para levantar a Cristo de la muerte!

Brennan Manning, libro «Sobe Todo».

Aceptar la mediocridad, rendirnos a nuestras adicciones, rendirnos al mundo y resignarnos a nosotros mismos a la monotonía de una vida cíclica y rutinaria es anular el poder del Jesús crucificado y resucitado y la total suficiencia de su obra redentora.

El Cristo en nosotros no solo es nuestra esperanza de una gloria futura, sino una presencia transformadora dentro de aquel que promete: “Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre” (Juan 14:12).

El dolor del Padre en la muerte de Jesús

Si Dios es un ser todopoderoso, soberano y victorioso, ¿será que le afectó cuando Jesús murió? ¿Es posible que el majestuoso Rey eterno y santo sintiera tristeza y dolor?

Si Dios es un ser todopoderoso, soberano y victorioso, ¿será que le afectó cuando Jesús murió? ¿Es posible que el majestuoso Rey eterno y santo sintiera tristeza y dolor?

Hace un año, pasamos por la muerte de nuestro hijo. Fue un evento inesperado que nos dejó con más preguntas que respuestas. En el torbellino de confusión y tristeza, me di cuenta de que debía preparar un discurso para los momentos protocolarios que apenas arrancan el proceso de duelo. Cuando me senté a considerar lo que debía compartir en el funeral, lo primero que llegó a mi mente fue: pero Dios Padre me entiende perfectamente. Él también perdió a su Hijo. Sin embargo, es prudente preguntar: ¿realmente esto es algo que podemos deducir de las Escrituras?

En estas fechas de la Pascua, apartamos momentos para intencionalmente recordar la pasión de nuestro Salvador, con un enfoque en el sufrimiento y victoria de Jesús. Como parte del plan divino y perfecto, la crucifixión y resurrección coincidía con fiestas judías que fueron establecidas para que el pueblo de Dios nunca olvidara que es necesario derramar sangre para ser salvos de la muerte. La primera Pascua en Egipto fue un vistazo del sacrificio supremo que Dios mismo pagaría con la sangre de su propio Hijo. Este plan no fue algo repentino o un plan B porque la situación se había salido de control. Dios tenía un plan desde el principio. Y este plan contemplaba mucho sacrificio y dolor. En esta primera Pascua y repetidas veces en las Escrituras, Dios consistentemente se revela como un Ser supremo, pero también un Dios que responde con sentimientos reales ante la situación actual.

Más de mil años después, Jesús está parado frente a una audiencia curiosa y revela que “… el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera” (Juan 5:19, LBLA). Esta aclaración sobre el actuar de Jesús precede a muchas de sus reacciones emocionales. Por ejemplo, cuando Jesús se entera de la muerte de Lázaro, no derrama apenas una lágrima, sino se rompe en llanto ante la pérdida de su amigo (Juan 11:35). Si Jesús únicamente hacía lo que su Padre, podemos asumir que Dios Padre también llora y se quiebra ante las pérdidas. Obviamente, Dios sabe que la muerte ha sido vencida. Él conoce el final de la historia. Pero ese conocimiento e incluso el control que tiene sobre el destino del universo no resta a su capacidad de sentir profunda e intensamente las emociones que naturalmente acompañan una pérdida.

Llegamos a la escena del primer Viernes Santo, cuando Dios ve que finalmente la hora ha llegado. Y su reacción es congruente con su carácter. Siendo Dios, Jesús reacciona de una manera emocional en todos los eventos antes de la crucifixión y durante esta. Se rompe. Se quiebra. Y Dios Padre solo observa. Si a lo largo de la historia Dios ya ha dado muestras de reacciones emocionales fuertes ante la rebeldía del hombre, ¿cuánto más cuando los portadores de su imagen crucifican a aquel que comparte su ADN divino? ¿Será que a Dios Padre no le rompió el corazón ver cuando su Hijo, que fue obediente en cada acción, actitud y pensamiento, fue asesinado delante de sus ojos? ¿Será que Dios Padre no se quebrantó al ver el sacrificio que su amor por la humanidad requería de Él? ¿Será que Dios Padre no se estremeció al ver a su precioso Hijo sufrir y morir?
Si Jesús lloró ante la muerte temporal de un amigo, cuanto más lloró el Padre cuando vio a su amado Hijo morir en la cruz.

Antes de llegar a la victoria que vivimos por medio de la resurrección de Jesús, su muerte tiene muchísimo que enseñarnos sobre el corazón de Dios. Dios no solo escogió este camino de dolor y sufrimiento, sino lo creó como el camino perfecto para la culminación de la historia del mundo. Si sentimos que Dios es demasiado santo y perfecto como para entender el duelo que vivimos, recordemos la cruz. La cruz no solo fue el instrumento que Dios utilizó para proveer la salvación del mundo sino un causante de profundo dolor para el mismo corazón de nuestro Padre celestial.

La vida eterna es conocer a Dios y a su Hijo, Jesucristo, y entre más lo conocemos, más nos asombra su carácter y amor sacrificial. Dios es un Padre que se duele. Pero también es un Dios que consuela. Dios no sintió dolor y sufrimiento para condenarnos o hacernos sentir culpables, sino porque Él así escribió la historia del universo.

No te apresures a brincar del viernes al lunes. No hay victoria sin sacrificio. No hay libertad sin pagar un precio. No hay consuelo sin pérdida. Cuando Dios decidió pagar la cuenta de nuestro pecado, sabía lo que venía. Cuando Jesús murió, el corazón de Dios se rompió. Este mismo Dios ahora nos abraza con pleno entendimiento y comprensión ofreciéndonos toda consolación porque a Él le complace consolar. Nuestro Dios conoce el dolor y es el autor de toda consolación.

La gloria de la Cruz

Perez-millos-final
Perez-millos-final

“Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14, RVR1960).

En días de la llamada Semana Santa, la Cruz adquiere una singularidad especial entre los cristianos. Hay muchas formas de considerarla, pero, en las palabras del texto se marca un profundo contraste entre lo que significa para el mundo y lo que es para el creyente. La Cruz es locura para el hombre natural, e incluso para ciertas personas de fe, pero, lo que es locura para los no creyentes, es motivo de gloria para los hijos.

El apóstol Pablo hace referencia a ella en el contenido de la epístola de la que se tomó el texto que se considera. Para él es lugar de sustitución (1:4); lugar de identificación (2:20); lugar de visión (3:1); lugar de maldición (3:13-14); lugar de redención (4:4-5); lugar de tropiezo (5:11); y lugar de gloria.

La razón para considerarla de este modo es precisa: “por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo”. La Cruz es el medio por el que Dios libera al salvo del poder egoísta del yo personal (2:20), y de la esclavitud de la carne (5:24). Las pasiones dejan de controlar en esclavitud al creyente. Ahora, también se manifiesta el poder liberador de la Cruz sobre el mundo.

«La gloria del creyente es la Cruz porque es el absoluto poder libertador».

Samuel Pérez Millos, Licenciado y Master en Teología (TH. M) por el Instituto Bíblico Evangélico.

El término mundo tiene varias acepciones en el Nuevo Testamento, siempre vinculado al hombre, que a causa de la caída permitió la entrada de la muerte en el mundo y lo domina (Ro. 5:12-21). Este tiene un sistema propio de sabiduría que, por razón del pecado, es necio, porque se opone a Dios (1 Co. 3:19). 

El sistema moral de este orden establecido es corrupto, permitiendo prácticas corruptas, como sistema ético de quienes pertenecen al mundo (1 Co. 5:10). Todo el sistema y su extensión al gobierno del hombre, obedece a Satanás y sigue sus dictados (Ef. 2:2-3). La política y las leyes de las naciones están bajo su control, a quien Jesús llama en tres ocasiones príncipe de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; Mt. 4:8-9; Lc. 4:5-6). 

Mediante las leyes de los hombres, Satanás realiza acciones de rebeldía contra la voluntad de Dios, permitiendo la inmoralidad y legalizando el pecado en múltiples formas. El mundo tiene sus propios pasatiempos, “los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida” (1 Jn. 2:16, RVR1960). 

El proyecto satánico para el gobierno del mundo es colocar a un hombre en el lugar de Dios (2 Ts. 2:3-4)

Samuel Pérez Millos, pastor de la Iglesia Evangélica Unida de Vigo.

Tiene también su propia espiritualidad, expresada en un culto formalista pero carente de orientación divina (2 Ti. 3:5). Es la religión que practican aquellos cuyos corazones viven al margen de Dios, teniéndolo solo presente en su boca (Is. 29:13). Satanás introduce las falsas doctrinas, por sus propios predicadores, que proclaman la religión de los demonios (1 Ti. 4:1). 

La religión del mundo es una apostasía, alejándose de la obediencia a lo que Dios determina en su Palabra, cambiándolo por trato riguroso que establece el pensamiento del hombre (Col. 2:20-23). Estas son normas para ser cumplidas, haciendo descansar la vida en el poder de la persona y en sus actividades, pero no en el poder y la obra de Dios (Fil. 2:13). 

Este sistema espiritual llamado mundo descansa en Satanás mismo (1 Jn. 5:19), dando la idea como si él tuviera al mundo en su regazo, adormecido, para utilizarlo según su propia conveniencia.

La Cruz permite la victoria liberadora sobre el sistema que es propio y natural para los hombres, que viven en la esclavitud del pecado.

Samuel Pérez Millos, pastor de la Iglesia Evangélica Unida de Vigo.

Los que creen en Jesús, son liberados de la posición de esclavos que tenían en el mundo y Dios los traslada al Reino de Cristo (Col. 1:13). El cambio es radical. No hay salvación sin regeneración o, si se prefiere, no hay regeneración sin salvación.

En el texto seleccionado se puntualiza la libertad como resultado de la obra de la Cruz de Cristo. El apóstol Juan habla de “la victoria que vence al mundo”, es decir, la experiencia victoriosa sobre el sistema que rige el maligno (1 Jn. 2:13, 14; 4:4), alcanzada mediante la fe en Cristo (1 Jn. 5:4-5).

En la Cruz el mundo ha sido vencido por Cristo (Jn. 16:33), de ahí el aliento que supone para el creyente la demanda de Jesús: “confiad”. La victoria de Cristo en la Cruz es el triunfo del cristiano (Ro. 8:37; 1 Jn. 4:4; 5:4; Ap. 12:11). Por medio de la Cruz el poder del mundo quedó anulado para el creyente, a causa de la identificación con el Crucificado. 

Jesús derrotó completamente al diablo y al mundo (Ef. 4:8; Col. 2:15), ahora somos vencedores sobre el mundo. La fe identifica al cristiano con Cristo, de manera que el medio para salvación es también el medio de victoria que nos hace vencedores, porque nos vincula con Cristo y su poder, descansando plenamente en Él, en una entrega sin reservas.

Samuel Pérez Millos, Licenciado y Master en Teología (TH. M) por el Instituto Bíblico Evangélico.

El apóstol señala en el texto un doble aspecto de la Cruz: El mundo crucificado para el creyente, con un resultado de bendición, las cosas que eran objeto de amor son desechadas para seguir a Jesús que nos amó y se entregó por nosotros (2:20). Pero, también el creyente ha sido crucificado al mundo. Ha muerto en Cristo a sus falsas esperanzas y a su sistema, para vivir la gloriosa libertad en Él y experimentarla por medio del poder de Dios. 

Bien podemos acercarnos por la fe a la Cruz y decir con el apóstol: “lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo”. Viviendo cerca de la Cruz, la admirable gloria de Dios en la obra salvadora que el Señor hizo conducirá nuestra vida, alumbrará nuestro camino, producirá paz en el alma y esperanza cierta del glorioso encuentro con Él para disfrutar a su lado una gloria sempiterna que la gracia nos otorga. 

Imperdibles

hola
Enviar Whatsapp
error: Gracias por interesarte en las publicaciones de La Corriente, para su uso o difusión, por favor escribirnos a [email protected]