Vivimos en una sociedad en donde no se le da el valor que realmente merece al descanso.
Dormir no es solo un placer, sino una necesidad del organismo. La organización mundial de la salud (OMS) refiere que la falta de un buen descanso en cantidad adecuada, repercute directamente sobre el bienestar de la persona.
Cuando logramos tener una mirada prioritaria sobre el descanso, y lo adaptamos como esencial en nuestra rutina, nuestra perspectiva cambia, y mejoran nuestras habilidades tanto individuales como sociales.
Hay una gran diferencia entre dormir y descansar. A muchas personas les ha pasado despertarse en la mañana y sentir que no han podido descansar lo suficiente. Muchas otras sienten que, sin el dormir como acción, han podido descansar de forma eficiente. Por eso, la diferencia entre uno y otro radica en que el descanso tiene que ver con una disposición del ser humano de apartar, en algún momento del día, un espacio para el cese de la actividad, dando lugar al reposo mental y descanso físico. Por el contrario, el dormir requiere de ciertas condiciones que colaboren con satisfacer esa necesidad.
La combinación de ambas produce un equilibrio en el organismo, que trae como resultado salud física, emocional y mental. Por este motivo, considero clave hablar sobre estos temas, y a su vez, entender la importancia de gestionar nuestros hábitos para alcanzar el objetivo del buen descanso y así, potenciar nuestra calidad de vida.
Por el contrario, la falta de descanso produce un desequilibrio que termina afectando de forma holística múltiples áreas del ser humano, como el humor, las emociones, la memoria, el aprendizaje, la toma de decisiones, el crecimiento en los chiquitos, entre otras.
Jesús debe ser nuestro reposo. La Biblia está llena de versículos que relatan sobre el aprender a descansar en Él, de llevar nuestras cargas y ansiedades sobre Él, porque Él tiene cuidado de nosotros. ¿Podés imaginarte lo que el salmo 23 describe? ¿Podés dejar esa carga y tu prisa diaria y respirar, descansando en el único capaz de sostener tu vida?
«Cuando descansamos en cristo, el reposo es completo. Nuestros pensamientos se aquietan, los miedos se disipan y nuestra vida alcanza plenitud».
Debora Pedace – Directora y Terapeuta CTI
Para finalizar, quiero dejarte 4 herramientas claves para que aprendas a descansar y logres las estrategias necesarias para potenciar tus hábitos del sueño.
En primer lugar, la actividad física es muy importante, sobre todo en la primera hora de la mañana. El cuerpo, cuando realiza actividad física, libera ciertas hormonas que regulan el estrés que puedas llegar a enfrentar a lo largo del día.
En segundo lugar, sería bueno que tu rutina semanal sea lo más estable posible, permitiéndole a tu cerebro acostumbrarse a la hora del descanso. En tercer lugar, cuida tu alimentación, y tratá de suprimirla 2 horas antes de irte a dormir.
En último lugar, el buen descanso se debe tener en cuenta desde que nos levantamos, por eso es importante que lo tengas presente durante todo el día, que elijas momentos para desconectarte de aquellas actividades que te estresan y busques momentos para conectarte con aquellas cosas que te producen cierto disfrute, para así compensar el tiempo de trabajo duro.