En el Antiguo Testamento Dios levantó mujeres y hombres para que ejercieran posiciones de poder, esto es indicio de que el dominio sobre la mujer no formaba parte del plan.
Cuando mi papá, Carlos Annacondia, y mi mamá, María, recibieron a Jesús como su Salvador, en el año 1978, sus vidas cambiaron radicalmente tomando un rumbo totalmente distinto.