Tuvo más de diez hijos y dos de ellos dieron lugar al metodismo, una corriente que vino a traer un refresco en el evangelio entre el siglo dieciocho y diecinueve. 

Los predicadores Wesley, en reiteradas ocasiones, refirieron su éxito ministerial a las enseñanzas de su madre, pero, sobre todo, a la disciplina que ella les inculcó desde pequeños.

“Cualquier cosa que debilite tu razón, menoscabe la delicadeza de tu conciencia, opaque tu sensibilidad a Dios, o quite el deleite por lo espiritual, o cualquier cosa que eleve la supremacía del cuerpo sobre tu mente, es pecado”, Susana Wesley.

Generaciones de familias numerosas

Susana fue la hija mayor de una familia de 25 hermanos, aunque es probable que no todos hayan llegado a la adultez. Algo similar le sucedió a Susana, quien se casó a la edad de 19 años con un pastor de la Iglesia Protestante de Inglaterra, engendró 19 hijos, pero solo 10 llegaron a la edad adulta. 

Los sistemas de salud y de higiene de la época no eran ni públicos ni abundantes y mucho menos eficientes. Los medicamentos eran escasos, los hospitales estaban solo en algunos monasterios o conventos y los médicos no eran especialistas ni mucho menos estudiados en grandes universidades. 

Esto provocaba una gran tasa de mortalidad infantil y una esperanza de vida relativamente corta, de entre 40 y 50 años. Por lo tanto, era común que en una familia fallecieran la mitad o casi todos los hijos. En algunos casos, incluso moría la totalidad de la descendencia si se encontraban en tiempos de hambruna extrema o de guerra. 

Volviendo a Susana, gracias a su infancia junto a un padre predicador y estudioso de la Biblia, pudo aprender a leer -cosa que era casi impensada para una mujer en esa época-, y hasta conocer otros idiomas, como el latín o el francés, además de que su padre le inculcó el interés por los asuntos teológicos que se discutían en su estudio. 

“Estoy contenta de llenar un pequeño espacio si Dios es glorificado”.

Susana Wesley
Susana, es un claro ejemplo de la mujer virtuosa que se describe en proverbios.

Una madre “Excel”

Debido a la gran cantidad de hijos que tuvo, recurrió a la gran estrategia de tener una especie de hoja de cálculo y a llevar un orden extremo en su vida personal y en la crianza de sus hijos. 

“El niño que nunca aprende a obedecer a sus padres en el hogar no obedecerá a Dios ni al hombre fuera del hogar”.

Susana Wesley.

De manera que el hogar Wesley tenía bien establecidos los horarios para comer, dormir, leer, hacer actividades fuera de casa y tener cultos familiares. Podría decirse que Susana fue una “pastora” quizás no reconocida de la historia. Esto se debía a que, cuando su marido se ausentaba de la iglesia y del hogar, ella asumía la responsabilidad. No lo hacía por “rebelde” o por creerse más capaz que cualquier otro hombre que estuviera en la congregación, sino porque era una de las pocas personas que sabía leer. Por lo tanto, tomaba el lugar en los cultos y repartía la lectura bíblica.

“Ayúdame, Señor, a recordar que la religión no debe limitarse a la iglesia … ni ejercitarse solo en oración y la meditación, sino en todas partes donde estoy en Tu Presencia”, Susana Wesley.

Quizás el reconocimiento de su entrega no cayó totalmente en ella en su tiempo, pero es fácil inferir que lo logrado por sus hijos John y Charles es un reflejo de la crianza impartida por esta noble mujer que  no dejó nada al azar sino que fue intencional en conducirlos en el camino del Señor, tanto que en sus últimos días dijo:

“Si tuviese veinte hijos, me alegraría que todos ellos fuesen ocupados en la misión del evangelio, aunque nunca más los volviese a ver”.

Susana Wesley.

Soy de Mendoza, Argentina. Profesor de Historia y casi Licenciado en Turismo. Espero que en mis notas no encuentres respuestas, sino preguntas. Que puedas mirar al pasado para enriquecerte, no para aburrirte.