Desde que empezó la pandemia, la Fundación CIR, de San Miguel de Tucumán, asistió a más de 25 mil personas. Esta labor incluye desde entregar alimentos y vestimenta, hasta orientación legal y atención psicológica gratuita. Según explica Daisy Aguilar Galván, directora de la organización y pastora de la iglesia El Refugio, donde se llevan adelante las actividades de voluntariado, se proponen “predicar a Cristo a través de acciones más que palabras”.
LC: ¿Cómo logran llevar adelante las actividades de CIR en tiempo de pandemia?
DAG: Uno siempre encuentra la manera, y nosotros lo que más queremos es seguir trabajando en las labores sociales. Tenemos más de cien personas que trabajan como voluntarios, entre los que hay adolescentes, jóvenes y mujeres. Todos ellos donan su tiempo, esfuerzo y dinero para que esto que hacemos no se detenga. Eso es lo que explica nuestro firme compromiso en continuar.
Además, la ayuda de Dios nos permitió entregar 25 mil porciones de alimento en lo que va del inicio de la pandemia. Porque pudimos mantener abierto nuestro comedor, donde damos alimentos y viandas a 500 personas cada semana.
LC: ¿Qué otras tareas están realizando ahora? ¿Son las mismas de siempre o tuvieron que recortar alguna actividad?
DAG: Nuestra tarea es la misma que desde el día cero, cuando empezamos por 2004. Entregamos alimentos, ropa y medicamentos, entre otras ayudas. Además, ofrecemos asesoría legal para aquellos que no pueden costearlo y atención psicológica para quienes lo requieran y no puedan cubrirlo de manera particular.
Además de estas tareas fijas, hacemos otras eventuales. Por ejemplo, el día del niño pudimos hablarle de Dios a más de tres mil quinientos niños en cinco barrios, en los que desplegamos más de cien voluntarios de nuestra congregación.
Y también tenemos proyectos a futuro como el de “SOS mujeres”, con el que apuntamos a crear fuentes de trabajo para las mujeres que ya tienen algún oficio, reconstruir las viviendas de las madres que están en un estado de suma vulnerabilidad, contener a las que sufren violencia de género y son maltratadas, asistir a las viudas o madres solteras, entre otras ideas que tenemos para desarrollar.
Lo bueno es que, en el pasado mes de octubre, logramos obtener la personería jurídica de nuestra fundación. Y eso nos ayuda mucho a llevar adelante nuestra labor.
LC: ¿Y cuál es el propósito de CIR?
DAG: Básicamente, transmitir una revelación de Dios en la zona sur de Tucumán, logrando ser influyentes en diversos ámbitos como el Estado y la comunicación, así como también las áreas más importantes de la vida: familia, educación, salud y otros más. Estamos determinados a ocupar lugares del gobierno para ser agentes de transformación social.
LC: ¿Por dónde van a empezar con esa transformación con la que sueñan?
DAG: Hay mucho por hacer. Por ejemplo, algo que es muy importante, es tener un colegio con bases cristianas. Acá en Tucumán solo hay algunos con nivel inicial, no existe uno que sea netamente evangélico. Por eso nos gustaría ser uno de los primeros.
Sin embargo, ahora nuestras necesidades son mucho más concretas, necesitamos recursos para poder comprar nuestro lugar y ya tenemos visto uno. Estamos clamando y creyendo que vamos a concretar. Sin embargo, aún nos faltan donaciones y todo lo que logramos fue gracias a los miembros de la iglesia.
Quienes quieran colaborar con la iglesia Refugio Cristiano o la fundación CIR, se pueden contactar llamando al 03816048562 y 03813563529, o escribir a través de la cuenta de Facebook @ccrefugio.internacional.