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Pastores, ejecutivos, oficinistas… ¡Hoy puede ser el primer día para el cambio!

La cantidad de horas que pasamos sentados trabajando nos ha llevado a adoptar hábitos donde el movimiento, la alimentación y el descanso se han visto modificados y esto perjudica nuestra calidad de vida. 

Después de algún tiempo repitiendo este tipo de conductas, cuando nos vemos frente al espejo encontramos a “otra” persona en frente. Pero más allá de ello, nos ha bajado la capacidad de resistencia, modificado el estado de buen humor y hasta el de pensar con claridad. Seas pastor, ejecutivo, docente u oficinista, ninguno escapa a esta realidad, a menos que se proponga hacerlo.

Hablando de esta temática con un gran amigo y colega, Pedro Tabares, me expresó que ésta también era su preocupación. A partir de esa conversación surgió este artículo que nos gustaría compartírtelo para animarte y darte tips para que ¡salgamos del sedentarismo fortalecidos! 

Mantenernos físicamente bien

«Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta ida presente, y de la venidera», (1 Timoteo 4:8 RVR60).

Por mucho tiempo este texto provocó que el ejercicio físico tenga mala prensa en los ambientes de la iglesia. Pero en esto observo una gran incongruencia. Por un lado, encontramos que debemos cuidar nuestro cuerpo porque es el templo del Espíritu y por otro pareciera que el ejercicio físico es “poco provechoso”. ¿Qué realmente está enseñando la Biblia? 

Para entender esto primeramente debemos decir que es necesario diferenciar entre cuidar nuestro cuerpo y hacer culto de nuestro cuerpo. Pablo dice que comparado con el ejercicio espiritual hay más beneficio por la eternidad. Un ejemplo para entenderlo: nuestro cuerpo envejece y perdemos tonicidad muscular. El entrenamiento espiritual no envejece. Esto no significa que debemos descalificar el ejercicio físico.

El ejemplo de Jesús

Quiero que pensemos en Jesús. Hubiese sido difícil soportar los golpes, maltratos, latigazos y la angustia psicológica si no tuviese su cuerpo en buen estado físico. Hay tres factores importantes en la vida de Jesús para seguir como ejemplo:

● Alimentación. Tenemos que decir que en épocas bíblicas no había comida con grasas saturadas, alta en colesterol o bebidas azucaradas. Los problemas con el colesterol, diabetes y otras enfermedades son de nuestra era. La alimentación estaba basada en frutas, verduras, granos y pescado.

● Descanso. Es muy importante saber que el descanso formaba parte de una teología. Observamos cómo Jesús se apartaba a lugares solitarios, dormía en una barca, etc. El problema que tenemos con el descanso es que solemos generar culpa. En el área del entrenamiento deportivo el descanso es el “entrenamiento silencioso”.

● Actividad física. ¿Cuánto caminaba Jesús diariamente? Aproximadamente 30 kilómetros. Para dar un ejemplo; la distancia que hay desde Nazaret a Jerusalén es de 145 kilómetros. También debemos decir que el oficio de carpintero era duro, no tenían sierras eléctricas.

Los riesgos de colapso de la salud se deben a no llevar una disciplina en la alimentación y en la actividad física y el ocio. Nuestra vida es muy sedentaria, pasamos mucho tiempo delante de una pantalla de la computadora o un celular.

Y lo peor, no tenemos tiempo ni para el descanso. Hay muchos enemigos al querer vivir una vida saludable: horarios, postergación u otro tipo de excusas.

Propuestas y tips:

  • 1. Tengamos un compromiso delante del Señor de cuidarnos.
  • 2. Hagamos controles médicos de nuestro peso real, el ideal y a dónde queremos llegar.
  • 3. Programemos el tiempo de actividad física (siempre en el mismo horario).
  • 4. Tengamos una persona a quien rendir cuentas.
  • 5. No importa si trabajás duro, necesitás variar la actividad.
  • 6. Una simple caminata de 40 minutos diarios es un buen inicio.

Un amigo en común con Pedro nos contó una vez con fecha y hora cuándo y cómo decidió hacer un cambio en sus hábitos de salud. Resulta que estuvo a minutos de un problema serio de salud que pudo haberle costado la vida. Llevaba una rutina diaria descuidando su propia atención integral y calidad de vida. Esa alarma le hizo ver que debía hacer cambios ante esa advertencia. Dios le había dado una segunda oportunidad, ¡pero debía cambiar!

“Yo me esfuerzo por recibirlo. Así que no lucho sin un propósito. Al contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mí mismo. Pues si anuncio a otros la buena noticia, no quiero que al final Dios me descalifique a mí”, 1 Corintios 9:26-27 (TLA)

¡Hoy puede ser el primer día para el cambio!

pedro-tabares

El autor

Pedro Tabares es profesor de Educación Física y pastor de la iglesia bautista Tu Familia, en el partido de Tigre, Buenos Aires. Fundador del Centro del Cielo, un centro de día para jóvenes y adultos con discapacidad. Es licenciado en Teología IBBA. Es recibido como profesor de Educación Física del Instituto Nacional de Educación Física Romero Brest Cenard. Su pasión y entrenamiento es en carreras de 42 k y triatlón. Email: [email protected]  Instagram Pedro Tabares

BIO

Marcos Oszurko
Marcos Oszurkohttp://www.semilladetrigo.com.ar
Casado con Rosana y son padres de tres niñas. Profesor nacional de Educación Fisica, egresado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Autor y pastor/misionero de Grain of Wheat International y su iglesia local. Integrante del equipo de liderazgo del Global Children Forum y de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas (Aciera)

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