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Misioneros en Honduras

¿Has escuchado la voz de Dios con su llamado para tu vida, pero al mismo tiempo experimentado el temor de no cumplir con las expectativas?

Hace catorce años, dos jóvenes llegaban a Argentina con vidas destruidas buscando un cambio de parte de Dios. Con el paso del tiempo este fue haciéndose real junto a Él, que lo puede hacer todo: nos casamos, tuvimos dos niños y emprendimos el gran reto de caminar en el llamado de Dios en familia.  

Nos encaminamos hacia un país desconocido, una cultura diferente y con el desafío de empezar como familia y ministerio en un país cinco estrellas, Honduras en Centroamérica. Somos Julio, Laura, Samuel y David Balbuena y queremos contarles un poco de nuestra vida y misión en esta hermosa nación.

Hace cinco años llegamos a Tegucigalpa, la capital, con la misión de ver jóvenes hondureños cumpliendo con el propósito que Dios ha puesto en ellos. Este ha sido el sueño que el Señor ha puesto en nuestra vida: discipular la nueva generación. 

Dios nos ha puesto en un lugar central de la ciudad, alquilamos un espacio que compartimos con una escuela para sordos. Aquí hemos realizado las escuelas de discipulado y hace dos años iniciamos la escuela de fútbol “Liga de Naciones”, un sueño que nació en el corazón del Señor hace varios años, orientada en principios bíblicos. 

Comenzamos con niños hijos de amigos y, pocas semanas después, Dios nos dio la oportunidad de conocer una comunidad cercana a la sede misionera, las faldas del cerro Juana Lainez. Esta es una comunidad en riesgo social, de muy bajos recursos y olvidada por las autoridades, con muchos niños con gran carencia de amor, a quienes invitamos a Liga de Naciones. 

Respondimos al llamado del Señor y ahora esa es nuestra población objetivo, un regalo de Dios, que nos ha sacado canas, pero a quienes amamos. Son aproximadamente cuarenta y cinco niños, que llegan cada sábado a jugar, aprender y recibir del amor de nuestro Señor.

Aun en tiempos difíciles, Dios está a nuestro lado

Este año 2020, como todos, hemos pausado algunos de los ministerios: la escuela de fútbol, las salidas al hospital, el apoyo presencial a grupos de jóvenes en iglesias locales y la escuela de discipulado y entrenamiento. Pero hemos visto la bondad y la misericordia del Señor con lo inesperado en frente, ha sido un año de buscar a Dios de maneras mucho más profundas, de enfrentarnos con temores como nunca antes.

Samuel y David, nuestros hijos de 9 y 7 años, son nuestros valientes. Todo nuevo, clases online, lejos de sus amigos, en casa, pero con la fortaleza de un guerrero de Dios, ellos nos animan cada día a buscar más de Él y ser mejores personas.

Apoyar a las familias cada cierto tiempo con mercadería nos ha ayudado a conocer a los padres de los niños y tener más confianza con ellos.

Hemos podido capacitarnos de manera online en áreas de educación, niñez y consejería. Hemos podido apoyar a la iglesia local a la que asistimos de otras maneras prácticas, como predicación, escuela dominical de adultos, escuela dominical de niños.

El 5 de noviembre entró en nuestro país por la zona norte el huracán Eta, ocasionando tremendos desastres. Muchas familias quedaron en los techos, muchos perdieron todo, pueblos y ciudades enteras inundados. Sumado a la pandemia, este es un tiempo muy duro para todo el país. Estuvimos apoyando la recepción de donaciones para enviar en camiones de iglesias locales que salieron para apoyar las familias damnificadas. 

Diez días después se acercó otro huracán, IOTA, y aunque parecía muy loco y difícil todo, confiar en el Todopoderoso siempre es el lugar más seguro

Se pronosticaba un daño grande para la capital, pero el huracán se debilitó tanto, por la gracia de Dios, que los daños no fueron tan grandes como se pensaba. Pero sí, las familias ya afectadas se inundaron de nuevo. 

Como ministerio estamos orando y pidiendo sabiduría del Señor para actuar ante esta gran dificultad de la mejor manera. En este mes estamos cambiando de categoría migratoria y esto nos ha exigido un gran esfuerzo, pero sabemos que los milagros que estamos viendo no son por nuestro esfuerzo es por la gran misericordia de Dios. 

El costo económico es alto y el Señor ha provisto; el pago de un abogado es altísimo y Él nos ha puesto una hermana que con tanto amor ha sembrado en la obra. Para cada documento que hemos requerido, aun con filas, malos entendidos y mucho más, las puertas se han abierto. Dios nos ha hablado muy profundamente este año de su eternidad y soberanía. Él es el mismo de ayer, de hoy y de siempre. Podemos confiar en que Él nunca cambia, su amor y bondad nunca cambian, ¡el Señor es confiable, respondamos a su llamado!

Familia Balbuena González: Julio, misionero en Juventud con Una Misión hace 14 años.Director Técnico de Fútbol hace 10 años y director de la Comunidad Misionera de Jucum en Tegucigalpa, Honduras, hace 5 años. Casado con Laura, nacida en Bogotá, Colombia. Misionera en Juventud con Una Misión hace 14 años. Médico en Salud Pública desde el año 2003. Padres de Samuel y David Emanuel. Juntos sirviendo como misioneros en Tegucigalpa Honduras, con la visión de discipular la nueva generación y que ésta encuentre y viva su propósito en Dios

Galletas de chocolate

Esta receta los va a dejar enamorados, desde el primer día que las hice para probar, ya decidí quedarme con ella. A mi familia les encanta, ellos son mis primeros catadores. Pero también recibí muy buenos comentarios de aquellos que las recibieron como sorpresa, en algún pedido dentro de una caja con un rico desayuno.

Para ser sincera, hay muchas maneras de hacer estas ricas galletas. Pero por ahora yo me quedo con esta receta porque tiene un pequeño aporte de café que ¡me encanta!
Vamos con la receta, y veremos que piensan ustedes

INGREDEINTES:

-110 gramos de chocolate negro. Yo suelo usar chocolate cobertura semi amargo.
-30 gramos de manteca
-1 huevo M. Te recomiendo usar un tamaño no tan pequeño como los de supermercado.
-80 gramos de azúcar moreno. Si tenes azúcar blanca, también la podes usar, pero el azúcar morena aporta más humedad y un color negro más intenso.
-55 gramos de harina 0000
-1/2 cucharadita de polvo para hornear.
-1 cucharada de café soluble.
-1 cucharadita de vainilla.
-50 gramos de chips de chocolate blanco.
-50 gramos de chips de chocolate con leche.

PROCEDIMIENTO

  1. Preparar un bowl y una olla que sean aptos para llevar a baño maria, para luego introducir los 110 gramos de chocolate negro picado junto con la manteca. Revolver a fuego medio. No es necesario que el agua hierba, con el vapor del baño maria es suficiente para que nuestro chocolate no se queme. Una vez que ambos ingredientes estén derretidos y bien unidos, reservar.
  2. En un recipiente aparte, batimos el huevo con el azúcar, el café y la vainilla hasta obtener una mezcla homogénea y esponjosa. Si usas batidor de mano, son 2 minutos de batido aproximadamente.
  3. Ahora sí, agregamos el chocolate reservado (que ya no está muy caliente), y mezclamos bien.
  4. Incorporamos la harina con el polvo para hornear previamente tamizados y unidos. Mezclamos todo junto hasta integrar. Por último, agregamos los chips.

Para cocinarlos podemos meter la mezcla en una manga pastelera descartable, e ir formando montoncitos en una placa para horno. O bien podemos llevar la mezcla a la heladera por media hora para lograr una consistencia más firme, y luego formar bolitas con las manos. De cualquiera de las dos formas, consideremos dejar espacio en la bandeja entre una y otra, ya que en el horno tienden a expandirse.

El horno debe estar en 160 o 170 grados aproximadamente, y el tiempo de cocción suele ser de 15 minutos, siempre dependiendo de cómo caliente cada horno. Una pista para darse cuenta de que ya están listas nuestras galletas, es que deben verse agrietadas y brillantes.

No creo que aguanten a que se enfríen para probarlas, si logran hacerlo, realmente les doy mis felicitaciones.

Las pueden disfrutar en la merienda, las pueden dejar para darse ese gustito dulce a la noche, las pueden compartir con amigos. De todas las maneras posibles y en cualquier momento del día, ¡son espectaculares!


Simplemente complejas

Las mujeres, ¿somos complicadas? No, derribemos ese mito. 

“Antes muerta que sencilla”, reza el conocido proverbio, haciendo alusión al tiempo que pasamos las mujeres mejorando nuestro aspecto físico. Muchas de nosotras somos culpables de haber enunciado esta frase más de una vez, muchas otras lo han hecho su lema de vida y no necesariamente desde una perspectiva estética.

La verdad sea dicha, en el imaginario colectivo está la idea de que las mujeres somos complicadas. Si decimos sí, es no; si no pasa nada, en realidad pasa de todo ( y mejor alejarse). Y si decimos: decide tú, en realidad no tenemos la más mínima intención de mostrar nuestro malestar cuando la elección termina siendo contraria a nuestra opinión.  

No solamente esta idea está en el imaginario social. Hay estudios científicos que confirman que existen diferencias biológicas y fisiológicas entre el cerebro femenino y masculino. Este es el caso del trabajo publicado en enero de 2014 por un grupo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y el Hospital de Niños de Filadelfia, EEUU.  

Estos investigadores estudiaron el cerebro de 949 jóvenes de entre 8 y 22 años. Ellos observaron que los hombres tienen, por ejemplo, cerebro más grande, más materia blanca y ventrículos más grandes. Mientras que las mujeres cuentan con un cerebro y ventrículos más pequeños y más materia gris. 

Sin embargo, estos rasgos no hacen a un sexo mejor que otro. Pero son la explicación biológica de lo que luego vemos expresado en el día a día en nuestras relaciones,  en la toma de decisiones y en maneras de enfrentar la vida. 

Esas diferenciaciones biológicas influyen en la manera de conectar ideas, procesar información y relacionarse con el entorno. Los hombres son más lineales en su pensamiento. Las mujeres conectamos mejor ambos hemisferios, y eso nos da una capacidad multitarea valiosísima. 

No es lo mismo ser compleja que complicada

Ahora, quiero hacer honor a nuestra naturaleza: que las mujeres seamos complejas, que conectemos todo con absolutamente todo,  no quiere decir que seamos complicadas. Paso a explicarte la diferencia: alguien complicado tiende a hacer las situaciones más difíciles. Si un tema es simple, lo enmaraña, y si algo ya era intrincado por naturaleza, se torna aún más escarpado o por momentos imposible. ¡Huye de las personas complicadas!

Por otro lado, la raíz etimológica de la palabra complejo está conectada con trenzar , enlazar y creo que aquí está la llave que abre todas las puertas: Nuestra complejidad es parte de nuestra naturaleza, estamos hechas de muchas piezas que necesitan encajar en el lugar correcto y para lo cual se requiere tiempo ( y en cantidad!).  

Solamente cuando se tienen todas las piezas juntas en el lugar correcto se puede observar el paisaje, el diseño, las formas, los colores, etc. Antes de esto, son solamente piezas separadas sin unicidad ni propósito en sí mismas.

Veamos también que a la vez está en nuestra esencia desde la Creación, la voluntad de conectar, de enlazar con otros , unirnos con los demás. 

Donde hay una mujer encuentras amistad, amor, sacrificio ,  hogar,  belleza, creatividad , risas, lágrimas,  paciencia y ¡cuántas cosas más!!: todo eso junto, no necesariamente en ese orden. Esto no implica que seamos perfectas, al menos no de este lado de la eternidad. Sin embargo, desde el origen fuimos concebidas como la solución al primer “ inconveniente “ con el cual se encontró Dios a la hora de terminar su creación. 

Génesis 2:18 dice explícitamente que vio Dios que el hombre estaba solo y que eso no era bueno.  Y ahí aparecimos en escena nosotras,  mis queridas amigas,  como la solución al primer problema jamás encontrado.  Y la ocurrencia de Dios fue tan maravillosa que hasta Adán quedó sorprendido y dijo: “¡Esta vez tengo a alguien que es carne de mi carne y hueso de mis huesos!” (Génesis 2:23, TLA).  Tenemos la misma esencia, pero cumplimos distintas funciones. 

¿Te has puesto a pensar cuántas veces las mujeres tenemos esa capacidad de darle una vuelta a las cuestiones más impensadas? ¿Cuántas veces somos las incondicionales, las que siempre vamos a dar hasta que duela? Dime si no conoces a alguna amiga o familiar que se haya animado a intentarlo una vez más contra todo pronóstico.  Es muy probable que te encuentres reflejada o recuerdes a alguien con estas características. 

¡Esto es fabuloso y parte de nuestro diseño original! Si te das cuenta de que en vez de ser parte de la solución eres parte de alguna situación problemática alrededor tuyo, pide a Dios sabiduría y comienza a creer quién eres: La respuesta de Dios, diseñada especialmente para este tiempo, con la capacidad de ser compleja, pero simple y a la vez profunda.   Luego de tu autoevaluación, si alguien te acusa de que eres complicada,  puedes responder con mucha altura: compleja si, complicada no

 

¿Qué es el compostaje urbano?

Si bien puede ser algo difícil de creer, pero esta práctica se trata de un método inodoro, que ocupa poco lugar en la casa y requiere relativamente poco mantenimiento. Un procedimiento que pareciera haber llegado para quedarse en materia de cuidado del medioambiente. 

Lo mejor de todo es que actualmente se encuentra tan difundido, que existen diversos proyectos independientes que ofrecen servicios de capacitación, mantenimiento y venta de productos relacionados para poder hacerlo en casa con altísima comodidad. Basta con entrar a las redes sociales y buscar “compostaje urbano” para que las opciones vengan a nosotros.

A grandes rasgos, el compostaje consiste en la descomposición aeróbica de residuos orgánicos que los transforma para dar origen al compost, que puede usarse luego como un excelente abono para plantas. Esa descomposición es llevada a cabo de manera natural por microorganismos del suelo y del entorno. Existen diversas estrategias que permiten que eso pueda llevarse a cabo dentro de las casas sin que eso represente demasiado trabajo ni olores desagradables.

El tipo más difundido por su practicidad —aunque no el único que existe— es el vermicompostaje. Este involucra el uso de contenedores desmontables que suelen ser de plástico o madera, tierra y las protagonistas de la transformación de la materia orgánica en compost: lombrices (como las rojas californianas). 

Crédito: Omlet

En general, los contenedores funcionan como bandejas que se comercializan de a tres o cinco niveles y están perforadas en el fondo de manera que, superpuestas una encima de la otra, permiten el descenso de los restos orgánicos descompuestos por las lombrices, es decir, el compost.

Ahora bien, ¿por qué prestarle atención a este tipo de costumbres? Es más,
¿por qué siquiera hablar de cuidado del medioambiente hoy?

Y es que si bien es muy probable que no sepamos definir del todo qué cuestiones abarca esa construcción “medioambiente”, sí podemos estar bastante seguros de que no podemos ignorar las consecuencias de nuestra despreocupada interacción con este que, al día de hoy, nos sabe pasar factura. 

Desde hace ya varios años, somos testigos —gracias a que podemos enterarnos de todo lo que pasa en el mundo desde nuestro celular— de las secuelas que dejan en nuestra salud el cambio climático, la contaminación del aire, el suelo, el agua, la exposición a productos químicos, entre otros factores de riesgo medioambientales, tal y como los denomina la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

A estas alturas, no podemos pensar en un deterioro de nuestro entorno que no nos termine perjudicando de manera directa o indirecta, más tarde o más temprano. De hecho, se estima que cada año mueren 12,6 millones de personas por vivir o trabajar en ambientes poco saludables (Comunicado de prensa OMS, 15 de marzo de 2016, Ginebra).

Como habitantes de este planeta —el único conocido que puede ser habitado en plenitud por el ser humano—, es preciso que tomemos conciencia de cuán imprescindible es que tomemos una postura crítica para con nuestros hábitos en pos de ser responsables y cuidadosos con todo aquello creado.

Entonces, manos a la obra (o manos en la Tierra)

Entendiendo al medioambiente como todo lo que nos rodea: recursos, sistemas y fenómenos naturales, podemos llegar a pensar que una interacción responsable con él puede ser inabarcable. Incluso, pensar en cuán mal está todo podría guiarnos a la triste conclusión de que no hay mucho que podamos hacer como sociedad y mucho menos desde lo individual. 

Sin embargo, tenemos sobrados ejemplos en la naturaleza, en nuestras comunidades e historia capaces de demostrar qué gran impacto puede llegar a tener un simple organismo, un simple aporte, una simple acción. Nuestro grano de arena a la causa puede ser, por ejemplo, concientizarnos sobre cómo nuestros hábitos de consumo pueden modificarse para ayudar a que la huella que dejemos en el medioambiente sea menor.

Según la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), que recibe aproximadamente 40 % de los residuos a nivel nacional, en 2018 procesó más de siete millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, cerca de 3% más que en 2017. En su composición hay una clara preponderancia de material orgánico y, dentro de esta, productos alimenticios (Informe del Estado del Ambiente, septiembre 2019, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación Argentina).

Considerando que producimos toneladas de residuos al año, muchos de los cuales tardan cientos o miles de años en degradarse dispersos en el ambiente, deberíamos pensar, antes que nada, en cómo reducir eso que generamos. Para los residuos plásticos, que son aquellos que nos traen más problemas, existen diversas estrategias de reutilización y reciclaje impulsadas por entidades gubernamentales o independientes que implican, para nosotros, la correcta separación de residuos. 

Planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) del Complejo Ambiental Norte III de Ceamse. Crédito: lacapitalmdp

No obstante, para aquellos residuos de naturaleza orgánica, las opciones son más limitadas a la hora del procesamiento a gran escala. Es por ello por lo que el compostaje constituye una alternativa ideal y muy positiva ya que reduce el volumen y el peso de los residuos en un 50% minimizando el impacto ambiental y evitando riesgos de contaminación. 

A lo largo de la historia, el ser humano ha sabido relacionarse con el medioambiente pensando más en todo aquello que pudiera obtener de él. Quizás sea el momento, quizás seamos nosotros, vos y yo, que con pequeñas acciones, como la separación de residuos y el compostaje en casa, aprendamos a demostrar que estamos dispuestos a colaborar con este mundo que habitamos. Poner manos a la obra —o en este caso, en la Tierra— ¡es nuestro desafío hoy!

Los héroes no tienen tiempo ni espacio: San Martín y Moisés

Hubo héroes que dejaron todo por alcanzar la libertad que hoy disfrutamos. 

¿En qué se parecen Moisés y San Martín? 

Pareciera una pregunta insólita, quizás hasta un chiste o algo que no tiene nada que ver un personaje con el otro. Déjame decirte que no es así. En esta nota, te voy a contar todas las cosas que tuvieron en común, a pesar de estar alejados en tiempo y en distancia. 

Ambos nacieron en momentos complicados. Como ya sabes, Moisés nació en el momento en que estaban los israelitas dominados por los egipcios. La esclavitud era lo que vivían y sentían desde hacía cuatrocientos años. 

A lo único que se dedicaban era a recolectar barro y paja, para fabricar el adobe. Esto no era el plan de Dios, debido a que ellos, a lo largo de su historia, se habían dedicado a la cría de ganado, como vemos en Génesis 47:4:

Hemos venido a vivir en este país porque en Canaán ya no hay pastos para nuestros rebaños. ¡Es terrible el hambre que acosa a ese país! Por eso le rogamos a usted [el faraón] que nos permita vivir en la región de Gosén. 

Por lo tanto, la sensación era de ahogo, de vivir en un lugar donde no tenían libertad, ni oportunidad de adorar al Dios de Israel. Ni siquiera podían dedicarse a lo que habían hecho sus antepasados en toda la historia. Como si fuera poco, al momento de nacer, Moisés fue perseguido por ser varón y hebreo. A último momento, su madre y hermana lograron salvarlo de la matanza. 

San Martín tuvo una situación similar: nació en Argentina, en el Virreinato del Río de la Plata. En esa época, ni siquiera éramos argentinos. No teníamos idioma, cultura ni soberanía propia. También llevábamos casi doscientos años de sujeción a España. 

No todo quedó allí. Las dos personalidades aprenderían bajo el dominio extranjero lo necesario para traer la libertad. 

Ilustración de San Martín. Crédito INJDP.

El exilio

A los 40 años, Moisés mató a un egipcio, que estaba maltratando a un hebreo en una construcción. Por esto, debió dejar la corte egipcia y huir hacia el desierto. Allí aprendió lo que correspondía a su verdadera identidad: vivir con una familia hebrea, aprender a pastorear ovejas, vivir en el desierto y adorar al verdadero Dios.

Como bien dice la autora María Sáenz Quesada (2006), en su ensayo La Argentina. Historia del País y de su Gente, Tomo I: “Los San Martín se volvieron a España (debido a que sus padres eran españoles) cuando José tenía 6 años. El niño se incorporó tempranamente al ejército” (Buenos Aires: Debolsillo). En Europa conoció que el gobierno no provenía del rey sino de la voluntad del pueblo. Era un cambio importante, que quería insertar en América. 

Como podemos ver, en estos dos casos, fue importante aprender en el exilio lo necesario para reencontrarse con su identidad. Luego debieron volver, para cumplir con su misión.

El retorno y la aplicación de lo aprendido afuera

A los 80 años, Moisés recibió el llamado para liberar al pueblo hebreo. Mediante la zarza ardiente, Yahvé le dio la indicación de volver a Egipto y traer a su pueblo a la tierra prometida. En relación a San Martín, a sus 34 optó por volver de España y comenzar a formar un ejército. También pretendió liberar al país del yugo extranjero. 

¿Cómo pudieron hacerlo, a pesar de estar tanto tiempo fuera de lo que se estaba viviendo? Por lo que aprendieron durante su etapa de formación. 

Moisés sabía cómo manejarse en la corte egipcia, cómo dirigirse al faraón y cuáles eran los dioses importantes para los egipcios. Las diferentes plagas que tuvieron en las tierras faraónicas correspondían a distintos dioses. No fue casualidad que distintos animales cayeran como plagas: era un mensaje divino que Moisés supo interpretar y advertir a los egipcios. 

Ilustración Moises

San Martín sabía que en España las cosas no iban bien. Conocía los enemigos de adentro y los de afuera. Sabía que ya no eran tan fuertes como antes. Además, sabía cómo era su ejército, su puntos débiles y fuertes. Aprendiendo todo esto, supo construir un ejército de la nada y liberar no solo uno, sino tres países. 

Finalmente, los israelitas pudieron salir al desierto y dejar atrás a Egipto. Igualmente, en América, pudimos ser libres y autónomos. Esto fue, gracias a estas dos personas que decidieron cumplir con su tarea, aunque ello involucrara dejar sus funciones como padres de familia.

Argentinos como hebreos o israelitas, pareciera ser que la libertad no fue la solución a todos los problemas. Terminada la etapa de ser esclavo o colonos, comenzaron los conflictos dentro del propio país o nación.

Ni Moisés ni San Martín, pudieron actuar mucho más allá de la independencia. El primero murió sin entrar a Canaán y el segundo, agotado de salud, decidió exiliarse nuevamente. Nosotros, ¿valoramos la libertad?

Cotidianamente, la libertad nos parece algo común, algo que siempre estuvo. Sin embargo, para ello, hubo héroes, personajes que dejaron todo por alcanzarla. Creo que es nuestra responsabilidad, defenderla y aprovecharla. No quiero entrar en lecciones de educación cívica, pero sí quiero dejar como mensaje lo siguiente: cuando no se defiende la libertad, es muy probable que se vuelva a ser esclavo del extranjero. Les sucedió a los israelitas y nos pasó como argentinos. 

Ese es el punto importante, y por ello, hay que estar agradecidos de los héroes que nos la permitieron.

Cuarto de guerra: Rendirse no es una opción

Una película que te recordará que cuentas con un arma poderosa que necesitas usar más que nunca.

Especial para aquellos que necesitan una dosis de fe en estos tiempos turbulentos, Cuarto de guerra es una película que desafía a todo creyente a afianzar sus tiempos de oración.

Este es un film estadounidense de los hermanos Alex y Stephen Kendrick. Con esta película, suman cinco cristianas en su haber: Lección de honestidad, A prueba de fuego, Reto de valientes y Cuarto de guerra. Todas reconocidas y recomendadas por aquellos creyentes que fuimos motivados con ellas.

Con un contenido dramático, el espectador se encontrará con la historia de un matrimonio interpretado por Priscilla Shirer y T.C. Stallings que atraviesa una crisis al punto de tambalearse. La esposa, Elizabeth, una agente inmobiliaria, se convierte en la vendedora de la casa de Clara, una anciana con una fe inquebrantable que quedó sola tras la muerte de su esposo.

La casa de la anciana no es como cualquier hogar. Cuenta con un cuarto que hace la diferencia, un “cuarto de guerra”. En ese lugar cuelga anotaciones, fotos y palabras que operan como una estrategia de guerra para la oración.

Entrenamiento para la batalla

Clara, la anciana, le dice a Elizabeth: «Si me da una hora a la semana, puedo enseñarle cómo pelear de la manera correcta con las armas adecuadas”. Desde entonces, comienza a discipularla y esto lleva a la joven a un cambio radical. Dejará las medias tintas y decidirá pelear para salvar a su familia por medio de la oración.  

Tony, el marido de Elizabeth, está decidido a renunciar a su compromiso con ella y con su hija Danielle, interpretada por la actriz Alena Pitts. Sus planes se ven frustrados cuando su esposa comienza a luchar en oración por recuperar a su familia. 

Cuarto de guerra es una historia que inspira a los militantes de la fe en Jesucristo a pelear la batalla diaria de la vida en oración. Nos hace reconsiderar nuestra realidad respecto a esta y nos inquieta a convertirnos en guerreros que adoptan a la oración como un estilo de vida. Entenderás que tienes a tu disposición un arma, a través de la cual Dios obrará trayendo cambios notorios en medio de cualquier situación que puedas atravesar. 

La película rompió récords en Estados Unidos, a pesar de las criticas negativas que recibió de ámbitos no cristianos que la tildan de “cursi”. Sobre todo, apuntan contra el mensaje central. Aseguran que es incorrecto estimular a la mujer haciéndola pensar que sus problemas maritales provienen del diablo. Estos comentarios no condicen con el éxito logrado: el film se colocó como una película taquillera y recaudó 74 millones de dólares en todo el mundo.

 

Libérate del veneno de la culpa

Culpa, culpa y más culpa después de hacer eso que te prometiste no volver a hacer y sentir que sos un error. ¿Cuántas veces luchaste con ese sentimiento por caer siempre en lo mismo? Todos pasamos alguna vez por allí y desde mi experiencia personal quiero compartirte la diferencia entre arrepentimiento y culpa.

Recuerdo la película de Spiderman 3, la versión de Tobey Maguire. Sí, no es la gran película, de hecho, la 2 es mejor. Pero en esa película me llama poderosamente la atención Venom, un simbionte que necesitaba tomar el control de alguien para vivir. Esto lo hacía sentir que lo «potenciaba», pero en realidad lo estaba usando. 

Lo loco es que un enemigo tan poderoso se rendía o sufría el sonido super agudo y ensordecedor. Cuando recuerdo esto me direcciona ese ruido a la culpa. Ese sentimiento tan contaminante que se nos pega tan seguido que a veces creemos que no nos podemos librar de él. Es como Venom, literalmente, un veneno.

Existe una diferencia entre arrepentimiento y culpa. El arrepentimiento es el darnos cuenta de nuestros errores y buscar un camino de cambio. En contraste, la culpa es sentir un peso por nuestro mal accionar sin poder hacer nada para cambiar, solo destruirnos más.

Esto sucede mucho cuando venimos a Jesús por primera vez. Entendemos que las cosas son hechas nuevas y avanzamos con fe en esa promesa, pero cuando el tiempo pasa y erramos una y otra vez, nos empezamos a llenar de culpa, a sentirnos condenados constantemente. 

Lo que se olvida en esa situación es que Jesús ya pagó estos pecados en la cruz. Los pasados, presentes y futuros. Cuando nos arrepentimos genuinamente, aprendemos que no es una invitación a pecar sino a ser libres del pecado. 

De hecho, la culpa es tan destructiva que generamos la tendencia a alejarnos de Dios por no sentirnos «puros o santos», olvidando que Él es el que nos santifica. Por eso, el alejarnos nos corrompe, el acercarnos a Él nos da vida.

Además, ese sentimiento nos lleva a la resignación pensando que un cambio es imposible, una esperanza futura es inútil, porque nosotros no cambiamos. Es decir, pone el foco en lo que hacemos y no en lo que el Señor puede hacer en nosotros.

En cambio, el arrepentimiento busca los medios para cambiar ese error en una oportunidad. Busca a Dios porque sabe que Él es el único que puede redimir el alma de su pecado. Tanto el arrepentimiento como la culpa entienden que somos pecadores. Esa es una verdad. Pero también es una verdad que Dios tiene nuevas misericordias para vos cada día, lo entiende el arrepentimiento, no la culpa.

Verdadero arrepentimiento en lugar de culpa

Quiero darte algunos consejos prácticos que están en la Biblia y hablan de cómo abandonar la culpa y optar por un arrepentimiento genuino, es decir, usar esa condición de aceptar tu error y hacer algo para buscar un cambio.

David lo entendió muy bien y lo explica detalladamente en el Salmo 32. Te invito a leerlo, preferentemente en la versión NTV. De este salmo podemos sacar algunos puntos clave:

-Sin culpa podemos vivir en transparencia. 

-La confesión es la clave. El arrepentimiento nos impulsa a la acción, a la búsqueda de una solución divina. Busquemos los brazos del Padre, donde encontramos libertad al confesar nuestros pecados.

-Dejar de ocultar la culpa, liberarnos de ella. La culpa es como Venom, insisto. Si no te despojas de ella te consume, te devora por dentro y por fuera. El entender que la culpa solo es una prisión debería ser suficiente motivación para buscar esa libertad en Dios.

-El Creador nos transforma. Al darnos libertad nos regala el calor de su amor y el sensible sonido de su voz diciéndonos: “Te amo”.

No lo olvides, Venom no puede ante los sonidos sensibles y suelta a su presa. Cuando actúes en fe, en abrazar el amor de Papá, te arrepientas y te dejes amar, el veneno de la culpa no tendrá otra opción que soltarte.

Para cerrar, cuando nos liberamos de la culpa accionamos. El arrepentimiento acciona, la culpa retiene. Por eso te invito a buscar al Divino Creador, es Dios quien nos transforma. Jesús te hizo libre de toda culpa. Eres libre.

¿Cómo interpretar los caprichos del cuerpo ?

Cuando tenemos unas ganas desesperadas de comer algo en concreto decimos que tenemos un antojo, una señal que nos envía nuestro cuerpo para cubrir una necesidad nutricional inminente. El problema viene cuando la interpretación de ese antojo es cubrirlo con ingredientes poco saludables; la buena noticia es que sabiendo interpretar esos mensajes podremos estar atentos para balancear nuestra alimentación. 

En la nota de hoy contaremos con la palabra de la Lic. en Nutrición Victoria Raush (Instagram @victoria.nutricion) que nos ayudará a decodificar estas situaciones.

LC: ¿Por qué nuestro cuerpo puede llegar a tener distintos antojos o ganas repentinas de comer algo específico? 

VC: El famoso “antojo” se define como aquel deseo intenso por consumir cierto tipo de alimentos. A diferencia del hambre fisiológica, la cual aparece de manera progresiva y puede ser saciada con cualquier alimento, los antojos generalmente están ligados a un “hambre emocional” cuyo deseo se caracteriza por su aparición repentina y debe ser saciado con el alimento que se antoje. 

Son varios los factores que llevan a desarrollar este deseo, entre ellos una rutina alimentaria desorganizada, alteraciones en el sueño, deficiencia en algún nutriente específico, vivencias emocionales fuertes, etc. Sin embargo, el factor más estudiado que lleva a despertar el deseo de antojo es el estrés. 

El estrés afecta de manera directa a la salud, facilitando la aparición de determinadas patologías o aumentando la probabilidad de que aparezcan conductas alimentarias inadecuadas, como un constante deseo de antojo, pudiendo alterar los patrones de consumo. A su vez, existe una conexión denominada “eje intestino-cerebro” por lo que se sabe que lo que ocurra a nivel emocional afectará a nuestras elecciones alimentarias. 

LC: ¿Es lo mismo tener antojo dulce, salado, de una comida en particular, etc.? ¿Qué nos puede estar diciendo nuestro organismo? 

VC: Una posible razón por la cual se antojan alimentos con alto porcentaje de azúcar y grasas, como facturas, tortas, postres, pizzas, hamburguesas, etc., es que estos suelen contener un alto porcentaje de triptófano. El triptófano es un aminoácido necesario para la producción de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor caracterizado por brindar una sensación de plenitud y felicidad.

Es decir, nosotros no podemos encontrar serotonina empaquetada en los alimentos pero sí podemos encontrar este aminoácido esencial para su producción.

A su vez, el alto contenido de azúcar y grasas de estos alimentos provocan una gran secreción de insulina, la cual facilita la entrada de triptófano al cerebro para la producción de serotonina, brindándonos una sensación de plenitud tras su consumo. Cuando nos sentimos tristes o estresados, el cerebro busca indirectamente estos alimentos ricos en azúcar y grasas para obtener una sensación de plenitud y bienestar.

Créditos: Freepik

LC: ¿El antojo tiene alguna relación directa con nuestra alimentación regular? 

VC: La causa más frecuente en la relación a los antojos y la alimentación es la rapidez con la que se vive. La rutina diaria lleva a comer muy rápido, a no desayunar y a cenar más abundantemente. Esto provoca que las necesidades alimentarias se satisfagan inadecuadamente desde el punto de vista calórico y nutritivo. 

Las grandes o mínimas ingestas, sumado al gasto calórico ocasionado por la rutina y el estrés, lleva al cerebro a elegir alimentos ricos en hidratos durante el día para contribuir a su gasto energético, utilizando glucosa como fuente primaria.

La alimentación es una de las actividades que se tiende a desatender más cuando la persona se encuentra estresada, esto provoca una rutina alimentaria insuficiente o desproporcionada en carbohidratos, lípidos y proteínas, e incrementa el consumo de “comida chatarra”. 

Una buena alimentación es fundamental para mantener el cuerpo sano, pero también la mente. La dieta influye en el modo en que uno se comporta y en cómo se perciben los hechos de nuestro entorno. Cuando esta es saludable, como la mencionada anteriormente, disminuye el nivel de irritabilidad, inflamación y estrés en las personas, mientras que una compuesta principalmente por comida rápida y bebidas azucaradas tiende a aumentar los niveles de ansiedad, irritabilidad y deprimen el sistema inmune. 

LC: ¿Podemos generar saciedad sustituyendo los alimentos de los que estamos antojados por opciones más saludables o eso provocaría un efecto contrario? 

VC: Ciertos alimentos pueden ayudar a mejorar la adaptación del organismo al estrés y, por el contrario, otros la empeoran. Los que aumentan el estrés son el alcohol en cantidades altas, el café, la sal en exceso, etc. Niveles elevados de glucosa en sangre pueden producir irritabilidad y agotamiento. 

Los alimentos que tienden a calmarlo son, por ejemplo, las frutas y verduras que poseen grandes cantidades de vitaminas y minerales, nutrientes que además refuerzan el sistema inmunológico. Una dieta variada rica en frutas, vegetales, legumbres, frutos secos, semillas y preferentemente pescado frente a carnes rojas, aporta cantidades equilibradas de triptófano y compuestos antiinflamatorios favoreciendo al bienestar físico y emocional.

LC: ¿Por qué es importante entender qué es lo que nuestro cuerpo nos está comunicando? En una dieta balanceada, ¿hay lugar para los antojos?, ¿cada cuánto podemos darnos la chance de comer «comida chatarra»? 

VC: Si bien es importante controlar los antojos, se debe tener en cuenta que estos son solo una manifestación de una causa que subyace. Es decir, si queremos controlarlos debemos subsanar o aprender a manejar aquello que nos esté provocando un desequilibrio emocional o generando estrés. Por lo tanto, no debemos preocuparnos tanto en qué comemos cuando tenemos ansiedad sino en qué es lo que la está provocando.  

¡Y por supuesto! En una dieta equilibrada hay lugar para dulces, postres u otros alimentos que nos gusten mucho, pero lo ideal es reservar su consumo para ocasiones donde se comparta un momento especial con amigos o familia, evitando que estos formen parte de nuestra rutina diaria en grandes cantidades. 

Entregale tus temores a Jesús

Si dejas tus temores en las manos de Jesús tu vida cambiará por completo

Hemos visto muchos testimonios con Jesús, ahora quiero comentarte el mío. Siempre comienza porque Dios mueve su mano sobre nuestra vida y el mío comenzó cuando llego a una Campaña a los 35 años. 

Recuerdo que me había comentado mi papá que, en una reunión evangelística, una mujer se había manifestado, se revolcaba y gritaba que había que quemar las Biblias. Mis padres en esa época iban a una iglesia de los Hermanos Libres. 

Me llamó tanto la atención esta situación que le dije a María, mi esposa, de la posibilidad de ir a una Campaña. Nos organizamos y fuimos hasta San Justo, zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Llegamos a una sociedad de fomento en donde se realizaba la campaña. Había música y gente cantando al Señor, el lugar estaba lleno, no había espacio para sentarse. Nosotros, con mi esposa, mis hijitos y mi abuela, estábamos en el fondo parados. 

El Señor le habló a mi corazón

Esto ocurrió en el año 1979, el audio antiguo era a válvulas, había mucha gente y se escuchaba muy pesadamente, se escuchaba muy mal, pero escuché, en medio de toda esta situación, una voz que hablaba a mi corazón: “Carlos lleno de temores: temor a la vida, temor a la muerte, temor a perder tus bienes, temor por tus hijos, temor por la enfermedad”. Escuchaba en mi corazón un montón de cosas relacionado con los miedos que tenía de la propia vida.

Cuando escuchaba esto me sorprendí pensando en el interior de mi corazón. Mientras reflexionaba todo esto, el Señor hablo a mí corazón y me dijo: “Entrégame tu corazón, tu vida, tu casa, tus bienes, tus futuros, tus hijos, ¡no temas Carlos!!”. 

Justo en ese momento yo estaba conmovido. Escuchaba al predicador y también miraba a mi alrededor y comencé a llorar. Mientras ocurría esto el predicador preguntó: “¿Cuántos en esta noche quieren recibir a Jesús en su corazón?”. 

Miré a mi esposa, mientras lloraba. Le toqué el hombro a María y le pregunté si quería recibir a Jesús junto conmigo. Ella, levantando su mirada, también con lágrimas en sus ojos me respondió que sí. Entonces, puestos de pie entregamos esa noche nuestro corazón a Jesús para siempre.

La Biblia nos dice en 1 Juan 4:17,18: “… En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor…”.

Por ello en este día quiero invitarte para que también puedas conocer a Jesús. Él ha mirado tus lágrimas, tu dolor. Él ha mirado tus miedos, tus temores, tus inseguridades, solo espera que le entregues tu corazón y tu vida cambiará por completo. Tómate de la mano de amor de Jesús hoy y para siempre, y tu vida será bendecida por Él.

FIFA 21: Jugar al fútbol a través de la pantalla

¿Quién no ha escuchado frases como “Este finde sale torneo de FIFA”, “En el FIFA te tengo de hijo” o un sin fin de frases similares? Pero también podes ser una de esas personas que se pregunta ¿qué es el FIFA?, hoy vengo a contarte de qué se trata y mucho más.

El FIFA es un simulador virtual de fútbol en el que podemos jugar con equipos del mundo real y estrellas como Messi, Cristiano y otros jugadores de las grandes y pequeñas ligas de fútbol del mundo. Cada año sale una nueva edición, y en septiembre de este año salió FIFA 21, un juego de la empresa Electronic Arts, disponible para comprar en PS4, XBOX ONE y PC.

Crédito: EA Sports

Ahora la gran pregunta que le da sentido a FIFA: ¿qué lo hace tan atractivo? La primera se responde con todo el contenido que ofrece, por ejemplo, los diferentes modos de juego en los cuales podemos representar a nuestros equipos y jugadores favoritos en torneos reales como la UEFA Champions League, la Copa Libertadores y tantos otros torneos a nivel mundial.

Además, existe el Modo Carrera, en el cual podemos crear a cualquier personaje, incluso nosotros mismos, y competir por alcanzar el máximo nivel en el fútbol mundial. Esto significa jugar en los clubes que siempre soñamos y hasta con nuestras estrellas favoritas, como competir en una final con Messi en el Barcelona y salir campeones de la Champions ¿Nada mal no?

Pero lo que realmente vuelve competitivo al FIFA es el modo Ultimate Team, en el cual los jugadores van creando sus propios equipos con otras personas que juegan en línea. De esta forma, jugadores reales durante las semanas van obteniendo, a medida que compiten, y escalando posiciones en los torneos de fin de semana conocidos como FUT Champions.

Crédito: EA Sports

En esta modalidad se genera un ranking mundial, en el que FIFA otorga premios a los primeros puestos, y sobre todo la posibilidad de competir en torneos de FIFA con grandes premios en efectivo. Esto produce que hoy en día existan clubes gamers de e-sports (deportes electrónicos) que buscan competir a nivel mundial. Por ejemplo, la AFA tiene su propio equipo así como también lo tienen los grandes clubes de Argentina, hasta el Kun Agüero creó este año su propio equipo de e-sports, increíble.

Así que eso es FIFA, un gran videojuego lleno de atractivo y competencia. Pero lo que realmente vuelve único a este juego para poder conectarnos con amigos y pasarla bien,si no perdemos todos los partidos.

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