El pasado martes se realizó el encuentro en Salón Sur de la Casa Rosada que contó con la participación de ocho ministerios, incluyendo los representantes de la Jefatura de Gabinete. Allí se llevó a cabo el primer foro para alcanzar Justicia Menstrual, al que asistieron más de 100 funcionarias de todo el país.
En la reunión se expuso sobre la menstruación femenina y cómo es que esto afecta la calidad de vida de la mujer. Sin embargo, el nombre del foro resultó disonante, aún más cuando se habló de la necesidad de ajusticiamiento para las personas menstruantes.
Incluso, durante el encuentro, Dora Barrancos, asesora de presidencia, dijo que “la gestión menstrual va a ser política de Estado” y sentenció que “no hay justicia social sin justicia de género”.
Jael Ojuel, Directora del Equipo de Bioética de ACIERA y ginecóloga obstetra especialista en fertilidad, reflexionó que “la mujer no necesita ser ajusticiada por su condición natural femenina, pero sí por situaciones que dañen su vida o su integridad física o moral”.
Si bien el proyecto de ley se basa en asistir a aquellas mujeres que no tienen los medios para acceder a los artículos de higiene femenina, lo que generó ruido fueron las afirmaciones sobre la desigualdad como una cuestión de género y no como un factor social.
“Debemos tener cuidado y abrir los ojos para ver que, en determinadas palabras, lo único que hace el Gobierno es imponer ideologías, y no promover derechos”, consideró Jael Ojuel.
La diputada nacional por el PRO en la Ciudad de Buenos Aires, Dina Rezinovsky, aseveró que “la menstruación no necesita ajusticiamiento”, aunque reconoció que “las mujeres afrontan todos los meses gastos que se tornan caros, y estoy de acuerdo con la disminución del IVA en los productos de higiene femenina”. Pero a lamentó que “todos los proyectos que se presentan últimamente tienden a bajar una ideología de género que provoca confusión”.
Más allá de los contrapuntos, el proyecto fue presentado a presidencia de la nación para que se discuta en ambas cámaras.
Josué “Josu” Sosa es un productor de 22 años que vive en un pequeño pueblo llamado Verónica, en el partido de Punta Indio, provincia de Buenos Aires. Allí tiene su home studio (Selah). Ya ha trabajado con varios artistas y músicos tanto a nivel nacional como internacional. Está finalizando su carrera de ingeniería en sistemas en la UTN (Universidad Tecnológica Nacional). Es líder de la banda Selah Worship, que ha realizado covers con invitados de todo el mundo. Actualmente ha sido convocado por iglesias de California (Estados Unidos), para ir a producir, dar talleres y recibir capacitaciones especiales en Bethel Church y Hillsong California.
LC: Hoy en día te encuentras produciendo no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional pero ¿cómo fue que comenzaste? J: A nivel nacional podría decirse que muy poco. Parece que la gente en Argentina le tiene miedo a este mundo, no sé por qué. Ni siquiera pregunta o después la gente que se anima lo hace con personas cercanas y con eso le alcanza. Pero “los gringos” tienen los fierros, ellos saben el valor de lo que es hacer ese tipo de cosas y no se quieren meter a hacerlo, por lo que prefieren pagar por eso.
Está bueno salir un poco de la frontera y hacerse más conocido, también por el ingreso económico. Pero en cuanto a artistas de allá uno nunca sabe, me han llegado contactos que me pregunto: “¿De dónde salió?”.
Es chiquito el mundo de la producción. Si te quedas en tu lugar, produciendo a tu amigo de barrio siempre, mueres como productor. No te queda otra que hacer contactos. Por eso salí afuera, ofreciendo mi trabajo gratis. Mi técnica fue poner hashtag en Instagram y ponerme a buscar covers. Ponía a los cantantes que más me gustaban, los iba guardando e iba armando mi portfolio.
Busqué músicos que nadie conocía y que tuvieran menos de 7000 followers. Eso es importante, porque si no, no te dan bolilla. Ver que son competentes, que son personas que a veces tampoco tienen los elementos para grabarse. Pero si tienen a alguien que lo haga y el sonido que expresan es uno que uno diga “Apa, acá hay potencial”, hay una posible producción que puede salir hermosa.
Una vez una amiga, la cantante Paula Prieto, me dijo: “¿Por qué no te animas a decirle a algún productor o alguien que admires, le mandas un mensaje a ver si quiere hacer algo contigo? Bueno, lo hice, le escribí a un músico, Dimiter Yordanov, y me presenté como productor argentino.
LC: O sea, estabas convencido de que eras un productor, aunque todavía no tenías mucha carrera. J: Exactamente, fui totalmente confiado, te tienes que poner en el papel, ya lo eres. Yo ya había realizado producciones acá y empecé a trabajar con él y le encantó. Hicimos un cover, produjimos un par de cosas más y nos hicimos amigos. De esta manera fui creando contactos, redes y no me quedó otra que empezar a hablar en inglés.
Si bien ya sabía un poco, aprendí la manera de comunicarme y me puse más canchero. Y con la gente de otros países también tienes que hablar en inglés, por más que sean italianos o de otros países. Ya no necesito traductor para entender lo que dicen, pero para hablar ahí a veces es un poco complicada la cosa, pero nada que no puedas hacer para comunicarte. De ahí hice contactos con Italia y me topé con personas que nunca pensé que iba a toparme.
Así que en resumen fue eso, buscar hashtags, canciones que me gustaban, mandarles a 100 personas y de esas 100 que 20 contestaran y, de estas, 5 que concretaran algo, y así aprender a relacionarme con el exterior.
LC: Hay muchos mitos acerca de este oficio, por ejemplo que “En este país es imposible vivir de esto” o “Es casi imposible dedicarse 100% a la producción musical”. ¿Crees que hoy en día es realmente complicado dedicarse a la producción musical? J: Sí o sí necesitas armarte un flujo de trabajo bastante corrido, gente que te conozca. Es como cuando pones un negocio por primera vez, entre los seis meses y el año no tienes nada de ganancia. Pero si te estás armando tu clientela, entonces sí o sí no te queda otra que empezar. Porque tú te puedes recibir en la universidad, pero si no produces, como productor tienes lo mismo que un ingeniero que se acaba de recibir y nunca trabajó. Entonces ese es el tema importante: armar tu clientela, armar contactos, muchos contactos, muchos amigos. Ellos te van a ir recomendando a otra gente que a la vez te va a ir recomendando con gente que nunca hablaste nada pero te conocen, sobre todo en Instagram. Yo utilizo mucho las redes, porque al estar en un Narnia (dice Josu en tono irónico refiriéndose a su pueblo en Verónica), prácticamente un pueblo alejado de la vida, la única manera de que me conozcan es por las redes.
LC: ¿Dirías entonces que el hecho de vivir lejos de la ciudad fue algo que en vez de perjudicarte te benefició? J: Yo vivo en La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires) durante el año, porque estudio ahí y me pongo a pensar y creo que para los que viven en la ciudad no hay tiempo para nada. La gente que vive en la ciudad vive a un ritmo súper acelerado y, a veces, le terminan dedicando a la producción un tiempo mínimo.
Esto te hace crecer, pero creces poquito y no te queda otra que respaldarlo con otros trabajos. Yo gracias a Dios, en mi pueblo, estoy en la casa de mis padres y en la pandemia tuve que pagar el alquiler de mi departamento en La Plata pero el resto de las ganancias lo usé como inversión para la producción.
Yo creo que en Argentina, el primer paso es entender que esto de la producción tiene un costo bastante elevado y ahí está la clave: invertir siempre y no malgastar. Pero tienes que meterte a investigar y dedicarle horas de tu día a conocer y aprender. Yo no es que arranqué a producir hace diez años y creo que con lo que yo viví en estos poquitos años produciendo me quedó demostrado que más allá del mérito propio, muchas veces no es el mérito sino los contactos.
LC: ¿Qué influencia tiene el productor musical dentro del artista y del material musical? J: La idea que yo tengo es que el productor es un artista también, es decir, es un pintor, prácticamente, tiene que crear y poner de su imaginación. Muchas veces los productores tienen su estilo, y su incidencia es muy grande, no sé si me atrevo a decir que es más grande que el artista, porque el productor recrea utilizando recursos que ya conoce y las va combinando.
LC: Este suele ser tema de debate pero ¿el productor necesariamente debe ser también músico o crees que se puede ser productor sin tener conocimientos sobre música o instrumentos? J: Yo creo que poder se puede, el tema es que el camino es super difícil. Hay productores que arrancaron sin saber nada de música, hay por ejemplo DJ conocidos que no saben de lenguaje musical, no saben de teoría, pero si tienen el conocimiento que tendría cualquier persona cuando escucha ritmo. En el comienzo los DJ no eran músicos sino gente que le gusta mezclar música, que le gusta mezclar una canción con la otra, escucharla y hacer su propia versión.
El tema es que sí o sí, en algún momento no muy lejano, se ven obligados a aprender, porque después cuando un músico te encarga algo creado, tienes que saber traducir lo que está diciendo, tratar de plasmar los sentimientos del artista.
La definición de música es el arte de combinar sonidos de forma sucesiva y simultánea de tal manera de transmitir y educar sentimientos. Por lo tanto, es necesario para un productor ser músico o conocer cómo funciona, pero no es requisito primordial, es meterte y darte cuenta de que si sos productor y sos músico, el salto que vas a pegar va a ser muy grande porque estás ahorrando tiempo.
LC: Hablaste acerca de que el trabajo de un productor es potenciar el material musical, pero ¿tú qué piensas?, ¿el productor influye en la identidad del artista? J: A veces, no siempre. Hay artistas que tienen en claro lo que quieren, entonces si su identidad se ve comprometida con cierto productor, prefieren ir por otro lado. Pero también están los que no saben lo que quieren, entonces, si son muy nuevos, le dicen al productor “Haz lo que quieras” . Ahí ya está impartiendo y fusionando la identidad de productor con la identidad del músico. Otras veces el productor dice: “Bueno, me tengo que parar en el lugar del artista”, para dar lugar a las referencias, los estilos que él escucha, qué es lo que le gusta. Entonces, trata de hacer lo que él artista quiere y trata de representar su imagen en eso. Podríamos decir que en la mayoría de los casos en donde se deja fluir al productor su identidad se termina metiendo en la identidad del artista.
LC: Te llamaron para ir a trabajar a los Estados Unidos. ¿Cómo se dio esa oportunidad? J: Siempre me gustó la idea de viajar, quería hacerlo. De chico oraba por eso, y no vengo de una familia pudiente, nunca nos fuimos de vacaciones ni nada de eso. Así que en la secundaria, como tenía mucho tiempo libre, me dediqué a invertir en cosas que me pudieran servir en algún futuro, inclusive papeles. Es por eso por lo que con los ahorros e ingresos pequeños que iba teniendo saqué el pasaporte, y con el tiempo saqué la visa. Recuerdo que todos me preguntaban si iba a viajar y yo respondía que no, no iba a viajar a ningún lado, pero tenía todo para poder hacerlo en algún futuro y guardé todo en un cajón.
Vivimos en un país muy volátil, el dinero no te dura nada, así que no me quedaba otra que invertir en algo que mantuviera valor y que pudiera usar en el futuro. De esa manera mantuve mi mirada, compré pedaleras aunque nunca toqué en vivo, nunca en una banda, pero en algún momento las iba a tener que utilizar. Me armé mi home studio y de a poco me fui equipando más y años después hablé con un chico de Hillsong Buenos Aires, que me invitó a hacer un viaje misionero. Yo lo veía como algo super lejano, y no creía que pudiera ocurrir, pero este amigo me hizo ver que era en serio y me invitó a sumarme, porque habían visto mi trabajo y me necesitaban para hacer sonido y participar en el área musical.
Finalmente no se terminó dando. Un año después, me llamó gente de una iglesia de California, que habían tenido contacto con ese grupo de misioneros que me había invitado anteriormente. Estuvieron viendo mi trabajo, buscaban alguien que pudiera dar todo su tiempo allá y me dijeron que me invitaban a trabajar con ellos en varias iglesias de California, produciendo en estudios, dando talleres y estudiando en Bethel Church y Hillsong . Lo más loco es que me dijeron: “El dinero para vos está”, no me tenía que pagar nada, ni estadía, ni comida e incluidos mis estudios en Bethel Church y Hillsong California.
Cuando el coordinador vino para Argentina tuvimos reuniones y me dijeron: “Lo único que necesitamos es que tengas la visa tramitada”. A lo que respondí: “La tengo hace años”. Ya tenía todo lo necesario para salir del país, porque había invertido en eso antes, lo cual me ahorró tiempo y dinero. Por el tema de la pandemia no pude hacer el viaje, por eso en el mes de marzo ya viajo para allá.
Con todo esto empecé a unirme cada vez más con grupos de trabajo de California, gente que me empezó a conocer y me empezó a llamar para producir con ellos, lo cual hizo crecer el abanico de contactos. Así que voy a estar trabajando como productor en estudios allá y en iglesias.
LC: Eso demuestra lo importante que es prever y prepararse a futuro. Mencionaste que habías invertido en equipamiento para tu home studio y ya que estamos hablando de la inversión: ¿crees que un equipamiento caro y de calidad garantiza una buena producción? J: No, para nada. Pero si un buen productor trabaja con un equipamiento caro, eso sí te lo garantiza, es un conjunto de ambas cosas. Yo arranqué produciendo con la “Cristinetbook” (dice Josu refiriéndose a la netbook del gobierno), no hay excusa hoy en día.
LC: La mayoría de tus producciones estuvieron relacionadas con el worship y el góspel. ¿Por qué crees que se dio por ese lado? ¿Y qué otros estilos te gustaría producir que no hayas trabajado hasta el momento? J: Yo iba a una iglesia chiquita, pero con los mejores músicos del pueblo, y cuando ellos se casaron se fueron. El nivel musical bajó, y yo quería que siguiera sonando como sonaba antes. Entonces me empecé a meter, conocí lo que era el Mainstage, me compré una Mac viejita pero que me soportó los programas que yo quería usar.
Empecé a investigar lo que era el worship, que en ese momento no era un estilo, no era una categoría. Pero después, como todos los productores encuentran una fórmula y la repiten, entonces empecé a hacerlo hasta que logré tratar de reproducir lo que escuchaba. Llevó mucho trabajo.
El vivir en un pueblo me potenció a tratar de aprender a hacer sonar y reproducir lo que yo escuchaba. Pero mi estilo principal no es el worship, el estilo que más me encanta es el punk, el post hardcore, escuchas eso y dices: “¿Josu, escuchas esa música?”, o sea nada que ver a lo que hago. pero me encanta. Yo soy más de Deny, Paramore, Avenged Sevenfold, Switchfoot que es mi banda principal, y no puedo evitar encontrarme con muchos sentimientos cada vez que escucho una canción de ellos. Y creo que el worship está totalmente influenciado por estos estilos, por eso creo que conectaron bien.
Y si hablamos de qué otros estilos me gustaría producir, serían estilos de bandas como Sullivan, Fila 9, Valor interior, Deny, y para hacer eso tendría que meterme más en el ambiente y góspel también. Ahora, por ejemplo, me metí en el góspel, y cuando te metes en esos rubros creces un montón y empiezas a disfrutar más. El worship es mi zona de confort y creo que ya es tiempo de salir y seguir creciendo con más estilos, no solo el que ya vengo trabajando.
LC: ¿Qué opinas de la producción dentro del ambiente cristiano? ¿Crees que se está logrando innovar y aportar a la cultura en general? J: Sí, hay muchos cambios, el worship de ahora no es el de antes. Ahora hay cosas como vocoders y elementos que usaba Justin Bieber en el 2015. Empezaron a traer las producciones de afuera a la iglesia, antes Young and Free no era música para alabar, no era tan aceptado en algunas iglesias, y hoy en día se tocan hasta en las conservadoras. Hoy en día la producción dentro del ambiente cristiano está totalmente influida por música secular.
La influencia musical cambió hasta el público protagonista, es la era de los jóvenes, ellos tienen el control, ponen sus estructuras, y en eso la música tiene un gran peso. Todo eso hizo que las iglesias evangélicas hasta cambien su estética y la modernicen a una estética más juvenil.
LC: Muchas veces se habla de la música cristiana como un ambiente que no logra salir de ese círculo. ¿Crees que es así? ¿De qué forma crees que se podría llegar a un público más general y más amplio sin perder la identidad cristiana en la música? J: Hoy en día hay música cristiana que ha salido mucho de su círculo, por ejemplo Oceans de Hillsong es conocida en todo el mundo. Creo que la manera de salir del círculo es animarse a hablar de todo, hay muchos temas para hablar, muchas razones para cantar, no solamente temáticas de adoración, y muchos motivos por los cuales puedes generar un mensaje, y salir del círculo. Por ejemplo Corto Plazo tiene canciones que las pueden escuchar cristianos y las disfrutan, pero también las pueden escuchar no cristianos y también las disfrutan por su contenido, genera sentimientos.
El cristiano no debe ponerse tibio, pero tiene que entender que estamos en una época en donde uno necesita transmitir amor. Obviamente que Dios es amor, pero Él es justo también, y Dios dice “Ámense unos a otros”. Lo dice como la ley más importante. No te sirve ser el mejor músico, el mejor adorador o predicador si no tienes amor.
Santiago Benavidez es un músico que logra transmitir eso, y él puede hablar de cualquier cosa. Switchfoot es otra banda que ha logrado salir del círculo. El cristiano no está llamado a encerrarse en cuatro paredes, de hecho el significado de “iglesia” es Ekklesia, estamos llamados a afuera. Es vivir reflejando el Evangelio antes que cantarlo.
LC: ¿Qué sigue de ahora en adelante?, ¿tienes algún otro proyecto en mente? J: Me gustaría tener un estudio propio y empezar a producirme a mí. Tengo el proyecto de mi banda, pero empezar a hacer una carrera propia, con canciones que yo cree y que me gusten, y el proyecto de tener redes sociales que me permitan tener una influencia, poder enseñar, tener patrocinio, como lo que se me está dando ahora con Daddario.
LC: ¿Qué consejos crees que podrías darles a personas que sueñan y aspiran con ser productores? J: Lo primero es que empiecen, que empiecen algo y lo terminen. La mayoría o no empieza o deja las cosas por la mitad, empezar algo y llegar hasta el final. Lo segundo es aprender a recibir las críticas de todos lados, recibir críticas hirientes, buenas, pero hay que recibirlas igual porque todo sirve. Y algo importante, si alguien que no es productor o músico te dice que algo anda mal, escúchalo, porque si alguien que no conoce, ve que algo está mal, entonces es muy probable que eso te mate. Toda opinión vale.
Siempre conviene tener alguien que te acompañe, que sepa, y que te aconseje cuando lo necesitas y poder tener la libertad de pasarle cosas para que escuchen y te den una devolución. Produce con lo que tengas, si tienes la “Cristinetbook” produce igual, lo importante es dar el primer paso.
¿Por dónde empezar para entender los secretos más guardados en las familias donde hay abuso? Cada cultura, cada época, cada sociedad, cada religión, cada familia generan su propia comprensión de la niñez, de los maltratos, de los abusos sexuales y sobre todo de los agresores sexuales.
Ideas y teorías populares avanzan y retroceden, permanecen ocultas, pero siempre llenas de mitos y secretos. Entonces, se piensa que los abusos son hechos excepcionales, que es un problema de los barrios pobres, de las familias con consumos problemáticos.
Que las niñas y los niños son muy fantasiosos, que las iniciaciones sexuales son parte de ciertas culturas, que son problemas que se debe resolver dentro de la familia, dentro de las iglesias. Que, las madres saben y entregan a sus hijas, que las niñas provocan y los hombres “no son de fierro”, que los varones raramente son abusados, que los niños y las niñas olvidan rápidamente lo sucedido sin problemas.
¿Será que los abusos sexuales no producen daño?
No es infrecuente escuchar que lo que daña al niño o a la niña son las reacciones de las personas adultas ante la develación de un abuso. Que, en realidad, no tienen conciencia plena de lo sucedido ni se avergüenzan por ello en la medida de que los demás no se enteren.
La realidad es muy distinta. Cualquier niño o niña que pasa por una situación traumática que sobrepasa su capacidad psíquica de elaboración, recurre a un mecanismo de defensa conocido como disociación. Este mecanismo que permite la supervivencia frente a los abusos y/o maltratos es el que produce serias escisiones en la personalidad.
Por otro lado, ¿cuánto puede un niño o una niña sostener esta situación? A veces por muchos años, otras por toda la vida, mucho más cuando devela la situación de abuso y no se le cree. Esto puede llevarlo a serios trastornos de la personalidad con un marcado empobrecimiento y bloqueo de las potencialidades al guardar por años el gran “secreto familiar”.
¿Quiénes son las víctimas?
Todas las investigaciones coinciden en que las víctimas, mayoritariamente, pertenecen al género femenino. Simón David Finkelhor (sociólogo estadounidense conocido por su investigación sobre el abuso sexual infantil y temas relacionados. Es director del Centro de Investigación de Delitos contra Niños) considera que una de cada tres mujeres ha sido o será abusada sexualmente por un miembro de la familia o algún allegado antes de cumplir los 18 años.
Otras investigaciones afirman que de un 25 a 35% de los varones adultos han sido abusados sexualmente en su niñez, pero los varones por cuestiones de género suelen hablar menos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que 170 millones de niñas y 73 millones de niños de todo el mundo, son víctimas de abuso sexual.
La violencia sexual en las infancias ocurre en todas las clases sociales, en todas las religiones, en cualquier tipo de familia. Los perpetradores, siempre son personas cercanas a las víctimas: padres biológicos, abuelos, padrastros, otros familiares y/o personas cercanas tales como, profesores, líderes religiosos, entrenadores de deporte, etc. (Hablo en este artículo de los hombres como agresores sexuales, teniendo conocimiento de que existe un porcentaje mínimo de mujeres que también abusan sexualmente, principalmente a varones).
Cómo padres, madres, quienes cumplan esos roles, quienes tengan actividades con la niñez o como líderes de comunidades de fe, ¿qué necesitamos saber y/o hacer para prevenir o darse cuenta de que un niño o niña está pasando por una situación de abuso?
A simple vista, a veces no hay señales físicas que permitan identificar el problema, pero existen otros gestos que pueden darnos una pista de los que les puede estar sucediendo. Solo depende de lo dispuestos/as que estén a escuchar y sobre todo a creerles. Los niños y las niñas o adolescentes que develan un abuso sexual no mienten, no inventan.
Los ofensores, agresores o perpetradores sexuales no tienen perfil ni características a reconocer previamente a un abuso. Lo más importante es hacer prevención, dar herramientas a los y las niñas para que rápidamente puedan reconocer el inicio de un proceso de abuso sobre su cuerpo, de parte quien sea.
No proteger a los abusadores, que van a negar siempre que han abusado y culpabilizar a las víctimas. Debemos ser parte del gran ejército de creerle a las víctimas y nunca estar del lado de los abusadores, porque eso nos convertiría en cómplices.
Amar realmente a la niñez es indispensable. Cuidarla es urgente.
Los jugadores Olivier Giroud, David Luiz, Alisson Becker y Kevin Durant donaron sus camisetas, botines y otros accesorios para la causa.
Esta semana se destinó el dinero recaudado en la gala The Goal, realizado el mes pasado por la iglesia French Connect London junto a la organización cristiana Plus Que Sportifs, para recaudar recursos en apoyo a los menores que sufren persecución en todo el mundo.
El dinero se donó a Puertas abiertas y Deportes Holísticos de Francia, que ayudan a misiones cristianas en el norte de Camerún. Estas organizaciones anunciaron que utilizarán lo recaudado para realizar escuelas de fútbol para niños, asistencia escolar y restaurar iglesias que fueron devastadas en Malí y Magreb, luego de las masacres ejecutadas por el grupo terrorista Boko Haram.
Oliver Giroud, delantero del Chelsea FC de Inglaterra, se consternó al enterarse la cantidad de creyentes que son perseguidos en todo el mundo y exclamó “260 millones de cristianos perseguidos en el mundo es inaceptable, hay que hablar de ello”. Y reconoció que “la persecución de los niños cristianos a través de las acciones presentadas en la gala me dio escalofríos, me sentí abrumado por los testimonios”.
El jugador donó varios artículos, incluyendo la camiseta de su partido número 100 con el equipo francés y la que utilizó en la final de la copa FA 2020, contra el Arsenal, incluyendo un par de botines autografiados.
También contó que, al conocer a Mourad, un ex musulmán y entrenador de fútbol convertido al cristianismo, “su testimonio me conmovió y me comprometí a darle siempre botas de fútbol para sus proyectos porque admiro el coraje de los cristianos como Mourad, que se comprometen en amar al prójimo en contextos hostiles”.
Otro de los deportistas comprometidos con la causa fue Aurélien Collin, un defensor francés que se desempeña en el Philadelphia Unión de la Major League Soccer (MLS) estadounidense. Él declaró que “la libertad religiosa es un derecho fundamental, y no es posible que millones de niños cristianos sean perseguidos en todo el mundo”. También exigió que “esta situación sea visibilizada y denunciada”.
Además participaron del evento, ofreciendo sus camisetas, el defensor brasileño David Luiz, el arquero del FC Liverpool, Alisson Becker, y los jugadores de baloncestos Kevin Durant y Astride N´Gouan.
Hoy día es básico y fundamental, en todas las iglesias, el registro fotográfico de lo que ocurre en cada servicio. Las redes sociales abrieron una ventana de posibilidades para mostrar a una comunidad de seguidores lo que acontece en nuestros templos a través de fotografías. Por esto, los fotógrafos son desafiados cada día a mejorar tanto la calidad como la creatividad de las imágenes que registran.
Con frecuencia, después de unos meses desempeñando esta labor, las ideas de innovación comienzan a agotarse, por esto desde Church Maker, nos alegra mucho poder compartir con todos los fotógrafos y creativos, algunos consejos que pueden ayudarlos a mejorar el trabajo que ya vienen realizando:
Planifica la foto que quieres hacer Que no sea solo un registro común de lo que sucede donde estas persiguiendo la acción, ya que terminarás repitiendo siempre las mismas imágenes. Piensa en la semana que fotografía puedes tomar diferente, escoge a los personajes, el vestuario y la locación, planifica y produce cada una para que comiences a crear un contenido diferente.
Te sugiero pensar en sesiones por tema, por ejemplo: la familia, los equipos que sirven, temáticas en imágenes según lo que se está predicando y más, escoge paleta de colores y busca siempre referencias.
Controla la iluminación Que no sea el espacio quien te limite, usa objetivos luminosos, te recomiendo un 50 mm ya que es muy versátil para varios tipos de fotografías. Abre el diafragma al máximo y baja la velocidad de obturación, que tu último recurso sea el ISO para evitar el grano.
Escoge los lugares más luminosos de la iglesia y también plantea tus necesidades de luz al equipo de iluminación para que en ciertos momentos armen escenas que favorezcan tu trabajo, por ejemplo, el esquema de luces para el predicador.
Para ser creativo experimenta Utiliza las emociones como un catalizador para comunicar. Que tus fotografías no solo estén bien tomadas, sino que transmitan sensaciones. Inspírate cada semana con transmitir un sentimiento en particular, un domingo puede ser alegría y fiesta, otro domingo puede ser intimidad o adoración, otro puede ser amistad y seguridad, entre otros muchos. También es importante que busques nuevos ángulos y encuadres; colócate en lugares que nunca usarías para tomar nuevas fotografías.
Actualmente, todas las personas tienen a mano la posibilidad de tomar buenas fotos con su celular. No esperes tener la mejor cámara del mundo para obtener buenas imágenes, sé fiel con lo que tienes en la mano, tu smartphone puede tomar buenas fotos. Para eso te sugiero:
1.- Conoce la potencialidad de la cámara de tu teléfono, descubre lo bueno y malo de esta, para que puedas sacarle provecho. Debes tener en cuenta que nuestro teléfono tiene zoom digital y no óptico, que tienen sensores pequeños y el lente incorporado por lo general es un angular. Por esto, con tu celular te conviene tomar más paisajes o planos abiertos que foto retrato o macro.
2.- Descarga buenas App de cámaras. Recomiendo Focos para iPhone y Open Camera para Android, pero existen muchísimas y te permiten ajustar parámetros de la toma para mejorar el resultado final.
3.- De igual manera descarga Apps de retoque digital: Te permite darle un look más profesional a la foto final, una App muy buena es Adobe Lightroom.
4.- No utilices el zoom, muévete tú de lugar y planifica la composición de la imagen. El zoom digital le resta calidad a ella, busca siempre que la luz juegue a tu favor, prefiere entornos iluminados y que no tengas un alto contraste entre luz y sombra.
Espero que estos pequeños consejos puedan ayudarte a dar cada día lo mejor de ti para el Señor y obtener imágenes que impacten. Te esperamos en nuestras redes sociales para compartir más consejos a toda la comunidad creativa.
El pastor de Nueva Generación, nos compartió por qué llevan a cabo esta misión como iglesia.
En medio de un año de crisis, en el que la pandemia nos obligó a vivir en aislamiento social, hay personas que rompen el molde y nos inspiran a estar más cerca de los necesitados. Es el caso de Leonardo Arribas, quien junto a su congregación asisten a personas en situación de extrema pobreza. En diálogo con La Corriente, Leo nos cuenta de su labor de asistencia y evangelismo.
LC: ¿Hace cuánto tiempo se dedican a la ayuda en social?
LA: Desde el comienzo de la iglesia, hace unos 11 años. Todo fue muy de a poco. Y aunque en nuestros inicios no teníamos espacio físico, eso no nos limitó. De hecho, empezamos a asistir a personas con problemas de adicción en las calles. Y al día de hoy son más de 500 jóvenes los que dejaron las adicciones a través de nuestro trabajo, y muchos de ellos están ayudando a otros con nosotros.
LC: ¿Cuántos comedores en total tienen como fundación y como están repartidos?
LA: Estamos atendiendo en cinco comedores, dos en Berazategui, uno en Moreno, otro en la Boca y un último en la Paternal.
LC: ¿Cuántas personas participan en la fundación?
LA: Toda la iglesia está involucrada en la labor, tratamos de no separar una cosa de la otra. Aunque tenemos personas abocadas exclusivamente a atender los comedores, que suman unos 150 colaboradores dedicados de lleno a esta misión.
LC: ¿A qué cantidad de personas asisten diariamente?
LA: Entre los comedores y las recorridas en las que salimos a repartir comida, que es todas las noches, solo el mes pasado hemos entregamos más de 5 mil raciones de comida. Y estimamos que esto se traduce a unas 400 personas por días.
LC: ¿Qué los motivó a iniciar esta misión y ser luz a otras personas?
LA: Hay dos razones básicas por la que hacemos esto, la primera es el amor y la segunda es la misericordia. Para nosotros se trata de ejercer la misma compasión que tuvo Jesús con nosotros y hacer lo que Cristo hizo cuando transitó en la tierra.
En una situación el Maestro no quiso despedir al pueblo en ayunas, y les dijo a sus discípulos «denle vosotros de comer». ¿Y sabés lo que pasa cuando dejamos de vernos a nosotros para ver la necesidad del otro? Comienza lo sobrenatural, lo impensado de Dios.
Por ejemplo, el último comedor que abrimos comenzó con una familia en Berazategui que preparaban viandas de comida desde su casa desde que empezó la pandemia. Hoy funciona una de nuestras bases de operaciones que, además de brindar alimentos, dan apoyo escolar y talleres de oficios, entre otras cosas. Y como esas te puedo contar que con cada centro de ayuda pasó algo similar, pero el motor de todo es la compasión.
LC: ¿Y de dónde nació esta idea de poder asistir a los más necesitados?
LA: Fue muy loco como empezó el primer comedor, me acuerdo que en la iglesia de Moreno teníamos un buffet para compartir con los hermanos y además juntar fondos para realizar algún arreglo. Pero me acuerdo que, un día, vi a un chico parado frente a la vitrina observando un pancho con tantas ganas que parecía que se lo devoraba con la mirada.
Sin dudarlo le compré uno y, al rato, me trajo al hermano. Después, cayo otro hermano, después tres primos, y ahí me di cuenta de la necesidad que muchos estaban pasando.
LC: ¿Por qué es importante como iglesia realizar este tipo de tareas?
LA: Porque es muy fuerte ver la necesidad y no podemos quedar indiferentes ante ella. Es replicar lo que hizo Jesús, es llevar el evangelio no solo con una biblia sino también con un plato de comida. Hacer esto nos da la capacidad de desarrollar, de manera práctica, el amor. Y así, la iglesia se vuelve más humana sin caer en el humanismo.
Cuando podemos sacar la mirada de nosotros mismos y ponerla en lo demás, lo que sucede es muy poderoso. Porque ahí realmente estamos sirviendo al Señor. Y esto va más allá de dar solo alimentos, sino dar consejos de vida, ayuda espiritual y emocional, capacitar en todas las áreas, brindar consuelo, dar un abrazo y entender cuántas cosas hay que todos podemos hacer.
La iglesia tiene el poder de dar libertad al cautivo, y eso es expresar nuestra fe de una manera práctica y tangible, tal como dijo el apóstol Santiago, “la fe sin obras es muerta”.
Las acciones solidarias continúan en pandemia y aún logran llegar a comunidades originarias de Misiones, donde no hay agua ni electricidad.
La crisis del coronavirus trajo muchos efectos colaterales que van más allá de lo sanitario. Uno de ellos es el que atraviesan en las aldeas de distintas partes de la Argentina, donde dejaron de recibir donaciones que son necesarias para la subsistencia de los pueblos originarios. La Corriente entrevistó a Jorge y Nadia Zamorano, un matrimonio de misioneros que trabajan con comunidades guaraníes en la provincia de Misiones, para conocer cómo es la actual situación del lugar.
Los Zamorano pertenecen a la organización comunitaria Gotas de Amor, una asociación civil que ayuda a diferentes comunidades que viven en selvas de la provincia misionera. “Nuestras actividades son evangelísticas, y se inician con ayudas sociales como entrega de ropa, calzado, juguetes, útiles escolares y un almuerzo comunitario, pero el fin de todo lo que hacemos es hablar de Dios”, aclaró Jorge.
Solo en la provincia de Misiones se registran alrededor de 117 comunidades Mbya guaraní, con aproximadamente catorce mil integrantes en total. Algunas de ellas se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad, y la crisis del COVID19 provocó una especie de confinamiento, que limitó la llegada de donaciones. Los Zamorano explicaron que “desde que comenzó la pandemia el trabajo se duplicó por la misma necesidad. Al principio fue limitado el ingreso en especial a la comunidad Capiovi por el cuidado de contagios donde, gracias a Dios, no se registró ningún caso de COVID-19”.
Actualmente la situación es más dramática, ya que una de las aldeas queda a 45 kilómetros de Capiovi, en el límite de Argentina y Paraguay, donde no hay suministro eléctrico ni agua potable. En este lugar viven unas 16 familias que, según detalló Nadia tienen “dificultades de traslado y solo se puede llegar en remis para darles ropa, calzado, mercadería”. En estas localidades hay, al igual que en todas partes, situaciones más urgentes, como la de un niño que requirió silla de ruedas.
El matrimonio Zamorano contaron que “la cultura Mbya guaraní es bilingüe, eso nos facilita a veces poder hablarles de Dios, pero estamos aprendiendo su idioma para poder llegar a más. A veces sucede que es el cacique es quien traduce el mensaje para que todos en la comunidad lo entiendan”.
Los misioneros dijeron que en época de fiestas “el objetivo es dar a conocer el evangelio y que todas las aldeas puedan ver que Dios es amor, paz, libertad y no sometimiento. En este tiempo llevamos ayuda social y preparamos comida comunitaria, y eso nos permite conversar de Dios y hablarles del nacimiento de Jesús”.
La ayuda benéfica de la Fundación Gotas, en la provincia de Misiones, lleva más de cinco años ininterrumpidos en la aldea Capiovi. Se trata de uno de los lugares más alejados de las ciudades linderas, donde se está construyendo un edificio de material. Si querés colaborar con la obra del matrimonio Zamorano, ellos están necesitando chapas, ladrillos, cementos y donaciones para poder comprar un vehículo que los traslade. Podés contactarlos por sus redes sociales o telefónicamente.
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Alguna vez yo mismo me hice esta pregunta, pero comprendí que hablar de Jesús no solo cambia vidas, familias, sino que lo cambia todo.
El lugar fue en otro tiempo una carnicería, todavía quedaban los antiguos azulejos que llevaban impreso el nombre apenas legible del local. Algunos guinches donde en otro tiempo se colgaban las reses lucían intactos. Ahora era nuestro templo.
A pocas cuadras de allí había un populoso parque. Los sábados a la tarde, antes del culto, íbamos con la iglesia a evangelizar. La verdad es que aquello no era mi experiencia favorita. La rutina era siempre la misma. De a poco llegábamos al lugar de encuentro, algún hermano que sabía tocar la guitarra y pudiera entonar valientemente, comenzaba a cantar.
Otros del grupo ya habían regado de “tratados” todos los rincones de la extensa plaza. Finalmente el pastor, megáfono en mano, comenzaba a predicar de manera sencilla acerca de Jesús. Aquel “bochornoso” ritual me abrumaba, en verdad, me avergonzaba.
Yo trataba de pasar desapercibido, de parecer uno más de los curiosos que se habían acercado a escuchar el mensaje. No sé si mi actuación lucía convincente, pero por lo menos me consolaba el hecho de no sentirme parte de los protagonistas. Las respuestas no siempre eran las mismas, pero aquel sábado un hombre muy ebrio se acercó al Señor. Yo no sabía si él lo hacía en serio o en su estado todo le venía bien.
Trajimos al borracho en caravana hasta llegar al templo y pronto comenzó la reunión. El pobre hombre no podía estar en pie, el lugar apenas ventilado potenciaba los olores que este señor llevaba encima. La reunión fue ruidosa como casi siempre y al finalizar llevaron a aquel ebrio al frente, el pastor le preguntó si quería aceptar a Jesús como su salvador. Repitió la oración y todos oramos por aquella alma ahora “rescatada”.
Una transformación que cambió mi parecer
El sábado siguiente tuve la “suerte” de no tener que ir a evangelizar a la plaza, algunos menesteres hicieron que mi familia perdiera aquella previa, así que solo asistimos al culto. La reunión comenzó y después de algunas canciones el pastor llamó a que alguien contara su testimonio.
Un hombre de corbata pasó al frente y comenzó a contar su historia. Él era el borracho de la semana pasada, pero ahora ya no se veía igual. No podía creerlo, era él, pero no era él. Estaba tan diferente. Su rostro había cambiado completamente. Lo miraba absorto y otra vez estaba abrumado y avergonzado pero por razones diferentes a los de la semana anterior.
Aquel hombre estaba transformado por completo y yo sabía, como todos allí, que no había forma de que eso sucediera a menos que un milagro hubiera ocurrido. Pronto aquel exborracho comenzó a ganar a otros para Cristo en la plaza y yo, años después, terminé siendo un predicador del Evangelio. Nunca más me avergoncé de anunciar a Jesús.
Muchos años antes, en otro lugar del mundo, lejos de Argentina, un país se hundía bajo un peso de inmoralidad que corroía los cimientos de aquella nación. Dejaré que Dorothy Bullón nos describa con sus palabras lo que estaba sucediendo:
Corre el año 1730. Caminamos brevemente por el barrio de St. Giles, en el centro de la ciudad de Londres. De cada cinco casas una es una cantina donde se vende aguardiente, además de ser centros de prostitución, peleas callejeras, y degradación de todo tipo.
¿Por qué es que Inglaterra ha llegado a un estado nacional de borrachera? Durante las últimas décadas del siglo XVII, el gobierno había animado la industria licorera nacional para impedir la compra de productos franceses.
Esto resultó ser un negocio jugoso para algunos y trajo miseria y devastación social y moral a una buena parte de la población. Para algunos, fortunas inmensas fueron creadas en las fábricas de licor, mientras que los pobres adictos en miles de sucias cantinas compraban su “copa de maldición” por un penique.
Cuando los historiadores se preguntan qué pasó, para que una tierra llena de corrupción como la que describe el relato anterior cambiara de tal forma y que tan solo cien años después se convertiría en el imperio más grande de la tierra, casi todos coinciden en nombrar el avivamiento que Dios trajo en Inglaterra a través de Juan y Carlos Wesley y Jorge Whitefield.
Fueron ellos y otros cientos de anónimos predicadores quienes inundaron las pestilentes calles de Londres con el poderoso mensaje de Jesús de Nazaret. No solo cambiaron las vidas, la nación entera cambió.
Es por eso por lo que el Evangelio es relevante, no solo cambia vidas y familias, cambia naciones y en definitiva lo cambia todo. Sé esto cada vez que hablo de Jesús en algún lugar del mundo, siempre estoy seguro de que algo poderoso está por pasar. Lo aprendí hace muchos años en una antigua carnicería que se convirtió en un templo.
Desde La Corriente entrevistamos a un experto para prevenir el acoso online.
En el día de ayer se oficializó en el boletín oficial el programa nacional contra el grooming. En ese sentido hablamos con Esteban Lanzani, perteneciente a la Catedral de la Fe y consultor en nuevas tecnologías para que nos ayude con consejos prácticos a cuidar de nuestros hijos.
LC: ¿Qué importancia crees que tiene este programa en Argentina?
EL: El proyecto tiene varios factores positivos, primero que nada, el hecho de visibilizar una causa de tantos años y la exposición que tienen los niños en las redes sociales, también expone a aquellos que cometen el delito para que el Estado esté pendiente de este tema y tome cartas en el asunto.
LC: ¿Durante la pandemia crecieron los casos de grooming? ¿Qué pensás al respecto?
EL: Solo en la Ciudad, las denuncias por grooming aumentaron un 30%, estos datos los publicó El Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, realmente es alarmante.
Pienso que los chicos al estar mayor tiempo encerrados en sus cuartos, conectados en juegos online, móviles, chats, tienen más oportunidades de caer en el grooming. Por eso, el confinamiento también nos ha expuesto a los padres, la necesidad de estar más cerca de nuestros hijos, quizás antes no veíamos estos riesgos.
LC: ¿Por qué crees que es importante la difusión del tema? ¿Cuáles crees que son las mejores maneras de concientizar?
EL: Lo importante de prevenir es hacer campañas públicas de concientización, es muy necesario que el Estado esté presente en la realidad que viven nuestros niños y adolescentes, tal como sucedió al aprobarse a nivel nacional la Ley Mica Ortega.
Pero también es importante establecer en casa estos temas, porque es donde se decide cuanto tiempo estarán con la tecnología y en que espacios del hogar van a usarla.
Pero también es importante establecer en casa estos temas, porque es donde se decide cuanto tiempo estarán con la tecnología y en que espacios del hogar van a usarla. Esto trae prevención a los niños porque hablamos que chicos de 8 a 18 años son vulnerables y es ahí donde hay que trabajar, para que ellos entiendan el uso de cada plataforma y de qué manera se reacciona ante estas situaciones.
LC: ¿Cuáles son los indicios del grooming? ¿cómo identificar cuando la otra persona que habla a través de la pantalla es sospechosa?
EL: Siempre que le demos tecnología a los niños, ya sea una consola con juegos online, o una cuenta de Instagram, debemos explicarle cómo se usa y también los riesgos. Hay que enseñarles a usar cada red para lo que fue creada y cuáles son sus límites.
Los posibles riesgos de grooming se encuentran cuando una persona que no es conocida en tu grupo de amigos, te escribe por privado, te pide foto o te pregunta algo sobre tu familia.
Suelen hacer preguntas como: de donde sos, donde estudias, donde vivís, esos son claros indicios que en este contexto pueden llegar a un abuso. Una vez que se da acceso a algunos de estos datos, el acosador entrará en el juego la manipulación, extorsionando a nuestros pequeños.
LC: ¿Qué tener en cuenta al entrar a las redes sociales? ¿Cuándo se recomienda tener perfiles privados?
EL: Las redes en los niños, tienen que ser solamente con vínculos de amigos y familia, lo más recomendable es crearles un perfil privado. El punto no es solo saber para que se va a usar la red social y cuál es el objetivo de las publicaciones, sino monitorear que hacen nuestros hijos con ellas. Darles también el espacio y la confianza para que nos cuenten cualquier hecho extraño.
LC: ¿Cómo reconocer perfiles falsos?
EL: Los perfiles falsos se conocen cuando no están en tu vinculo cercano, hay que ver el perfil, su historial de publicaciones, una búsqueda en google para ver si son fotos reales, montadas o descargadas de alguna plataforma. Pero, sobre todo, no creer que uno va a conseguir amigos porque si, en cualquier lugar, por eso hay que estar en alerta con quien hablamos y siempre buscar gente cercana y no desconocida.
LC: Hoy en día hay muchos juegos en línea ¿Qué se debe tener en cuenta para no caer en el grooming?
EL: Si vamos a usar el chat, hay que estar conscientes de hablar solo del juego, no hablar cosas que no tienen relación. Si estamos en partidas grupales no mencionar geolocalizaciones, el diario vivir, debemos tener una selección de lo que se está diciendo.
LC: ¿Hay alguna aplicación para detener el grooming?
No hay una herramienta tal, como control parental o algo parecido, porque este acoso se da sólo por chat. La persona le escribe en privado y el adolescente, niño o niña llega a dar datos por que se generó confianza y es ahí donde entra el grommer.
Técnicamente no hay mucho por hacer, por eso es fundamental hablar con nuestros hijos, brindar concientización y aumentar la cercanía a ellos. Yo siempre hablo de tres apps, el diálogo, la confianza y la perseverancia, para que los chicos cuenten lo que pasa y nosotros estar alerta a lo que sucede en su entorno.
A pesar del COVID19, muchas parejas cristianas se animaron a reformular sus planes y llevar adelante su matrimonio, pese al confinamiento.
Los registros civiles estuvieron cerrados desde marzo hasta mediados de septiembre, sólo en algunas provincias las personas se podían casar de forma online para casos excepcionales. Sumando a un difícil contexto para contraer matrimonio, los salones de fiestas cerraron los rubros para fiestas quedaron paralizados.
Una de las parejas que debió atravesar esta serie de obstáculos fue la de Giuliana (23) y Agustín (23), que se casaron por civil pero debieron aplazar su fiesta para marzo del año próximo. Al principio creían que todo volvería a la normalidad en menos tiempo, pero para ellos lo más importante era casarse “nos queríamos casar entre abril y julio, así que, cuando tuvimos la posibilidad, decidimos casarnos por civil y dejar que la fiesta sea cuando tenga que ser”.
La pandemia generó el retraso de más de siete mil bodas y se cancelaron alrededor de dos mil quinientos turnos en el registro civil de Buenos Aires. El panorama de incertidumbre mantuvo en vilo a muchas parejas, como la de Agustina y Guido, de 25 y 27 años respectivamente. Pese a todo, ellos se mantuvieron positivos y bromean sobre lo que vivieron: “si cuesta ponerse de acuerdo sin pandemia imaginate tomar decisiones con la pandemia de por medio. Pasamos de casi 300 invitados a solo imaginarnos ese día con 16 personas, nuestros papás, hermanos y cuñados. La idea de nuestro casamiento fue mutando todo el tiempo”..
A pesar de los imprevistos, más parejas decidieron continuar con su plan de tener una vida juntos. Melina (24) y Alejandro (24) reconocieron que por momentos se sintieron “asustados porque no se podía hacer nada, así que doblamos rodillas y Dios fue abriendo todas las puertas necesarias y Dios superó nuestras expectativas, ya que pudimos festejar al aire libre con nuestros familiares más cercanos”.
La espera no fue fácil en ninguno de los casos, así lo testifican Giuliana y Agustín: “tuvimos firmeza en la espera y recibimos ayuda de la familia y nuestros amigos. Además, hablábamos con nuestros pastores y orábamos juntos. Todo eso nos sostuvo a continuar este viaje con fe y determinación, creyendo que nuestro sueño se iba a cumplir y que Dios estaba con nosotros”.
La tecnología también ofreció una solución para los casamientos, ya que los protocolos de festejos fueron y continúan siendo estrictos. Giuliana y Agustín describieron su civil como un encuentro de muy poca gente, realizado en septiembre, en el cual apenas “éramos nosotros, dos testigos y nadie más, mientras lo filmamos por videollamada para que nuestros padres nos puedan ver. Después, los pastores nos dieron una bendición por ZOOM, donde también invitamos a todos los que iban a ir a la fiesta. Fue raro adaptarse a ese cambio, pero estuvo bueno, y lo importante es que Dios bendiga nuestra unión”.
En cuanto al festejo de Agustina y Guido, ellos nos contaron “en octubre ya se podían juntar 20 personas en una iglesia. Y eso fue lo que hicimos, nos casamos por iglesia. Además, lo transmitimos de forma online con todos los invitados y luego de la ceremonia fuimos al Parque Avellaneda. Ahí celebramos con familia y unos pocos amigos, y personas sin conocernos que estaban en el parque también nos felicitaban”.
Otra opción para celebrar la ceremonia fue la que adoptaron algunas parejas, como Melina y Alejandro, que realizaron un encuentro al aire libre en una quinta. Según lo recuerda ella, fue un momento para atesorar: “nos casó mi abuelo, que es pastor, y nos dijo que si pudimos superar la mitad de lo que vivimos en pandemia, tenemos un buen indicio de fortaleza”.
En Argentina se dan turnos en los registros civiles bajo los protocolos de cada provincia, que se ajustan a los contagios regionales. En la Capital Federal algunas de las sedes abiertas son el Central, sobre la calle Uruguay, y las comunas 2, 5 y 14. Además, a partir del 16 de noviembre se habilitaron los casamientos por civil al aire libre en el Centro Cultural Recoleta y en Parque Chacabuco, con una capacidad máxima de 10 personas.
Si estás interesado, podes enterarte de más en la web oficial: Argentina.gob.ar