Sé que en muchas iglesias hacen la tarea de orar a final de año, para que el Señor les muestre cuál es la base sobre la que deben caminar el año siguiente, y sinceramente, a mi me parecía un poco exagerado. Me suele suceder que todo lo que siento que es demasiado “espiritual”, de repente se convierte en algo necesario en mi vida y comienza a tener relevancia.
Golpe tras golpe
Este año fue un año difícil, el más duro que he vivido en mis 28 años de vida. Perdí familiares por covid y viví el luto por primera vez, tuve crisis espirituales, salí de una cirugía con un diagnóstico muy triste, me mudé de país en pocos meses por obediencia, en fin, la lista podría continuar.
Lo increíble es que a medida que pasaba el tiempo y las cosas no mejoraban, el Señor me sostuvo por medio de palabras, devocionales, canciones, por todos lados me decía que no me había soltado, que continuara a pesar de mi realidad.
Comencé a creerle, a soltar el dolor y el miedo y caminar por fe, ha sido un año terrible y a la vez glorioso, ha sido el año en el que he comenzado a orar por cosas por las que nunca intercedía, cosas simples.
Si oro, soy fuerte
Estaba alistándome una mañana para salir, y mientras alistaba la ropa, en mi mente rondaban la cantidad de errores que había cometido los últimos años, en ese momento el Espíritu Santo me guió a pedirle al Señor que me mostrara sobre qué versículo caminar el año que viene, para tener claro el foco y qué priorizar en este nuevo tiempo.
Vino a mis pensamientos un devocional que había hecho días atrás con acuarelas, en base a Salmos 127:1.
Al comienzo dudaba si era la voz de Dios, pero cuando recordé lo que decía, impactó mi corazón de gran manera. Tuvo una coherencia enorme, no solo por lo que estaba necesitando vivir, sino porque Dios ya venía diciéndome que necesitaba tomar el control de muchas áreas de mi vida.
Corazón alerta
No nos neguemos a hacer algo, tal vez un día el Señor nos ayuda a ver que nuestra postura está mal, ten el corazón alerta para experimentar la guía y el amor de Dios, no te aferres a tus pensamientos y deja que Jesús te sorprenda.
Ora por una palabra rhema para este nuevo año, va a ayudarte a tener claridad sobre que metas cumplir, a qué darle importancia y cómo crecer en Dios.