Estos son los consejos que necesitas escuchar antes de entregar tu corazón a otra persona y construir un noviazgo cristiano.
En una nota anterior te compartí la primera parte de los errores que en ocasiones cometemos al comenzar una relación de amistad con propósito o pre-noviazgo.
Por más de 20 años he ministrado a mujeres en esta área, he visto incontables corazones rotos por situaciones o decisiones que se pudieron haber evitado. Por esto, decidimos con Diego, mi esposo, escribir el libro “A fuego lento”, te invito a que te animes a leerlo.
Todo noviazgo tiene varios posibles desenlaces: terminar a tiempo, terminar heridos, casarse aun cuando Dios te dijo que no era la persona para vos, manteniendo un matrimonio infeliz, o terminar en un matrimonio feliz y bendecido en el que los dos cumplan el propósito de Dios para sus vidas. Obviamente, el último es como todos esperamos terminar cuando entablamos un noviazgo o comenzamos una relación con propósito. Hoy quiero compartirte la segunda parte de los errores que cometemos y terminan con un final poco feliz:
– No esperar los tiempos correctos, querer «ayudar» a Dios
Es un error querer darle una «ayudita» a Dios cuando estás esperando una respuesta de parte de Él. No necesitas «darle una mano», simplemente porque Él puede hacerlo todo perfecto.
«Dios no precisa tu ayuda, Él busca tu obediencia»
Natalia Di Rosa
Tomás mucho tiempo orando, si Dios no te dijo que lo hagas, por favor, ¡ESPERA! Cuando algo es de Dios, solo es cuestión de tiempo. Sino mirá a Abraham, qué gran problema tuvo por querer darle una mano a Dios.
Inconscientemente creemos que necesitamos marcar territorio, como los perros, así nadie se acerca a quien nos interesa; sin embargo, la seguridad te la tiene que dar Cristo, no tus acciones inseguras. Estas acciones lo único que le dicen a Dios es “Dios, no te necesito, vos estás tardando mucho”.
Obviamente, cuando sea el momento y Dios te lo diga, tenés que entrar en la etapa maravillosa de conquistar o dejarte conquistar. Pero eso tiene que ser con la seguridad de que tu Padre celestial te lo está diciendo.
– Venderte (no seas pasatiempo de nadie)
En este querer ayudar a Dios nos mostramos como en una vidriera, vendiendonos, casi demostrando que estamos en oferta. En este sentido, las redes sociales se convierten en tu medio de exposición, pero si tenés que mostrarte, exhibir tu cuerpo o sugerir quien no sos, las personas que te siguen van a comprar eso y no van a conocer tu verdadera esencia.Tenés un gran valor como hija, sos amada, deseada y creada por Dios, comprada por la sangre de su hijo, única e irrepetible. Tu corazón es único y tenés que cuidarlo.
“El corazón de una mujer debe estar tan escondido en Dios, que para que un hombre la encuentre debe encontrarlo a Él primero”
C.S. Lewis
Por eso, es sumamente importante que siempre mantengas tu integridad y dignidad como hija del Dios altísimo. No te hablo de no arreglarte o no estar a la moda, de lo que te hablo es de la actitud de tu corazón, que te asegures de que esté alineada con tu propósito en Cristo.
Conozco el mover de las redes sociales. Me gustan, las uso continuamente para compartir de Dios, momentos con mi familia y mostrar lo maravilloso que es Cristo. Ahí veo jóvenes mostrando los atributos físicos que el Señor les regaló, obviamente con poca ropa para demostrar que son «grandes atributos», pero, eso sí, con una reseña en su post, tal como: «El Señor es mi Pastor, nada me faltará».
Ahora pienso, y ayudame a reflexionar con este ejemplo, ¿con esa publicación, la chica busca exaltar al Señor o quiere que la conozca a ella? Lejos de mi está juzgarla, no soy quien. Solo quiero ayudarte a evaluarlo. Todo comienza en las motivaciones de nuestro corazón y eso solo lo saben Dios y vos, por eso es ahí es donde radica todo: Dios sí lo sabe.
El mensaje que quieras enviar va a ser recibido por quien lo quiera recibir, de la misma manera que la intención con que lo hiciste.
– Querer reemplazar una relación con otra
Querer entablar un noviazgo con el propósito de olvidar otro es un error común, el típico «un clavo saca a otro».
Muchos, con el fin de olvidar el fracaso anterior, buscan entablar otra relación, olvidando deliberadamente orar y esperar en Dios. Esto tampoco es su voluntad. Lo que ocurre en estos casos es que la persona no solo se daña a sí misma iniciando esta relación de manera exprés, sino que además expone e involucra a otra que, posiblemente, sí tenga buenas intenciones.
Si terminaste una relación, lo mejor es que te des el tiempo para sanar tu corazón y evaluarte para no cometer los mismos errores en el futuro.
– Encapricarse (cuando no va, no va)
Algunas mujeres tenemos la tendencia de obsesionarnos con situaciones que imaginamos de una manera muy específica y las idealizamos creyendo que son lo mejor para nosotras.
Pero, cortá por lo sano. Lo que no va, NO VA.
Tenés que tomar la decisión de cortar con aquellas situaciones que Dios ya te dijo que no. No seas como Sansón; Dios le había dicho que no podía tomar mujeres que no sean de su pueblo. Es más, hay una conversación entre él y sus padres muy interesante:
“Sansón descendió a Timnat y vio allí a una joven filistea. Cuando él volvió, les dijo a sus padres: —He visto en Timnat a una joven filistea; pídanla para que sea mi esposa. Pero sus padres le dijeron: —¿Acaso no hay ninguna mujer aceptable entre tus parientes, o en todo nuestro pueblo, que tienes que ir a buscar una esposa entre esos filisteos incircuncisos?Sansón le respondió a su padre:—¡Pídeme a esa, que es la que a mí me gusta! (Jueces 14).
¡Capricho! Tenés que saber que nuestro corazón y mente carnal son engañosas y vivimos luchando con eso. Por eso, sé sabia y no te encapriches, si Dios te dijo que “No” es porque te está evitando un dolor mayor. Y como digo siempre: “Es mejor llorar una semana que llorar toda la vida”.
Antes de entablar un noviazgo que tiene el propósito de terminar en matrimonio, que es para toda la vida, mi consejo es: amá a Dios y alimentá la relación que tengas con el Espíritu Santo para que:
1- Te sientas tan amada, plena y conozcas tu valor para que no necesites mendigar el amor de nadie.
2-Escuches a tu Padre a través del Espíritu Santo que va a ser tu mejor consejero. Nadie mejor que Él para mostrarnos qué es lo mejor para cada una de nosotras.
3- No salgas herida. Y puedas elegir correctamente.
Espero que estos consejos te ayuden a tomar buenas decisiones en el futuro. Siempre tomate de la Palabra y de lo que Dios te diga y todo te va a ir bien.
Deseo de todo corazón que puedas llegar a vivir tu historia de amor soñada. Que cada día disfrutes del proceso junto a Jesús y que en el mejor momento me cuentes cómo lo estás viviendo.
¡Dios te bendiga siempre!