Hace diez años, una tribu indígena en Colombia se vio obligada a huir de sus aldeas en lo profundo del Amazonas. Narcotraficantes y grupos guerrilleros tomaron el control de su territorio y los amenazaron de muerte si no se marchaban. En medio del caos, su líder fue asesinado, y el resto de la comunidad intentó reconstruir su vida cerca de una gran ciudad.
Sin embargo, lejos de su hogar y sin recursos, la tribu ha vivido en condiciones extremas, luchando por sobrevivir.
Misioneros llevan esperanza a una tribu olvidada
Hace unos meses, tres misioneros cristianos de Brasil recorrieron la selva para conocer la situación de la tribu y evaluar sus necesidades. Lo que encontraron fue desolador:
“Viven en tiendas de lona y no tienen comida. Fue muy triste ver la situación en la que se encuentran porque es de total abandono. Todos tenían mucha hambre”, relató uno de los misioneros.
Los problemas no solo eran físicos. Muchos jóvenes estaban atrapados en las drogas, y algunas niñas habían caído en la prostitución. El dolor y la desesperanza marcaban su día a día.
El evangelio transforma corazones en la selva amazónica
Al ver la necesidad urgente, los misioneros entendieron que no estaban allí por casualidad. Compartieron el evangelio de Jesucristo, llevando un mensaje de amor y restauración a la tribu.
“Fuimos utilizados como instrumentos de Dios para hablarles de Jesucristo, quien puede cambiar la historia de un pueblo”, afirmó el líder del ministerio.
Ese día, en medio de la selva, toda la tribu entregó su vida a Cristo.
El desafío del discipulado y la formación de nuevos líderes
Antes de partir, los misioneros hicieron un compromiso: volver para discipular a los nuevos creyentes y ayudarles a crecer en la fe.
“Regresamos con grandes retos, pero con la certeza de que Dios está obrando. Nuestra misión es seguir enseñándoles la Biblia y formar líderes que continúen Su obra”, expresó el líder del ministerio.