Pablo dijo en palabras muy claras lo que debe sucederle a los cristianos: «No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta» (Romanos 12:2).
¿Sales de un servicio o de un tiempo con el Señor transformado mediante la renovación de tu mente? Cada vez que oímos algo de Dios, y lo oímos de verdad, eso renovará nuestras mentes y transformará nuestras vidas. Si no hay ningún cambio en nuestra vida, es porque no estamos oyendo nada. Cada vez que Dios habla, nos sorprende, nos renueva y, finalmente, nos cambia.
El escritor de Hebreos se dio cuenta de que sus lectores eran duros para oír. Hoy la gente también es así, pero muchos predicadores no lo saben y siguen hablando de todas maneras. Luego protestó, ya que para ese entonces los hebreos debían ser maestros, pero seguían necesitando a alguien que les enseñe otra vez los principios elementales de Dios. Si el primer paso para crecer es estar listos para escuchar, el segundo es volverse un maestro y ser responsable de los niños espirituales.
Si alguien va a comer alimento sólido, primero debe haber terminado la leche. Pablo dice algo acerca de esto en 1 Corintios 3 y Pedro explica que la leche es la doctrina sana, la enseñanza de la vida. «Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos.
Así, por medio de ella, crecerán en su salvación» (1 Pedro 2:2). Leche «pura» es leche no adulterada. Si sigues leyendo, en 1 Pedro 2 y 3, les dice a los nuevos creyentes qué hacer: cómo deben someterse al gobierno, cómo deben trabajar los sirvientes, cómo deben comportarse las esposas, etc. Esa es la leche de la Palabra, la sana doctrina, la enseñanza de vida.
“Si alguien va a comer alimento sólido, primero debe haber terminado la leche”.
Juan Carlos Ortiz
“Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación”. 1° Pedro 2:2
El escritor del libro de Hebreos también dice que el alimento sólido pertenece a quien es mayor de edad, incluso a aquel que con la práctica ha ejercitado sus sentidos para discernir… ¿Para discernir qué? Lo que es bueno y lo que es malo para él. Eso es realmente lo que quería decir el original griego.
Cuando habla de ejercitar nuestros sentidos, no habla de nuestros sentidos naturales, como la vista, el oído, el gusto etc.; sino de nuestros sentidos espirituales.
El que provee el alimento sólido es el mismísimo Dios. Él es la fuente de toda verdad. Él es el camino, la verdad y la vida. Él mismo dijo: «Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes» (Ezequiel 36:27). Por lo tanto, la fuente de alimento sólido está en contacto directo con Dios.
Ser mayor de edad en cristo, significa ser lo suficientemente maduro como para discernir lo que es bueno para comer.
Juan Carlos Ortiz
Que Dios avive en nuestros corazones el ejemplo de alimento sólido que nos dieron los apóstoles. El Espíritu Santo nos servirá la comida de verdad que tanto necesitamos.