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Juan Belart: «Contar Historias es parte de nuestra tarea de Evangelización»

El pastor, productor y escritor Juan Belart pasó por nuestros estudios y nos habló acerca de su nuevo libro «Algo más grande que tu milagro» y nos compartió su experiencia como productor trabajando en la industria «secular».

Además, en esta visita reflexionó sobre el poder que tiene el relato en la manera de expresar a Cristo

Algo más grande que tu milagro

Me llamo Juan Belart. Soy un pastor que también es escritor y productor de cine. Escribí un libro que se llama “Algo más grande que tu milagro”. Yo le defino como de cuentos del género literario. Tiene un subtítulo que son “15 historias que conocías de otra manera”. Son relatos bíblicos, contados desde una perspectiva diferente y que tienen una enseñanza explícita o implícita. 

Me gustó mucho el título. Creo que habla e interpela sobre la importancia de los milagros que tenemos en nuestra vida, pero también los tipos de milagros. 

Me inspiró mucho el libro de Josué cuando dice que “el día que comieron de los frutos de la tierra, ese día dejó de caer el maná” y durante el desierto el pueblo de Dios tenía un milagro todos los días, que era la comida. Y a veces nosotros pasamos por desiertos en los que necesitamos un milagro. Se transforma el comer el pan en paz en la mesa en un milagro, sentirse realizado, sentirse bien. 

Hay momentos de desierto que son un milagro, pero llega un momento en el que tengo que pasar a necesitar otro tipo de milagro. Entonces, como dice el apóstol Pablo, parafraseando “Dios siempre tiene algo más grande que lo que nosotros creemos que necesitamos”. Y ese es uno de los de los relatos que he escrito, y hay otros que sé que le gustarán a la gente. 

La importancia del relato

El relato es la herramienta más poderosa que ha tenido influencia en la historia de la humanidad.

Juan Belart

Nosotros somos hijos de unos pescadores, de un grupo de pescadores jóvenes que vinieron trayendo una historia. Es más, Jesús dijo que recibirán poder ¿Poder para qué?

No es poder para ser grandes, sino para poder ser testigos, para poder contar, y que nuestro relato tenga credibilidad, que es el poder del Espíritu Santo. 

Las historias son poderosas, conmueven. Es más, la humanidad está dividida en su avance a partir de la invención de la imprenta, donde la palabra de la Biblia pudo ser leída y formar gente a través de la alfabetización y demás. Pero la palabra tiene el poder de contar cosas. 

Por eso es importante la tarea que tenemos de evangelización, que no es otra cosa que contar una historias. 

Ser cristiano en el ambiente del espectáculo.

Siempre tuve una pasión por lo audiovisual. Yo estudié diseño y cine, aparte de que estudié en el Instituto Bíblico. Por eso me defino como un pastor que es realizador audiovisual.

Y cuando surgió la posibilidad de empezar a hacer películas, fuimos fieles en lo pequeño, haciendo cortos para la Iglesia. Fue creciendo y hasta hoy que empezamos a hacer cine en la industria y la verdad la experiencia para mí fue sorprendente, porque yo soy una persona de iglesia. 

Mi abuelo fue pastor, mi papá también pastor, siempre metido en el ámbito de la iglesia. Trabajé en la iglesia, serví desde la escuelita de niños hasta en la predicación. De pronto, salí a un ámbito que es muy interesante, donde trabajas con gente que es muy abierta espiritualmente.

El actor es una persona muy abierta espiritualmente, eso es muy bueno, pero también es muy malo en cierto sentido. En “Yo Traidor”, que es una adaptación de la parábola del hijo pródigo en la actualidad, trabajamos con un elenco de quienes llamamos como “gente secular”, estábamos en medio del debate del aborto y nosotros tuvimos la postura bien marcada y a pesar de eso, cuando comenzamos el rodaje empezó con una palabra de oración.

Dijimos: “Bueno, como ustedes saben, nosotros somos gente de fe y encomendamos a Dios lo que hacemos” y empezamos orando en el nombre de Jesús. Obviamente invitamos a que aquel que no quiera participar de este momento se pueda retirar, pero ninguno lo hizo.

Todos los actores con los que hemos trabajado son buenas personas. Cada uno tendrá su opinión formada, pero más allá de eso, hemos podido dar testimonio.

Te soy sincero, no ha sido para nada difícil. Después de que quede en la persona de si es sincero o no, eso el tiempo lo dirá, pero yo creo que que hace falta gente que cuente buenas historias en todos los ámbitos. 

Creo que todo suma, que todo es necesario, que nada está de más y hay muchas cosas que quizá faltan.

Nosotros trabajamos con un equipo técnico, que la mayoría no comparte nuestra fe, pero de a poco van conociendo al Señor, tomando decisiones de fe. Pero vemos que también hay una generación que se está levantando. 

Yo los quiero animar a que hagan cosas. Hoy tenés la posibilidad de tener una cámara en tu celular. Yo cuando tenía 20 años no lo tenía. Teníamos que salir a alquilar equipos. Era todo un desafío. Los animo a animarse a hacer cosas y sobre todo, no compararse. 

En el libro escribo una historia acerca del endemoniado gadareno, de que en ese relato nosotros encontramos tres ruegos, donde la palabra que usa el escritor de Marcos es una griega, que es “parakaleo”.

Parakaleo es cuando vos pedís algo, pero los rogás. Incluye contacto físico, es ese pedido desesperado. Y en el relato nosotros encontramos tres “parakaleo»:

  • 1- Cuando los demonios le piden a Jesús que no los eche de la zona. 

2- El ruego de los aldeanos que le dicen: “Jesús, por favor ándate de acá”. Y después el relato termina con otro.

3- El relato termina con el tercer parakaleo, que es el ex endemoniado que le ruega a Jesús y le pide que lo deje subir con él a la barca, pero Jesús le dice que no. 

Entonces pienso quizá que decía “Yo quiero estar en la barca. Y mirá, está Pedro, está Judas, pero yo no puedo subir”. Jesús no lo estaba abandonando, lo estaba estableciendo porque le dijo: “Te quedas acá a contar las grandes cosas que Dios ha hecho con vos”.

Entonces, la misión que nosotros tenemos que hacer en nuestra vida es contar en el lugar que Dios nos ha puesto, no comparar, no pensar, no frustrarnos si alguna barca se va. Porque Dios siempre tiene el lugar preciso para nosotros. 

Así que animo a todos los que están con esta iniciativa en el corazón haciendo cine, haciendo iglesia. Yo soy pastor, es mi gran vocación en la vida, pero en donde Dios te mande, como dice el libro de Eclesiastés: “Todo lo que pudieras hacer que viniera a la mano, hazlo según tus fuerzas”. Dios te dará sabiduría para saber cuáles son los límites de tus fuerzas, tus posibilidades, pero que le creas a Dios para contar grandes cosas.

Redacción
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