Ubicada en el centro de la provincia de Santa Fe, Colonia Esperanza es la primera colonia agrícola de todo el país. Con un poco más de 40.000 habitantes, Esperanza, es un ejemplo sobre como la imigración europea permeó la cultura y la fe en Argentina.
Atraídos por las promesas de tierras nuevas para cultivar y así poder desarrollarse, en el siglo XIX se pobló con personas de distintos orígenes. También de distintas religiones, que lejos de ser un motivo de enfrentamiento, fue un motivo de unión a través del trabajo y la preocupación por trabajar y transformar la provincia.
Un mes de septiembre, hace 167 años
Poco después de que el país se pudiera organizar en base a sus leyes, una de las principales preocupaciones de los gobernantes consistía en poblar la nación y que se trabajara la tierra. Se pretendía copiar el modelo que se venía realizando en los Estados Unidos, donde muchas familias tuvieran una parcela de tierra para cultivar y así ganar dinero, esto provocaría en un futuro cercano el desarrollo del país.
Teniendo esta preocupación, en el centro de la provincia de Santa Fe, el 8 de septiembre de 1855 -luego de 2 años de sancionada la Constitución- se procedió a la división de los terrenos ubicados en la cercanía del río Salado, en Santa Fe.
El nombre de “Esperanza” hacía énfasis en los valores cristianos -sobre todo, de confesión católica-. Al principio esta naciente colonia estuvo poblada por europeos provenientes del sur de dicho continente. Sobre todo, franceses y católicos.
En este aspecto es destacable la acción de Aarón Castellanos, el gobernador, y de algunas empresas de viajes, quienes promovieron la radicación de familias provenientes de Alemania, Suiza, Luxemburgo, Francia, Bélgica, entre otros, acción que dio resultados, al arribar más de 1000 familias, primero al puerto de Buenos Aires y luego continuando el recorrido hasta la provincia de Santa Fe.
Como se puede ver, las divisiones del pueblo estaban separadas por naciones y también por confesiones, aunque esto no impidió que el pueblo creciera en forma armónica, de manera pacífica, logrando ser una colonia agrícola ejemplar, que hoy en día es considerado un Lugar de Interés Histórico Nacional.
El primer matrimonio de confesiones mixto
En este aspecto hay que hacer una aclaración, no existían las leyes que nosotros conocemos hoy en día. En ese momento -hasta la década de 1880- no existía la Ley de Matrimonio Civil, sino que la unión civil se producía en la misma ceremonia religiosa. Es decir, solo los sacerdotes católicos tenían la potestad de anotar los matrimonios que se realizaban.
A partir de esta década, el matrimonio pasó a ser potestad del gobierno nacional, laico, sin tener prioridad por ningún credo. Fue así que, si bien había alemanes protestantes viviendo en esta colonia, estos podían ingresar al país ya casados, pero no formar familia acá. Debido a la heterogeneidad de la población de Colonia Esperanza, este lugar fue el primero del país en unir en matrimonio dos personas de distinto credo.
No sabría explicar en qué lugar vivieron estos matrimonios “mixtos”, debido a que la colonia se encontraba dividida entre este y oeste, es decir, lugar donde residían mayoría católicos y del otro lado, protestantes, aunque siempre conviviendo de forma pacífica.
La importancia de (Colonia) Esperanza
Esperanza es un lugar de importancia histórica, como primera colonia agrícola, como lugar de convivencia pacífica entre personas de distintos orígenes y credos.
Desde el punto de vista protestante e histórico, resulta fundamental esta localidad argentina, debido a que fueron por demás valientes las familias que se animaron a poblar esta zona, cuando todavía no se conformaba del todo la legislación, administración política y económica del país. Este lugar fue uno de los principales sitios que se pueden considerar como fundadores de la obra misionera protestante en Argentina -no el primero ni el único, hay que aclarar-, debido a la importancia de su población proveniente de zonas luteranas sobre todo de Alemania.
Además, gracias a la educación basada en el valor del trabajo, fue una zona de crecimiento agrícola, al pretender trabajar la tierra con esmero y pretendiendo de esta forma adorar a Dios –. También en este aspecto aclaro que en general, se dedicaban a labrar la tierra todas las confesiones religiosas, pero el protestantismo siempre tuvo como base de su doctrina; la importancia del trabajo.
Un Patrimonio Histórico entre la diversidad
El sector protestante sin lugar a dudas sorprende por su arquitectura. Un claro ejemplo es la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, que resalta por su reloj y su estilo neogótico. La torre del reloj, se caracterizaba por ser la más alta de la ciudad, con un valor agregado sin precedentes, sus campanas fueron traídas desde Alemania.
Colonia Esperanza es conocida por su importante arquitectura pero también por ser una de las redes de iglesias que a finales del siglo XIX procuró llevar la obra misionera en toda Sudamérica, con un fuerte trabajo en Buenos Aires y en muchas provincias de Argentina.
La provincia de Santa Fe, fue una de las pioneras, en donde siempre se promovió la dispersión del evangelismo, el diálogo con otros credos y la apertura de puentes sociales en un país que, como dije anteriormente, aún no era del todo amigable con otros credos aparte del católico.
Resumiendo: Esperanza fue una colonia, ahora ciudad, que promovió la libertad religiosa, la evangelización en Argentina, pero sobre todo buscó la integración, la convivencia y el diálogo en la diversidad, palabra que en la actualidad está de moda, aunque con otro significado.
Este mes fue su aniversario y le dedicamos esta nota, en manera de honra. Pero querido lector, les aseguro que en una próxima editorial nos interiorizaremos en otros temas como la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.