Nos desgastábamos, estábamos sin recursos y sin posibilidades. Orando y buscando al Señor le preguntábamos: ¿Cómo íbamos a hacer? ¿Cómo podíamos seguir funcionando?
Las crisis suelen sacar lo mejor y peor de las personas, pero, lamentablemente, la mayoría de las veces sacan lo peor. La falta de preparación para estas situaciones ha sido notable en prácticamente toda la dirigencia mundial y de manera especial en la clase política, que dejó al descubierto, además, la avaricia, corrupción y egoísmo sin límites.
¿Has escuchado la voz de Dios con su llamado para tu vida, pero al mismo tiempo experimentado el temor de no cumplir con las expectativas?
Hace catorce años, dos jóvenes llegaban a Argentina...