Nuestra tarea ministerial se inició en los campos de refugiados ruandeses después del genocidio de 1994, llevando ayuda humanitaria, conteniendo a huérfanos y viudas, enseñando la Palabra de Dios y brindando atención médica. Durante las guerras civiles del Congo (1996-2003) fuimos evacuados varias veces, perdiendo todas nuestras pertenencias y así convirtiéndonos en refugiados

Finalmente pudimos instalarse en Nyankunde, una pequeña aldea del Kivu del Norte, donde se unieron al equipo médico y misionero del Centro Médico Evangélico, el cual cubría la salud de toda la región. 

Tony allá continuó sus estudios, fue designado jefe del Dpto. de Enfermedades Infecciosas, y también capellán del hospital, mientras que Millie administraba la Casa de Huéspedes del Hospital, que hacía las veces de “hotel” para los médicos especialistas que venían del exterior, misioneros que necesitaban tratamiento médico o estaban en tránsito a/desde otras aldeas/países. Yo también me involucre en una Escuela para Hipoacúsicos, experiencia que le ayudaría años más tarde a fundar una institución en la ciudad de Yamena, capital de Chad, la cual funciona hasta hoy día y bendice a muchos sordos.

Durante los fines de semana evangelizamos en las aldeas con películas cristianas africanas; aún siendo niños, Ezequiel y Emiliano ayudaban con el tendido de cables, encendido de grupos electrógenos y entrega de volantes a los espectadores. Ellos fueron clave en lugares donde “los blancos no eran bienvenidos”, ya que el animismo dominaba esas regiones. Gracias al Señor, muchos zaireños llegaron a los pies de Jesús y así se plantaron varias iglesias. 

Mientras estuvimos refugiados en Nairobi (Kenia), ayudamos en una Casa-Clínica llamada “Nueva Vida”, lugar donde se asistían a bebés huérfanos que tenían VIH. Allí vimos muchos milagros tanto en la adopción de los niños como la sanidad completa de todos, pues el virus desaparecía gracias al cuidado, la oración y el amor que se les brindaba.

Luego de siete meses en Kenia, regresamos al Congo-Zaire para continuar con su misión en el Hospital, la Casa de Huéspedes y el evangelismo en las aldeas animistas. Lamentablemente esta etapa duraría menos de dos años, pues se inició otra guerra civil; las autoridades rogaron a todos los extranjeros que dejaran el país en veinticuatro horas y así fueron evacuados cientos de misioneros de la Región Oriental del Congo. Esa fue la séptima evacuación y última vez que la Tribu Pedrozo estaría junta en esa amada nación, aunque Tony viajaría catorce meses más tarde para visitar a los hermanos y terminar con las formalidades pues la tarea misionera continuaría en la República de Chad.

En los próximos años la evangelización ya no sería en masa sino uno a uno, pues servirían en naciones musulmanas donde el Evangelio se vive pasando tiempo con la gente tal como lo hacía Jesús. Pero esa parte de la historia será compartida en otra oportunidad… si el Señor así lo permite.

Muchas gracias por su compromiso y apoyo a través de sus rodillas (orando), sus manos (colaborando) o con sus pies (yendo). ¡Todos somos llamados a ser misioneros donde Dios nos ha puesto! Mungu awabariki sana (Dios les bendiga ricamente).

pedrozo-misioneros

Tony y Millie Pedrozo son misioneros del DNM-UAD. Misioneros desde hace 27 años. Tienen dos hijos, Ezequiel y Emiliano. Han servido en el Congo-Zaire (hoy RDC), Ruanda, Kenia, Chad y Malí.