”Operation Blessing” se mantiene al frente de la línea de trabajo de recuperación para la población del sur de Turquía en la que, hasta el momento, encuentra a casi dos millones de personas sin hogar.
El pasado lunes 6 de febrero, un sismo de magnitud de 7,8 en la escala de Richter azotó la ciudad de Gaziantep, replicando en otras 9 ciudades, dejando un saldo de más de 43 mil personas fallecidas
De frente a la catástrofe con acciones concretas
El equipo de socorro en casos de desastre de “Operation Blessing”, que cuenta con diferentes tipos de profesionales de todo el mundo, llegó casi de inmediato a Turquía para ofrecer ayuda a las víctimas del terremoto más catastrófico de la historia de ese país, al que asistieron primeramente para evaluar los daños y determinar qué tipo de ayuda se necesita.
Ya establecido su centro de operaciones en Hatay, la provincia más al sur de Turquía, la ciudad más devastada por el terremoto. Lugar que, debido al boca a boca, se ha convertido en el centro de distribución de recursos más importante de la zona. Las provisiones llegan de manera lenta y en constante peligro de robo.
Respecto a la situación actual, Amanda Ruginis del equipo de “Operation Blessing” comenta: «La necesidad lo es todo: estas personas no tienen nada. La mayoría de estas personas viven en tiendas de campaña o en sus automóviles. No tienen productos de higiene. Algunos de ellos se van en medio de la noche. No tienen zapatos en los pies, no tienen calcetines. No tienen nada«.
La situación no es fácil, porque están en alerta de terremoto nuevamente y deben dormir en tiendas de campaña para estar alertas, pero se mantienen firmes en la misión que fueron a cumplir: Ayudar a los necesitados y compartir del amor de Dios.
Estar en el lugar del dolor
A lo largo de estas semanas los voluntarios se han encontrado con testimonios que van desde el despojo completo para salvar sus vidas hasta las situaciones traumatizantes de familias enteras que lo han perdido todo y hoy están a la intemperie con sus hijos, empezando una nueva vida con lo que pueden.
En medio del dolor, los turcos se acercan a los voluntarios de “Operación bendición” preguntado si ellos son cristrianos si pueden orar por ellos. “Es muy poderoso saber que se acercan no solo para pedir víveres, sino también oraciones, la semilla está siendo plantada»
Turquía está siendo conmovida por el amor de Dios a través de personas que se mueven por un propósito más grande que ellas mismas, expresar a Cristo desde su profesión para servir a una población en crisis.