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Chris Mendez: «Ser contracultural es que el reino de Dios se vea en cada área de tu vida»

Hace un año tuvimos la oportunidad de conversar con Chris Mendez, pastor de Hillsong Latinoamérica, que dialogó con Sebastián Liendo sobre el liderazgo actual en la iglesia global, la espiritualidad real, eventos superficiales, qué es ser contracultura y el propósito de la iglesia.

Sebastián Liendo: Estamos disfrutando de este aniversario de La Corriente y para nosotros es una honra que vos estés con nosotros, Chris. Indirectamente afectaste mi vida, así que gracias por estar.

Chris Mendez: Gracias a ustedes por la invitación y, como acabas de decir, es muy especial, los aniversarios hay que celebrarlos y recordar todo este tiempo de ministerio.

SL: Yo sé que naciste en Australia, pero tus padres son argentinos ¿Qué te encontraste a nivel cultural cuando llegaste? ¿Habías estado de visita o directamente conociste cuando viniste con Hillsong?

CM: A lo largo de los años viajé un montón a la Argentina, a predicar, a estar en distintos eventos o a visitar a la familia, pero es otra cosa cuando uno toma la decisión de mudarse, y especialmente porque lo hicimos con mis tres hijos cuando el más chico tenía 7 años, la mayor tenía como 12, y la del medio 10 u 11. Edades claves para los adolescentes, dos mujeres, una adolescente y una preadolescente.

Yo amo la cultura argentina, amo la cultura latina. Obviamente, crecí en un hogar argentino en Australia y son países muy distintos, entonces fueron muchos los choques que tuvimos, aun en lo práctico. Por ejemplo, en el supermercado. En Australia, cuando compras la verdura, te la pesan y te la ponen en la bolsa en la caja, acá si no la llevas pesada con la etiqueta y el precio al cajero, ¡te miran con una cara rara!

Así que la primera vez que fuimos a hacer las compras no sabíamos cómo era el proceso, aparecimos en la caja con un montón de verduras y la chica nos miró y mi esposa se puso mal. Era el segundo o tercer día de estar en el país; no sabíamos lo que sucedía y tuvimos, con vergüenza, que volver para pesar todas las verduras, entonces esas pequeñas diferencias era lo que teníamos que aprender de las costumbres locales.

Chris Mendez

SL: Dijiste una frase recién “cuando sos mudado no es lo mismo que visitar”, y espiritualmente ocurre lo mismo ¿no? Que es cuando vos decís “Ok, tengo encuentros emocionales espirituales”, en ese sentido podés conocer la cultura de Jesús pero un día, cuando empezás a vivir en Él, en el reino, cambian la cultura, la identidad y el diario vivir.

CM: Totalmente. Lo que acabas de decir es tan importante porque muchas veces en el cristianismo vivimos de evento en evento. Vamos a algún congreso porque nos interesa quien está comunicando y queremos tener una experiencia con Dios, pero, después del evento, los frutos quizás no se ven tanto y es por eso que la obra del espíritu en nuestras vidas es un trabajo diario.

SL: Hace unas semanas estábamos charlando con Jesiah Hansen y hablábamos de este tema, yo le nombraba cuando Moisés chocó la vara contra las piedras y Jesús dice “yo le digo al que bebe de mí y que tenga sed, brotarán ríos de agua viva, por eso dejen de recordar cosas que pasaron”, eventos de cuando dejaron el cigarrillo, cuando levantaron la mano, si no que si ustedes viven en mí están viviendo una realidad.

CM: Esas experiencias te marcan, pero no te marcan para un momento, te marcan para que puedas avanzar en tu fe. Pero cuando vivimos de evento en evento o de experiencia en experiencia, vivimos un cristianismo que solamente busca llenar el tanque. Es como cuando tu auto se queda sin nafta, tenés que ir a la estación de servicio a llenar el tanque, y muchos utilizan los eventos o la iglesia de esa manera. «Se me vació el tanque durante la semana, entonces vuelvo a llenarme el domingo», eso te lleva a vivir como víctima y Dios no nos diseñó para que vivamos como víctimas que simplemente llenamos el tanque con ciertas experiencias. La Palabra empodera, el Espíritu nos empodera para vivir al nivel de lo que Dios ha preparado para nosotros las 24 horas del día y los siete días de la semana.

SL: Me encanta que digas parafraseando que el reino de Dios no tiene víctimas. A Jesús cuando lo quisieron hacer decir “ten misericordia de ti mismo”, Él les dijo “apártate de mí, Satanás”, como diciendo «esto es diabólico, no creas que yo soy víctima de esto».

CM: Cuando predicamos el evangelio, muchas veces le hablamos a la necesidad de la persona y lo que producimos en la gente es fe al nivel de su necesidad, pero yo prefiero predicarle al propósito, al potencial de la gente, despertarles para que tengamos fe a nivel de la visión que Dios nos ha dado, una fe que nos lleva más allá de nuestra actualidad.

La Palabra desata propósitos, desata potencial, nos ayuda a desarrollar esa visión que Dios nos ha dado de extender su reino, pero cuando predicamos de tal manera que la gente solamente tiene fe para cubrir sus necesidades, sin darnos cuenta estamos produciendo mentalidades de víctima en la iglesia y, sin embargo, en Dios somos victoriosos aun en nuestros peores momentos, porque formamos parte de un equipo victorioso. Hemos leído el último capítulo del libro y sabemos cómo termina para nosotros.

SL: Llegaste a Argentina hace seis años, pero abriste iglesias en México, en Brasil, en Montevideo, no sé si tienen otros lugares ya pensados o confirmados. Mi pregunta es ¿qué base afirmás y confirmás en tu espíritu cada vez que tenés un proyecto nuevo, ¿qué necesitás confirmar en tu espíritu?

CM: Es una muy buena pregunta. Para mí todo lo que hacemos a nivel continental es en base a la parábola de los talentos, aquellos que recibieron, dos multiplicaron lo que le devolvieron al dueño de la casa. A mí y a Lucy como pareja se nos dio una oportunidad de abrir Hillsong en América Latina y siempre le dije a ella “tenemos que multiplicar lo que hemos recibido”, nosotros nos mudamos a Buenos Aires con la visión de 10 iglesias en 10 ciudades en 10 años, ganar un millón de almas para Cristo a través de esas congregaciones, porque la idea es multiplicar lo que hemos recibido.

Chris Mendez predicando en el culto del domingo

De esas 10 ciudades, hay siete ya definidas en mi corazón. Llevamos 4, ya sé cuáles son las próximas tres y el Espíritu Santo nos guiará para esas otras tres. Tenemos una idea pero esperamos confirmación. Ésa es la base detrás de nuestro desarrollo de la visión que tenemos, que es la parábola de los talentos y quiero multiplicar y aprovechar esta oportunidad que Dios nos ha dado, porque aunque la pandemia frenó el desarrollo de esa visión, estamos muy comprometidos para en el 2022 acelerar lo que el enemigo ha frenado, Pero todo fluye desde esa palabra para nosotros.

SL: Tremendo. Hillsong es parte importante de la educación cristiana en lo que se refiere a la música, y tal vez sea la banda con más covers del universo, porque en todas las iglesias hacemos sus canciones. Hay muchos detalles que para mí son realmente sorprendentes, que admiro y que honro porque verdaderamente yo no veo a la iglesia de Hillsong o alguna otra iglesia como algo vecino sino que, aunque no me congregue allí, la siento parte de mí porque somos un Cristo corporativo y lo vivo con alegría, entonces los disfruto mucho, por como cuidan el detalle, porque yo tengo muchos amigos que se congregan en Hillsong aquí en Buenos Aires y se sienten muy cuidados, muy discipulados, ¿cómo de lo macro no descuidan lo micro? eso es lo que me interesa saber.

CM: Esta es una de las mejores preguntas que me han hecho porque tenés ojo para ver que no es una cosa o la otra, son ambas cosas. Yo siempre digo que esto no se trata de una multitud sino de una comunidad. En estos tiempos de pandemia muchos se enfocaron en crear contenido y no en cuidar la comunidad. El contenido no transforma vidas, pero la comunidad hace un montón en el corazón del ser humano, entonces para nosotros no se trata de tener una mega iglesia, aunque lo saludable crece y sí, tenemos miles de personas, y tengo fe en que los próximos 10 años Dios va a cuadruplicar la cantidad de gente que tenemos, pero esto va pasar sólo si cada individuo se siente como parte de una familia de fe, si cada individuo, en medio de un montón de personas, tiene su punto personal de conexión.

En Hechos 2:41-47 la Palabra nos dice que «no dejaban de reunirse en el templo ni un solo día y partían el pan de casa en casa y compartían la comida con alegría y generosidad». Entonces estaban en el templo, en una reunión masiva, y estaban en las casas en reuniones más pequeñas en donde se generaba comunidad. En nuestra iglesia tenemos lo que se llaman grupos de conexión y siempre uso esta frase “mientras nuestra iglesia crezca, a la misma vez se tiene que hacer más pequeña” y la manera de hacerla más pequeña es en nuestros grupos porque ahí es donde se genera comunidad, ahí es donde cuidamos a las personas, donde oramos unos por los otros y discipulamos, entonces para mí no se trata de un auditorio lleno.

«El auditorio lleno es el fruto de la comunidad que se cultiva durante la semana en la vida de nuestra iglesia».

Chris Mendez y su esposa

SL:  Es un detalle tremendo lo que estás diciendo porque en realidad fuimos llamados a eso, a que Cristo sea formado en nosotros y esa naturaleza de Cristo en nosotros sea manifestada y debe ser entrenada por nosotros, con los hermanos. Pablo dice en Gálatas «cumplen la ley de Cristo llevando las cargas unos por los otros«.

CM: Gálatas 62 es uno de los versículos para nuestros grupos de conexión. Que así cumplamos la ley de Cristo, no criticando, no juzgando, no apuntando a los errores de las personas, también cumplamos la ley de Cristo llevando nuestras cargas entre nosotros, ayudándonos, apoyándonos, alimentándonos, y eso es lo que hace la diferencia entre una iglesia y cualquier otra organización secular, cualquier gimnasio o club deportivo. Nos tiene que importar el cuidado de la gente y cómo la gente progresa en la vida y es la hermosura de la iglesia local, por eso creo con todo mi corazón que la iglesia local es la esperanza del mundo porque en ella encontrarás cosas que no vas encontrar en ninguna otra parte del mundo.

SL: Hay una frase que dice que el diablo lo único que no puede imitar es el amor, porque Dios es el amor, entonces el diablo nunca te puede dar algo que no tiene. Hay una serie de los evangelios que estás haciendo que a mí me encanta y una de las frases que dijiste la tengo anotada, “el amor a Dios se expresa en el amor al prójimo”.

CM: Exactamente, creo eso con todo mi corazón. El amor de Dios en nosotros se expresa en el amor al prójimo, ¿de qué sirve decir que amamos a Dios pero no amamos al prójimo? Sería una imagen incompleta. No podemos decir amar a Dios y no amar a la iglesia, porque la iglesia es una idea divina, por eso nosotros somos apasionados por la iglesia local.

Jesús dijo “edificaré mi iglesia”, no dijo «edificaré tu ministerio» ni «edificaré tu congreso», dijo “edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Entonces nosotros estamos para edificar lo que Él está edificando y porque nosotros edificamos su casa Él edifica la nuestra. Yo jamás voy a utilizar a la iglesia para edificar mi ministerio, Dios me dio un ministerio para edificar a la iglesia porque esa es la iglesia en donde se expresa el amor de Dios.

SL: Una vez mi papá fue a predicar a una cárcel y lo acompañé. Allí un preso me preguntó «¿de qué color tiene los ojos Dios?», me dijo, y me mató. Yo le dije “no sé”, y él me responde “de la persona que tienes enfrente, porque Dios decidió ser el otro, de la misma forma en la que amás al otro es la forma en la que amás a Dios”.

CM: Es así. Yo creo que si como iglesia logramos captar eso a otro nivel, honestamente podemos cambiar el mundo. Muchas veces nos preocupamos por nuestros eventos, por el tamaño del ministerio, nos preocupamos por cosas que son irrelevantes, pero si realmente nos amamos como Dios ama a la iglesia puede ser algo que radicalmente transforme al mundo, no solamente dentro de las cuatro paredes, sino afuera, y es tan sencillo el mensaje, pero nosotros como seres humanos somos buenos en complicar lo que es sencillo.

Culto en Hillsong Buenos Aires

SL: Te escuché decir que la iglesia es contra la cultura, pero que influye en la cultura. ¿Cómo podemos volver a la forma original?

C: Estás tocando un tema que yo puedo hablar por horas, amo este tema. Muchos pueden ver una iglesia como la nuestra o verme a mí, con mi manera muy informal de vestirme, aun cuando predico, ver marcas en mi cuerpo y pensar «¡ah!, están intentando ser contraculturales y demostrar dentro de la iglesia un cristianismo moderno». ¿Por qué? Porque pensamos que ser contracultura como personas de fe es vestirse de manera diferente, cortarse el pelo de manera diferente, hablar de manera diferente, pero eso no es ser contracultural.

¿De qué me sirve vestirme de manera diferente al mundo si después odio como el mundo odia, juzgo como el mundo, critico como el mundo, hablo mal como el mundo? Ser contracultural es que el reino de Dios se vea en cada área de tu vida y cuando otros hablan palabras de muerte tú hablas palabras de vida.

Cuando otros rechazan, yo acepto; cuando otros juzgan, yo demuestro gracia; cuando otros no ven esperanza, yo hablo esperanza. Es que el reino pueda fluir de nuestro ser y se vea en cada aspecto de nuestra vida. Eso es ser contraculturales. Pero muchos creen que lo que hacemos en nuestra iglesia es un escenario, un look contemporáneo, un look moderno y piensan que eso es Hillsong, y no lo es, son nada más que métodos. Ser contraculturales no se ve en los métodos, se ve en tu manera de expresar el reino en cada área de tu vida.

SL: Yo te escuché en una prédica que se llama El combo perfecto, y que me gusta mucho, allí decís que Jesús vino a cambiar las cosas de una vez y para siempre y que propone un nuevo pacto. A a mí me encanta que Jesús en la última cena dice “hagan esto recordando el nuevo pacto”, y este nuevo pacto nos genera una nueva vida que es en Él. ¿Cómo es posible vivir esta vida en Él para vos?

CM: En realidad es imposible, pero por eso Dios nos dio al Espíritu Santo, es por eso que la gracia de Dios opera en nosotros, porque para nosotros solos es imposible. Por eso vino Jesús y abrió el camino y tenemos que comprometernos, sabiendo que vamos a errarle al blanco vez tal vez, pero ahí es donde la gracia de Dios nos perdona, nos levanta y nos empodera para seguir adelante.

«La gracia de Dios nos fue dada, la recibimos de manera gratuita y le costó lo mejor del cielo a Dios».

Por eso la gracia no produce libertinaje, para mí produce un mayor nivel de compromiso. Cuando entiendes el costo de la gracia, tienes que simplemente comprometerte día tras día a vivir conforme a ese nuevo pacto. En ese mensaje hablé de lo que Jesús dijo “este es el mandamiento más importante, amar a Dios con toda tu fuerza, con toda tu mente, con todo tu corazón y con toda tu alma y amar a tu prójimo como a ti mismo» y dije que el combo completo para nosotros como hijos de Dios es lo que vos ya mencionaste, que tenemos que amar a Dios y amar a nuestro prójimo. Si queremos cumplir la ley de Cristo hay que amar a Dios y amar a los demás. 

SL: Quiero hacerte una pregunta más, porque quiero exprimirte lo máximo que se pueda. Me encanta tu podcast de liderazgo sin censura y me gustaría que me digas ¿cuáles son las claves para el liderazgo dentro del cuerpo de Cristo?

CM: Te voy a dar una respuesta que muchos van a decir “ah, qué sencillo, qué simple” y así lo es. Para mí la clave para el liderazgo es ser una persona genuina. Que tu vida pública sea lo mismo que tu vida privada. Uno de mis mayores enfoques en la vida es que la persona que mis hijos ven sobre una tarima el domingo sea la misma persona que ven en la cocina de la casa el miércoles. Es ser genuino, transparente.

Obviamente que la integridad es súper importante. Tener un corazón íntegro, que sea una carta abierta. Además, la resiliencia en un líder es fundamental, porque si la gente no ve un corazón resiliente en nosotros jamás vamos a motivar e inspirar a que la gente pueda ser resiliente.

Creo que una clave para el liderazgo es entender que lo que Dios nos ha dado no es para nosotros, es para los demás, entonces yo entiendo que la plataforma que Dios me dio no es para mí, es para que yo les dé una plataforma a los demás. Como líderes tenemos que constantemente entregar lo que pensamos que es nuestro a los demás, para que otros puedan tomar su lugar en el reino.

Yo no soy el que predica todos los domingos en nuestra iglesia, tenemos un montón de voces y así nuestra plataforma no depende de mí. Hemos levantado un equipo que pueda predicar. Entonces, si el pastor no predica, la gente se queda de igual manera porque entiende que esto no se trata de una pareja pastoral, se trata de un equipo que se ha levantado y ha tomado su lugar.

Esto es como una maratón. No tenemos que apurarnos, no tenemos que lograr todo hoy, tenemos mucho tiempo por delante y en ese viaje de fe tu liderazgo va a inspirar e impactar a aquellos que te rodean.

Redacción
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