“El avisado ve el mal y se esconde, más los simples pasan y llevan el daño”. Proverbios 22: 3
Siempre habrá imprevistos. Siempre existieron y existirán eventos que no podemos planificar y que nos hacen ir corriendo al Señor para pedirle estrategias y sabiduría.
La Biblia nos enseña a no estar preocupados por nada, pero sí nos alienta a ocuparnos de todos nuestros asuntos con diligencia.
Una de las cosas que aprendí de mis abuelos inmigrantes fue el ejemplo de tener siempre un fondo un dinero extra para alguna emergencia económica. También recuerdo que mi abuelita siempre tenía un camisón sin usar, un juego de toallas guardado al igual que ropa interior y medias por cualquier cosa. Siendo niña le preguntaba para qué guardaba eso y ella me respondía que siempre había que prevenir.
Prevenir es una palabra que no se usa demasiado hoy. Parece que la urgencia del vivir día a día ha erradicado algunas palabras importantes.
Sin embargo, la Biblia habla sobre personas que fueron reconocidas y salvaron situaciones por ser capaces de adelantarse a los hechos e intervenir con decisiones firmes sobre su presente afectando el futuro.
Querida lectora y lector; «cuando nos casamos teníamos el deseo de poder construir nuestra casa. Esa decisión afectó muchas otras: nos privamos de gastos superfluos y priorizamos el proyecto de la casa propia. Llevó años de ahorros, estudio, dobles jornadas de trabajo, pero con la bendición de Dios lo logramos. Muchas veces hablo con jóvenes que no tuvieron el ejemplo de proyectar y menos el de presupuestar, entonces les explico acerca de la importancia de comenzar a hacerlo».
«Cuando en nuestro presente logramos prevenir nuestro futuro estaremos construyendo bases firmes para seguir progresando».
Vanesa de Cairus
Como pastores, tomar ese tipo de decisiones nos ha bendecido en nuestro ministerio porque no nos arriesgamos en una fe loca. Sino que Dios nos ayudó a tener la fe correcta para saber que Él iba a proveer lo que necesitábamos para construir el templo sin adquirir deudas en la medida de las posibilidades que fueran surgiendo. Y así lo hicimos. Dios nos sorprendió y mucho antes de lo pensado terminamos la construcción, sin deber nada a nadie.
Te cuento estos testimonios para alentarte a ordenar situaciones que el Espíritu Santo te está marcando en este momento. Siempre es mejor empezar, aunque sea tarde, que no empezar nunca.
El orden y la prevención son factores muy importantes para nuestras vidas. Y mi oración es que, así como José recibió una estrategia para afrontar los malos tiempos que venían para Egipto y pudo administrar con sabiduría los recursos de una nación entera, ruego que nosotros seamos capaces de tener la visión y la creatividad divina que nos den tranquilidad más adelante.
Así como dice Proverbios 31, “No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles”
¡Vaya! Esta sí que es una mujer prevenida…Ya vistió a toda su familia de ropa abrigada por si acaso…
Querida amiga, necesitamos cerrar de una manera prolija las diferentes etapas que concluyen para entrar tranquilas en la siguiente temporada. Ser previsoras es un principio que nos permitirá llevarlo a cabo de manera eficaz.