La pastora Mayra Djimondian entrevistó a Aneley Torrico, una joven rosarina que militó para la marea verde y luego de tener un encuentro con Jesús cambió su vida y hoy defiende la vida.

Durante la conversación nos contó que a pesar de nacer en un hogar cristiano, durante el período de su adolescencia, estuvo a favor del aborto, hasta que un campanento lo cambió todo, Cristo se le reveló y su manera de ver las cosas cambiaron radicalmente.

Encontrar el propósito

Mayra Djimondian: Leí en una nota que se publicó en La Corriente que vos antes estabas a favor del aborto, pero tuviste un encuentro con Dios y todo fue transformado. ¿De qué manera pudiste experimentar y ver ese cambio en tu vida?

Aneley Torrico: Larga historia. Bueno, la realidad es que yo nací en una familia cristiana. Pero en mi adolescencia, empecé con esto de no querer ir mucho a la iglesia, no quería estar mucho en el ambiente cristiano. Entonces en la secundaria, empecé con todas las cosas típicas, rebeldía, etc. 

Cuestión que no estaba en Dios y  arranqué con todo este movimiento de «Ni una menos», fui con unas amigas y era  como que todo esa movida de la mujer me gustaba. Allá en Rosario se inició la marcha NiUnaMenos. Me gustaba la causa porque en ese momento no había nada sobre el aborto.

Hasta que después de un tiempo de sentirme vacía, unos pastores me invitaron a un campamento que se hacía en Bariloche. Yo había dicho que no, pero al otro día me levanté y dije: “bueno, la realidad es que yo vivía en un ambiente cristiano, no me voy a perder la oportunidad de conocer Bariloche”. Entonces fui, pero a mis amigas no les dije la verdad solo les comenté que iba con mi hermana a conocer.

Empezó la prédica y el predicador se paró frente a mí y me empezó a decir cosas que estaban en mi corazón y cómo me encontraba yo en ese momento. Eran cosas que literalmente nadie sabía, ni que nunca hable, ni siquiera con mis amigas. Y cuando esta persona me empieza a hablar de cómo estaba mi corazón, de cómo me encontraba ahí, me quebré. Fue el primer impacto de decir “Dios, vos me conoces”.

supe que Él era el único que sabía lo que realmente estaba pasando en mi corazón”.

Aneley Torrico

Tener una experiencia con Dios

MD: Esto que nos compartís nos llama a la reflexión, porque a veces obviamente uno puede escuchar de Dios en el seno de la familia, en los amigos, pero tiene que tener una experiencia, un encuentro personal con Cristo para ser transformado.¿No?

AT:  Yo en esos días del campamento recibí tanto amor de Él que mi primer acto de agradecimiento fue tirar la bandera del aborto.

Entonces tiré el pañuelo del aborto, y desde ahí empezó, en mí, un proceso súper interno de desucbrir mi identidad y un montón de cosas.

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Aneley Torrico en los estudios de La Corriente.

Expandir la Palabra

MD: Vos estuviste participando en un video de Nahir. Precisamente el que habla de soltar el pañuelo verde ¿Qué repercusión tuvo? ¿tuviste la posibilidad de hablar con algunas chicas que hayan pasado por una experiencia similar a la tuya?

AT: Para mí fue una locura, fue muy fuerte. Mucha gente pensó que yo seguía a favor del aborto y otros se enteraron por el video que yo estaba a favor de las dos vidas.

Luego del vídeo me pasaron varios testimonios, pero hubo uno que me impactó, creo que fue preparado por  Dios. Yo había ido a contar mi testimonio a una iglesia y con mi esposo estábamos sentados junto una chica de 22 años, que era de Entre Ríos y por primera vez asistía a una reunión.

LLegó el momento en que me toca compartir el testimonio y cuando termino la chica se larga a llorar y me dice “yo aborté mellizos hace un año y medio, tengo mucha depresión, me siento con mucha culpa, y vine hoy a la iglesia por primera vez, y siento que Dios nunca me va a perdonar por lo que hice”.Para mí eso fue tremendo, obviamente oramos por ella y entendí que todo fue provisto por Dios, porque la chica ni siquiera era de Rosario,venía de Entre Ríos.

La relación con el Espíritu Santo

MD: Cuando uno tiene un encuentro con Dios y después ve que el Señor en eso que te sanó te usa para otras cosas y que todo lo transforma con propósito crece todo tu inspiración y admiración por el Señor. ¿Qué descubriste de Cristo a través de todo esto?

AT: Bueno, obviamente uno va conociendo diferentes cosas de Dios, pero había algo que me llamó mucho la atención y fue el poder encontrar la raíz de mis problemas. A mí me pasó que cuando tiré el pañuelo verde, empezó todo este proceso de identidad.

Me di cuenta que en realidad tenía un desprecio hasta con mi propia vida, me sentía tan mal internamente que no me podía valorar.

Entonces iba a ser imposible que valore la vida de otra persona cuando no lo hacía por la mía. Como dice la Biblia “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Entonces entendí que es imposible amar y validar la idea del otro cuando ni siquiera yo estaba bien conmigo misma.

MD: Lo que estás planteando tiene que ver con las heridas del corazón,  cuestiones que uno no sabe que están en el corazón de esas chicas sin sanar porque también necesitan a Jesús. Entonces, vos ¿de qué manera te acercas a ellas?

AT: Sí, bueno siempre tengo la ocasión de poder compartirle, pero nunca lo hago desde una mirada de juicio. Es más, yo nunca me atrevería a decir “esto está mal”. Porqué cuandollegué a Dios, nunca tuve a nadie que me dijera “tirá el pañuelo porque a Dios no le agrada”. O sea, fue la misma convicción del Espíritu Santo la que me hizo entender qué eso estaba mal.

EL único que cambio mi opinión del aborto fue Jesús”. 

Aneley Torrico

MD: Si tuvieras que dejar un mensaje para las mujeres que quizás están en el lugar donde vos estabas ¿Qué les dirías?


AT: Les diría: que solo el amor de Dios las puede transformar. Él es el único que tiene la capacidad de sanar nuestro corazón.

La felicidad, la plenitud y la libertad que tanto buscamos, solamente se encuentran en Dios.

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La pastora Mayra Djimondian junto a Aneley Torrico en La Corriente.