El país caribeño se encuentra en crisis: la pobreza, la inflación y el aumento de violencia, más secuestros a creyentes son el flagelo actual, pero aun así los cristianos cumplen el propósito de Cristo en esa nación.
El misionero brasileño Marcos Germano dio una entrevista al medio Guíame y contó cómo desde principios de agosto Asambleas de Dios Belén EE. UU se encuentra en ese territorio con el fin de realizar evangelismo. En las ciudades haitianas, Jérémie y Camperrin, ya se concretaron dos fechas para bautismo y 14 personas dieron testimonio público de su fe en Cristo.
El evangelismo se lleva adelante desde 2014 a través de misioneros locales, quienes fueron guiados por el pastor Joel Freire Costa, de una iglesia estadounidense. Desde entonces, se construyeron tres iglesias cristianas en Haití, en las ciudades de Les Cayes, Jérémie y Camperrin.
El misionero brasileño informó al medio que Haití enfrenta una grave crisis social y humanitaria, aún se recuperan de los desastres naturales que sucedieron en la nación en los últimos años, como el terremoto de 2010. “Desde la salida de la MINUSTAH, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití, la situación ha empeorado. Ha aumentado la violencia, la falta de empleo, la miseria”, reveló el misionero.
“HEMOS PASADO POR MUCHAS LUCHAS. A PESAR DE LAS DIFICULTADES, ESTAMOS AVANZANDO EN EL NOMBRE DE JESÚS”.
Marcos Germano, misionero brasileño a cargo de Asambleas de Dios Haití
Germano explicó que luego del asesinato del presidente Jovenel Moise, en junio del año pasado, la sociedad tiene una gran incertidumbre política en la nación y todavía no hay previsión de nuevas elecciones. Como consecuencia hay inestabilidad social, explicó que las pandillas ejercen el poder en varias regiones, controlan carreteras, cobran peajes ilegales y también afirmó que realizan secuestros dentro de las iglesias durante las reuniones.
“Las pandillas se han apoderado del país, especialmente en la capital, donde hay 76 pandillas, que han aterrorizado a la población haitiana con una violencia desenfrenada. Dicen que ha muerto más gente en Haití que en la guerra de Ucrania”, planteó el pastor. Además, él afirmó que los misioneros extranjeros y los líderes locales se convirtieron en objetivos de los secuestradores.
“Según datos de la ONU, fueron secuestradas 873 personas en este año. El secuestro se convirtió en un oficio muy lucrativo para estos grupos, como medio para continuar con sus actividades en el país”, explicó Germano. Luego agregó “muchos misioneros ya han sido secuestrados, y la pandilla pide 1 millón de dólares en rescate. Siempre existe un riesgo no solo para los misioneros extranjeros, sino también para los nativos que trabajan para una misión extranjera”.
Luz en medio de la oscuridad
El grupo misionero lleva el mensaje de Cristo en escuelas primarias y secundarias, en total predican a 162 estudiantes. Además, la organización ofrece cursos de formación profesional, como agronomía y construcción civil. No le temen a los precios de los materiales de construcción muy elevados debido a la crisis económica en Haití, la misión compró un terreno en Les Cayes para construir otra iglesia y escuela.
“Hoy en día, para realizar la obra misionera en Haití se requieren muchos recursos económicos, es un país muy caro para sobrevivir”, comentó el pastor Marcos. Pero de todas formas, él afirma que Dios es fiel y actualmente están realizando una estructura improvisada con placas de zinc, mientras se avanza en la documentación para iniciar la obra, y muchos creyentes están asistiendo a la iglesia en esta condición.
“Incluso en la sencillez de un templo con piso de tierra, los cristianos adoran a Dios con alegría y gratitud”.
Marcos Germano, misionero brasileño a cargo de Asambleas de Dios Haití
El misionero planteó que la salvación de los nuevos conversos es motivo de mucha celebración para los misioneros locales, ya que hablan del Evangelio en una nación donde el 80% de la población católica practica el vudú, una práctica arraigada en la cultura haitiana.
El pastor asegura que el principal desafío en el campo misionero haitiano hoy es espiritual, ya que, aunque la población es mayoritariamente católica, la mayoría de la gente también practica el vudú. “Me he cruzado con muchos cristianos que, lamentablemente, asistían a ceremonias vudú. En los cultos caían poseídos por espíritus inmundos”, contó Germano.
“Con tantos desafíos que enfrentamos en este país, la obra de Dios avanza”, testificó el misionero Marcos. Asambleas de Dios en Haití continúa con el propósito, que Su Evangelio se expanda a todo territorio, por eso la Iglesia haitiana no se detiene aun en medio de la realidad actual del país y unidos continúan perseverando en la fe.
Nueva iglesia cristiana en construcción. Crédito: Marcos Germano