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¿Qué es una familia?

Familia, el lugar donde todo comienza Cuando nos frustramos al tratar de construir matrimonios y familias con nuestras propias fuerzas, comenzamos a preguntarle a Dios, y al investigar sobre el diseño eterno, nos encontramos con el verdadero sentido y propósito que Dios espera que los matrimonios y las familias entiendan, vivan y expresen.

Fuimos diseñados para expresar realidades espirituales. Al leer las cartas apostólicas, encontramos a Pablo (como a los otros escritores) utilizando el matrimonio o la familia natural para que podamos entender la vida de la Iglesia.

Mateo 12. 49 – 50 NVI

25 Esposos, amen a sus esposas, ASÍ COMO Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella

Efesios 5. 25 NVI

Recordemos que Pablo no nos está hablando del matrimonio, sino que usa esta analogía para que entendamos la realidad espiritual. De todas maneras, esto no nos libra de la realidad del matrimonio. Al contrario, nos eleva la demanda, ya que representamos esta gloriosa unión Cristo-Iglesia.

Además, al estudiar el diseño encontramos que la Iglesia es descrita como la “familia de Dios”. Jesús mismo define familia como “quienes hacen la voluntad de mi Padre”.

49 Señalando a sus discípulos, añadió:

—Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. 50 Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos es mi hermano, mi hermana y mi madre.

«Sin el sacerdocio, no podemos edificar el Cuerpo de Cristo».

David Firman, psicólogo.

Sin dudas debemos elevar la medida de entendimiento para vernos como Dios nos ve. Para Dios, tanto el matrimonio como la familia son en pequeña escala lo que Dios quiere manifestar a gran escala con la Iglesia en toda la tierra.

El apóstol Pedro, con el mismo criterio corporativo, lo escribe de esta manera.

4 Cristo es la piedra viva, desechada por los seres humanos, pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, 5 también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo.

1 Pedro 2. 4 – 5 NVI

Nuevamente en el “son como” vemos la comparación de lo natural con lo espiritual. La edificación es espiritual pero con piedras vivas que habitan en las casas de familia. Es ahí donde se produce la materia prima que Dios utiliza para la edificación de Su Casa, que es la Iglesia.

Como familias debemos prestar mucha atención al plano divino y alinearnos a lo eterno, sólo así viviremos en orden, seremos más exactos y tendremos la seguridad de estar nutridos correctamente.

5 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 7 Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Átalas a tus manos como un signo, llévalas en tu frente como una marca y 9 escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.

Deuteronomio 6. 5 – 9 NVI

En este pasaje vemos la importancia de trabajar en nuestros hogares sin cansarnos de repetir, buscando producir en la familia el avance multigeneracional de la vida de Dios. Somos un Reino de sacerdotes, y la edificación de los santos depende de llevar el sacerdocio delante de Dios. Sin el sacerdocio, no podemos edificar el Cuerpo de Cristo. Para ver transformaciones en el hogar, debemos recuperar el sacerdocio y no dejar las cosas en manos de otros como la escuela, iglesia o amistades, sino trabajar para activar y desarrollar la vida de Dios en la familia.

Cuando tomamos conciencia de la magnitud del diseño de Dios, nuestro compromiso crece para ser matrimonios y familias funcionales a Dios y Su propósito de darse a conocer a través de nosotros. La imagen, la autoridad representativa y la multiplicación de lo eterno que vemos como diseño en Génesis 1, se perdieron en la desobediencia y muerte espiritual del primer matrimonio. Pero Cristo se encarnó en Jesús, y vino a recuperar lo que se había perdido. Esta es una gran noticia para las familias. Podemos volver al diseño.

Cristo en nosotros es la imagen del Dios invisible.

Cristo en nosotros es la autoridad representativa de Dios.

Cristo en nosotros nos pone a la altura de la multiplicación de Su vida en las generaciones.

¿Queremos que nuestros matrimonios y familias sean preservados? El camino es Cristo, el camino es volver al diseño.

Seamos familias alineadas a lo eterno, familias con mente multigeneracional.

David Firman
David Firman
Psicólogo egresado de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Profesor de Enseñanza Media y Superior en Psicología, egresado de la Universidad Nacional de Rosario. Terapeuta Familiar. Bachiller en Teología, egresado en el año 2001 del IETL de Rosario. Pastor en CTHTN Rosario y zona. Escritor y Conferencista.

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