El 15 de septiembre se recuerda y conmemora en Argentina el día de las escuelas evangélicas, en memoria del pastor William C. Morris, que dedicó su vida a la educación y bienestar de la niñez desde su llamado de fe cristiana.
Muchos deben preguntarse ¿quién fue William Morris? La respuesta se remonta al año 1864, en Soham, Inglaterra, lugar en donde nació Morris, hijo de padres ingleses. Su padre, de condición humilde, era un predicador no afiliado a la iglesia oficial inglesa y su madre falleció cuando William tenía apenas cuatro años.
A la edad de 8 años emigró a Itapé, Paraguay, junto a sus hermanos y su padre. Sin trabajo y con pocos recursos para vivir se trasladaron a la provincia de Santa Fe, Argentina, donde el joven Morris comenzó a interesarse por la lectura, aunque no tenía tiempo realmente para dedicarse a ella. Tenía que trabajar como granjero cuidando ganado, pero esto no lo detenía. Mientras cuidaba las ovejas en el campo, él leía los salmos de la Biblia. Dios ya estaba trabajando en su corazón.
Pasaron los años y a pesar de que había tenido una educación deficiente y solo había podido cursar hasta tercer grado, él se escapaba por las noches a la biblioteca para sumergirse en el mundo de la lectura. Ya adulto y con 22 años de edad, William se dirigió a Buenos Aires y se instaló en la zona del puerto de La Boca, que por entonces era un barrio plagado de conventillos, inmigrantes empobrecidos, desilusionados y de niños que no tenían más perspectiva para el futuro que la pobreza y la delincuencia.
Esta situación impactó a Morris y sintió el llamado de Dios a asistir a la infancia abandonada. Esto lo convertiría en maestro y guía de niños y jóvenes. En 1888, con muy poco dinero, alquiló un pequeño y precario espacio para abrir un humilde comedor para los niños de la calle y para enseñar, al cual asistían 12 alumnos. En ese mismo lugar abrió una escuela dominical de la que se ocupaba personalmente costeando de su bolsillo el salario de un joven maestro durante la semana y encargándose él mismo de la instrucción religiosa los domingos.
Un año después fue aceptado como predicador local por la Iglesia Metodista de La Boca, y de esa manera ganó mayor autoridad en el barrio. Ese mismo año se casó con una joven inglesa, Cecilia Kate O´Higgins, quien había llegado al país con el pastor Stockton. Juntos trabajaban en el comedor y brindaban educación a los niños, pero su matrimonio se consagró con más fuerza tras la muerte de su hijo, que falleció con tan solo meses de vida.
Fundaron el Hogar El Alba, que hasta el día de hoy brinda una asistencia integral y forma a los niños con la Palabra de Dios. Juntos dedicaron el resto de su vida a la enseñanza. Pero brindando una educación mucho mejor que cualquier otra, ya que en esta se encontraban las enseñanzas bíblicas. La palabra de Dios le dio vida a miles de niños que un día aprendieron con William Morris.
Un 15 de septiembre de 1932 el pastor y maestro William Case Morris partió a la presencia del Señor, es por eso que en esa fecha se hace memoria de la vida de este hombre de Dios, que vio la necesidad desde la raíz, desde la niñez, y a pesar de sus impedimentos, tanto en el área económica, como en otras, decidió dejarse usar por Dios para permitir que Cristo hable y enseñe a través de él. Su vida y testimonio impulsó y abrió el camino para que hoy muchos puedan tener acceso a una educación cristiana y sana. ¡Feliz día de las escuelas evangélicas!