Cuando conocí a Jesús llegué a Él con mi corazón roto y dañado, cegada y sin entendimiento; mi desobediencia, el elegir mi propio camino, trajo como consecuencia a mi vida mucho dolor.
Es la historia que muestra el amor y la paciencia de una abuela con su nieta. Un vínculo que se formará y perdurará en el tiempo, más allá de las dificultades.