Corremos un riesgo en este tiempo tan cinematográfico: que nuestro corazón quiera transitar los procesos de dificultad conforme a esa narrativa. Spoiler: Es una batalla perdida.
Es muy probable que hayas escuchado hablar de la oxitocina como la hormona ligada al parto y al nacimiento, pero ella es mucho más que una sustancia que marca el inicio de nuestras vidas.
La vida cristiana es un desafío diario; la cotidianidad nos ofrece un cúmulo de pequeños avatares en los que tenemos que poner en marcha nuestras herramientas espirituales y emocionales.