Anhelamos seguir el camino correcto y, por sobre todo, evitar errores o malas decisiones en el camino, por eso nos hacemos preguntas y se las hacemos a Dios.
En Hebreos 11 encontramos muchos detalles sobre la fe y cómo por ella podemos vivir una vinculación espiritual con Dios que nos distingue del resto del mundo.
Cada día son más los cristianos que, sin darse cuenta siquiera, están dejando que la pasión que avivaba sus corazones cuando conocieron a Jesús se extinga lentamente.
Cuando conocí a Jesús llegué a Él con mi corazón roto y dañado, cegada y sin entendimiento; mi desobediencia, el elegir mi propio camino, trajo como consecuencia a mi vida mucho dolor.